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Informe en Comisión al Parlamento.
Señores Representantes.
Desde 1992 las autoridades de la enseñanza de Fraile Muerto, así como alumnos, ex alumnos y vecinos, han venido sugiriendo el nombre del Dr. Jaime Beitler, para dicha institución.
El Doctor Jaime Beitler se radicó en Fraile Muerto en el año 1947, donde ejerció durante muchos años la noble tarea de la medicina con dedicación y filantropía.
Durante su trayectoria como médico integró la Comisión Local pro Liceo para esta ciudad, en aquel entonces villa, actuando como su Presidente.
Dicha Comisión logró en el año 1956 que sus esfuerzos se hicieran realidad, cuando las autoridades de la enseñanza de aquel entonces aprobaran el funcionamiento de este liceo como habilitado.
Señores Representantes.
Desde 1992 las autoridades de la enseñanza de Fraile Muerto, así como alumnos, ex alumnos y vecinos, han venido sugiriendo el nombre del Dr. Jaime Beitler, para dicha institución.
El Doctor Jaime Beitler se radicó en Fraile Muerto en el año 1947, donde ejerció durante muchos años la noble tarea de la medicina con dedicación y filantropía.
Durante su trayectoria como médico integró la Comisión Local pro Liceo para esta ciudad, en aquel entonces villa, actuando como su Presidente.
Dicha Comisión logró en el año 1956 que sus esfuerzos se hicieran realidad, cuando las autoridades de la enseñanza de aquel entonces aprobaran el funcionamiento de este liceo como habilitado.
Esta Comisión, aun presidida por el Dr. Beitler, en 1958 obtuvo de aquel Consejo de Secundaria, la oficialización de este centro docente, siendo él mismo su primer Director, actuando además como Profesor de Biología. Su esposa fue también profesora de francés por muchos años.
Esta propuesta sería un justo homenaje, a quien desde su profesión y como docente, supo ganarse el respeto y la gratitud de esa población.
Por lo antes expuesto y teniendo la certeza que cumplimos con la voluntad de todos los ciudadanos en designar a dicha Institución con el nombre de tan ilustre persona, recomendamos al cuerpo la aprobación del adjunto proyecto de Ley.
Sala de la Comisión, 15 de noviembre de 2006.
JUAN JOSE BRUNO.
Miembro informante.
PABLO ALVAREZ LOPEZ.
ROQUE ARREGUI.
Rescate de la memoria judía en Durazno
Los judíos de Durazno.
El libro se puede adquirir en Durazno: Librería La Buhardilla y Maca; en Montevideo, en Linardi y Risso. Consultas por el 099957036
El miércoles 1 de junio a las 19 y 30 horas, en la Sala Bregman de la Comunidad Israelita del Uruguay – Kehilá, en Montevideo, se presentó el libro de Carlos Fariello Gamarra, “Los judíos del Durazno. Otras historias de inmigrantes”, editado por Tierradentro. En la ocasión participaron Shai Abend y el Lic. Oscar Padrón Favre, además del autor.
El autor en una parte de su exposición
En la oportunidad estuvieron presentes descendientes de los judíos del Durazno tales como Sara Zigler, Beatriz Bekerman, Julio Chonicheski y León Oltarz, además de autoridades de la Kehilá y del Comité Central Israelita.
“Los judíos del Durazno” es un proyecto de búsqueda y recuperación de la memoria referido a la presencia judía en Durazno.
El libro muestra un panorama general de la inmigración judía llegada a Durazno a partir de la década de 1930, y cómo estas familias vivieron y aportaron a la construcción de nuestra sociedad.
Isaac Mendelsohn, de origen rumano, nacido en 1908. Proveniente del pueblo de Năusăd (Nasaub), llega a Durazno en 1934.
Mendelsohn había arribado a Montevideo en 1929 junto con dos amigos de la misma nacionalidad.
Se instala en Durazno con un taller de compostura de calzados en 1935, con el nombre de “Signo de Oro”, luego agregará la venta de zapatos para damas y caballeros.
Al taller de compostura de calzados se agrega luego la venta de zapatos que provenían de fabricantes afincados en Montevideo, dicho comercio funcionó en calle 18 de Julio, frente a donde estuvo años más tarde la agencia de la empresa de autobuses ONDA (entre los años 1935 y 1937)
En 1941 compra a Vicente Spínola, de profesión sastre, la esquina de 18 de Julio y Penza, donde entre 1951 y 1953 reformará el edificio para instalar la zapatería “Signo de Oro” que extenderá su vida comercial hasta el año 1983.
Estos judíos, a excepción de las familias Eff y Ryzowy que vivieron en puntos diametralmente separados de la ciudad, como lo son los barrios de la Plaza Rodó y de la Plaza Artigas, respectivamente, se concentraron prácticamente en unas dos cuadras, por las céntricas calles hoy 19 de Abril, entre Artigas y Petrona Tuboras (antes Río Negro[1]). Se podría hablar de un mini barrio judío en el Durazno de entonces.
En la cuadra de 19 de Abril, entre las calles Artigas e Ituzaingó (hoy Baltasar Brum) estaban los comercios y fincas familiares de Granestein (Moisés), Sokolsky, Ziegler, Oltars y Bron. [ cinco familias judías en una cuadra! ]
Edificio, hoy refaccionado pero que guarda la apariencia en general del local que albergó el comercio de Moisés Granestein, y luego de Gedale Bron.
En la mencionada cuadra, en la esquina de 19 de Abril con Ituzaingó, la tienda y mercería “La Estrella” de Salo Ziegler (esta esquina estuvo antes ocupada por la tienda de Salomón Tell) ; en la mitad de la cuadra, por 19 de Abril y en la acera este, “La Capital”, mueblería de Abraham Sokolsky; en la acera de enfrente hacia el oeste la tienda “Sarandí” de Moisés Granestein, luego en esa esquina estuvo instalado Gedale Bron, también con comercio.
Cruzando por calle Ituzaingó, y por la misma acera vivía la familia de Sijas Oltars, donde se ubicó luego y durante muchos años la estación de servicios de Cortabarría Hnos.
Paralela a la calle 19 de Abril hacia el oeste, por Lavalleja, a la misma altura prácticamente, entre Ituzaingó y Tuboras, el domicilio de Confino (éste se dedicaba a la compra de chatarra, y al armado de camas de metal)
En la esquina de Lavalleja y Petrona Tuboras, la tienda llamada “La confianza” de José Holzman
Siguiendo hacia el este por 18 de Julio, frente a la Plaza Sarandí, entre 19 de Abril y Herrera, la mueblería “Centenario” de Abraham Bekerman, y la tienda “La Moderna”, en 18 de Julio entre Penza y Herrera, atendida por su esposa Sara Weil y continuando hasta la siguiente esquina con la calle Penza, la famosa y recordada zapatería de Isaac Mendelsohn, empresa luego continuada por su hijo Eduardo,“Signo de Oro” que durante décadas calzaron a varias generaciones de duraznenses.
Por calle, Penza hacia 18 de Julio, un taller de arreglos y confección de calzado,- propiedad de un inmigrante húngaro llamado Luis Lubich – , denominado “El Danubio azul”.
Lubich era casado con Blanca Mendelsohn, prima de Isaac Mendelsohn.
Prosiguiendo este recorrido, por 18 de Julio antes de llegar a la intersección con Manuel Oribe, la sastrería de Abraham Miljiker, de origen lituano, contigua a la confitería “La Americana” de Salinas, que luego fuera “La Catalana”, pasando la sastrería y tintorería a manos del “Nene” Casas. (conocida también como tintorería de Volpe)
Por calle Lavalleja, entre 18 de Mayo y Aparicio Saravia, el comercio (también tienda) de Salomón Wengrowsky, en la cuadra antes de llegar a la Plaza Artigas.
En cambio Isaac Ryzowy tenía su comercio en el ramo tienda con dedicación especial a gente del campo, frente a la Plaza Artigas, por al actual calle Ansina casi Lavalleja, conocida como “la casa blanca” aunque su nombre era “La Varsovia”.
José Mijailovich, de origen ucraniano, personaje pintoresco si lo hubo por su excesiva verborragia, siempre defendiendo el valor de lo que ofrecía en cada transacción con el cliente, vendía mercaderías varias, ropa, artículos de mercería y cosas de menor calibre, casa por casa, o boliche por boliche, lo que se dice un tradicional “klaper”.
Klapper es un vocablo en idioma yiddish que significa “golpear” y que hace referencia a los vendedores de mercancías puerta a puerta, iban golpeando las puertas de los posibles compradores. También entre los vendedores ambulantes, ocupación muy común entre la mayoría de los primeros inmigrantes judíos, estaban los que vendían a cuenta, es decir a crédito, en cuotas, éstos eran llamados “cuentenik”, cuente por cuenta seguramente, y del yiddish la terminación “nik”.
Los vendedores de esta última clase también se llamaron cuentapropistas, los primeros adelantados de las ventas a crédito.
Cuando un cliente no cumplía con el pago de la deuda se le denominaba “tshvok”, que significa “clavo”.
Godofredo Roeske, también lituano, era mecánico y realizaba el mantenimiento de las máquinas de la sucursal que tenía el Molino Filippini en la localidad de Cardal, en el departamento de Florida. Luego trabajó ejerciendo la misma actividad en el molino de Durazno.
Eff y sus hijos recorrían la campaña y vendían en la ciudad también diversas mercaderías. Vivían en una finca sita en la esquina de las actuales calles Manuel Oribe y Andrés Latorre.
[1] Las calles en esa época tenían otros nombre que difieren de los actuales. Por ejemplo: Penza era calle Yí, luego Zorrilla, Manuel Oribe (Sarandí), Eusebio Píriz (25 de Mayo), Tuboras (Río Negro), 18 de Mayo (Tacuarembó), Ansina (Cerro Largo), Baltasar Brum (Ituzaingó), mientras que calles Artigas, Lavalleja, 19 de Abril y 18 de Julio no cambiaron.
La siguiente lista es el resultado de la investigación realizada por Carlos Fariello Gamarra acerca de la presencia de inmigrantes de origen judío en el departamento de Durazno, Uruguay.La mayoría delas familias se establecieron en la capital del departamento en una zona de la ciudad que se puede denominar como el “mini barrio judío”.
La siguiente es una nómina de las familias de origen judío asentadas en Durazno a partir de la mitad de la década de 1930.
Schwartz– sin confirmar, comerciante (citado por Miguel Feldman[1])
Stern – sin confirmar, comerciante (citado por Feldman)
Confino -(apellido de origen sefaradí, provenía del Imperio Turco – Otomano) tenía tres hijos. Se dedicaba a los metales, era chatarrero. Se situaba su domicilio donde hoy es la sede del Club Atlético Wanderers, calle Lavalleja casi Ituzaingó, al lado de la casa de Morgantti.
Mendelsohn, Isaac – (origen rumano), comerciante, zapatería, casado con Ana Steiner (padre de Eduardo y Beatriz Mendelsohn) Eduardo también comerciante, casado con Perla Brom. Zapatería en 18 de Julio y Dr.Penza (Signo de Oro)
Sokolsky – Abraham, (origen polaco), padre de Simón Sokolsky comerciante, mueblería (“La Capital”) en 19 de Abril entre Ituzaingó y Artigas. Llegado a Durazno en el año 1939. Su esposa se llamaba Fanny Caban.
Ziegler (Zigler)[2], Salo – Comerciante, tienda “La Estrella” en la esquina de Ituzaingó y 19 de Abril.(Una hija: Suchi)
Ryzowy (Royave), Isaac – (origen polaco) comerciante (casado con Malka Bekerman, tienda “La Varsovia”, en la zona de Plaza Artigas, esquina de las calles Ansina y Lavalleja, dedicada a la venta de artículos para la gente de campo. (2 hijos, Cuba (1938) y Walter[3] (1947))
Oltars (Oltarz), Sijas – (origen polaco) comerciante vivía en la esquina de Ituzaingó y 19 de Abril, donde luego estuvo la estación de combustibles de la firma Cortabarría Hermanos, esquina cruzada con la tienda de Salo Ziegler. Oltars también tenía tienda.(tres hijos: Mauricio, que abrió en Montevideo una joyería en la calle Andes, Aída y Anita)
Eff (posiblemente polaco) comerciante, vendedor de artículos varios en el interior del departamento,vivieron en zona de la Plaza Rodó.(3 hijos:dos varones y una mujer)
Mijailovich, José (ucraniano), vendedor puerta a puerta. Vivía en Eusebio Píriz casi 18 de Julio. (casado, una hija)Su hija tuvo una academia de enseñanza de contabilidad, taquigrafía y dactilografía entre 1970 y fines de la década de 1980.
Bekerman, Abraham (origen polaco), comerciante, mueblería, en 18 de Julio casi Dr. Herrera, donde hoy está la sucursal del Banco de Santander (antes el viejo “Café Centenario”, luego en 1970 Unión da Bancos del Uruguay, Banco la Caja Obrera, y una tienda de Juan Nafouge) Al mismo tiempo tuvo una tienda en la cuadra anterior por 18 de Julio, atendida por su esposa, frente a la farmacia de Anchieri. (Su esposa se llamaba Sara Weil Bryl y tuvo tres hijos: Fanny, Carlos y Beatriz) Carlos Bekerman es médico especialista en medicina nuclear y vive Chicago)
Granestein (Granatstein), Moisés – comerciante, (padre de Mateo Granestein) vivían en 19 de Abril entre Artigas e Ituzaingó (esposa de nombre Liva) Comercio donde está hoy supermercado La Familia.
Bron, Gedale – comerciante, tío de Perla Bron. (esposa de Eduardo Mendelsohn), casa por 19 de Abril casi Ituzaingó. Vino de Tarariras, 3 hijas. (le compró el comercio a Moisés Granestein y se ubicó en la finca lindera por 19 de Abril)
Lubich, Luis -zapatero (origen húngaro), vivía en Dr Penza casi 18 de Julio (casado con Blanca Mendelsohn, prima de Isaac Mendelsohn) (Lubich no era judío)
Miljiker (Milcheker), Abraham – (origen lituano) tintorería donde luego estuvo comercio en el mismo rubro Volpe, en 18 de Julio casi Manuel Oribe al lado de la confitería frente, al Cine Artigas (dos hijos: Mauricio y Rebecca)
Wengrowsky (Wengrosky), Salomón, – (origen polaco) comerciante, tienda en calle Lavalleja, entre 18 de Mayo y Aparicio Saravia. (también aparece citado, según testimonios, como Henry)
Holzman, José – tienda ”La confianza”, en la esquina de Lavalleja y Petrona Tuboras (esposa se llamaba Elisa)
Roeske, Godofredo – (origen lituano) Mecánico, vivía en calle Ibiray entre Rubino y Nogueira. Hacía el mantenimiento de las máquinas del Molino Filippini en Cardal, y luego en Durazno.
Weil – Sara, esposa de Abraham Bekerman
Caban – Fanny, esposa de Abraham Sokolsky
Steiner – Ana, esposa de Isaac Mendelsohn
Lewowicz – (un joven con este apellido fue a la escuela No. 1 de Varones en Durazno) No hay información sobre la familia.
Tell – Salomón (aparece en Guía de la colectividad Israelita de 1954)
Rogower (Royover) – Isaac (aparece en Guía de la colectividad Israelita de 1954 como viviendo en Durazno)
Mautner – Hacendados con predios agropecuarios en el departamento de Durazno
Petzer – (de origen alemán) Dueños de una granja sobre la ruta 5, hacia el norte.
Klein – Zoltan (de origen húngaro) (dato sin precisar, según testimonios de conocidos, en la década de 1950, viajaba periódicamente a Durazno, viviendo algún tiempo en ésta, dedicándose a la compra y venta de joyas)
En Sarandí del Yí:
Conijetzki (Konicheski) – Abraham, Bernardo y León (tienda, antes venta en campaña de mercancías varias) La casa de familia donde hoy está la farmacia Danesa.
Víctor, Jacobo, y un hermano (tienda)
Niski, José (comerciante de origen polaco, provenía de Wraclaw –Panchev) y Rosa Niski, hijos: Elsa, Mauricio, Sara y Berta Berta, madre de Ruben Friedmann, vive en Israel desde 2015. Mauricio Niski trabajó en la campaña y jugó al fútbol en Nacional de Sarandí del Yí (murió en Montevideo en 2000)
Niski, Gela (prima de las anteriores, vivió en el Carmen, actualmente en Montevideo)
Borojovich – Aarón[4] (origen letón) tienda en Sarandí del Yí(emigrado antes de la guerra)
Krapchinsky – (se desconoce el nombre y la actividad que desarrollaba)
Kussman – Boris (aparece en Guía de la colectividad Israelita de 1954)
Lipman (citado en algunos testimonios; sin confirmar)
Liskin – (en el pueblo de Cerro Chato)(sin confirmar)
Mandel – Salomón (tenía un hijo varón)(tienda en el pueblo de Cerro Chato)
[1]Feldman, M.,Tiempos difíciles, Inmigrantes judíos en Uruguay (1933-1945).
[2] Entre paréntesis se incluya otra forma de escribir el apellido (esto no quita que pudieran existir otras)
[3] Casado con Olga Zonis
[4] Aarón Borojovich se casa en 1952 con Sprintze Buszkaniec, madre del inmigrante polaco Isaac Zlotejablko y éste adopta el apellido Borojovich. Isaac Borojovich es un sobreviviente del Holocausto (nacido en Svir, en ese entonces en Polonia, 1927) y que vive en Uruguay actualmente(Ver: Isaac Borojovich y la memoria uruguaya de la Shoá, David Serrano Blanquer, Ed. Trilce, Montevideo, 2013)
De ese pueblo provenía la familia Ryzowy. Muchas familias de origen polaco vivieron en Durazno a partir del año 1934)Otras historias de inmigrantesEl presente trabajo monográfico es el resultado de una investigación sobre la presencia de familias de origen judío en la ciudad de Durazno[1], en un período que abarca entre el año 1934 y los primeros años de la década de 1980.
La memoria reconstruida a través de testimonios varios ha sido la principal fuente de acceso a la historia de este núcleo de inmigrantes que participaron de la vida de nuestra comunidad por casi medio siglo.
Es una contribución a la tarea de desentrañar el pasado con la intención de descubrir ciertas facetas ocultas u olvidadas en el presente, en el entendido de colaborar con la construcción de nuestra identidad cultural, tan cosmopolita como diversa.
[1] Luego se extendió a otras concentraciones urbanas del interior del departamento como Sarandí del Yí, Villa del Carmen y Cerro Chato.
Una experiencia de colonización agraria judía: La Colonia 19 de abril de Paysandú. Por Ramón Oxman ( Hoy es Historia, número 13, Diciembre de 1985).
A modo de explicación.
Recuerdo, en mi juventud, los cuentos que nos hacía mi padre en largas sobremesas, sobre su experiencia vivida en sus años mozos en la Colonia “ 19 de Abril” de Paysandú. Recuerdo, también, con cuanto calor encaraba su relato a pesar del escaso público que mostraba cierto interés por el tema.
Este tipo de relatos, no cesó con el tiempo, puesto que yo, más adelante, interesado en las disciplinas sociales, le inquiría más y más sobre lo que, entonces llegué a comprender se trataba de una experiencia insólita en nuestro país: la de inmigrantes judíos provenientes de la Rusia zarista abocados a la colonización agrícola.
Es cierto que en los países vecinos, especialmente en Argentina y en Brasil, experiencias de este tipo ya eran habituales. Incluso desde el siglo XIX. Pero nada de esto había pasado en el Uruguay.
Estaba pues en presencia de un hecho socio-histórico original. De ahí que las preguntas, cada vez más a fondo en vida de mi padre, apuntan a dejar en claro algunos puntos en los cuales prevalecían las dudas.
Creo que mi padre intuía al final, que sus cuentos podrían plasmarse en algún relato a mi cargo.
Para concretar esa idea, me contacté con otros integrantes de la Colonia y consulté acerca de alguna bibliografía, documentos oficiales y períodicos de la época, para confirmar y robustecer los diversos relatos orales de que disponía.
Quienes poco tiempo después se convertirían en los fundadores de la Colonia 19 de Abril salieron del puerto de Bremen en barcos alemanes y brasileños, debiendo realizar el cruce del Océano Atlántico en precarias condiciones de higiene y hacinados en cubiertas y bodegas.
Su destino eral la Colonia “ Quatro Irmaos” en Río Grande do Sul, Brasil.
En 1913, el Itaúba, barco brasileño destinado a este tipo de transporte, desembarcó en el Puerto de Pelotas a un importante núcleo de inmigrantes judíos que llegaban a la Colonia antes mencionada. En sus brazos, una joven madre judía descendió con un niño nacido en travesía.
Instalados los inmigrantes en la nueva colonia, pronto apreciaron las dificultades a que debían enfrentarse: el clima agobiante, las lluvias tropicales, la escasez de tierras aptas para la agricultura y ganadería, ya que la mayoría de ellas eran fundamentalmente selváticas, con sus consiguientes peligros derivados de la proliferación de ofidios, insectos y demás plagas. No obstante, ese era su nuevo destino y la mayoría acató resignadamente por lo menos en lo inmediato, lo que el presente les deparaba. Otros optaron por seguir a la Argentina a donde las condiciones aparentaban ser más propicias.
En 1913, el Itaúba, barco brasileño destinado a este tipo de transporte, desembarcó en el Puerto de Pelotas a un importante núcleo de inmigrantes judíos que llegaban a la Colonia antes mencionada. En sus brazos, una joven madre judía descendió con un niño nacido en travesía.
Instalados los inmigrantes en la nueva colonia, pronto apreciaron las dificultades a que debían enfrentarse: el clima agobiante, las lluvias tropicales, la escasez de tierras aptas para la agricultura y ganadería, ya que la mayoría de ellas eran fundamentalmente selváticas, con sus consiguientes peligros derivados de la proliferación de ofidios, insectos y demás plagas. No obstante, ese era su nuevo destino y la mayoría acató resignadamente por lo menos en lo inmediato, lo que el presente les deparaba. Otros optaron por seguir a la Argentina a donde las condiciones aparentaban ser más propicias.
A comienzos de 1914, los inmigrantes comenzaron a pensar en un destino mejor hacia el que orientar sus expectativas. Enterados de que en el Uruguay se ofrecían tierras y facilidades a los inmigrantes, se acordó el envío de un representante a Montevideo para realizar las averiguaciones del caso. La respuesta resultó favorable y diversas familias se dispusieron a aceptarla.
En definitiva, unas 45 familias, cuyas edades paternas oscilaban entre los 25 y los 45 años y una extensa prole promedial de 4 hijos por familia, más un pequeño núcleo de jóvenes solteros, se convirtieron en los acreedores de la nueva propuesta.
En definitiva, unas 45 familias, cuyas edades paternas oscilaban entre los 25 y los 45 años y una extensa prole promedial de 4 hijos por familia, más un pequeño núcleo de jóvenes solteros, se convirtieron en los acreedores de la nueva propuesta.
A comienzos de 1915, tomaron un tren que los llevó hasta Santa Ana de Livramento. En ese entonces no se exigía trámite alguno para ingresar al país, los inmigrantes que pudieron abonar sus pasajes abordaron un nuevo tren, mientras que los demás, los jóvenes, iban caminando por la vía o viajando clandestinamente. Después de recorrer el norte del país en dirección al litoral, los viajeros se dividieron en dos: unos quedaron en la Estación Porvenir y otros siguieron a Paysandú. En esos lugares descendieron cansados y hambrientos.
Fueron instalados provisoriamente en galpones municipales, a la espera de la finalización de los trámites burocráticos que le permitiesen llegar hasta la futura Colonia. En conjunto sumaban unas cuatrocientas personas, cuyo rasgo común lo constituía la indigencia extrema.
La prensa lugareña, concretamente El Telégrafo, se hizo eco de este acontecimiento y dada la extrema pobreza reinante, promovió una colecta de ayuda a los rusos israelitas, a los que calificaba de “ pobre gente”. De inmediato, una nueva colecta, esta vez organizada por la “ Liga de Damas Católicas, permitió llevarles alimentos.
Los nuevos inmigrantes, especialmente los mayores, tenían una sólida formación religiosa. Por lo demás, la mayoría procedía de lugares donde su vínculo con ciertas formas de explotación agrícola era evidente. Finalmente, sabían leer y escribir el Yiddish, o como mucho, algunos hablaban en polaco, ruso o rumano, que eran conocidos por los inmigrantes de Besaravia. Cabe imaginar, pues, el difícil trance vivido por los inmigrantes, que a su turno debieron convenir y firmar los acuerdos consistentes en compromisos de compraventa con garantía hipotecaria de la tierra que se les adjudicaba y que debían pagar en treinta años.
No obstante, el deseo de acceder a la tierra, trabajarla y obtener de ella sus frutos, los animaba. No cabía en sus mentes esperanzadas, entrever las consecuencias de los compromisos que entonces asumían, ni presagiar lo que en definitiva les depararía el destino.
Pero asi fue. Y a la mañana siguiente, los inmigrantes abandonaban los galpones en los que habían pasado varios días, viviendo de la caridad pública. Desde la Estación Porvenir fueron transportados en carretas, recorriendo siete tortuosos kilómetros por camino de tierra, que los dejaría finalmente en la Colonia “ 19 de Abril”.
El estanciero José Eyheravide Mendisco, se mostró dispuesto a vender unas cuatro mil hectáreas en Paysandú, cosa que se concretó mediante escritura del 17 de abril de 1914. Lamentablemente, la Comisión Asesora de Colonización destinó parte de la cuatro mil hectáreas para atender compromisos con colonos que se establecieron en las cercanías de la Estación Porvenir y trescientas hectáreas más para ocho chacras en la vecina Colonia Esperanza. El resto de la tierra, bastante menos de lo esperado, se destinó a la Colonia 19 de Abril.
Fueron instalados provisoriamente en galpones municipales, a la espera de la finalización de los trámites burocráticos que le permitiesen llegar hasta la futura Colonia. En conjunto sumaban unas cuatrocientas personas, cuyo rasgo común lo constituía la indigencia extrema.
La prensa lugareña, concretamente El Telégrafo, se hizo eco de este acontecimiento y dada la extrema pobreza reinante, promovió una colecta de ayuda a los rusos israelitas, a los que calificaba de “ pobre gente”. De inmediato, una nueva colecta, esta vez organizada por la “ Liga de Damas Católicas, permitió llevarles alimentos.
Los nuevos inmigrantes, especialmente los mayores, tenían una sólida formación religiosa. Por lo demás, la mayoría procedía de lugares donde su vínculo con ciertas formas de explotación agrícola era evidente. Finalmente, sabían leer y escribir el Yiddish, o como mucho, algunos hablaban en polaco, ruso o rumano, que eran conocidos por los inmigrantes de Besaravia. Cabe imaginar, pues, el difícil trance vivido por los inmigrantes, que a su turno debieron convenir y firmar los acuerdos consistentes en compromisos de compraventa con garantía hipotecaria de la tierra que se les adjudicaba y que debían pagar en treinta años.
No obstante, el deseo de acceder a la tierra, trabajarla y obtener de ella sus frutos, los animaba. No cabía en sus mentes esperanzadas, entrever las consecuencias de los compromisos que entonces asumían, ni presagiar lo que en definitiva les depararía el destino.
Pero asi fue. Y a la mañana siguiente, los inmigrantes abandonaban los galpones en los que habían pasado varios días, viviendo de la caridad pública. Desde la Estación Porvenir fueron transportados en carretas, recorriendo siete tortuosos kilómetros por camino de tierra, que los dejaría finalmente en la Colonia “ 19 de Abril”.
El estanciero José Eyheravide Mendisco, se mostró dispuesto a vender unas cuatro mil hectáreas en Paysandú, cosa que se concretó mediante escritura del 17 de abril de 1914. Lamentablemente, la Comisión Asesora de Colonización destinó parte de la cuatro mil hectáreas para atender compromisos con colonos que se establecieron en las cercanías de la Estación Porvenir y trescientas hectáreas más para ocho chacras en la vecina Colonia Esperanza. El resto de la tierra, bastante menos de lo esperado, se destinó a la Colonia 19 de Abril.
En las proximidades de esta tierra nace el Arroyo San Francisco, el que corre de este a oeste serpenteando mansamente las ondulaciones del lugar, hasta desembocar finalmente en el Río Uruguay, a unos pocos kilómetros de Paysandú.
Sobre la orilla sur del San Francisco, distante unos siete kilómetros de la Estación Porvenir y treinta y cinco kilómetros de la ciudad de Paysandú- el centro urbano más próximo- en tierras bañadas generosamente por pequeños arroyos y cañadas, aunque algunas excesivamente arenosas, los inmigrantes judíos iniciaron su nueva experiencia colonizadora.
Al llegar los nuevos habitantes al destino, no existía allí absolutamente nada en que hubiera intervenido la mano del hombre. La tierra desgastada por la erosión, ofrecía alternativamente pasto virgen y paja colorada, además de las abundantes variedades de la fauna y flora del país.
Casi sin ayuda oficial- solo se les dio un arado de mancera y dos bueyes por cada dos chacras y semilla para los primeros cultivos.
Los colonos se abocaron inmediatamente a resolver las necesidades más acuciantes del momento, levantar un techo, obtener alimentos y agua para sí y para los animales: proporcionarse madera para construir los muebles y útiles esenciales; buscar leña y bosta de vaca para encender el fuego, establecer los límites de los lotes previamente adjudicados, divididos y amojonados por las autoridades oficiales.
Si nos detenemos en la enumeración detallada de los primeros problemas que los colonos debieron afrontar, no es, por cierto, para poner de manifiesto una aventura épica plagada de dificultades, sino para constatar- una vez más- la falta de tino práctico con que el gobierno encaró el aluvión inmigratorio que promovió pero luego no sustentó.
En abril de 1915, a poco de instalados, el comisario de la Colonia anunció que dos ministros- los Doctores José Espalter y Juan José de Amézaga- en gira por la zona, realizarían una reunión con los colonos en la Estación Porvenir.
Las primeras cosechas no fueron satisfactorias, debido a la inoportuna presencia de la langosta, pero en diciembre de 1917 “ El Telegrafo, indicó que las siembras se estimaban en tres mil hectáreas y que el rendimiento de la cosecha era bueno, pero antes y después la realidad los llevó a enfrentarse a la baja productividad en la mayoría de las chacras, consecuencias de las características arenosas de la tierra, a lo que hubo que sumar la escasa superficie de los predios- que en definitiva osciló entre un mínimo de treinta y un máximo de setenta hectáreas. A ello debió agregarse una falta absoluta de asesoramiento técnico. En las condiciones de producción anotadas, era obviamente muy limitado el producto obtenido, con el agravante de que una parte de las cosechas- fijadas en 25%- debía pasar puntualmente a favor del Banco Hipotecario en pago de las deudas contraídas.
Las viviendas que levantaron los colonos fueron de gran modestia, habida cuenta de la escasez de recursos técnicos y materiales que dispusieron. De ahí que se construyeran ranchos a imagen y semejanza de aquellos que alcanzaron a conocer los inmigrantes durante su peregrinación por Rio Grande do Sul. Concretamente, cada familia debió construirse su techo, pero en el ínterin vivieron en galpones de Estación Porvenir, apelando para ello a los únicos materiales que ofrecía el medio rural, troncos, maderas, barro y paja.
Puesto que los predios adjudicados estaban dispuestos en forma de damero, la solución fue construir las viviendas en los ángulos más próximos. Esto permitió formar pequeños grupos de vecindad.
Las primeras cosechas no fueron satisfactorias, debido a la inoportuna presencia de la langosta, pero en diciembre de 1917 “ El Telegrafo, indicó que las siembras se estimaban en tres mil hectáreas y que el rendimiento de la cosecha era bueno, pero antes y después la realidad los llevó a enfrentarse a la baja productividad en la mayoría de las chacras, consecuencias de las características arenosas de la tierra, a lo que hubo que sumar la escasa superficie de los predios- que en definitiva osciló entre un mínimo de treinta y un máximo de setenta hectáreas. A ello debió agregarse una falta absoluta de asesoramiento técnico. En las condiciones de producción anotadas, era obviamente muy limitado el producto obtenido, con el agravante de que una parte de las cosechas- fijadas en 25%- debía pasar puntualmente a favor del Banco Hipotecario en pago de las deudas contraídas.
Las viviendas que levantaron los colonos fueron de gran modestia, habida cuenta de la escasez de recursos técnicos y materiales que dispusieron. De ahí que se construyeran ranchos a imagen y semejanza de aquellos que alcanzaron a conocer los inmigrantes durante su peregrinación por Rio Grande do Sul. Concretamente, cada familia debió construirse su techo, pero en el ínterin vivieron en galpones de Estación Porvenir, apelando para ello a los únicos materiales que ofrecía el medio rural, troncos, maderas, barro y paja.
Puesto que los predios adjudicados estaban dispuestos en forma de damero, la solución fue construir las viviendas en los ángulos más próximos. Esto permitió formar pequeños grupos de vecindad.
En 1916, apenas un año de instalados en la Colonia y con problemas básicos aun sin resolver, se elegía un improvisado lugar con apenas dos paredes y unos bancos de tablones como único mobiliario. Poco después, debido a las inclemencias del tiempo invernal, la escuela comenzó a funcionar en un lugar más cómodo del galpón del colono José Wolman. El primer maestro que debió cumplir esta tarea fue David Porto. Disponía para ello de pizarrón y bancos en desuso que le había cedido el Consejo de Educación Primaria de Paysandú. Era este maestro, apenas veinteañero y sin formación previa. Inmigrante el mismo, tenía buen conocimiento del Yiddish y el hebreo bíblico. En 1919, el maestro fundador abandonó la Colonia trasladándose a vivir a Buenos Aires. Lo subrrogó en esa tarea mi padre Alberto Oxman. Otros maestros fueron Jacobo Zudiker, Jacobo Beler y Jorge Klatskin. En 1921, el Comisario volvió a recorrer casa por casa, anunciando que en las proximidades de la Estación Porvenir se había construido la Escuela Rural número 47- la Escuela Corti- por el nombre del almacén cercano. A ella debían concurrir todos los niños mayores de seis años. La tarea educativa estuvo a cargo de la recordada maestra Ercilia Juana Vidart. Luego se instaló en la Colonia una Escuela a cargo de Victoria Ferrigno.
Hola David
gracias por tu mail
Además del libro de Ramón Oxman "la Colonia 19 de Abril", que es muy bueno, hay una publicación muy interesante que dedica varios artículos a los judíos de Paysandú , dentro del libro publicado por B´nai B´rith Uruguay " URUGUAYOS DE TRADICION JUDIA " , que ya está en su 2a. Edición.(sólo se vende en B´nai B´rith, es de poco precio ) .
Estoy en ...y no tengo el libro aquí, pero he sido la responsable de esa publicación y recuerdo especialmente
dentro de ese libro, varios trabajos que se refieren a judíos de Paysandú.
Uno del Arqto.Julio Wildbaum sobre los gauchos judíos del Uruguay , otro del Ing. Manuel Berger sobre el almacén que sus padres tenían en Estación Porvenir y otro del Ing. Luis Grosskopf sobre la vida de la comunidad judía en la ciudad de Paysandú. Es material de primera .
los mejores saludos
Esther Cukierman
gracias por tu mail
Además del libro de Ramón Oxman "la Colonia 19 de Abril", que es muy bueno, hay una publicación muy interesante que dedica varios artículos a los judíos de Paysandú , dentro del libro publicado por B´nai B´rith Uruguay " URUGUAYOS DE TRADICION JUDIA " , que ya está en su 2a. Edición.(sólo se vende en B´nai B´rith, es de poco precio ) .
Estoy en ...y no tengo el libro aquí, pero he sido la responsable de esa publicación y recuerdo especialmente
dentro de ese libro, varios trabajos que se refieren a judíos de Paysandú.
Uno del Arqto.Julio Wildbaum sobre los gauchos judíos del Uruguay , otro del Ing. Manuel Berger sobre el almacén que sus padres tenían en Estación Porvenir y otro del Ing. Luis Grosskopf sobre la vida de la comunidad judía en la ciudad de Paysandú. Es material de primera .
los mejores saludos
Esther Cukierman
Poniendo la piedra fundamental de la sinagoga que estuvo en Rocha frente a la plaza Antonio Llado o de Los Pinos, don Abraham Marcovich quien está colocando la piedra, padre de Nelly ,Juana,Sara y Adela. Sitio Rocha antiguo.
Son familias de dicho departamento, Watemberg, Yishimiel, Brener, Pianika, Korseniak, Marcovich, Sankliseber.
Agradecimiento, Dr. Adrian Antonio Sánchez Ruiz.
Julio Moskovicz investigó: En 1932 la colectividad de Rocha tras informar sobre el funcionamiento comunitario, expresa una gran preocupación por la falta de un maestro judio para educar a sus 18 niños. (20) Dic 23, 1932 (La colectividad de Rocha incluía a religioso-ortodoxos, como Marcovich, Katz y otros. Es indudable con conformaban un minián * para rezos y eventualmente desde los años 1924/ 25, ya se oficiaban servicios religiosos regulares)
En 1938, la escuela de Rocha funcionaba en la sede de la Asociación Cultural Judia. (23) En Agosto de 1938, el maestro Itzjak Lev da cuenta del progreso de la Escuela "I. L. Peretz" (18) Tiene 20 alumnos que funciona en la sede de la Asociación Cultural Israelita. (14) pág. 76
En Enero 1939 los residentes realizan una campaña pro-edificio propio, a fin de impulsar el funcionamiento de la escuela de niños judios, la Sinagoga y actividades socio- culturales. Son sus iniciadores Abraham Marcovich, Israel Katz , Isaac Land, Sender Gerber, Noé Korzeniak. Anuncian la aparición de "Rotcher Ydishe Sztime" ( la Voz judia de Rocha) dirigida por Isaac Lev, maestro. Solicitan la colaboración del yishuv * de Montevideo.
Convocan para el 28 Mayo de 1939, al acto de colocación de la piedra fundamental del Centro Cultural Judio y Sociedad de Ayuda, que será también sede de la escuela hebrea. (18) Ene 7 y May 26, 1939
En Noviembre 1941 la Sociedad de Rocha hace un llamado al Vaad Hajinuj para obtener un maestro para sus 25 niños que no reciben educación judia.
En el año 1944 el Vaad Hajinuj * les otorgaba un subsidio mensual de $20. May 30, 1944
En Marzo de 1945, se celebró el Janukat ha-Bait * del edificio propio de la Escuela de Rocha, en un acto dirigido por Abraham Marcovich, Presidente. - (Mar 23, 1945). En 1954 asistían 11 alumnos con un maestro (23)..."
El bebe Shmaitzik.
Escritor y periodista Julio Dornel
Eran tantas las nacionalidades que se fueron afincando en este mosaico fronterizo en las primeras décadas del siglo pasado, que si no eras nativo te calificaban de turco, que sin ser peyorativo te encasillaban en el grupo de los extranjeros.
De esta manera fueron llegando a la línea divisoria, representantes de distintas colectividades que sin conocer Turquía se convirtieron en los primeros “turcos” que fueron poblando la frontera.
Allá por el 60 y tanto don Miguel Smaisik estacionaba su Ford T modelo 48 frente al Hotel Chuy, para instalar su tienda de vendedor ambulante junto a su familia. Entre ellos, su hijo Simón, que nacido en Treinta y Tres el 29 de junio de 1942, por razones económicas abandonaba sus estudios de medicina para dedicarse al comercio, convirtiéndose en un importante eslabón de la cadena migratoria que había comenzado con sus padres (Reina y Miguel).
”El Bebe” fue uno más, encontrando en este enclave fronterizo la “tierra prometida” que le dio la oportunidad de de comenzar una dinámica comercial, que fue de alguna manera un valioso aporte para el desarrollo zonal. Pese a su juventud el “Turco Bebe” se fue integrando a todas las actividades que apuntaban a mejorar el bienestar de la población. Al margen de su permanente colaboración con los centros educativos y asistenciales, fue fundador de la Cámara Internacional de Comercio, de la Comisión Binacional de Integración Fronteriza, impulsando permanentemente las políticas de frontera que apuntaban a incentivar la verdadera integración para que esta tierra de promisión fuera también el lugar hospitalario y generoso donde pudieran convivir todos aquellos que sin haber nacido sobre la línea divisoria buscaran un lugar para trabajar en paz por encima de las ideologías. Era consciente que muy poco se podría lograr si no se contaba con el apoyo de los vecinos que son en definitiva los verdaderos involucrados.
En este marco debemos reconocer su voluntad de integran a los representantes de otras comunidades para trabajar juntos en diversas comisiones, logrando que el OLIVO DE LA PAZ fuera plantado en forma conjunta por árabes, judíos y cristianos el 27 de setiembre del año 2001 en el centro de las avenidas Brasil y Uruguay. Por este motivo pensamos que el “Turco Bebe” ha sido el continuador y principal referente de la integración que disfruta esta ciudad, merced al impulso de las buenas relaciones existentes en la sociedad civil. Para culminar esta evocación sobre la personalidad de Simón “Bebe” Smaisik, y la presencia de su familia en Chuy, nada mejor que ofrecer a nuestros lectores, las reflexiones de la periodista Graciela Vera:”En aquellos años resultaba fácil emigrar. Tenemos la imagen de aquel Montevideo que veía descender de los barcos, riadas de gente en busca de pan. A la gran mayoría se les dio mucho más que pan. Pero no se lo regalamos, eran emigrantes que llegaban a una tierra de promisión donde había mucho por hacer”. Cuánta razón, eran emigrantes que abandonaban sus casas, sus familias, y sus amigos en busca de pan, tranquilidad y trabajo. Muchos lo lograron, a costa de su propia vida. Algunos vecinos han iniciado un movimiento popular para que la pequeña calle Guaiba donde residió durante su estadía en Chuy, recoja su nombre: SIMON SMAISIK. En las notas gráficas lo podemos observar en la Comisión Binacional de Integración Fronteriza con Fatti Hawuard, Samuel Priliac, el padre Napoleón Bueno, Luis Etchartea, Alvaro Melendrez y el autor de la nota.(1984). Plantación del OLIVO DE LA PAZ, acompañado por representantes de la colectividad árabe y la iglesia católica.(setiembre 2001). En el viejo Ford T modelo 48, hace el último viaje del vendedor ambulante, que abandona la calle para inaugurar “EL BARATILLO”.
Publicado por El blog de Juanjo en 2:42 p. m
Escritor y periodista Julio Dornel
Eran tantas las nacionalidades que se fueron afincando en este mosaico fronterizo en las primeras décadas del siglo pasado, que si no eras nativo te calificaban de turco, que sin ser peyorativo te encasillaban en el grupo de los extranjeros.
De esta manera fueron llegando a la línea divisoria, representantes de distintas colectividades que sin conocer Turquía se convirtieron en los primeros “turcos” que fueron poblando la frontera.
Allá por el 60 y tanto don Miguel Smaisik estacionaba su Ford T modelo 48 frente al Hotel Chuy, para instalar su tienda de vendedor ambulante junto a su familia. Entre ellos, su hijo Simón, que nacido en Treinta y Tres el 29 de junio de 1942, por razones económicas abandonaba sus estudios de medicina para dedicarse al comercio, convirtiéndose en un importante eslabón de la cadena migratoria que había comenzado con sus padres (Reina y Miguel).
”El Bebe” fue uno más, encontrando en este enclave fronterizo la “tierra prometida” que le dio la oportunidad de de comenzar una dinámica comercial, que fue de alguna manera un valioso aporte para el desarrollo zonal. Pese a su juventud el “Turco Bebe” se fue integrando a todas las actividades que apuntaban a mejorar el bienestar de la población. Al margen de su permanente colaboración con los centros educativos y asistenciales, fue fundador de la Cámara Internacional de Comercio, de la Comisión Binacional de Integración Fronteriza, impulsando permanentemente las políticas de frontera que apuntaban a incentivar la verdadera integración para que esta tierra de promisión fuera también el lugar hospitalario y generoso donde pudieran convivir todos aquellos que sin haber nacido sobre la línea divisoria buscaran un lugar para trabajar en paz por encima de las ideologías. Era consciente que muy poco se podría lograr si no se contaba con el apoyo de los vecinos que son en definitiva los verdaderos involucrados.
En este marco debemos reconocer su voluntad de integran a los representantes de otras comunidades para trabajar juntos en diversas comisiones, logrando que el OLIVO DE LA PAZ fuera plantado en forma conjunta por árabes, judíos y cristianos el 27 de setiembre del año 2001 en el centro de las avenidas Brasil y Uruguay. Por este motivo pensamos que el “Turco Bebe” ha sido el continuador y principal referente de la integración que disfruta esta ciudad, merced al impulso de las buenas relaciones existentes en la sociedad civil. Para culminar esta evocación sobre la personalidad de Simón “Bebe” Smaisik, y la presencia de su familia en Chuy, nada mejor que ofrecer a nuestros lectores, las reflexiones de la periodista Graciela Vera:”En aquellos años resultaba fácil emigrar. Tenemos la imagen de aquel Montevideo que veía descender de los barcos, riadas de gente en busca de pan. A la gran mayoría se les dio mucho más que pan. Pero no se lo regalamos, eran emigrantes que llegaban a una tierra de promisión donde había mucho por hacer”. Cuánta razón, eran emigrantes que abandonaban sus casas, sus familias, y sus amigos en busca de pan, tranquilidad y trabajo. Muchos lo lograron, a costa de su propia vida. Algunos vecinos han iniciado un movimiento popular para que la pequeña calle Guaiba donde residió durante su estadía en Chuy, recoja su nombre: SIMON SMAISIK. En las notas gráficas lo podemos observar en la Comisión Binacional de Integración Fronteriza con Fatti Hawuard, Samuel Priliac, el padre Napoleón Bueno, Luis Etchartea, Alvaro Melendrez y el autor de la nota.(1984). Plantación del OLIVO DE LA PAZ, acompañado por representantes de la colectividad árabe y la iglesia católica.(setiembre 2001). En el viejo Ford T modelo 48, hace el último viaje del vendedor ambulante, que abandona la calle para inaugurar “EL BARATILLO”.
Publicado por El blog de Juanjo en 2:42 p. m
El padre del Dr. Saul Brener. Por Juan José Pereyra.
Alejandro Brener, llegó a Uruguay en 1930 . Ya vivía en Rocha su primo Isaac Pienica y ese fue un motivo fuerte para que se radicara en esta ciudad. Otras familias que fueron llegando fueron los Chmiel, que también eran primos suyos, y familias como Marcovich, Korseniak, Kochen, Katz , Cymbler,Wattemberg y Kaplan, entre otras.
El primer trabajo del joven Alejandro, de 22 años, fue el que hacían casi todos, salir con sus canastos a las zonas rurales donde caminaban leguas . Como antes eso lo hacían los turcos, los sirios, los libaneses que ya vivían acá, para la gente todos eran turcos. Aprendió solo el idioma, no tenía quién le enseñara y en todo su primer tiempo, vendiendo con las canastas en el campo, se hacía entender más por señas que por otra cosa. Aprendió luego a hablar y leer. Le gustaba mucho leer, en mi casa nunca faltó un diario. Ya tenía por entonces una tienda establecida y se empezaba a interesar en negocios de tipo rural. Vio que había un contraste muy grande entre el valor de la tierra en el Uruguay y en Polonia. Allá una persona con cuarenta hectáreas era un estanciero. Acá, él circulando por esas soledades mientras salía a vender, conoció gente que vivía muy humildemente y tenía dos mil cuadras de campo, por ejemplo. El decía que, por entonces, un metro de tierra valía menos que un metro de papel de diario y consideró un buen negocio comprar tierras y alguna casita, fue introduciéndose en ese ámbito comercial”.
Todo el mundo conocía la tienda de mi padre como la tienda Alejandro . El fue un personaje muy reconocido y querido en Rocha . Cuando me instalé acá, dice Saul, ya recibido, cuando decía soy el Dr Brener mucha gente me recibía con cierto recelo, pero cuando decía soy el hijo del turco Alejandro, me abrían los brazos y ahí me reconocían como un hijo de Rocha y eso por lo que mi papá había generado”.
“Rocha tenía una característica que siempre me asombró, dice el Dr. Saul Brener, y es la cantidad de comercios que había, la mayoría pertenecientes a judíos.
“Los judíos de Rocha capital se reunían para sus actividades religiosas primero en la casa de la familia Marcovich y después construyeron una pequeña Sinagoga, cuyo edificio aún existe , en Eliseo Marzol casi Angel María Rivero, frente a plaza de Los Pinos.
Allí se cumplían las tareas religiosas y también se aprendían las primeras letras del hebreo, se hacían lecturas, se aprendía historia y algo de idiomas. La comunidad estuvo vigente y dinámica durante mucho tiempo hasta que la primera generación fue desapareciendo”.
Su hijo hijo Saul dice que su padre lo motivó mucho a su hermana y a él hacia la lectura , la cultura y el estudio. Miro hacia atrás y admiro a aquel muchacho de 22 años que lloraba en las noches porque estaba solo, lejos de su familia y su tierra y que tuvo fuerzas para construir su nueva vida. Años después conoció a mi madre, que había llegado a Rocha también desde Polonia para cuidar a su padre enfermo que estaba ya acá desde hacía un par de años.
“Era una Rocha que tenía una gran pujanza comercial, había un movimiento comercial que permitía que todas esas tienditas prosperaran . Hoy me sorprende que hubiera tantos comercios en la ciudad y todos trabajaban bien” .
“La segunda generación de aquellos primeros judíos comerciantes y las siguientes, en su gran mayoría, son hoy profesionales: médicos, abogados, dentistas. Otros han seguido desarrollando actividades comerciales siguiendo la tradición de sus padres”.
“Los judíos nos hemos integrado a la vida y la sociedad .Algunos han emigrado a Israel, otros a otros países en busca de otros horizontes llevados muchas veces por las mismas circunstancias que muchos uruguayos tuvimos que vivir en tiempos oscuros y no tan lejanos”.
Alejandro Brener, llegó a Uruguay en 1930 . Ya vivía en Rocha su primo Isaac Pienica y ese fue un motivo fuerte para que se radicara en esta ciudad. Otras familias que fueron llegando fueron los Chmiel, que también eran primos suyos, y familias como Marcovich, Korseniak, Kochen, Katz , Cymbler,Wattemberg y Kaplan, entre otras.
El primer trabajo del joven Alejandro, de 22 años, fue el que hacían casi todos, salir con sus canastos a las zonas rurales donde caminaban leguas . Como antes eso lo hacían los turcos, los sirios, los libaneses que ya vivían acá, para la gente todos eran turcos. Aprendió solo el idioma, no tenía quién le enseñara y en todo su primer tiempo, vendiendo con las canastas en el campo, se hacía entender más por señas que por otra cosa. Aprendió luego a hablar y leer. Le gustaba mucho leer, en mi casa nunca faltó un diario. Ya tenía por entonces una tienda establecida y se empezaba a interesar en negocios de tipo rural. Vio que había un contraste muy grande entre el valor de la tierra en el Uruguay y en Polonia. Allá una persona con cuarenta hectáreas era un estanciero. Acá, él circulando por esas soledades mientras salía a vender, conoció gente que vivía muy humildemente y tenía dos mil cuadras de campo, por ejemplo. El decía que, por entonces, un metro de tierra valía menos que un metro de papel de diario y consideró un buen negocio comprar tierras y alguna casita, fue introduciéndose en ese ámbito comercial”.
Todo el mundo conocía la tienda de mi padre como la tienda Alejandro . El fue un personaje muy reconocido y querido en Rocha . Cuando me instalé acá, dice Saul, ya recibido, cuando decía soy el Dr Brener mucha gente me recibía con cierto recelo, pero cuando decía soy el hijo del turco Alejandro, me abrían los brazos y ahí me reconocían como un hijo de Rocha y eso por lo que mi papá había generado”.
“Rocha tenía una característica que siempre me asombró, dice el Dr. Saul Brener, y es la cantidad de comercios que había, la mayoría pertenecientes a judíos.
“Los judíos de Rocha capital se reunían para sus actividades religiosas primero en la casa de la familia Marcovich y después construyeron una pequeña Sinagoga, cuyo edificio aún existe , en Eliseo Marzol casi Angel María Rivero, frente a plaza de Los Pinos.
Allí se cumplían las tareas religiosas y también se aprendían las primeras letras del hebreo, se hacían lecturas, se aprendía historia y algo de idiomas. La comunidad estuvo vigente y dinámica durante mucho tiempo hasta que la primera generación fue desapareciendo”.
Su hijo hijo Saul dice que su padre lo motivó mucho a su hermana y a él hacia la lectura , la cultura y el estudio. Miro hacia atrás y admiro a aquel muchacho de 22 años que lloraba en las noches porque estaba solo, lejos de su familia y su tierra y que tuvo fuerzas para construir su nueva vida. Años después conoció a mi madre, que había llegado a Rocha también desde Polonia para cuidar a su padre enfermo que estaba ya acá desde hacía un par de años.
“Era una Rocha que tenía una gran pujanza comercial, había un movimiento comercial que permitía que todas esas tienditas prosperaran . Hoy me sorprende que hubiera tantos comercios en la ciudad y todos trabajaban bien” .
“La segunda generación de aquellos primeros judíos comerciantes y las siguientes, en su gran mayoría, son hoy profesionales: médicos, abogados, dentistas. Otros han seguido desarrollando actividades comerciales siguiendo la tradición de sus padres”.
“Los judíos nos hemos integrado a la vida y la sociedad .Algunos han emigrado a Israel, otros a otros países en busca de otros horizontes llevados muchas veces por las mismas circunstancias que muchos uruguayos tuvimos que vivir en tiempos oscuros y no tan lejanos”.
En la foto Paulo Priliac, hijo de Samuel y Jacobo Malowany.
Samuel Priliac (Bender, 16 de enero de 1909–Chuy, 8 de agosto de 1974) fue un comerciante y filántropo rumano afincado en la ciudad de Chuy, departamento de Rocha, frontera entre Uruguay y Brasil.
En 1930 Samuel Priliac se embarcó en el vapor Asturias de la Compañía Real Inglesa con destino a Buenos Aires. Se alojó por algún tiempo en un hotel destinado a inmigrantes mientras realizó algunos trabajos en el puerto. Posteriormente, y por recomendación de un coterráneo, consiguió trabajo en el frigorífico La Negra de Avellaneda. Sin embargo, al cabo de varios meses, resolvió volver a su país. Dada su escasez de recursos, planificó un itinerario original para el retorno, viajando por tierra hasta el puerto de Santos en Brasil y luego por barco hacia Europa.
En los primeros días de enero de 1931 llegó a la zona de Chuy, en la frontera entre Uruguay y Brasil. Priliac viajaba a caballo acompañado por un inmigrante alemán que se dirigía a la ciudad de Lascano. En Chuy conoció a Dominga Hernández de quien se enamoró. Instaló un comercio en la calle principal, que demarcaba los límites entre ambos países. La Casa Samuel fue la primera gran tienda de la zona. Pronto se hizo conocido como un comerciante de mente clara, poseedor de una rica imaginación y de un don especial para la venta.
Además de su actividad comercial, Priliac fue dirigente del Club Nacional de Football de Chuy. Fue nombrado “Benefactor del Departamento de Rocha” por el Rotary Club de Castillos en honor a la obra realizada a favor de los más necesitados. Donó 700 terrenos a distintas instituciones estatales y privadas. Fue impulsor del balneario Barra del Chuy. Priliac realizó varios fraccionamientos y ofrecía los terrenos en cuotas a sus clientes de la tienda de Chuy, desplegando los planos en el mostrador.
Hoy, el estadio de Chuy, una calle, un barrio, una plaza y otros sitios perpetúan la memoria de Priliac.
Fuente Wikipedia.
Samuel Priliac (Bender, 16 de enero de 1909–Chuy, 8 de agosto de 1974) fue un comerciante y filántropo rumano afincado en la ciudad de Chuy, departamento de Rocha, frontera entre Uruguay y Brasil.
En 1930 Samuel Priliac se embarcó en el vapor Asturias de la Compañía Real Inglesa con destino a Buenos Aires. Se alojó por algún tiempo en un hotel destinado a inmigrantes mientras realizó algunos trabajos en el puerto. Posteriormente, y por recomendación de un coterráneo, consiguió trabajo en el frigorífico La Negra de Avellaneda. Sin embargo, al cabo de varios meses, resolvió volver a su país. Dada su escasez de recursos, planificó un itinerario original para el retorno, viajando por tierra hasta el puerto de Santos en Brasil y luego por barco hacia Europa.
En los primeros días de enero de 1931 llegó a la zona de Chuy, en la frontera entre Uruguay y Brasil. Priliac viajaba a caballo acompañado por un inmigrante alemán que se dirigía a la ciudad de Lascano. En Chuy conoció a Dominga Hernández de quien se enamoró. Instaló un comercio en la calle principal, que demarcaba los límites entre ambos países. La Casa Samuel fue la primera gran tienda de la zona. Pronto se hizo conocido como un comerciante de mente clara, poseedor de una rica imaginación y de un don especial para la venta.
Además de su actividad comercial, Priliac fue dirigente del Club Nacional de Football de Chuy. Fue nombrado “Benefactor del Departamento de Rocha” por el Rotary Club de Castillos en honor a la obra realizada a favor de los más necesitados. Donó 700 terrenos a distintas instituciones estatales y privadas. Fue impulsor del balneario Barra del Chuy. Priliac realizó varios fraccionamientos y ofrecía los terrenos en cuotas a sus clientes de la tienda de Chuy, desplegando los planos en el mostrador.
Hoy, el estadio de Chuy, una calle, un barrio, una plaza y otros sitios perpetúan la memoria de Priliac.
Fuente Wikipedia.
Muebleria Marcovich.
Según informa la publicación Judíos en Uruguay del Congreso Judío Mundial, en 1957, en consonancia con un censo realizado en base a las contestaciones recibidas por medio de formularios enviados a dicha institución, a las ciudades y poblaciones del interior, se puede llegar a la siguiente conclusión.
En dicho año vivían en el interior 950 adultos y 350 niños.
" En la gran mayoría de las poblaciones y ciudades no existen sinagogas. En algunas ciudades como Castillos, Rocha y Nueva Helvecia, llegaron expresiones del deseo de poder obtener la posibilidad de recibir educación judaica.
Entre las ciudades del interior, existen seis poblaciones que traspasan las cincuenta almas. Paysandú con 300 adultos y 40 niños. Cuenta esta ciudad con una Sociedad Israelita, una Sinagoga, Una escuela hebreo- Yiddish, una Asociación Juvenil y una filial de Wizo. En Rocha viven alrededor de 100 judíos. Existía allí una sociedad israelita y una sinagoga" .
Fin.
En dicho año vivían en el interior 950 adultos y 350 niños.
" En la gran mayoría de las poblaciones y ciudades no existen sinagogas. En algunas ciudades como Castillos, Rocha y Nueva Helvecia, llegaron expresiones del deseo de poder obtener la posibilidad de recibir educación judaica.
Entre las ciudades del interior, existen seis poblaciones que traspasan las cincuenta almas. Paysandú con 300 adultos y 40 niños. Cuenta esta ciudad con una Sociedad Israelita, una Sinagoga, Una escuela hebreo- Yiddish, una Asociación Juvenil y una filial de Wizo. En Rocha viven alrededor de 100 judíos. Existía allí una sociedad israelita y una sinagoga" .
Fin.
Una calle de Fray Marcos homenajea al destacado médico judío José Mizraji Sardas.
Decreto de la Junta Departamental de Florida:
Artículo único.- Desígnase "Doctor José Mizraji Sardas" el Centro Auxiliar de Salud Pública de Fray Marcos, departamento de Florida, dependiente del Ministerio de Salud Pública.
Montevideo, 11 de junio de 2003.
STELLA M. TUCUNA, Representante por Florida.
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
El doctor José Mizraji Sardas nació en Río Negro en el año 1922. Se trasladó posteriormente a Montevideo, donde cursó primaria en la Escuela Portugal de la ciudad vieja, secundaria en el Liceo Rodó y preparatorio en el Instituto Alfredo Vázquez Acevedo. Tras realizar en forma brillante la carrera de medicina, se recibió el 13 de diciembre de 1953.
El 25 de enero de 1954, viajó por primera vez a la ciudad de Florida acompañado por su señora esposa, doña Élida Villalba de Mizraji. Allí fueron recibidos por el Director del Hospital Departamental, doctor Óscar R. González, quien les planteó la posibilidad de radicarse en Florida. No obstante, el deseo del joven doctor Mizraji era transformarse en médico rural; teniendo conocimiento de que había un cargo vacante en Fray Marcos, optó por él y viajó a trabajar en aquel medio desconocido.
A partir de ese momento, el doctor José Mizraji se entregó de lleno a su profesión, desempeñando su labor en la policlínica del Ministerio de Salud Pública existente en la villa, dedicándose también a atender su consultorio y a las infaltables visitas domiciliarias.
Estaba actualizándose permanentemente a través del estudio, para acrecentar sus ya amplios conocimientos, faltando, de lo que ya era su terruño, únicamente para responder a la necesidad de asistir a cursos o congresos en el país o en el extranjero para enriquecer aún más su acervo.
No permaneció ajeno a todo movimiento que supusiera progreso y bienestar para la población. En todos ellos dio un paso al frente, ofreciendo su palabra serena y su consejo medido y sano para lograr los mejores resultados, y con particular énfasis en cuanto se refería a la juventud.
Con motivo de cumplir los cien años de la fundación de la villa, el doctor Mizraji se constituyó en uno de los más grandes propulsores de la idea de celebrar tal acontecimiento con obras, como manifestación propia de una colectividad que apostaba a vivir días mejores de prosperidad y felicidad.
En el período constitucional 1985-1989, honró a la función pública y a la clase política, ejerciendo con gran señorío la Presidencia de la Junta Local de Fray Marcos, donde, junto a honorables ciudadanos de diferentes partidos, estuvo siempre atento a las necesidades de la población, privilegiando permanentemente a los de menores posibilidades económicas.
Del doctor Mizraji puede decirse que vivió para su querido Fray Marcos, pueblo cálido de corazón que recuerda, aún en estos días, luego de más de una década de su desaparición física, a la figura de este luchador incansable que tanto hizo por esta localidad y su gente.
Montevideo, 11 de junio de 2003.
STELLA M. TUCUNA, Representante por Florida".
Fin.
Decreto de la Junta Departamental de Florida:
Artículo único.- Desígnase "Doctor José Mizraji Sardas" el Centro Auxiliar de Salud Pública de Fray Marcos, departamento de Florida, dependiente del Ministerio de Salud Pública.
Montevideo, 11 de junio de 2003.
STELLA M. TUCUNA, Representante por Florida.
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
El doctor José Mizraji Sardas nació en Río Negro en el año 1922. Se trasladó posteriormente a Montevideo, donde cursó primaria en la Escuela Portugal de la ciudad vieja, secundaria en el Liceo Rodó y preparatorio en el Instituto Alfredo Vázquez Acevedo. Tras realizar en forma brillante la carrera de medicina, se recibió el 13 de diciembre de 1953.
El 25 de enero de 1954, viajó por primera vez a la ciudad de Florida acompañado por su señora esposa, doña Élida Villalba de Mizraji. Allí fueron recibidos por el Director del Hospital Departamental, doctor Óscar R. González, quien les planteó la posibilidad de radicarse en Florida. No obstante, el deseo del joven doctor Mizraji era transformarse en médico rural; teniendo conocimiento de que había un cargo vacante en Fray Marcos, optó por él y viajó a trabajar en aquel medio desconocido.
A partir de ese momento, el doctor José Mizraji se entregó de lleno a su profesión, desempeñando su labor en la policlínica del Ministerio de Salud Pública existente en la villa, dedicándose también a atender su consultorio y a las infaltables visitas domiciliarias.
Estaba actualizándose permanentemente a través del estudio, para acrecentar sus ya amplios conocimientos, faltando, de lo que ya era su terruño, únicamente para responder a la necesidad de asistir a cursos o congresos en el país o en el extranjero para enriquecer aún más su acervo.
No permaneció ajeno a todo movimiento que supusiera progreso y bienestar para la población. En todos ellos dio un paso al frente, ofreciendo su palabra serena y su consejo medido y sano para lograr los mejores resultados, y con particular énfasis en cuanto se refería a la juventud.
Con motivo de cumplir los cien años de la fundación de la villa, el doctor Mizraji se constituyó en uno de los más grandes propulsores de la idea de celebrar tal acontecimiento con obras, como manifestación propia de una colectividad que apostaba a vivir días mejores de prosperidad y felicidad.
En el período constitucional 1985-1989, honró a la función pública y a la clase política, ejerciendo con gran señorío la Presidencia de la Junta Local de Fray Marcos, donde, junto a honorables ciudadanos de diferentes partidos, estuvo siempre atento a las necesidades de la población, privilegiando permanentemente a los de menores posibilidades económicas.
Del doctor Mizraji puede decirse que vivió para su querido Fray Marcos, pueblo cálido de corazón que recuerda, aún en estos días, luego de más de una década de su desaparición física, a la figura de este luchador incansable que tanto hizo por esta localidad y su gente.
Montevideo, 11 de junio de 2003.
STELLA M. TUCUNA, Representante por Florida".
Fin.
Del sitio:
https://undiaunaarquitecta3.wordpress.com/2018/02/03/emilia-alperovich-1917-2004/
La arquitecta Emilia Alperovich Kosakovsky conocida como “Milka” nació en Kremenchuk, Ucrania, durante la Revolución Rusa, precisamente el 30 de noviembre de 1917. Su nombre cuenta con una historia propia, ya que ella fue inscripta entonces con el nombre de Esphir, aunque poco tiempo después, y de acuerdo con la reglamentación rusa, los hebreos aceptaron nombres rusos; y como consecuencia a ella la reinscribieron como Ludmila, pero la nombraban por su diminutivo: Milán o Milka, y así fue reconocida. Era hija única de un matrimonio judío; su padre, el lituano Abraham Alperovich, era médico y farmacéutico. Su madre, la ucraniana Rachel Kosakovsky, era enfermera, escritora y cantante lírica. Las dificultades que históricamente habían sufrido los judíos para la integración en las diferentes comunidades europeas, continuaban vigentes en aquellos años, incluso intensificadas tras la revolución en Rusia.
En esos tiempos y aunque Rachel era militante pro bolchevique, decidieron migrar de Ucrania, precisamente en el año 1920, estimulados por la presencia de un tío paterno que ya estaba en Argentina; tal es así que junto a varios familiares, emprendieron el viaje hacia Argentina, de paso por Alemania, y decidieron permanecer allí durante dos años, hasta finalmente trasladarse a Argentina. Al llegar al país castellanizó su nombre como lo exigía la legislación local.
Se instalaron en Mendoza. Su padre fue médico de campaña y revalidó materias de su carrera en Buenos Aires. De niña sufrió tuberculosis y residió durante seis meses a Córdoba para su recuperación. Al terminar la secundaria, realizó cursos de aviadora, y comenzó a estudiar arquitectura en la Universidad de Buenos Aires. Con la desaparición de Amelia Earhart en 1937, su padre la desestimula a continuar con la aviación. Se intensificó su dedicación a la arquitectura, no sin dificultades, ya que eran dos mujeres las que estudiaban en su generación y ambas judías, siendo objeto de diversas acciones anónimas en su contra con especial repercusión emocional, dado el auge del nazismo al momento.
Fue en la época de la facultad cuando conoció a su primer marido, con quien tuvo también a su primer hijo, Carlos Schwartz, que se dedicó a la economía y el periodismo.
Emilia Alperovich Kosakovsky, con sus padres, viajaba durante los veranos a Piriápolis, y allí participó en la construcción de un chalet familiar: “El Retiro”. En ese período conoció al artista José Luis Invernizzi, con quien se casó en 1950. Tuvieron dos hijos: Mario, dedicado a la construcción, además de ser dirigente político, y Claudio, que elige la publicidad como modo de vida. En esos tiempos, junto a su marido, impulsa una empresa familiar importante y conocida por desarrollar más de 400 casas. También participan juntos en la confección de los planos y la dirección de obras de varios proyectos colectivos de los que amerita mencionar: el Liceo de Piriápolis, el Gimnasio del Ateneo, y las reformas y ampliaciones de la Comisaría, Seccional 11ª, la Escuela 52, el Colegio San Francisco y el Pabellón de las Rosas. Se dice que fue la impulsora de la primera guardería que hubo en Piriápolis.
Por su militancia en el Frente Amplio fue detenida en 1973 y deportada a la Argentina en 1974, y no pudo volver hasta el final de la dictadura en 1985. Su hijo Carlos también tuvo que exiliarse con su mujer, y se fueron a España, mientras que Mario y Claudio fueron detenidos hasta 1979.
A su retorno a Piriápolis, participó activamente en obras como la ampliación del Liceo de Piriápolis y de la Policlínica de salud pública así como los arreglos del techo del Pabellón de las Rosas.
En palabras de su hijo Claudio, y según material publicado por el municipio de Piriápolis:
Era una ucraniana perseverante y generosa, tanto, que cuando la expulsaron del país, hubo una carta de gente de Piriápolis firmada hasta por el comisario y el jefe de la base Capitán Curbelo, para que no la deportaran. Y estamos hablando de la dictadura, cuando eso suponía un enorme riesgo. (…) Mi madre hizo de la arquitectura un gesto de solidaridad permanente. De su mano nació el Liceo de Piriápolis, la policlínica, la comisaría, la ampliación de la escuela y la del colegio. Todas fueron obras honorarias.
La Intendencia de Maldonado a instancias de la Junta Departamental con aprobación del Municipio de Piriápolis, designó con el nombre de «Emilia Alperovich» la calle lateral de la plaza Artigas, que nace en calle Dr. Héctor Barrios (frente al liceo), y concluye en calle Jacinto Trápani, en reconocimiento a su valioso aporte a la la comunidad.
La arquitecta Emilia Alperovich Kosakovsky falleció el 23 de junio de 2004, y en 2017 se cumplieron cien años de su nacimiento.
Fin
Don Simón Rostkier nació en Polonia en 1897 y llegó a Uruguay a la edad de 31 años, en 1928. Durante 5 años trabajó muy duro para poder traer a su familia que había quedado en la lejana Polonia. Allá habían quedado su esposa y 6 hijos, pero don Simón no los olvidaba y religiosamente mes, a mes, le enviaba 100 dólares para el sustento de su señora y su progenie.Mientras se recorría la campaña, entre 1939 y 1944, el Señor a Rotkier subsistió vendiendo como mercachifle, pensaba siempre en sus seres queridos y peso que agarraba, peso que iba al tarrito de los ahorros para poder llegar algún día a juntar el dinero que le permitiese traer a toda su prole. Y en el año 1933, alcanza su sueño, llegando a Montevideo su señora y sus 6 hijos.
En 1935, nace su único hijo uruguayo, David, al cual nosotros conocemos como “Duche”, que precisamente es el diminutivo de David. Rostkier vive en Carmelo. Luego se radica definitivamente en Montevideo. Todo este tiempo don Simón vende ropa, con sus maletas al hombro, por todo esta zona del país, como lo hacían muchos otros judíos, turcos, rumanos, polacos etc.
Desde 1946 al 50, hubo en el Uruguay 50 mil judíos. Hoy se estima que quedan unos 16 mil.
En 1950 se inicia con el negocio de los cueros. Salía desde Montevideo el lunes y pasaba toda la semana negociando con los “coiros”, volviendo a la capital el viernes con todo el cargamento de lo que había comprado.
A Ombúes de Lavalle llega en 1953, cuando le alquila un galpón a José Tunessi, dando comienzo de esta manera el acopio de cueros y lanas en nuestro pueblo.
El 19 de diciembre de 1955, llega a radicarse en Ombúes de Lavalle, el único hijo uruguayo de los Rostkier, el “Duche”, quien junto a su padre y su hermano Samuel , forman una sociedad que perdura hasta 1968. En enero, de ese mismo año, fallece don Simón.
La sociedad prosigue entre Samuel y “Duche” hasta el 19 de noviembre de 1996, en que fallece Samuel. La sociedad original se ha ido desgajando por circunstancias irremediables y ahora solo queda “Duche”, quien le baja las cortinas a la barraca, ahora por razones puramente económicas, el 30 de setiembre de 1999.
La familia Rostkier se integró de inmediato a la sociedad ombuense, y fueron orgullosos defensores de este querido solar. Tanto es así, que cuando Samuel contrajo matrimonio pasó a vivir en nuestro pueblo, donde nace Dorita, que actualmente está radicada en Israel, como tantos ombuenses que componen la diáspora uruguaya por el mundo.
“Duche” hombre alegre, poseedor un agudo humor, juntador de anécdotas y chascarrillos que luego cuenta en sus tertulias montevideanas, haciendo las delicias de la “colectividad”, también nos ha acercado algunas de sus anécdotas.
El “Duche” se encontraba muy a menudo en la sucursal del Banco República local, con un conocido agricultor de la zona, hombre conocido, porque nunca bajaba la luz larga en la carretera, haciéndose acreedor de los más denigrantes epítetos, además de estar constantemente tomándose la oreja, como si eso le ayudara a solucionar sus problemas.
Compraban la miel a los pocos apicultores que había en colmenas rústicas, también lograba llenar sus tamborcitos de miel y salía luego a venderla al mejor postor. Juan Rojas lo había invitado a vender en forma conjunta a los judíos.
Rostkier, que en ese momento tenían muy buen precio.A Rogelio Muníz, alias “El Pillo”, le gustó la idea y llevaron los tanques a la barraca. Pesaron y cobraron.
Pero a Samuel le llamó la atención el peso de los tanques de Muníz: 340 kilos. un peso realmente imposible, ya que un tambor repleto no podía llegar a sobrepasar los 303, 305 kilos. Entonces transvasaron la miel de un tanque al otro. Y apareció el secreto, una espesa base de cemento hacía de fondo del tambor, aumentando con esto considerablemente el peso.
En 1935, nace su único hijo uruguayo, David, al cual nosotros conocemos como “Duche”, que precisamente es el diminutivo de David. Rostkier vive en Carmelo. Luego se radica definitivamente en Montevideo. Todo este tiempo don Simón vende ropa, con sus maletas al hombro, por todo esta zona del país, como lo hacían muchos otros judíos, turcos, rumanos, polacos etc.
Desde 1946 al 50, hubo en el Uruguay 50 mil judíos. Hoy se estima que quedan unos 16 mil.
En 1950 se inicia con el negocio de los cueros. Salía desde Montevideo el lunes y pasaba toda la semana negociando con los “coiros”, volviendo a la capital el viernes con todo el cargamento de lo que había comprado.
A Ombúes de Lavalle llega en 1953, cuando le alquila un galpón a José Tunessi, dando comienzo de esta manera el acopio de cueros y lanas en nuestro pueblo.
El 19 de diciembre de 1955, llega a radicarse en Ombúes de Lavalle, el único hijo uruguayo de los Rostkier, el “Duche”, quien junto a su padre y su hermano Samuel , forman una sociedad que perdura hasta 1968. En enero, de ese mismo año, fallece don Simón.
La sociedad prosigue entre Samuel y “Duche” hasta el 19 de noviembre de 1996, en que fallece Samuel. La sociedad original se ha ido desgajando por circunstancias irremediables y ahora solo queda “Duche”, quien le baja las cortinas a la barraca, ahora por razones puramente económicas, el 30 de setiembre de 1999.
La familia Rostkier se integró de inmediato a la sociedad ombuense, y fueron orgullosos defensores de este querido solar. Tanto es así, que cuando Samuel contrajo matrimonio pasó a vivir en nuestro pueblo, donde nace Dorita, que actualmente está radicada en Israel, como tantos ombuenses que componen la diáspora uruguaya por el mundo.
“Duche” hombre alegre, poseedor un agudo humor, juntador de anécdotas y chascarrillos que luego cuenta en sus tertulias montevideanas, haciendo las delicias de la “colectividad”, también nos ha acercado algunas de sus anécdotas.
El “Duche” se encontraba muy a menudo en la sucursal del Banco República local, con un conocido agricultor de la zona, hombre conocido, porque nunca bajaba la luz larga en la carretera, haciéndose acreedor de los más denigrantes epítetos, además de estar constantemente tomándose la oreja, como si eso le ayudara a solucionar sus problemas.
- -Pero don Rostkier, Ud. siempre está en el Banco!… Le dice este hombre.
- -Bueno, pero si me ve, es porque Ud. también viene…
- -Pero Ud. viene solo!…a mí me llaman!
Compraban la miel a los pocos apicultores que había en colmenas rústicas, también lograba llenar sus tamborcitos de miel y salía luego a venderla al mejor postor. Juan Rojas lo había invitado a vender en forma conjunta a los judíos.
Rostkier, que en ese momento tenían muy buen precio.A Rogelio Muníz, alias “El Pillo”, le gustó la idea y llevaron los tanques a la barraca. Pesaron y cobraron.
Pero a Samuel le llamó la atención el peso de los tanques de Muníz: 340 kilos. un peso realmente imposible, ya que un tambor repleto no podía llegar a sobrepasar los 303, 305 kilos. Entonces transvasaron la miel de un tanque al otro. Y apareció el secreto, una espesa base de cemento hacía de fondo del tambor, aumentando con esto considerablemente el peso.
¿Qué tienen en común los apellidos Fremd, Kanovich, Piperno, Goldemberg, Zador, Wolman, Parcman y fundamentalmente Dorfman?
Son las últimas familias judías residentes o ligadas a la capital de Paysandú.
Los orígenes de esta casi centenaria historia se remontan al 19 de abril de 1914, momento de la fundación de la colonia agrícola que llevaba a dicha fecha como denominación. Se ubicaba en las cercanías de Estación Porvenir, a 17 km de la capital.
Venían de Rio Grande do Sul. Se trataba de familias importadas de Ucrania y Besaravia por la Jewish Colonization Association fundada por el Barón Mauricio de Hirsch. La colonia Cuatro Hermanos en Brasil, a diferencia de sus hermanas argentinas culminó en fracaso. Parte de los colonos terminarían en la ciudad fronteriza de Rivera. Uno de ellos, de apellido Schvindlman gestionó con éxito, algún tipo de solución colonizadora antes las autoridades uruguayas.
El paraje asignado por el Estado uruguayo, carecía de caminos, viviendas y pozos de agua. Las parcelas no mayores a 40 ha., debían ser saldadas en 30 años. Se le otorgaron bueyes y semillas. Tanto esfuerzo terminó en reiterados fracasos merced a la sequía y las langostas. Los hombres prefirieron emplearse en el medio rural argentino o bien ser vendedores puerta a puerta. Al mismo tiempo las mujeres y los niños residían en la colonia.
Cuando finalmente el trigo floreció fue el precio y la competencia del procedente de la Argentina el problema. Las tierras eran aptas para sembrar maní, girasol o lino, pero ese descubrimiento lo harían mas tarde otros afortunados.
Allí se creó una escuela, una sinagoga y una biblioteca. Nunca faltó el teatro amateur en idisch.
Algunas parcelas fueron devueltas por falta de pago al Banco Hipotecario. Otras malvendidas a colonos alemanes. En 1935 quedaban 5 familias. El último residente fue un pequeño comerciante de nombre Baruch Dorfman. Su apellido es todavía emblemático en el mundo comercial de Paysandú. Este en 1949 reclamó por las abandonadas tumbas de los colonos. Su exhorto, 60 años después sigue sin ser escuchado.
Casi no hay vida comunitaria en Paysandú capital, pero las familias judías se tratan entre sí y celebran las altas fiestas. El Centro Israelita, con una sinagoga, donde funcionó una escuela, donde se realizaron múltiples actividades culturales y deportivas, espera silencioso algún provecho cotidiano. ¿Podría ser este el constituir un espacio de memoria de esta fructífera comunidad?
Fuente: La suerte de la primera colonia judía en Uruguay, Elie Verblun, Judíos en Uruguay., 1957. Agradecimiento a la familia Dorfman. En la foto Moises Dorfman, Paysandú.
Fin.
Son las últimas familias judías residentes o ligadas a la capital de Paysandú.
Los orígenes de esta casi centenaria historia se remontan al 19 de abril de 1914, momento de la fundación de la colonia agrícola que llevaba a dicha fecha como denominación. Se ubicaba en las cercanías de Estación Porvenir, a 17 km de la capital.
Venían de Rio Grande do Sul. Se trataba de familias importadas de Ucrania y Besaravia por la Jewish Colonization Association fundada por el Barón Mauricio de Hirsch. La colonia Cuatro Hermanos en Brasil, a diferencia de sus hermanas argentinas culminó en fracaso. Parte de los colonos terminarían en la ciudad fronteriza de Rivera. Uno de ellos, de apellido Schvindlman gestionó con éxito, algún tipo de solución colonizadora antes las autoridades uruguayas.
El paraje asignado por el Estado uruguayo, carecía de caminos, viviendas y pozos de agua. Las parcelas no mayores a 40 ha., debían ser saldadas en 30 años. Se le otorgaron bueyes y semillas. Tanto esfuerzo terminó en reiterados fracasos merced a la sequía y las langostas. Los hombres prefirieron emplearse en el medio rural argentino o bien ser vendedores puerta a puerta. Al mismo tiempo las mujeres y los niños residían en la colonia.
Cuando finalmente el trigo floreció fue el precio y la competencia del procedente de la Argentina el problema. Las tierras eran aptas para sembrar maní, girasol o lino, pero ese descubrimiento lo harían mas tarde otros afortunados.
Allí se creó una escuela, una sinagoga y una biblioteca. Nunca faltó el teatro amateur en idisch.
Algunas parcelas fueron devueltas por falta de pago al Banco Hipotecario. Otras malvendidas a colonos alemanes. En 1935 quedaban 5 familias. El último residente fue un pequeño comerciante de nombre Baruch Dorfman. Su apellido es todavía emblemático en el mundo comercial de Paysandú. Este en 1949 reclamó por las abandonadas tumbas de los colonos. Su exhorto, 60 años después sigue sin ser escuchado.
Casi no hay vida comunitaria en Paysandú capital, pero las familias judías se tratan entre sí y celebran las altas fiestas. El Centro Israelita, con una sinagoga, donde funcionó una escuela, donde se realizaron múltiples actividades culturales y deportivas, espera silencioso algún provecho cotidiano. ¿Podría ser este el constituir un espacio de memoria de esta fructífera comunidad?
Fuente: La suerte de la primera colonia judía en Uruguay, Elie Verblun, Judíos en Uruguay., 1957. Agradecimiento a la familia Dorfman. En la foto Moises Dorfman, Paysandú.
Fin.