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Frugoni y los judíos.
Por Profesor Gabriel Hojman. Publicado en CCIU.
El 14 de enero de 2019 se cumplen cien años de la finalización de la “Semana Trágica” de Buenos Aires.
El hecho sintetiza dos caras de un mismo odio por parte de ciertos sectores conservadores: el antisemitismo y el odio al trabajador organizado. En el contexto de 1919, esto ocurría a nivel mundial, el fenómeno es conocido como el “First Red Scare” (“Primer susto rojo”; el “Segundo susto rojo” fue el Macarthismo, en los años ‘50).
El “susto rojo” consistió en creer que el ejemplo de la Revolución Rusa (1917) se expandiría al resto del mundo. Ese “temor” determinó que hubiese ataques violentos contra el movimiento sindical y contra las comunidades judías, que eran consideradas como las organizadoras de los movimientos obreros.
En Estados Unidos, el empresario automotriz Henry Ford escribió en 1920 sobre los judíos: “En Rusia se les hace responsable del bolchevismo, cuya inculpación, según de donde nazca, se podrá tomar por fundada o infundada. Los americanos, testigos que hemos sido de la fanática verbosidad de los jóvenes judíos, apóstoles de una revolución social y económica tenemos la ventaja de poder formar un juicio claro de lo que hay de real y verdadero en tales inculpaciones.” (1).
En Alemania, los Freikorps culparon a judíos e izquierdistas de la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial. Este grupo violento asesinó a los líderes del movimiento marxista “Liga Espartaquista”, Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo, ambos de origen judío. El asesinato de los líderes espartaquistas ocurrió el 15 de enero de 1919.
Un día antes culminaba la Semana Trágica en Buenos Aires. En Argentina habían tenido lugar en 1916 las primeras elecciones con sufragio secreto y universal (masculino). Fruto de esas elecciones fue elegido presidente un líder popular entre las masas: Hipólito Yrigoyen, de la Unión Cívica Radical.
El gobierno de Yrigoyen marcó una política laboral distinta a los gobiernos conservadores anteriores que eran muy represivos con los trabajadores. Con Yrigoyen se generalizó la negociación colectiva, lo que determinó un gran crecimiento del movimiento sindical.
En diciembre de 1918 se inició una huelga en una fábrica metalúrgica, que fue reprimida por policías ayudados por rompehuelgas.
Esta situación determinó una huelga general iniciada el 7 de enero, que fue sangrientamente reprimida por policías y por grupos de civiles aristocráticos que disparaban contra los huelguistas asesinando a un alto número de éstos. Los más conocido de estos grupos fueron la “Liga Patriótica Argentina” y la “Sociedad Sportiva Argentina”, esta última agrupación fue la que, paralelamente a los ataques contra los huelguistas, atacó a la colectividad judía en general.
Se dirigieron a los barrios Once y Villa Crespo donde incendiaron sinagogas, las bibliotecas del Poalei Sión (agrupación de obreros sionistas) y del Club Avangard, institución judía ligada al Partido Socialista Argentino. La peor parte del ataque, fue la agresión física a las personas que lucían como judíos. Un testimonio expresa:
“Pamplinas son todos los pogroms europeos al lado de lo que hicieron con ancianos judíos las bandas civiles en la calle, en las comisarías 7ª y 9ª, y en el Departamento de Policía. Jinetes arrastraban a viejos judíos desnudos por las calles de Buenos Aires, les tiraban de las barbas, de sus grises y encanecidas barbas, y cuando ya no podían correr al ritmo de los caballos, su piel se desgarraba raspando contra los adoquines, mientras los sables y los látigos de los hombres de a caballo caían y golpeaban intermitentemente sobre sus cuerpos (…) Pegaban y pegaban espaciosamente, torturaban metódicamente para que no desfallecieran las últimas fuerzas, para que no se prolongaran sin fin los sufrimientos. Cincuenta hombres, ante el cansancio de azotar, se alternaban para cada prisionero, en tanto que la ejecución proseguía de la mañana hasta pasado el mediodía, desde el atardecer hasta la noche y desde la noche hasta que despuntaba el día. Con fósforos quemaban las rodillas de los arrestados, mientras atravesaban con alfileres sus heridas abiertas y sus carnes emblandecidas (…). En la comisaría 7ª, los soldados, vigilantes y jueces encerraban en los baños a los presos (en su mayoría judíos) para orinarles en la boca. Los torturadores gritaban: viva la patria, mueran los maximalistas y todos los extranjeros” (2).
El pretexto para los ataques antisemitas era que las acciones sindicales eran parte de una conspiración internacional ruso-judía para instalar un régimen soviético en Argentina, incluso identificaron a una persona como la destinada a presidir el futuro soviet argentino; era el carpintero y periodista Pinie Wald, quien relató lo acontecido en el libro Koschmar (Pesadilla) escrito en idish en 1929 y traducido al español en 1987.
Un fragmento del libro expresa: “Salvajes eran las manifestaciones de los ‘niños bien’ de la Liga Patriótica, que marchaban pidiendo la muerte de los maximalistas, los judíos y demás extranjeros. Refinados, sádicos, torturaban y programaban orgías. Un judío fue detenido y luego de los primeros golpes comenzó a brotar un chorro de sangre de su boca. Acto seguido le ordenaron cantar el Himno Nacional y, como no lo sabía porque recién había llegado al país, lo liquidaron en el acto. No seleccionaban: pegaban y mataban a todos los barbudos que parecían judíos y encontraban a mano…” (3).
Los hechos de Buenos Aires tuvieron sus repercusiones en Uruguay, la antropóloga Teresa Porzacanski recogió algunos testimonios de arrestos a miembros de la colectividad judía en Montevideo: “…allá por el año 20, se buscaba a los comunistas, y como nosotros éramos rusos, pensaban que éramos comunistas. Y una vez, vinieron a buscar a mi hermano (…) Había ido nada más a una conferencia (…) Y por eso (…) lo llevaron preso hasta que Frugoni (…) lo sacó en libertad.” (4).
La historiadora uruguaya-israelí Rosa Perla Raicher (1928-2001) contextualizó estos hechos en el ambiente conservador luego del “alto de Viera” (en 1916 el presidente Feliciano Viera realizó un “alto” a las reformas batllistas) y basándose en prensa de la época y en testimonios personales expresa “contemporáneamente a lo que sucedió en Buenos Aires durante la “Semana Trágica” en que fueron atacados obreros, perseguidos sobre todo los anarquistas y judíos del barrio judío porteño bajo alegada acusación de conspiración ‘rusa’; también en Montevideo fueron disueltos centros de actividad obrera, hubo arrestos y deportaciones. Por sospechas de presunta colaboración en planes subversivos fueron arrestados obreros judíos y allanado su centro cultural ‘La Aurora'” (5).
Los historiadores Germán D’Elía y Armando Miraldi expresan: “Paralelamente a una represión contra el movimiento obrero argentino que dejó como saldo trágico muertos y heridos, en nuestro país el Jefe de Policía Virgilio Sampognaro denunció un ‘plan revolucionario’ y adoptó medidas en consecuencia: ‘El 11 de enero de 1919, se dio la noticia de la existencia de varios ‘agentes secretos rusos’ procediendo la policía a allanar el Centro Cultural Israelita ‘Aurora’ y a deportar a sus integrantes …”(6).
Fernando López D’Alesandro expresa sobre los hechos de Montevideo:
“La ola represiva fue sazonada por un espectacular hallazgo del jefe de policía; una confabulación ‘maximalista’ llevada adelante por trabajadores rusos afincados en el país. Fueron hechos prisioneros Gregorio Guimberg, Pedro Pangerier, Francisco Provich, Jacobo Fleisman y J. Brener. Según la versión socialista, se acusaba a estos obreros rusos -también miembros del Comité Israelita- ‘de ser agentes de Lenine’ (sic) [enviados] para implantar el maximalismo en la república’. Más adelante los socialistas descalificarán las versiones dadas a conocer por Sampognaro ‘¿Dónde están las famosas cartas de Lenine que se decían fueron halladas en los bolsillos de algunos componentes del centro israelita? (…)’. Los anarquistas también condenaron esta trama (…) A la represión de este complot ‘soviético’, digitado por el propio ‘Lenine’ sucedió la deportación de varios militantes, entre ellos los rusos sospechosos (…)” (7).
Al cumplirse un siglo de estos acontecimientos, debemos estar alertas, el odio a los inmigrantes sigue presente a nivel mundial repitiendo los mismos pretextos: “gente peligrosa, costumbres diferentes, nos quitan nuestras fuentes de trabajo”.
(1)Ford, Henry, El Judío Internacional. Editorial Prometeo, Santiago de Chile, Falta año. Pág. 14.
(2)Testimonio de José Mendelsohn, luego director del Seminario para Maestros Hebreos que funcionaba en la AMIA, citado por: Schiller, Herman: El primer “pogrom”. Diario Página/12, Buenos Aires, 3 de enero de 1999.
(3)Citado por Schiller, op.cit.
(4)Porzecanski, Teresa: Historias de Vida de inmigrantes judíos al Uruguay. Comunidad Israelita del Uruguay, Montevideo, 1986. Pág. 65.
(5)Raicher, Rosa Perla: “Obreros judíos en el Uruguay”. Entre los años diez y la época de la Segunda Guerra Mundial”. En Revista “Hoy es Historia” N°26 (marzo-abril 1988), Montevideo. Pág. 42.
(6)D’Elía, Germán – Miraldi, Armando: Historia del Movimiento Obrero en el Uruguay. Desde sus orígenes hasta 1930. Editorial Banda Oriental, Colección Temas del Siglo XX, Montevideo, 1985. Pág. 146.
(7)López D’Alesandro, Fernando: Historia de la izquierda uruguaya. La fundación del Partido Comunista y la división del anarquismo (1919-1923). Vintén Editor, Montevideo, 1992. Ps. 32-33. La lista de nombres fueron extraídas de prensa obrera de la época.
(8)https://www.debate.com.mx/mundo/sinagoga-pittsburgh-tiroteo-judios-washington-20181030-0076.html
El 14 de enero de 2019 se cumplen cien años de la finalización de la “Semana Trágica” de Buenos Aires.
El hecho sintetiza dos caras de un mismo odio por parte de ciertos sectores conservadores: el antisemitismo y el odio al trabajador organizado. En el contexto de 1919, esto ocurría a nivel mundial, el fenómeno es conocido como el “First Red Scare” (“Primer susto rojo”; el “Segundo susto rojo” fue el Macarthismo, en los años ‘50).
El “susto rojo” consistió en creer que el ejemplo de la Revolución Rusa (1917) se expandiría al resto del mundo. Ese “temor” determinó que hubiese ataques violentos contra el movimiento sindical y contra las comunidades judías, que eran consideradas como las organizadoras de los movimientos obreros.
En Estados Unidos, el empresario automotriz Henry Ford escribió en 1920 sobre los judíos: “En Rusia se les hace responsable del bolchevismo, cuya inculpación, según de donde nazca, se podrá tomar por fundada o infundada. Los americanos, testigos que hemos sido de la fanática verbosidad de los jóvenes judíos, apóstoles de una revolución social y económica tenemos la ventaja de poder formar un juicio claro de lo que hay de real y verdadero en tales inculpaciones.” (1).
En Alemania, los Freikorps culparon a judíos e izquierdistas de la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial. Este grupo violento asesinó a los líderes del movimiento marxista “Liga Espartaquista”, Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo, ambos de origen judío. El asesinato de los líderes espartaquistas ocurrió el 15 de enero de 1919.
Un día antes culminaba la Semana Trágica en Buenos Aires. En Argentina habían tenido lugar en 1916 las primeras elecciones con sufragio secreto y universal (masculino). Fruto de esas elecciones fue elegido presidente un líder popular entre las masas: Hipólito Yrigoyen, de la Unión Cívica Radical.
El gobierno de Yrigoyen marcó una política laboral distinta a los gobiernos conservadores anteriores que eran muy represivos con los trabajadores. Con Yrigoyen se generalizó la negociación colectiva, lo que determinó un gran crecimiento del movimiento sindical.
En diciembre de 1918 se inició una huelga en una fábrica metalúrgica, que fue reprimida por policías ayudados por rompehuelgas.
Esta situación determinó una huelga general iniciada el 7 de enero, que fue sangrientamente reprimida por policías y por grupos de civiles aristocráticos que disparaban contra los huelguistas asesinando a un alto número de éstos. Los más conocido de estos grupos fueron la “Liga Patriótica Argentina” y la “Sociedad Sportiva Argentina”, esta última agrupación fue la que, paralelamente a los ataques contra los huelguistas, atacó a la colectividad judía en general.
Se dirigieron a los barrios Once y Villa Crespo donde incendiaron sinagogas, las bibliotecas del Poalei Sión (agrupación de obreros sionistas) y del Club Avangard, institución judía ligada al Partido Socialista Argentino. La peor parte del ataque, fue la agresión física a las personas que lucían como judíos. Un testimonio expresa:
“Pamplinas son todos los pogroms europeos al lado de lo que hicieron con ancianos judíos las bandas civiles en la calle, en las comisarías 7ª y 9ª, y en el Departamento de Policía. Jinetes arrastraban a viejos judíos desnudos por las calles de Buenos Aires, les tiraban de las barbas, de sus grises y encanecidas barbas, y cuando ya no podían correr al ritmo de los caballos, su piel se desgarraba raspando contra los adoquines, mientras los sables y los látigos de los hombres de a caballo caían y golpeaban intermitentemente sobre sus cuerpos (…) Pegaban y pegaban espaciosamente, torturaban metódicamente para que no desfallecieran las últimas fuerzas, para que no se prolongaran sin fin los sufrimientos. Cincuenta hombres, ante el cansancio de azotar, se alternaban para cada prisionero, en tanto que la ejecución proseguía de la mañana hasta pasado el mediodía, desde el atardecer hasta la noche y desde la noche hasta que despuntaba el día. Con fósforos quemaban las rodillas de los arrestados, mientras atravesaban con alfileres sus heridas abiertas y sus carnes emblandecidas (…). En la comisaría 7ª, los soldados, vigilantes y jueces encerraban en los baños a los presos (en su mayoría judíos) para orinarles en la boca. Los torturadores gritaban: viva la patria, mueran los maximalistas y todos los extranjeros” (2).
El pretexto para los ataques antisemitas era que las acciones sindicales eran parte de una conspiración internacional ruso-judía para instalar un régimen soviético en Argentina, incluso identificaron a una persona como la destinada a presidir el futuro soviet argentino; era el carpintero y periodista Pinie Wald, quien relató lo acontecido en el libro Koschmar (Pesadilla) escrito en idish en 1929 y traducido al español en 1987.
Un fragmento del libro expresa: “Salvajes eran las manifestaciones de los ‘niños bien’ de la Liga Patriótica, que marchaban pidiendo la muerte de los maximalistas, los judíos y demás extranjeros. Refinados, sádicos, torturaban y programaban orgías. Un judío fue detenido y luego de los primeros golpes comenzó a brotar un chorro de sangre de su boca. Acto seguido le ordenaron cantar el Himno Nacional y, como no lo sabía porque recién había llegado al país, lo liquidaron en el acto. No seleccionaban: pegaban y mataban a todos los barbudos que parecían judíos y encontraban a mano…” (3).
Los hechos de Buenos Aires tuvieron sus repercusiones en Uruguay, la antropóloga Teresa Porzacanski recogió algunos testimonios de arrestos a miembros de la colectividad judía en Montevideo: “…allá por el año 20, se buscaba a los comunistas, y como nosotros éramos rusos, pensaban que éramos comunistas. Y una vez, vinieron a buscar a mi hermano (…) Había ido nada más a una conferencia (…) Y por eso (…) lo llevaron preso hasta que Frugoni (…) lo sacó en libertad.” (4).
La historiadora uruguaya-israelí Rosa Perla Raicher (1928-2001) contextualizó estos hechos en el ambiente conservador luego del “alto de Viera” (en 1916 el presidente Feliciano Viera realizó un “alto” a las reformas batllistas) y basándose en prensa de la época y en testimonios personales expresa “contemporáneamente a lo que sucedió en Buenos Aires durante la “Semana Trágica” en que fueron atacados obreros, perseguidos sobre todo los anarquistas y judíos del barrio judío porteño bajo alegada acusación de conspiración ‘rusa’; también en Montevideo fueron disueltos centros de actividad obrera, hubo arrestos y deportaciones. Por sospechas de presunta colaboración en planes subversivos fueron arrestados obreros judíos y allanado su centro cultural ‘La Aurora'” (5).
Los historiadores Germán D’Elía y Armando Miraldi expresan: “Paralelamente a una represión contra el movimiento obrero argentino que dejó como saldo trágico muertos y heridos, en nuestro país el Jefe de Policía Virgilio Sampognaro denunció un ‘plan revolucionario’ y adoptó medidas en consecuencia: ‘El 11 de enero de 1919, se dio la noticia de la existencia de varios ‘agentes secretos rusos’ procediendo la policía a allanar el Centro Cultural Israelita ‘Aurora’ y a deportar a sus integrantes …”(6).
Fernando López D’Alesandro expresa sobre los hechos de Montevideo:
“La ola represiva fue sazonada por un espectacular hallazgo del jefe de policía; una confabulación ‘maximalista’ llevada adelante por trabajadores rusos afincados en el país. Fueron hechos prisioneros Gregorio Guimberg, Pedro Pangerier, Francisco Provich, Jacobo Fleisman y J. Brener. Según la versión socialista, se acusaba a estos obreros rusos -también miembros del Comité Israelita- ‘de ser agentes de Lenine’ (sic) [enviados] para implantar el maximalismo en la república’. Más adelante los socialistas descalificarán las versiones dadas a conocer por Sampognaro ‘¿Dónde están las famosas cartas de Lenine que se decían fueron halladas en los bolsillos de algunos componentes del centro israelita? (…)’. Los anarquistas también condenaron esta trama (…) A la represión de este complot ‘soviético’, digitado por el propio ‘Lenine’ sucedió la deportación de varios militantes, entre ellos los rusos sospechosos (…)” (7).
Al cumplirse un siglo de estos acontecimientos, debemos estar alertas, el odio a los inmigrantes sigue presente a nivel mundial repitiendo los mismos pretextos: “gente peligrosa, costumbres diferentes, nos quitan nuestras fuentes de trabajo”.
(1)Ford, Henry, El Judío Internacional. Editorial Prometeo, Santiago de Chile, Falta año. Pág. 14.
(2)Testimonio de José Mendelsohn, luego director del Seminario para Maestros Hebreos que funcionaba en la AMIA, citado por: Schiller, Herman: El primer “pogrom”. Diario Página/12, Buenos Aires, 3 de enero de 1999.
(3)Citado por Schiller, op.cit.
(4)Porzecanski, Teresa: Historias de Vida de inmigrantes judíos al Uruguay. Comunidad Israelita del Uruguay, Montevideo, 1986. Pág. 65.
(5)Raicher, Rosa Perla: “Obreros judíos en el Uruguay”. Entre los años diez y la época de la Segunda Guerra Mundial”. En Revista “Hoy es Historia” N°26 (marzo-abril 1988), Montevideo. Pág. 42.
(6)D’Elía, Germán – Miraldi, Armando: Historia del Movimiento Obrero en el Uruguay. Desde sus orígenes hasta 1930. Editorial Banda Oriental, Colección Temas del Siglo XX, Montevideo, 1985. Pág. 146.
(7)López D’Alesandro, Fernando: Historia de la izquierda uruguaya. La fundación del Partido Comunista y la división del anarquismo (1919-1923). Vintén Editor, Montevideo, 1992. Ps. 32-33. La lista de nombres fueron extraídas de prensa obrera de la época.
(8)https://www.debate.com.mx/mundo/sinagoga-pittsburgh-tiroteo-judios-washington-20181030-0076.html
"... en el mes de diciembre de 1938 se cumplieron 20 años de la fecha en que el Centro Cultural Judío fue acusado de haber preparado un complot para derrocar al gobierno uruguayo, tomar el poder e instaurar un sistema soviético de acuerdo al ejemplo de la U.R.S.S.
Así escribían en aquellos tiempos los diarios. Especialmente se destacó entre ellos "Tribuna Popular" y "El Plata". Diariamente ladraban contra rusos y judíos.
En diciembre de 1918, hubo en el Uruguay una ola de huelgas, entre ellas una de los ferroviarios. Parecía vísperas de una revolución. Los huelguistas ocuparon 18 de Julio y prepararon barricadas. El Gobierno tomó medidas más severas contra los obreros, y se puso incondicionalmente de parte de las empresas extranjeras. Después de luchar algunas semanas, la huelga fue perdida por parte de los obreros.
Habíamos resuelto cerrar nuestra biblioteca en la calle Galicia hasta después de la huelga. Un día, estando en casa de un compañero leemos en el diario "El Plata" que había sido descubierto un complot y que la sede de los complotistas era ni más ni menos que nuestro Centro Cultural en la calle Galicia 1317. La noticia nos enmudeció de sorpresa. Enseguida comprendimos que se trataba de una provocación. A pesar de todo, decidimos designar dos compañeros para abrir el local y enterarse de algo. Los compañeros designados fueron Mirmovich y Malinow. Abrieron el local y encontraron todo en perfecto orden. La Encargada de la casa sabía ya del complot descubierto por los diarios de la tarde. Se extrañó que nadie había preguntado todavía por nosotros. Después que otros dos compañeros -Federman y Satilovsky- entraron en el local, apareció un contingente de agentes de investigaciones y policías y detuvieron enseguida a los cuatro compañeros que estaban en el local, obteniendo el registro de los socios y lectores de la biblioteca, con lo cual se les facilitó el camino.
Al día siguiente, salieron titulares en todos los diarios, grandes y chicos, dando la información policial de que se logró detener a tres dirigentes del complot, estilo Buenos Aires, con un Presidente previsto para el nuevo gobierno, comisarios, etc.
Y así fueron detenidos hasta el 80% de la colectividad, tanto jóvenes como adultos. A algunos los detuvieron en sus casas, a otros en las calles y hasta en los tranvías. Algunos padres trataron de oponerse, pero les dieron una buena paliza y tuvieron que callarse.
En el primer paseo en el patio de la cárcel, encontramos a casi todos los judíos de Montevideo. Por supuesto que todos los que sabían que todo era un cuento de hadas estaban tranquilos y de buen ánimo. Pero la mayoría estaban muy preocupados... ¿tal vez fuera verdad?
Después de 6 días la mayoría fueron liberados. Sin embargo, los 14 socios del Centro Cultural se vieron obligados a tomar un defensor; el Dr. Emilio Frugoni aceptó nuestra defensa, y se puso a nuestra disposición en carácter totalmente gratuito. Me parece que hasta le costó algo a él. Tomó a su cargo muchas defensas de ese tipo.
Después de 17 días nos liberaron. Cada uno de nosotros tuvo que presentar al juez de investigación de diez a quince firmas de comerciantes que testimoniaran por nuestra honradez.
Recién al quedar libres nos dimos cuenta que los días de enero habían dejado una fuerte impresión sobre la pequeña población judía aquí y en Buenos Aires, donde era mayor. Desaparece la seguridad en los nuevos hogares y en aquel momento muchos ya estaban dispuestos a emigrar. Algunas familias hasta se fueron de Montevideo. Algunos compañeros volvieron a Buenos Aires. Muchos empezaron a alejarse de la vida societaria. Evitaron tener contacto con los así llamados dirigentes del complot. Parecía que todo el ischuv hubiera desaparecido...
Ya vencía el tercer mes de alquiler por la Biblioteca. Después de haber pagado la deuda, decidimos depositar el inventario de la Biblioteca en la sede del Partido Socialista hasta mejor oportunidad".
Relato extractado del libro del Sr. Boimvaser "A Bintale Zijroines"
-Un Puñadito de Recuerdos-, el cual, entre otras cosas, recuerda lo ocurrido en los meses de diciembre de 1918 y enero de 1919. El libro fue publicado en 1939, veinte años después de los sucesos.
Este testimonio fue traducido del idish por el Sr. Isaac Vaishenker
𝘈𝘴𝘱𝘦𝘤𝘵𝘰𝘴 𝘳𝘦𝘭𝘢𝘤𝘪𝘰𝘯𝘢𝘥𝘰𝘴 𝘤𝘰𝘯 𝘭𝘢 𝘧𝘰𝘳𝘮𝘢𝘤𝘪ó𝘯 𝘺 𝘥𝘦𝘴𝘢𝘳𝘳𝘰𝘭𝘭𝘰 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘤𝘰𝘮𝘶𝘯𝘪𝘥𝘢𝘥 𝘫𝘶𝘥í𝘢 𝘦𝘯 𝘦𝘭 𝘜𝘳𝘶𝘨𝘶𝘢𝘺 - Curso: Sociología del judaísmo latinoamericano - Prof. Lic. L. Senkman - Trabajos realizados por los alumnos del CEJ (1977-1978).
Fin.
Así escribían en aquellos tiempos los diarios. Especialmente se destacó entre ellos "Tribuna Popular" y "El Plata". Diariamente ladraban contra rusos y judíos.
En diciembre de 1918, hubo en el Uruguay una ola de huelgas, entre ellas una de los ferroviarios. Parecía vísperas de una revolución. Los huelguistas ocuparon 18 de Julio y prepararon barricadas. El Gobierno tomó medidas más severas contra los obreros, y se puso incondicionalmente de parte de las empresas extranjeras. Después de luchar algunas semanas, la huelga fue perdida por parte de los obreros.
Habíamos resuelto cerrar nuestra biblioteca en la calle Galicia hasta después de la huelga. Un día, estando en casa de un compañero leemos en el diario "El Plata" que había sido descubierto un complot y que la sede de los complotistas era ni más ni menos que nuestro Centro Cultural en la calle Galicia 1317. La noticia nos enmudeció de sorpresa. Enseguida comprendimos que se trataba de una provocación. A pesar de todo, decidimos designar dos compañeros para abrir el local y enterarse de algo. Los compañeros designados fueron Mirmovich y Malinow. Abrieron el local y encontraron todo en perfecto orden. La Encargada de la casa sabía ya del complot descubierto por los diarios de la tarde. Se extrañó que nadie había preguntado todavía por nosotros. Después que otros dos compañeros -Federman y Satilovsky- entraron en el local, apareció un contingente de agentes de investigaciones y policías y detuvieron enseguida a los cuatro compañeros que estaban en el local, obteniendo el registro de los socios y lectores de la biblioteca, con lo cual se les facilitó el camino.
Al día siguiente, salieron titulares en todos los diarios, grandes y chicos, dando la información policial de que se logró detener a tres dirigentes del complot, estilo Buenos Aires, con un Presidente previsto para el nuevo gobierno, comisarios, etc.
Y así fueron detenidos hasta el 80% de la colectividad, tanto jóvenes como adultos. A algunos los detuvieron en sus casas, a otros en las calles y hasta en los tranvías. Algunos padres trataron de oponerse, pero les dieron una buena paliza y tuvieron que callarse.
En el primer paseo en el patio de la cárcel, encontramos a casi todos los judíos de Montevideo. Por supuesto que todos los que sabían que todo era un cuento de hadas estaban tranquilos y de buen ánimo. Pero la mayoría estaban muy preocupados... ¿tal vez fuera verdad?
Después de 6 días la mayoría fueron liberados. Sin embargo, los 14 socios del Centro Cultural se vieron obligados a tomar un defensor; el Dr. Emilio Frugoni aceptó nuestra defensa, y se puso a nuestra disposición en carácter totalmente gratuito. Me parece que hasta le costó algo a él. Tomó a su cargo muchas defensas de ese tipo.
Después de 17 días nos liberaron. Cada uno de nosotros tuvo que presentar al juez de investigación de diez a quince firmas de comerciantes que testimoniaran por nuestra honradez.
Recién al quedar libres nos dimos cuenta que los días de enero habían dejado una fuerte impresión sobre la pequeña población judía aquí y en Buenos Aires, donde era mayor. Desaparece la seguridad en los nuevos hogares y en aquel momento muchos ya estaban dispuestos a emigrar. Algunas familias hasta se fueron de Montevideo. Algunos compañeros volvieron a Buenos Aires. Muchos empezaron a alejarse de la vida societaria. Evitaron tener contacto con los así llamados dirigentes del complot. Parecía que todo el ischuv hubiera desaparecido...
Ya vencía el tercer mes de alquiler por la Biblioteca. Después de haber pagado la deuda, decidimos depositar el inventario de la Biblioteca en la sede del Partido Socialista hasta mejor oportunidad".
Relato extractado del libro del Sr. Boimvaser "A Bintale Zijroines"
-Un Puñadito de Recuerdos-, el cual, entre otras cosas, recuerda lo ocurrido en los meses de diciembre de 1918 y enero de 1919. El libro fue publicado en 1939, veinte años después de los sucesos.
Este testimonio fue traducido del idish por el Sr. Isaac Vaishenker
𝘈𝘴𝘱𝘦𝘤𝘵𝘰𝘴 𝘳𝘦𝘭𝘢𝘤𝘪𝘰𝘯𝘢𝘥𝘰𝘴 𝘤𝘰𝘯 𝘭𝘢 𝘧𝘰𝘳𝘮𝘢𝘤𝘪ó𝘯 𝘺 𝘥𝘦𝘴𝘢𝘳𝘳𝘰𝘭𝘭𝘰 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘤𝘰𝘮𝘶𝘯𝘪𝘥𝘢𝘥 𝘫𝘶𝘥í𝘢 𝘦𝘯 𝘦𝘭 𝘜𝘳𝘶𝘨𝘶𝘢𝘺 - Curso: Sociología del judaísmo latinoamericano - Prof. Lic. L. Senkman - Trabajos realizados por los alumnos del CEJ (1977-1978).
Fin.
Frugoni habla del político socialista, judeo argentino, Enrique Dickmann (1937).
Para Emilio Frugoni, si hay un hombre que en la vida política del vecino país, de los primeros años del siglo XX, pueda considerarse representación cabal y símbolo perfecto de la naturaleza orgánica de esa gran nación internacional bajo cuyo aliento poderoso brotaba del pecho de los entonces, doce millones de hombres de todas las razas, congregados en un inmenso alveólo geográfico preñado de posibilidades infinitas y de riquezas geórgicas, ese hombre no es otro que Enrique Dickmann.
En él puede verse un prototipo de ese argentino de adopción tan espontánea y profundamente naturalizado en la patria adoptiva, que llega a constituir una personificación de la argentinidad verdadera, en cuanto ella quiere decir realidad y esencia de las características nacionales de una nación cosmopolita y universal que saca su rasgo histórico más típico de la con-sustanciación casi milagrosa de lo nativo con lo extranjero.
La biografía de Dickmann, dice Frugoni, es una página vibrante de esa odisea conmovedora del inmigrante que integra la historia social de ese país enorme, al que afluye el aporte demográfico de más de cien pueblos distintos. Hijo de una familia judía de cierto villorrio del Báltico, salió de su tierra natal a los trece años, y solo, sin más bagaje que una salud de primer orden y un caudal inagotable de energías, llegó a playas argentinas, allá por el año 1891, formando parte de una raza de hombres para quienes los caminos del mundo se han hecho para recorrerlos y no para quedarse sentados a su borde, mirando cómo caminan los demás.
Se vinculó de inmediato a la campaña, en una azarosa brega por el pan cotidiano, en que le vemos ejercer los más variados oficios. Llegó a ser chacarero en Entre Ríos, y entonces hizo venir a su familia. Esa es otra escena obligada de ese drama cíclico de la vida de una nación, mejor dicho, de un continente votado a la suerte hospitalaria de erigir en su suelo, el árbol venturoso de la buena esperanza, cuyas ramas llaman, como brazos, a los desheredados del mundo y los retienen hasta cuando no encuentran bajo ellas sino nuevos dolores y desengaños…
Y una vez instalada su familia, padre y hermanos menores, en la chacra entrerriana, se propone estudiar! Saber!
En la laboriosa existencia política del médico y político socialista, dice Frugoni, se destacan dos grandes preocupaciones como puntos cardinales de su prédica y de su acción: el destino demográfico de la Argentina, que, con sueño de Fausto, se ilusiona con ver transfigurada en asiento de millares de habitantes prósperos; y la absorción espiritual de los extranjeros por la vida de la nación en todas las manifestaciones y en lo más hondo y cálido de su entraña.
Frecuentemente aparece en los artículos y en sus discursos, el concepto de que el verdadero patriotismo reacciona ante la absurda prevención contra los extranjeros. Y así como combate al prejuicio que suele mantener a éstos alejados de las inquietudes civiles de la nación, y les reprocha esa actitud de confinamiento moral que se traduce en la absorbente y utilitaria obstinación de “ hacer la América”, ataca todo aquello que tiende a perpetuar el odioso menosprecio al gringo. Pero revela siempre el anhelo de que el cosmopolitismo no ahogue ni disuelva la nacionalidad, sino que la fecunde reforzando sus valores esenciales.
Hablaba ya español correctamente, aunque con cierto dejo de su lengua familiar, que no le abandonó nunca del todo, y en esto reside gran parte de la eficacia hilarante de los rasgos de feliz humorismo con que salpica sus discursos. Voy a objetivar con un ejemplo: Saco un peso de mi cartera, dice Dickmann, tengo pocos. Este peso tiene escrito que se cambia a la par. Supongamos que el chacarero recibía un peso como éste por 100 kilos de maíz. Al gobierno se le ocurre pagarle más y ¿que hace? Rompe este peso en tres pedazos y dice: señor chacarero, ahí tiene usted tres pesos en lugar de uno.
Bibliografía: Pensamiento y Acción, Enrique Dickmann, Prólogo de Emilio Frugoni, Ediciones de la Sociedad de Amigos del Libro Rioplatense.
Fin.
EL CARAMELO CANDEL Y SU HISTORIA
"El viejo y querido caramelo CANDEL ASTRA (comúnmente denominado cande a secas), tan degustado en nuestra infancia, fue creado por un polaco llamado Pedro Steinbruch, caramelero de oficio, que vino a probar suerte en el Río de la Plata con su mujer allá por los años 30. Primero trabajó en algunas fábricas y luego desempolvó una receta personal.
"Dicen que los olores y sabores son los sentidos que nos transportan con más facilidad en el tiempo y el espacio. Y es algo que se confirma una y otra vez al hablar de estos caramelos. Como si fuera una palabra mágica, luego de pronunciar "candel" muchas personas quedan como idas y empiezan a recordar...que se derretía en el bolsillo y era un enchastre, que si la forma, que se pegaba en las muelas, que si lo chupaban hasta hacerlo finito y después lo masticaban y un enorme etcétera que se remonta a décadas o pocos años, dependiendo de la persona consultada.
Algunos lo asocian con la escuela, otros dicen que era el mejor caramelo para llevar a las interminables sesiones de cine de las matinés, otros se sacaron algún diente con esa pasta que no es ni dura ni blanda. Pero todos concuerdan que como el candel no hay ni habrá, que tiene un no sé qué que lo hace único y que es mucho más que un caramelo, es un patrimonio nacional.
Bueno, lo que me llamó la atención de esta nota fue que algo tan uruguayo, tan nuestro, resultó ser producto de un polaco inmigrante, de oficio caramelero, que huyendo de la guerra y en busca de un futuro mejor para sus familia, desembarcó en Montevideo, puso manos a la obra y comenzó a fabricar caramelos en una gran olla sobre un primus (calentador a alcohol azul muy utilizado años atrás). Su esposa los envolvía a mano y junto a algunas vecinas, los vendían en el barrio, en las puertas de las escuelas y luego en almacenes y kioscos.
Una década más tarde, llegó a Uruguay otro polaco ex combatiente de la segunda guerra mundial de 22 años, llamado Jaime Grill (hoy de 84 años) y se casó con la hija de Steinbruch .
Él transformó el incipiente negocio de caramelos en la empresa que le daría marca registrada a los candel: ASTRA.
Con los años, se hizo cargo del negocio pero dada la demanda, no pudo seguir trabajando manualmente y se tuvo que modernizar. Compró máquinas y cuenta que le dió mucho trabajo lograr la consistencia única ( debida a una fórmula especial ), sólo lo logró con una máquina que él mismo inventó. Esa sí funcionó y llegó a hacer 400 candel por minuto!!!Algo extraordinario seún sus propias palabras.
En el año 2003, después de la crisis, tuvo que vender la fábrica y fue comprada por otra que conservó la marca, y, como dicen algunos vendedores de caramelos para promocionarlo: "este producto es "CANDEL ASTRA: el caramelo que se chupa y no se gasta".
Este caramelo viene acompañando a muchas generacioens, tantas que todos creen que el candel "siempre existió", que siempre estuvo ahí, como algo natural que crece en el suelo de Uruguay.
¿Querés uno?
Nota de: Elizabeth Wojnarowicz.
Fin
"El viejo y querido caramelo CANDEL ASTRA (comúnmente denominado cande a secas), tan degustado en nuestra infancia, fue creado por un polaco llamado Pedro Steinbruch, caramelero de oficio, que vino a probar suerte en el Río de la Plata con su mujer allá por los años 30. Primero trabajó en algunas fábricas y luego desempolvó una receta personal.
"Dicen que los olores y sabores son los sentidos que nos transportan con más facilidad en el tiempo y el espacio. Y es algo que se confirma una y otra vez al hablar de estos caramelos. Como si fuera una palabra mágica, luego de pronunciar "candel" muchas personas quedan como idas y empiezan a recordar...que se derretía en el bolsillo y era un enchastre, que si la forma, que se pegaba en las muelas, que si lo chupaban hasta hacerlo finito y después lo masticaban y un enorme etcétera que se remonta a décadas o pocos años, dependiendo de la persona consultada.
Algunos lo asocian con la escuela, otros dicen que era el mejor caramelo para llevar a las interminables sesiones de cine de las matinés, otros se sacaron algún diente con esa pasta que no es ni dura ni blanda. Pero todos concuerdan que como el candel no hay ni habrá, que tiene un no sé qué que lo hace único y que es mucho más que un caramelo, es un patrimonio nacional.
Bueno, lo que me llamó la atención de esta nota fue que algo tan uruguayo, tan nuestro, resultó ser producto de un polaco inmigrante, de oficio caramelero, que huyendo de la guerra y en busca de un futuro mejor para sus familia, desembarcó en Montevideo, puso manos a la obra y comenzó a fabricar caramelos en una gran olla sobre un primus (calentador a alcohol azul muy utilizado años atrás). Su esposa los envolvía a mano y junto a algunas vecinas, los vendían en el barrio, en las puertas de las escuelas y luego en almacenes y kioscos.
Una década más tarde, llegó a Uruguay otro polaco ex combatiente de la segunda guerra mundial de 22 años, llamado Jaime Grill (hoy de 84 años) y se casó con la hija de Steinbruch .
Él transformó el incipiente negocio de caramelos en la empresa que le daría marca registrada a los candel: ASTRA.
Con los años, se hizo cargo del negocio pero dada la demanda, no pudo seguir trabajando manualmente y se tuvo que modernizar. Compró máquinas y cuenta que le dió mucho trabajo lograr la consistencia única ( debida a una fórmula especial ), sólo lo logró con una máquina que él mismo inventó. Esa sí funcionó y llegó a hacer 400 candel por minuto!!!Algo extraordinario seún sus propias palabras.
En el año 2003, después de la crisis, tuvo que vender la fábrica y fue comprada por otra que conservó la marca, y, como dicen algunos vendedores de caramelos para promocionarlo: "este producto es "CANDEL ASTRA: el caramelo que se chupa y no se gasta".
Este caramelo viene acompañando a muchas generacioens, tantas que todos creen que el candel "siempre existió", que siempre estuvo ahí, como algo natural que crece en el suelo de Uruguay.
¿Querés uno?
Nota de: Elizabeth Wojnarowicz.
Fin
La abuela, padre y tíos de Ana Jerozolimski llegaron al puerto de Montevideo en 1936. Su historia es la de tantos judíos que inmigraron a nuestro país: “No eran aquellos los mejores momentos de Uruguay. La política nacional ardía. Pero para aquellos inmigrantes que bajaban de los barcos, entre ellos mi familia, esto era un comienzo dorado".
Su familia creció en Emilio Reus, y las historias de aquel barrio "lleno de todo tipo de inmigrantes nos acompañaron toda la vida. Mi abuelo fue vendedor ambulante", cuenta Ana.
Su abuelo había llegado unos años antes y trabajó duramente "para ahorrar y traer a su familia de Makow, el pueblito en el que vivían en su Polonia natal", señaló. Ese día llegó y quedó registrado en el histórico documento. Al relato completo, publicado en el Semanario Hebreo, se puede acceder en este link.
"Esta historia es la de mi familia, pero también la historia de muchos inmigrantes judíos y tantos no judíos, porque como se dice, salvo los charrúas, todos descendemos de los barcos, nuestras familias llegaron en algún momento y de algún lado", dijo Ana Jerozolimski en Al Pan Pan.
Aquí la entrevista completa:
https://www.sarandi690.com.uy/2021/07/05/ana-jerozolimski-conto-su-historia/
Su familia creció en Emilio Reus, y las historias de aquel barrio "lleno de todo tipo de inmigrantes nos acompañaron toda la vida. Mi abuelo fue vendedor ambulante", cuenta Ana.
Su abuelo había llegado unos años antes y trabajó duramente "para ahorrar y traer a su familia de Makow, el pueblito en el que vivían en su Polonia natal", señaló. Ese día llegó y quedó registrado en el histórico documento. Al relato completo, publicado en el Semanario Hebreo, se puede acceder en este link.
"Esta historia es la de mi familia, pero también la historia de muchos inmigrantes judíos y tantos no judíos, porque como se dice, salvo los charrúas, todos descendemos de los barcos, nuestras familias llegaron en algún momento y de algún lado", dijo Ana Jerozolimski en Al Pan Pan.
Aquí la entrevista completa:
https://www.sarandi690.com.uy/2021/07/05/ana-jerozolimski-conto-su-historia/
El actual ministro del Interior del Uruguay, Luis Alberto Heber Fontana, cuya madre fue víctima de un crimen de lesa humanidad, podría tener origenes israelitas por parte de la familia de su padre.
Carl Brendel, un médico alemán, poco amigo de la causa judía, que vivió en Uruguay en el siglo XIX dice que era amigo de su tatará abuelo, el padre de su abuelo Gustavo Heber Wichelhausen. Este llegó a la familia más importante de los Blancos por su casamiento con la Sra. Jackson. Oriiundo de Francfort, se convirtió al catolicismo para casarse- Fernando Mañe Garzón, Angel Ayestarán, El Gringo de Confianza, Memorias de un médico alemán en Montevideo entre el 1867-1892.
Carl Brendel, un médico alemán, poco amigo de la causa judía, que vivió en Uruguay en el siglo XIX dice que era amigo de su tatará abuelo, el padre de su abuelo Gustavo Heber Wichelhausen. Este llegó a la familia más importante de los Blancos por su casamiento con la Sra. Jackson. Oriiundo de Francfort, se convirtió al catolicismo para casarse- Fernando Mañe Garzón, Angel Ayestarán, El Gringo de Confianza, Memorias de un médico alemán en Montevideo entre el 1867-1892.
El industrial judio Leonardo Rozemblum- titular de la malograda empresa Motociclo, con el entonces Presidente Julio Maria Sanguinetti.
La industria judía.
Autor:
Julio Moskovicz
Los inmigración judia al Uruguay trajo artesanos, de muchos rubros. Una aproximación a tema tan vasto, es encarar, aproximadamente, el desarrollo de la industria de la carpintería (muebles) y la vestimenta, que trajo de la mano patronales y sindicatos obreros, como así cooperativas.
En 1927 se reunieron en Montevideo 10 carpinteros * judíos y formaron una Cooperativa. Ésta se estableció en la calle Paysandú 1413/ 1421.
Los talleres individuales tras una jornada diaria de 16/ 18 horas y una economía espartana, fueron lentamente progresando. Aparecieron sierras y otras máquinas, jornaleros contratados, transformándose en fábricas de muebles.
Actualmente (1953) funcionan más de 380 talleres de judíos, que representan el 80% de toda la industria y ocupan a unos 3. 000 jornaleros.
" El desarrollo de la industria del mueble posibilitó la aparición de tornerías (en madera), tapicerías, espejos, herrajes para muebles, cajonería para radios, elásticos para camas y otros ramos. Se abrieron dos fábricas de madera compensada, que cubren casi toda la demanda del pais. Quince barracas importadoras de maderas, de propiedad judia, abastecen mayoritariamente de materia prima a las carpinterias.
Todo esto se logró aproximadamente en veinte años, También existen en Montevideo, 320 mueblerías, donde casi el 90% es propiedad de dueños judios. Simultáneamente se posibilita el trabajo a una flota de camioneros para el traslado de muebles y maderas. La productividad de la industria de la madera (muebles y afines) se calcula en 12/ 13 millones de pesos (1953) y ocupa a miles de obreros.
* Tan extendido es el gremio (o la artesania) de la carpintería (en yidish stolerai; carpintero: stoler) ue hay apellidos vinculados a dicho oficio, como Stolar, Stoliar, Stoler, Stolarsky, etc.
De un articulo periodístico sobre "El rol de los judios en la industria del Uruguay" se desprende que en la "Exposición Industrial del Uruguay" (Mercado de Frutos del Pais. Puerto de Montevideo 1933) expusieron industriales grandes y chicos y también artesanales, aportando otras informaciones:
...de 595 expositores que se presentaron, muchos eran judíos. Con respecto a ramas de actividad que éstos desarrollan, detalla los siguientes fábricas: 23 textiles; 15 de muebles; 10 de camas de bronce y hierro; 3 de aceite y masilla; 3 de herrajes (muebles y monederos); 5 de impermeables; 2 de niquelados y bronceados; 8 de caramelos; 4 de perfumes y anexos; 5 curtiembres; 1 de jalvá; 1 de medias; 2 de cajas de cartón; 2 de cuadernos; 1 de tinta; 1 de cola; 3 de espejos; 3 de estopa; 1 de algodón; 3 de acolchados y colchas; 1 de bolsas; 1 de peines: 1 de cepillos de dientes; 1 de boquillas Primus; 6 de NN; 7, gorras y sombreros; 4 de pañuelos; 17 de camisas; 1 de vidrio (botellas/ tulipas); 3 de jabones; 8 de billeteras y carteras; 5 de valijas/ carteras escolares; 3 de cinturones; 1 aserradero; 2 de pomadas para calzado; 6 de gaseosas; 1 de paraguas; 3 de ligas; 7 de corbatas; 1 de encendedores; 2 de botones; 1 de alfombras; 1 articulos de limpieza; 1 de palos de escobas; 1 de cintas para máquinas de escribir.
Además existen unos 200 talleres de sillas y muebles; 6 de reparación de automóviles, motos y biciletas; 4 de ojalados; 23 de aparados (calzados); 5 de reparación de bolsas; 25 de hojalatería; 6 de tapizados; 3 casas de fotografías; 5 talleres de electricidad; 5 de camisas; 400 (aprox) talleres de calzados, 300 peluquerías (aprox.); 10 de sombreros para damas; 12 talleres de radios; 4 de arañas (luz); 30 de confección de vestimenta; 70 de limpieza y planchados de ropa; 9 imprentas; 4 de joyas; 2 de encuadernación; 1 recuperadora de trapos (estopas).
En suma, 1. 355 talleres de distinto porte. El total general (fábricas/ talleres) trepa a 1. 544, abarcando 71 diferentes ramas de actividad, que proporciona trabajo a miles de obreros.
PROHIBIDO PARA NOSTALGICOS.LOS SASTRES JUDIOS. * Luis Grene (C X 30 Radio Nacional. Julio 06 2008).
En los barrios populares del ayer, nunca faltaron sastres judios. Fueron inmigrantes que llegaron de una Europa sacudida por la guerra y el odio racial Por esos fines del 30, los montevideanos eran muy elegantes y los veíamos trabajar, también hacer codo en el boliche fraterno y visitar la casa de la novia pero siempre de traje y el "gacho" gris. Para ellos la pinta no era lo de menos. Por la Ciudad Vieja, un sastre judío, el muy rubio señor Glickberg, instaló dos locales. Uno sobre Reconquista y el otro por Ituzaingó que tenía en su entrada un gran espejo con el nombre de ese artista de la aguja. Fue ese sastre quien hizo famosa la frase "Hay que vestir bien y por poca plata" que aparecía en los volantes que repartían los populares "hombres sandwiches" que recorrían la concurrida calle Sarandí.
También el señor Glickberg vendía sombreros que fabricaban unos paisanos suyos que tenían una pequeña fábrica en un garaje de Domingo Aramburú y Porongos, en el corazón de la zona israelita de Villa Muñoz. Por esos años, su competidor en la Ciudad Vieja fue otro laburante judío que se instaló también sobre Reconquista pero más hacía la zona de El Bajo.
Fue don Samuel Brickman, que no sólo hacía trajes de medida, sino que también en lo comercial fue un innovador. Popularizó la modalidad de la compraventa y canje de prendas de vestir.
Llevabas ropa usada en buen estado y podías salir con un pintón traje nuevito pagando muy poca plata.
Sus clientes comentaban que ese sistema lo había traído de la lejana Polonia cuando escaseaba el dinero por la ocupación nazi y la gente se las ingeniaba para sobrevivir haciendo, entre otras cosas, el canje de sus ropas cobrando una pequeña diferencia en efectivo. Así fue que don Brickman se hizo muy popular, no sólo por la calidad de sus trajes a medida que vendía en cuotas, sino también por canjear ropas usadas en muy buen estado. Su negocio comenzó a llenarse de trabajadores muy humildes que no pudiendo pagar un traje nuevo canjeaban el antiguo por otro más nuevo y todo por escasos vintenes.
A la altura de Convención casi Mercedes, se instaló otro sastre judío que todos conocieron como Don Bruno.
Por ser su local tan pequeño no era extraño verlo en la puerta, parado en la vereda, tomando las medidas con el centímetro que siempre colgaba de su cuello de infatigable laburante. Por el verano sacaba un banquito a la calle y ayudado por su señora se lo veía trabajar en la puerta de su pequeñito local despertando el respeto y la admiración de los vecinos.
La paradoja fue que por la misma calle Convención, a una cuadra de Don Bruno, se instaló una confitería de otros inmigrantes pero de origen alemán y en un principio era visitada casi en exclusividad por la colonia de esa nacionalidad radicada en Montevideo. Por la esquina de Gral. Flores y Domingo Aramburú, estuvo otro sastre que con los años y gracias a sus esfuerzos llegó a comprar esa esquina y levantó un negocio emblemático del barrio que se llamó "Goes Palace". Los vecinos le decían el señor Recupido y uno de sus clientes fue el escritor Juan Carlos Patrón, un gran goense que tenía una mesa exclusiva en el Vaccaro de enfrente.
Quizás por esa barriada fue donde más abundaron los sastres judíos que no sólo esperaban a sus clientes, sino que salían a buscarlos con gran ahínco. Nunca descubrimos cómo lo hacían, pero la verdad es que cuando se acercaba un casorio o un cumpleaños, ahí aparecían ellos ofreciendo sus servicios y nada de preocuparse por la plata porque estaban "las coitas" que todo lo resolvían. También vendieron acolchados y sábanas donde bordaban las iniciales de los recién casados en una costumbre que marcó a una época.
Cuando en las viejas postales todos se admiran de la elegancia de los montevideanos de antaño, detrás estaba el silencioso trabajo de aquellos esforzados sastres judíos.
( * Schneider: esta palabra puede tener pronunciaciones y escrituras diferentes pero ambas provienen del mismo linaje, origen familiar y significado. (Szneider, Sznajder, Shneider, Schneider)
Schneider es un apellido de origen judeo-aleman que hace, traducido en idioma yidish e incluso aleman, al oficio de sastre, muy practicado entre los judios. Es (fue) siempre un trabajo artesanal, trasmitido de generación en generacion, especialmente útil, para huir (sin cargar herramientas) del estallido de los frecuentes pogroms que estallaban en el Este europeo, especialmente.
El apellido judio Scheneider es uno de los mas comunes junto a Levy, Cohen, Segal, etc.)
Existen también importantes rubros industriales, donde la dedicación de ciudadanos judios posibilitó un importante desarrollo, como por ejemplo, la textil (tejidos de punto), metalúrgica (camas de bronce y hierro), vestimenta (camisas, pantalones, sobretodos, sacos, tapados, etc), amén de implantar el crédito popular mediante la venta de mercaderías pagaderas a plazos. De este modo los judios crearon en el Uruguay un embrión de la tarjeta Master Card.
Ninguna industria puede desarrollarse sin operarios, trabajen en una frábrica o taller o en su domiclio (façoneros). El desarrollo de la industria, dio origen a la fundación de gremios o sindicatos. Aquí se reproducen comunicados obreros, referidas a industrias propiamente dichas, excluyendo empresas de servicios (mozos, pintores, músicos, guardas), panaderías, etc
Sastres. En Enero 1930 convocan a reunión, en Durazno 1079. En Mayo 1933, citan a Arenal Grande 1860 e informan que continúa la huelga en el taller de sastrería de Motele Mizes, de Médanos 1093. (21).
Tejedores. El Sindicato de Tejedores Judios (Yidishe Sztrikers) cita a reunión en Yaguarón 1029 para Setiembre 12, 1930. En Abril 1931 sigue la huelga en las textiles de Bernardo Ferber, Benjamín Miodownik, David Junovich, Visonsky, Tugender, Tenenbaum, Santiago Eisenberg. El Sindicato sesiona en Maciel 1400.(
Sindicato de Sastres a Domicilio. Convocan a a afiliarse al Sznaider Haim-Arbeter Farain (façoneros) incluyendo ojaladores a domicilio. Su sede está en Porongos 2443 (más adelante, Porongos 2359).
Aparadores.1937. El Farain fun Talleristn fun Shuj un Szteper Faj, (Asociaciòn de Talleristas del Calzado y Aparadores) comuica que se reune regularmente, intentando crear una cooperativa, con la meta de integrar un fondo de $ 3.000 de Capital, para luego solicitar Personería Jurídica.
(La información surge de publicaciones en la prensa yidish de la época, boletines, etc).
La proliferación de vendedores ambulantes motivó la aparición de tiendas, mueblerías, ventas de radios, sastrerías, etc., deseosas de venderles. Libres de competencia, cobraban precios abusivos y concedían créditos muy cortos. Considerándolo inconveniente, los cuentenikes * resolvieron agruparse y crear una cooperativa, (1) donde compraban a los fabricantes directamente y en condiciones más ventajosas.
° En Agosto de 1930 se crea la Unión de Muebleros (Mebl-Fabricant)., fijando domicilio en el Estudio del Dr.E. Scarano .
En Mayo 1933, la Asociación de Muebleros (Centro de Defensa Industrial), de Av. Rondeau 1646 (Estudio).
Establecen sede en la calle Concepción Arenal 1528.
° " En 1943 se fundó una Asociación de Fabricantes de Muebles, con 200 asociados, de los cuales 160 son fabricantes judios. Desde 1949 existe, anexo a la Asociación, una Cooperativa para la Industria del Mueble con " Personeria Juridica, creada sobre la base de accionistas, que actualmente (1953), son 92.
En 1950 la sede estaba en Av. Agraciada 2461 y su Comisión Directiva la preside Miguel Fogel, con Secretaria de Salomón Prusky. (18) Feb 7, 1950
Cooperativas de CuentenikesEn 1928 se funda en Montevideo la 1a. Cooperativa de Cuentenikes (derivado de "cuentas"; vendedores a domicilio a plazos) comenzando en Tacuarembó N° 1479.
La Asamblea fundacional formal se realizó en Abril 28, 1929 con 100 socios accionistas.
Actualmente (1930) cuenta con más de 200. Gestionaron personería obtenida en Setiembre 5, 1930, a nombre de "Corporación Comercial S.A. "
Crearon Caja de Auxilio, para atender a enfermos y familiares de socios fallecidos.
La casi totalidad de los cuentenikes eran de origen ashkenazita
Dentro de la colectividad judía existen dos comunidades importantes: la ashkenazi (ta) y la sefardí (ta) La diferencia tiene que ver con el lugar de origen y con él, las costumbres, el idioma, la gastronomía, los oficio, etc. Si bien las diferencias culturales han llevado a estas dos comunidades a mantenerse separadas, en muchos casos se han unido en pos del desarrollo de la comunidad judía en su totalidad.
Los aschkenazim, comúnmente denominados "rusos" son aquellos que provienen de Europa Central y Oriental, principalmente de Alemania, Polonia, Ucrania, Rusia, Rumania y Hungría.
Se diferencian de otras ramas del pueblo judío por sus costumbres y su lengua, el yídish.
Constituyen la parte más grande del pueblo judío, a pesar de haber sido las principales víctimas del Holocausto, durante la Segunda Guerra Mundial
La palabra "ashkenazi" tiene su origen en el personaje bíblico "ashkenaz", bisnieto de Noé, (Génesis 10:3). Durante la Edad Media, el término "ashkenaz" se asimiló al de "Alemania", que a su vez constituía el punto de concentración más alto de judíos centroeuropeos.
Entre los siglos X y XIX muchos judíos emigraron a otras zonas, generalmente a Europa del Este (Observatorio de Comunidades. Buenos Aires).
En 1939 la Cooperativa, al inaugurar su edificio propio, de cinco plantas en Av. Rondeau 1437 edita un suplemento especial, adjunto al diario yidish de Montevideo, "Folksblatt" de la fecha.
Su Sección Muebleria continuaría en la calle 25 de Mayo. (15) Oct 24, 1939. La Cooperativa ocupó locales en Tacuarembó 1479 (1928), Magallanes 1440 (1931), 25 de Mayo 686/ 88 (1934) y Av. Rondeau 1437 (1939).
Muchos de estos comerciantes de ventas a plazo a domicilio, con el tiempo mejoraron su condición económica cambiando de rubro, estableciendo empresas como casas de Remates venta de muebles usados, estacion de radio, mueblerías de venta al público, fàbrica de acolchados, rubros de vestiment varios (camisas,trajes, pantalones, sacos de mozo, importadores (de articulos de mercería, de bazar, lencería,locales de venta de aparatos de radio, de baterias y cubiertas para auto, etc. etc.) Años después, tambien activarias en la rama de la construcción.
La Cooperativa de Cuentenikes * "La Amistad" fué fundada en 1937 (1936 ?) a raiz de la escisión de un grupode socios de la 1a. cooperativa. (Corporación Comercial S.A.).
El cisma en la 1a. Cooperativa obedeció a razones ideológicas (judeo- comunistas versus centro / prosionista) La Lista triunfadora estuvo integrada por personas afines al comunismo.
En el año 1937 se estableció en Uruguay 877, donde permaneció hasta 1939, época en que se traslada a la calle Rio Branco 1536 sede de tres plantas. Sus socios sumaban 300 y su personal, 80 dependientes. En 1939 cuando el Banco Israelita atravesó graves dficultades, esta Cooperativa tuvo que cerrar sus puertas, pues su sostén financiero era ese Banco, con quien Tenía total identificación ideológica.
En 1941 se reorganizaría, reiniciando sus actividades en su nueva sede de Buenos Aires 570.
En Mayo 1941 La Amistad", muy afectada por la profunda crisis motivada por la guerra, tras concertar un arreglo comercial con sus acreedores, cuyos créditos no pudo en su momento pagar, informa que en 8 o 10 meses saldrá a flote y podrá reiniciar normalmente sus actividades.
En 1952 en la calle Buenos Aires 429, adquirió una finca antigua, donde edificó su sede de 2.400 metros en cuatro plantas.
En 1957 contaba con un personal de 40 personas. Por 1978/ 79, liquidó sus actividades tras Grandes dificultades económico/ financieras que no pudo superar, vendiendo su sede a la firma Burcatex S.A., quien había esarrollado una importante actividad comercial, iniciándose como vendedores a domicilio a plazos (cuentenikes)
De los judíos inmigrantes sólo un pequeño grupo de ellos eran profesionales. Fueron obreros, artesanos, sastres, pequeños comerciantes y "kuenteniks" (derivada de la palabra "cuenta").
Estos últimos andaban por las ciudades vendiendo en cuotas y llevando la cuenta de lo que debía cada cliente. Los hubo feriantes y proletarios, así como también vendedores ambulantes.
Muchos comenzaron con estos trabajos y luego fueron abriendo sus propios locales: almacenes, talleres, negocios de telas, etc.
Luego de algunas generaciones, los judíos comenzaron a acceder a las profesiones. Son los hijos de los inmigrantes colonos y los pequeños comerciantes los primeros que tuvieron la posibilidad de estudiar y ejercer profesiones más allá de las que podían aprender por herencia.
Entre los inmigrantes ashkenazíes, muchos llegaron con los oficios que ejercían en la Rusia zarista. Sastres, carpinteros, trabajadores de metales, artesanos y otros miles sin especialización alguna. Vinieron con sus padres que en general eran judios practicantes de la religion, aunque sus hijos, traían ideas progresistas y revolucionarias surgidas de las matanzas que se estaban dando en su país.
Aquellos que traían profesión, como los carpinteros, eran los más afortunados. Los llamaban en ídish, balmelojes.(baalei melaja) Aquellos que no tenían oficio ni profesión, aceptaban los trabajos más duros: en el puerto, la construcción, las fábricas, etc.
(En Argentina, la proletarización creciente llevó a que en 1898 se formara la primera organización del proletariado judío, la Asociación del Obrero Judío, que tenía como objetivo primordial conseguir empleo a los recién llegados. En Uruguay, para igual fin se fundó algo similar en 1918/ 19).
Los judíos sefaradíes, en cambio, son recordados como los vendedores ambulantes de Buenos Aires. Se habían visto obligados a trabajar desde muy chicos, razón por la cual muy pocos llegaban a ser profesionales. Se dedicaron principalmente al comercio, en un principio a la venta ambulante, tal como se acostumbraba en Medio Oriente, ya que muchos nunca habían tenido la posibilidad de tener bienes o tierras. En los puertos donde paraban los barcos, los vendedores ambulantes se metían a vender sus mercaderías.
Para conseguir sus productos simplemente había que transitar las calles Reconquista, Buenos Aires, Colon, zona de Ciudad. En este barrio se juntaban los vendedores ambulantes adquiriendo a su congéneres sábanas, toallas, medias, telas, Fueron sastres, zapateros, comerciantes y hacia fines de la década del 50 y principiosdel 60, algunos comenzaron a trabajar en la construcción.
En las décadas 1930/ 40 los importadores s y fabricantes se concentraban en las calles Ciudadela (vieja), Florida, Soriano, Andes. (Actualmente, en el llamado Barrio de los Judios, con eje en Domingo Aramburú y Arenal Grande)
Muchos judíos también se han dedicado al trabajo comunitario, así como también podemos encontrar en la colectividad innumerables intelectuales, artistas y profesionales de todo tipo.
(Basado en Historia de Comunidades)
Autor:
Julio Moskovicz
Fin.
Autor:
Julio Moskovicz
Los inmigración judia al Uruguay trajo artesanos, de muchos rubros. Una aproximación a tema tan vasto, es encarar, aproximadamente, el desarrollo de la industria de la carpintería (muebles) y la vestimenta, que trajo de la mano patronales y sindicatos obreros, como así cooperativas.
En 1927 se reunieron en Montevideo 10 carpinteros * judíos y formaron una Cooperativa. Ésta se estableció en la calle Paysandú 1413/ 1421.
Los talleres individuales tras una jornada diaria de 16/ 18 horas y una economía espartana, fueron lentamente progresando. Aparecieron sierras y otras máquinas, jornaleros contratados, transformándose en fábricas de muebles.
Actualmente (1953) funcionan más de 380 talleres de judíos, que representan el 80% de toda la industria y ocupan a unos 3. 000 jornaleros.
" El desarrollo de la industria del mueble posibilitó la aparición de tornerías (en madera), tapicerías, espejos, herrajes para muebles, cajonería para radios, elásticos para camas y otros ramos. Se abrieron dos fábricas de madera compensada, que cubren casi toda la demanda del pais. Quince barracas importadoras de maderas, de propiedad judia, abastecen mayoritariamente de materia prima a las carpinterias.
Todo esto se logró aproximadamente en veinte años, También existen en Montevideo, 320 mueblerías, donde casi el 90% es propiedad de dueños judios. Simultáneamente se posibilita el trabajo a una flota de camioneros para el traslado de muebles y maderas. La productividad de la industria de la madera (muebles y afines) se calcula en 12/ 13 millones de pesos (1953) y ocupa a miles de obreros.
* Tan extendido es el gremio (o la artesania) de la carpintería (en yidish stolerai; carpintero: stoler) ue hay apellidos vinculados a dicho oficio, como Stolar, Stoliar, Stoler, Stolarsky, etc.
De un articulo periodístico sobre "El rol de los judios en la industria del Uruguay" se desprende que en la "Exposición Industrial del Uruguay" (Mercado de Frutos del Pais. Puerto de Montevideo 1933) expusieron industriales grandes y chicos y también artesanales, aportando otras informaciones:
...de 595 expositores que se presentaron, muchos eran judíos. Con respecto a ramas de actividad que éstos desarrollan, detalla los siguientes fábricas: 23 textiles; 15 de muebles; 10 de camas de bronce y hierro; 3 de aceite y masilla; 3 de herrajes (muebles y monederos); 5 de impermeables; 2 de niquelados y bronceados; 8 de caramelos; 4 de perfumes y anexos; 5 curtiembres; 1 de jalvá; 1 de medias; 2 de cajas de cartón; 2 de cuadernos; 1 de tinta; 1 de cola; 3 de espejos; 3 de estopa; 1 de algodón; 3 de acolchados y colchas; 1 de bolsas; 1 de peines: 1 de cepillos de dientes; 1 de boquillas Primus; 6 de NN; 7, gorras y sombreros; 4 de pañuelos; 17 de camisas; 1 de vidrio (botellas/ tulipas); 3 de jabones; 8 de billeteras y carteras; 5 de valijas/ carteras escolares; 3 de cinturones; 1 aserradero; 2 de pomadas para calzado; 6 de gaseosas; 1 de paraguas; 3 de ligas; 7 de corbatas; 1 de encendedores; 2 de botones; 1 de alfombras; 1 articulos de limpieza; 1 de palos de escobas; 1 de cintas para máquinas de escribir.
Además existen unos 200 talleres de sillas y muebles; 6 de reparación de automóviles, motos y biciletas; 4 de ojalados; 23 de aparados (calzados); 5 de reparación de bolsas; 25 de hojalatería; 6 de tapizados; 3 casas de fotografías; 5 talleres de electricidad; 5 de camisas; 400 (aprox) talleres de calzados, 300 peluquerías (aprox.); 10 de sombreros para damas; 12 talleres de radios; 4 de arañas (luz); 30 de confección de vestimenta; 70 de limpieza y planchados de ropa; 9 imprentas; 4 de joyas; 2 de encuadernación; 1 recuperadora de trapos (estopas).
En suma, 1. 355 talleres de distinto porte. El total general (fábricas/ talleres) trepa a 1. 544, abarcando 71 diferentes ramas de actividad, que proporciona trabajo a miles de obreros.
PROHIBIDO PARA NOSTALGICOS.LOS SASTRES JUDIOS. * Luis Grene (C X 30 Radio Nacional. Julio 06 2008).
En los barrios populares del ayer, nunca faltaron sastres judios. Fueron inmigrantes que llegaron de una Europa sacudida por la guerra y el odio racial Por esos fines del 30, los montevideanos eran muy elegantes y los veíamos trabajar, también hacer codo en el boliche fraterno y visitar la casa de la novia pero siempre de traje y el "gacho" gris. Para ellos la pinta no era lo de menos. Por la Ciudad Vieja, un sastre judío, el muy rubio señor Glickberg, instaló dos locales. Uno sobre Reconquista y el otro por Ituzaingó que tenía en su entrada un gran espejo con el nombre de ese artista de la aguja. Fue ese sastre quien hizo famosa la frase "Hay que vestir bien y por poca plata" que aparecía en los volantes que repartían los populares "hombres sandwiches" que recorrían la concurrida calle Sarandí.
También el señor Glickberg vendía sombreros que fabricaban unos paisanos suyos que tenían una pequeña fábrica en un garaje de Domingo Aramburú y Porongos, en el corazón de la zona israelita de Villa Muñoz. Por esos años, su competidor en la Ciudad Vieja fue otro laburante judío que se instaló también sobre Reconquista pero más hacía la zona de El Bajo.
Fue don Samuel Brickman, que no sólo hacía trajes de medida, sino que también en lo comercial fue un innovador. Popularizó la modalidad de la compraventa y canje de prendas de vestir.
Llevabas ropa usada en buen estado y podías salir con un pintón traje nuevito pagando muy poca plata.
Sus clientes comentaban que ese sistema lo había traído de la lejana Polonia cuando escaseaba el dinero por la ocupación nazi y la gente se las ingeniaba para sobrevivir haciendo, entre otras cosas, el canje de sus ropas cobrando una pequeña diferencia en efectivo. Así fue que don Brickman se hizo muy popular, no sólo por la calidad de sus trajes a medida que vendía en cuotas, sino también por canjear ropas usadas en muy buen estado. Su negocio comenzó a llenarse de trabajadores muy humildes que no pudiendo pagar un traje nuevo canjeaban el antiguo por otro más nuevo y todo por escasos vintenes.
A la altura de Convención casi Mercedes, se instaló otro sastre judío que todos conocieron como Don Bruno.
Por ser su local tan pequeño no era extraño verlo en la puerta, parado en la vereda, tomando las medidas con el centímetro que siempre colgaba de su cuello de infatigable laburante. Por el verano sacaba un banquito a la calle y ayudado por su señora se lo veía trabajar en la puerta de su pequeñito local despertando el respeto y la admiración de los vecinos.
La paradoja fue que por la misma calle Convención, a una cuadra de Don Bruno, se instaló una confitería de otros inmigrantes pero de origen alemán y en un principio era visitada casi en exclusividad por la colonia de esa nacionalidad radicada en Montevideo. Por la esquina de Gral. Flores y Domingo Aramburú, estuvo otro sastre que con los años y gracias a sus esfuerzos llegó a comprar esa esquina y levantó un negocio emblemático del barrio que se llamó "Goes Palace". Los vecinos le decían el señor Recupido y uno de sus clientes fue el escritor Juan Carlos Patrón, un gran goense que tenía una mesa exclusiva en el Vaccaro de enfrente.
Quizás por esa barriada fue donde más abundaron los sastres judíos que no sólo esperaban a sus clientes, sino que salían a buscarlos con gran ahínco. Nunca descubrimos cómo lo hacían, pero la verdad es que cuando se acercaba un casorio o un cumpleaños, ahí aparecían ellos ofreciendo sus servicios y nada de preocuparse por la plata porque estaban "las coitas" que todo lo resolvían. También vendieron acolchados y sábanas donde bordaban las iniciales de los recién casados en una costumbre que marcó a una época.
Cuando en las viejas postales todos se admiran de la elegancia de los montevideanos de antaño, detrás estaba el silencioso trabajo de aquellos esforzados sastres judíos.
( * Schneider: esta palabra puede tener pronunciaciones y escrituras diferentes pero ambas provienen del mismo linaje, origen familiar y significado. (Szneider, Sznajder, Shneider, Schneider)
Schneider es un apellido de origen judeo-aleman que hace, traducido en idioma yidish e incluso aleman, al oficio de sastre, muy practicado entre los judios. Es (fue) siempre un trabajo artesanal, trasmitido de generación en generacion, especialmente útil, para huir (sin cargar herramientas) del estallido de los frecuentes pogroms que estallaban en el Este europeo, especialmente.
El apellido judio Scheneider es uno de los mas comunes junto a Levy, Cohen, Segal, etc.)
Existen también importantes rubros industriales, donde la dedicación de ciudadanos judios posibilitó un importante desarrollo, como por ejemplo, la textil (tejidos de punto), metalúrgica (camas de bronce y hierro), vestimenta (camisas, pantalones, sobretodos, sacos, tapados, etc), amén de implantar el crédito popular mediante la venta de mercaderías pagaderas a plazos. De este modo los judios crearon en el Uruguay un embrión de la tarjeta Master Card.
Ninguna industria puede desarrollarse sin operarios, trabajen en una frábrica o taller o en su domiclio (façoneros). El desarrollo de la industria, dio origen a la fundación de gremios o sindicatos. Aquí se reproducen comunicados obreros, referidas a industrias propiamente dichas, excluyendo empresas de servicios (mozos, pintores, músicos, guardas), panaderías, etc
Sastres. En Enero 1930 convocan a reunión, en Durazno 1079. En Mayo 1933, citan a Arenal Grande 1860 e informan que continúa la huelga en el taller de sastrería de Motele Mizes, de Médanos 1093. (21).
Tejedores. El Sindicato de Tejedores Judios (Yidishe Sztrikers) cita a reunión en Yaguarón 1029 para Setiembre 12, 1930. En Abril 1931 sigue la huelga en las textiles de Bernardo Ferber, Benjamín Miodownik, David Junovich, Visonsky, Tugender, Tenenbaum, Santiago Eisenberg. El Sindicato sesiona en Maciel 1400.(
Sindicato de Sastres a Domicilio. Convocan a a afiliarse al Sznaider Haim-Arbeter Farain (façoneros) incluyendo ojaladores a domicilio. Su sede está en Porongos 2443 (más adelante, Porongos 2359).
Aparadores.1937. El Farain fun Talleristn fun Shuj un Szteper Faj, (Asociaciòn de Talleristas del Calzado y Aparadores) comuica que se reune regularmente, intentando crear una cooperativa, con la meta de integrar un fondo de $ 3.000 de Capital, para luego solicitar Personería Jurídica.
(La información surge de publicaciones en la prensa yidish de la época, boletines, etc).
La proliferación de vendedores ambulantes motivó la aparición de tiendas, mueblerías, ventas de radios, sastrerías, etc., deseosas de venderles. Libres de competencia, cobraban precios abusivos y concedían créditos muy cortos. Considerándolo inconveniente, los cuentenikes * resolvieron agruparse y crear una cooperativa, (1) donde compraban a los fabricantes directamente y en condiciones más ventajosas.
° En Agosto de 1930 se crea la Unión de Muebleros (Mebl-Fabricant)., fijando domicilio en el Estudio del Dr.E. Scarano .
En Mayo 1933, la Asociación de Muebleros (Centro de Defensa Industrial), de Av. Rondeau 1646 (Estudio).
Establecen sede en la calle Concepción Arenal 1528.
° " En 1943 se fundó una Asociación de Fabricantes de Muebles, con 200 asociados, de los cuales 160 son fabricantes judios. Desde 1949 existe, anexo a la Asociación, una Cooperativa para la Industria del Mueble con " Personeria Juridica, creada sobre la base de accionistas, que actualmente (1953), son 92.
En 1950 la sede estaba en Av. Agraciada 2461 y su Comisión Directiva la preside Miguel Fogel, con Secretaria de Salomón Prusky. (18) Feb 7, 1950
Cooperativas de CuentenikesEn 1928 se funda en Montevideo la 1a. Cooperativa de Cuentenikes (derivado de "cuentas"; vendedores a domicilio a plazos) comenzando en Tacuarembó N° 1479.
La Asamblea fundacional formal se realizó en Abril 28, 1929 con 100 socios accionistas.
Actualmente (1930) cuenta con más de 200. Gestionaron personería obtenida en Setiembre 5, 1930, a nombre de "Corporación Comercial S.A. "
Crearon Caja de Auxilio, para atender a enfermos y familiares de socios fallecidos.
La casi totalidad de los cuentenikes eran de origen ashkenazita
Dentro de la colectividad judía existen dos comunidades importantes: la ashkenazi (ta) y la sefardí (ta) La diferencia tiene que ver con el lugar de origen y con él, las costumbres, el idioma, la gastronomía, los oficio, etc. Si bien las diferencias culturales han llevado a estas dos comunidades a mantenerse separadas, en muchos casos se han unido en pos del desarrollo de la comunidad judía en su totalidad.
Los aschkenazim, comúnmente denominados "rusos" son aquellos que provienen de Europa Central y Oriental, principalmente de Alemania, Polonia, Ucrania, Rusia, Rumania y Hungría.
Se diferencian de otras ramas del pueblo judío por sus costumbres y su lengua, el yídish.
Constituyen la parte más grande del pueblo judío, a pesar de haber sido las principales víctimas del Holocausto, durante la Segunda Guerra Mundial
La palabra "ashkenazi" tiene su origen en el personaje bíblico "ashkenaz", bisnieto de Noé, (Génesis 10:3). Durante la Edad Media, el término "ashkenaz" se asimiló al de "Alemania", que a su vez constituía el punto de concentración más alto de judíos centroeuropeos.
Entre los siglos X y XIX muchos judíos emigraron a otras zonas, generalmente a Europa del Este (Observatorio de Comunidades. Buenos Aires).
En 1939 la Cooperativa, al inaugurar su edificio propio, de cinco plantas en Av. Rondeau 1437 edita un suplemento especial, adjunto al diario yidish de Montevideo, "Folksblatt" de la fecha.
Su Sección Muebleria continuaría en la calle 25 de Mayo. (15) Oct 24, 1939. La Cooperativa ocupó locales en Tacuarembó 1479 (1928), Magallanes 1440 (1931), 25 de Mayo 686/ 88 (1934) y Av. Rondeau 1437 (1939).
Muchos de estos comerciantes de ventas a plazo a domicilio, con el tiempo mejoraron su condición económica cambiando de rubro, estableciendo empresas como casas de Remates venta de muebles usados, estacion de radio, mueblerías de venta al público, fàbrica de acolchados, rubros de vestiment varios (camisas,trajes, pantalones, sacos de mozo, importadores (de articulos de mercería, de bazar, lencería,locales de venta de aparatos de radio, de baterias y cubiertas para auto, etc. etc.) Años después, tambien activarias en la rama de la construcción.
La Cooperativa de Cuentenikes * "La Amistad" fué fundada en 1937 (1936 ?) a raiz de la escisión de un grupode socios de la 1a. cooperativa. (Corporación Comercial S.A.).
El cisma en la 1a. Cooperativa obedeció a razones ideológicas (judeo- comunistas versus centro / prosionista) La Lista triunfadora estuvo integrada por personas afines al comunismo.
En el año 1937 se estableció en Uruguay 877, donde permaneció hasta 1939, época en que se traslada a la calle Rio Branco 1536 sede de tres plantas. Sus socios sumaban 300 y su personal, 80 dependientes. En 1939 cuando el Banco Israelita atravesó graves dficultades, esta Cooperativa tuvo que cerrar sus puertas, pues su sostén financiero era ese Banco, con quien Tenía total identificación ideológica.
En 1941 se reorganizaría, reiniciando sus actividades en su nueva sede de Buenos Aires 570.
En Mayo 1941 La Amistad", muy afectada por la profunda crisis motivada por la guerra, tras concertar un arreglo comercial con sus acreedores, cuyos créditos no pudo en su momento pagar, informa que en 8 o 10 meses saldrá a flote y podrá reiniciar normalmente sus actividades.
En 1952 en la calle Buenos Aires 429, adquirió una finca antigua, donde edificó su sede de 2.400 metros en cuatro plantas.
En 1957 contaba con un personal de 40 personas. Por 1978/ 79, liquidó sus actividades tras Grandes dificultades económico/ financieras que no pudo superar, vendiendo su sede a la firma Burcatex S.A., quien había esarrollado una importante actividad comercial, iniciándose como vendedores a domicilio a plazos (cuentenikes)
De los judíos inmigrantes sólo un pequeño grupo de ellos eran profesionales. Fueron obreros, artesanos, sastres, pequeños comerciantes y "kuenteniks" (derivada de la palabra "cuenta").
Estos últimos andaban por las ciudades vendiendo en cuotas y llevando la cuenta de lo que debía cada cliente. Los hubo feriantes y proletarios, así como también vendedores ambulantes.
Muchos comenzaron con estos trabajos y luego fueron abriendo sus propios locales: almacenes, talleres, negocios de telas, etc.
Luego de algunas generaciones, los judíos comenzaron a acceder a las profesiones. Son los hijos de los inmigrantes colonos y los pequeños comerciantes los primeros que tuvieron la posibilidad de estudiar y ejercer profesiones más allá de las que podían aprender por herencia.
Entre los inmigrantes ashkenazíes, muchos llegaron con los oficios que ejercían en la Rusia zarista. Sastres, carpinteros, trabajadores de metales, artesanos y otros miles sin especialización alguna. Vinieron con sus padres que en general eran judios practicantes de la religion, aunque sus hijos, traían ideas progresistas y revolucionarias surgidas de las matanzas que se estaban dando en su país.
Aquellos que traían profesión, como los carpinteros, eran los más afortunados. Los llamaban en ídish, balmelojes.(baalei melaja) Aquellos que no tenían oficio ni profesión, aceptaban los trabajos más duros: en el puerto, la construcción, las fábricas, etc.
(En Argentina, la proletarización creciente llevó a que en 1898 se formara la primera organización del proletariado judío, la Asociación del Obrero Judío, que tenía como objetivo primordial conseguir empleo a los recién llegados. En Uruguay, para igual fin se fundó algo similar en 1918/ 19).
Los judíos sefaradíes, en cambio, son recordados como los vendedores ambulantes de Buenos Aires. Se habían visto obligados a trabajar desde muy chicos, razón por la cual muy pocos llegaban a ser profesionales. Se dedicaron principalmente al comercio, en un principio a la venta ambulante, tal como se acostumbraba en Medio Oriente, ya que muchos nunca habían tenido la posibilidad de tener bienes o tierras. En los puertos donde paraban los barcos, los vendedores ambulantes se metían a vender sus mercaderías.
Para conseguir sus productos simplemente había que transitar las calles Reconquista, Buenos Aires, Colon, zona de Ciudad. En este barrio se juntaban los vendedores ambulantes adquiriendo a su congéneres sábanas, toallas, medias, telas, Fueron sastres, zapateros, comerciantes y hacia fines de la década del 50 y principiosdel 60, algunos comenzaron a trabajar en la construcción.
En las décadas 1930/ 40 los importadores s y fabricantes se concentraban en las calles Ciudadela (vieja), Florida, Soriano, Andes. (Actualmente, en el llamado Barrio de los Judios, con eje en Domingo Aramburú y Arenal Grande)
Muchos judíos también se han dedicado al trabajo comunitario, así como también podemos encontrar en la colectividad innumerables intelectuales, artistas y profesionales de todo tipo.
(Basado en Historia de Comunidades)
Autor:
Julio Moskovicz
Fin.
La conocida periodista del noticiero central de Canal 4 de Uruguay, hoy vive en un Kibbutz.
Uruguayos en Israel.
Deborah Friedmann y Renzo Rosello.
El País, 06 de mayo de 2018.
Para Harold fue idealismo puro. Había nacido en Uruguay y nada lo obligaba a dejar el país, aunque se vivían épocas oscuras. Corría 1978, los ecos de la guerra aún sacudían la tierra todavía yerma. Había mucho por hacer, Israel era todavía un país en construcción. "Uruguay me dio una formación absolutamente increíble y, lo más importante, Uruguay abrió las puertas a mis padres y abuelos que habían sobrevivido al Holocausto en Polonia y querían empezar una vida nueva", cuenta Harold Wiener.
Janet eligió vivir en un kibutz, una de las experiencias más radicales y cercanas a la utopía del socialismo. "Lo mejor es la vida en una comunidad en la cual los valores de asistencia y mutua solidaridad prevalecen", dice Janet Cwaigenbaum.
Para Daniel, en cambio, fue una mezcla de idealismo y ganas de ampliar conocimientos. Quería ser arqueólogo y la posibilidad de ir a la tierra que fue la cuna de varias civilizaciones representaba el súmmum.
Cuando se le pregunta por qué eligió vivir en Israel no duda: "Me dio la oportunidad de formar una familia en un país pujante y darle la educación a nuestros hijos según los valores que siempre deseé", dice Daniel Varga.
Deborah Friedmann y Renzo Rosello.
El País, 06 de mayo de 2018.
Para Harold fue idealismo puro. Había nacido en Uruguay y nada lo obligaba a dejar el país, aunque se vivían épocas oscuras. Corría 1978, los ecos de la guerra aún sacudían la tierra todavía yerma. Había mucho por hacer, Israel era todavía un país en construcción. "Uruguay me dio una formación absolutamente increíble y, lo más importante, Uruguay abrió las puertas a mis padres y abuelos que habían sobrevivido al Holocausto en Polonia y querían empezar una vida nueva", cuenta Harold Wiener.
Janet eligió vivir en un kibutz, una de las experiencias más radicales y cercanas a la utopía del socialismo. "Lo mejor es la vida en una comunidad en la cual los valores de asistencia y mutua solidaridad prevalecen", dice Janet Cwaigenbaum.
Para Daniel, en cambio, fue una mezcla de idealismo y ganas de ampliar conocimientos. Quería ser arqueólogo y la posibilidad de ir a la tierra que fue la cuna de varias civilizaciones representaba el súmmum.
Cuando se le pregunta por qué eligió vivir en Israel no duda: "Me dio la oportunidad de formar una familia en un país pujante y darle la educación a nuestros hijos según los valores que siempre deseé", dice Daniel Varga.
En cambio, para Ana es un país lleno de contradicciones. Por un lado el omnipresente estado de conflicto que se mete en la vida cotidiana. "Por ejemplo, jamás me voy a sentar en un café de espaldas a la puerta, siempre necesito ver quién entra. Es un resabio de la época de continuos atentados suicidas en cafés, restaurantes, en todos lados", cuenta Ana Jerozolimski, periodista uruguaya y editora del Semanario Hebreo.
Para quienes fueron a vivir en estos años tampoco fue sencillo. "La llegada a Israel fue muy difícil", asegura Nicolás, que tiene 17 años. Sin embargo, al poco tiempo de su arribo tanto él como sus hermanos ya estaban completamente adaptados en ese país "lleno de oportunidades".
Cada uno tiene su propia vivencia de este país cambiante. Los más veteranos recuerdan cuando buena parte del territorio era poco más que un campamento. Un campamento y un puñado de sobrevivientes del peor pasaje de la historia moderna. Cuando se fundó la nación eran poco más de 600.000 personas, 70 años después Israel tiene casi ocho millones de habitantes.
En una superficie apenas un poco más grande que Tacuarembó residen unos 15.000 uruguayos, según estimaciones de la Embajada de Uruguay en Tel Aviv. Muchos de ellos, la gran mayoría, provienen de la comunidad judía que tiene en el país unos 18.000 integrantes. A todos los animó la idea de poner su propio grano de arena —nunca tan apropiado para un lugar en el que abunda el desierto— en la construcción de un país que hoy es visto como una pequeña potencia.
Para los judíos nacidos en otros países la emigración a Israel está cargada de hondos significados espirituales, políticos e históricos. Desde el punto de vista de los judíos emigrar a Israel es hacer "aliá", que viene del término hebreo "Laalot le Tzión", es decir, subir a Sión, "volver a casa".
Según la información manejada por la Embajada de Uruguay en Israel la migración comenzó desde la fundación misma del Estado, en 1948. El flujo se mantuvo en forma regular por años, pero los picos tuvieron lugar durante las grandes crisis institucionales o financieras del país, como la dictadura en 1973, la crisis económica de 1982 y la de 2002. De ese modo se fue formando la colonia que hoy se estima alcanza a los 15.000 nacidos en Uruguay que migraron a Israel. Muchos judíos uruguayos no solo terminaron insertándose en la sociedad sino que ocuparon lugares destacados en distintos ámbitos. Tal es el caso del economista Michel Strawczynsky, quien fue vicepresidente del Banco Central de Israel y actualmente dirige el Departamento de Investigación de esa institución, por citar un caso.
Para quienes fueron a vivir en estos años tampoco fue sencillo. "La llegada a Israel fue muy difícil", asegura Nicolás, que tiene 17 años. Sin embargo, al poco tiempo de su arribo tanto él como sus hermanos ya estaban completamente adaptados en ese país "lleno de oportunidades".
Cada uno tiene su propia vivencia de este país cambiante. Los más veteranos recuerdan cuando buena parte del territorio era poco más que un campamento. Un campamento y un puñado de sobrevivientes del peor pasaje de la historia moderna. Cuando se fundó la nación eran poco más de 600.000 personas, 70 años después Israel tiene casi ocho millones de habitantes.
En una superficie apenas un poco más grande que Tacuarembó residen unos 15.000 uruguayos, según estimaciones de la Embajada de Uruguay en Tel Aviv. Muchos de ellos, la gran mayoría, provienen de la comunidad judía que tiene en el país unos 18.000 integrantes. A todos los animó la idea de poner su propio grano de arena —nunca tan apropiado para un lugar en el que abunda el desierto— en la construcción de un país que hoy es visto como una pequeña potencia.
Para los judíos nacidos en otros países la emigración a Israel está cargada de hondos significados espirituales, políticos e históricos. Desde el punto de vista de los judíos emigrar a Israel es hacer "aliá", que viene del término hebreo "Laalot le Tzión", es decir, subir a Sión, "volver a casa".
Según la información manejada por la Embajada de Uruguay en Israel la migración comenzó desde la fundación misma del Estado, en 1948. El flujo se mantuvo en forma regular por años, pero los picos tuvieron lugar durante las grandes crisis institucionales o financieras del país, como la dictadura en 1973, la crisis económica de 1982 y la de 2002. De ese modo se fue formando la colonia que hoy se estima alcanza a los 15.000 nacidos en Uruguay que migraron a Israel. Muchos judíos uruguayos no solo terminaron insertándose en la sociedad sino que ocuparon lugares destacados en distintos ámbitos. Tal es el caso del economista Michel Strawczynsky, quien fue vicepresidente del Banco Central de Israel y actualmente dirige el Departamento de Investigación de esa institución, por citar un caso.
En cambio, para Ana es un país lleno de contradicciones. Por un lado el omnipresente estado de conflicto que se mete en la vida cotidiana. "Por ejemplo, jamás me voy a sentar en un café de espaldas a la puerta, siempre necesito ver quién entra. Es un resabio de la época de continuos atentados suicidas en cafés, restaurantes, en todos lados", cuenta Ana Jerozolimski, periodista uruguaya y editora del Semanario Hebreo.
Para quienes fueron a vivir en estos años tampoco fue sencillo. "La llegada a Israel fue muy difícil", asegura Nicolás, que tiene 17 años. Sin embargo, al poco tiempo de su arribo tanto él como sus hermanos ya estaban completamente adaptados en ese país "lleno de oportunidades".
Cada uno tiene su propia vivencia de este país cambiante. Los más veteranos recuerdan cuando buena parte del territorio era poco más que un campamento. Un campamento y un puñado de sobrevivientes del peor pasaje de la historia moderna. Cuando se fundó la nación eran poco más de 600.000 personas, 70 años después Israel tiene casi ocho millones de habitantes.
En una superficie apenas un poco más grande que Tacuarembó residen unos 15.000 uruguayos, según estimaciones de la Embajada de Uruguay en Tel Aviv. Muchos de ellos, la gran mayoría, provienen de la comunidad judía que tiene en el país unos 18.000 integrantes. A todos los animó la idea de poner su propio grano de arena —nunca tan apropiado para un lugar en el que abunda el desierto— en la construcción de un país que hoy es visto como una pequeña potencia.
Para los judíos nacidos en otros países la emigración a Israel está cargada de hondos significados espirituales, políticos e históricos. Desde el punto de vista de los judíos emigrar a Israel es hacer "aliá", que viene del término hebreo "Laalot le Tzión", es decir, subir a Sión, "volver a casa".
Según la información manejada por la Embajada de Uruguay en Israel la migración comenzó desde la fundación misma del Estado, en 1948. El flujo se mantuvo en forma regular por años, pero los picos tuvieron lugar durante las grandes crisis institucionales o financieras del país, como la dictadura en 1973, la crisis económica de 1982 y la de 2002. De ese modo se fue formando la colonia que hoy se estima alcanza a los 15.000 nacidos en Uruguay que migraron a Israel. Muchos judíos uruguayos no solo terminaron insertándose en la sociedad sino que ocuparon lugares destacados en distintos ámbitos. Tal es el caso del economista Michel Strawczynsky, quien fue vicepresidente del Banco Central de Israel y actualmente dirige el Departamento de Investigación de esa institución, por citar un caso.
Para quienes fueron a vivir en estos años tampoco fue sencillo. "La llegada a Israel fue muy difícil", asegura Nicolás, que tiene 17 años. Sin embargo, al poco tiempo de su arribo tanto él como sus hermanos ya estaban completamente adaptados en ese país "lleno de oportunidades".
Cada uno tiene su propia vivencia de este país cambiante. Los más veteranos recuerdan cuando buena parte del territorio era poco más que un campamento. Un campamento y un puñado de sobrevivientes del peor pasaje de la historia moderna. Cuando se fundó la nación eran poco más de 600.000 personas, 70 años después Israel tiene casi ocho millones de habitantes.
En una superficie apenas un poco más grande que Tacuarembó residen unos 15.000 uruguayos, según estimaciones de la Embajada de Uruguay en Tel Aviv. Muchos de ellos, la gran mayoría, provienen de la comunidad judía que tiene en el país unos 18.000 integrantes. A todos los animó la idea de poner su propio grano de arena —nunca tan apropiado para un lugar en el que abunda el desierto— en la construcción de un país que hoy es visto como una pequeña potencia.
Para los judíos nacidos en otros países la emigración a Israel está cargada de hondos significados espirituales, políticos e históricos. Desde el punto de vista de los judíos emigrar a Israel es hacer "aliá", que viene del término hebreo "Laalot le Tzión", es decir, subir a Sión, "volver a casa".
Según la información manejada por la Embajada de Uruguay en Israel la migración comenzó desde la fundación misma del Estado, en 1948. El flujo se mantuvo en forma regular por años, pero los picos tuvieron lugar durante las grandes crisis institucionales o financieras del país, como la dictadura en 1973, la crisis económica de 1982 y la de 2002. De ese modo se fue formando la colonia que hoy se estima alcanza a los 15.000 nacidos en Uruguay que migraron a Israel. Muchos judíos uruguayos no solo terminaron insertándose en la sociedad sino que ocuparon lugares destacados en distintos ámbitos. Tal es el caso del economista Michel Strawczynsky, quien fue vicepresidente del Banco Central de Israel y actualmente dirige el Departamento de Investigación de esa institución, por citar un caso.
Hace 21 años Janet Cwaigenbaum (52 años) junto a Leo, su marido, decidieron "probar" la vida en Israel. Leo vivía en el kibutz Nir Yitzhak. "Probé, tuvimos nuestra primera hija, Ariana, vivir en comunidad me gustó. Decidimos quedarnos. Tuvimos nuestro segundo hijo (Guilad). Llevo ya 21 años probando y eligiendo quedarme, esta es mi casa, nuestra casa", dice.
Janet habla desde su experiencia en el kibutz, donde es directora de Recursos Humanos y Control de Calidad de la empresa agrícola que allí funciona. "Lo mejor es la vida en una comunidad en la cual los valores de asistencia y mutua solidaridad prevalecen. La educación de nuestros hijos; creo que no hay mejor lugar para criar niños que un kibutz: muchas actividades al aire libre, educación solidaria, educación al trabajo. Hay celebración colectiva de festividades, es formar parte de una gran familia de 500 personas más allá de tu pequeño grupo de amigos", explica Janet.
Y cuando se le pregunta lo peor de vivir allí no duda: la falta de paz con sus vecinos. Cuando ella llegó en 1997 era una zona agrícola muy tranquila. Nunca imaginaba lo que iba a cambiar. La vida diaria es "tranquila y agradable", pero la amenaza de misiles, los túneles que han excavado en la zona y las tres guerras que vivió hace que esté "alerta a las alarmas".
"En mi kibutz han caído siete misiles, por suerte sin consecuencias graves y otros tantos en los campos de cultivo. El Ministerio de Seguridad ha construido cuartos de seguridad en nuestras casas, fortificado jardines de infantes, escuelas, e incluso el secundario de la zona ha sido construido completamente contra misiles. Pero el camino a la escuela o el trabajo, en tiempos de tensión, va acompañado por la sombra de riesgo", resume.
A unos pocos kilómetros del kibutz —en Israel todas las distancias son cortas— la vida de Ana Jerozolimski (57) es completamente distinta. Casada y madre de tres hijos, se fue a vivir a Jerusalén hace 38 años. Viaja periódicamente a Montevideo donde edita Semanario Hebreo. Al igual que muchos de sus compatriotas es una sionista convencida, aunque nunca quiso disminuir sus lazos con Uruguay.
"
Y cuando se le pregunta lo peor de vivir allí no duda: la falta de paz con sus vecinos. Cuando ella llegó en 1997 era una zona agrícola muy tranquila. Nunca imaginaba lo que iba a cambiar. La vida diaria es "tranquila y agradable", pero la amenaza de misiles, los túneles que han excavado en la zona y las tres guerras que vivió hace que esté "alerta a las alarmas".
"En mi kibutz han caído siete misiles, por suerte sin consecuencias graves y otros tantos en los campos de cultivo. El Ministerio de Seguridad ha construido cuartos de seguridad en nuestras casas, fortificado jardines de infantes, escuelas, e incluso el secundario de la zona ha sido construido completamente contra misiles. Pero el camino a la escuela o el trabajo, en tiempos de tensión, va acompañado por la sombra de riesgo", resume.
A unos pocos kilómetros del kibutz —en Israel todas las distancias son cortas— la vida de Ana Jerozolimski (57) es completamente distinta. Casada y madre de tres hijos, se fue a vivir a Jerusalén hace 38 años. Viaja periódicamente a Montevideo donde edita Semanario Hebreo. Al igual que muchos de sus compatriotas es una sionista convencida, aunque nunca quiso disminuir sus lazos con Uruguay.
Lo mejor es la solidaridad, la sensación de familia, el dinamismo, el empuje hacia adelante y apuesta por la vida que hay siempre, aún en medio de la adversidad. Lo peor es el hecho de que aún no se ha logrado la paz, que todavía hay tensión y conflicto", dice Ana.
En un país lleno de contrastes, la periodista lo resume en pocas frases sobre lo que es el día a día en Jerusalén. "Por ejemplo, jamás me voy a sentar en un café de espaldas a la puerta. Siempre necesito ver quién entra, es un resabio de la época de continuos atentados suicidas en cafés, restaurantes, en todos lados. Voy atenta en la calle que no se desvíe súbitamente un coche para embestir. Voy consciente de que en un instante puede pasar algo", dice Ana.
Y, al mismo tiempo, las reglas de lo cotidiano se imponen y, lejos de los titulares informativos, el clima es bien distinto. "Judíos y árabes comparten, por cierto, el mismo espacio público y los atentados son la excepción, no la regla. Yo puedo estar tranquilamente sentada en un mismo café que una familia árabe y esperando el turno al médico al lado de musulmanes", ilustra.
Y cuando se le pregunta lo peor de vivir allí no duda: la falta de paz con sus vecinos. Cuando ella llegó en 1997 era una zona agrícola muy tranquila. Nunca imaginaba lo que iba a cambiar. La vida diaria es "tranquila y agradable", pero la amenaza de misiles, los túneles que han excavado en la zona y las tres guerras que vivió hace que esté "alerta a las alarmas".
"En mi kibutz han caído siete misiles, por suerte sin consecuencias graves y otros tantos en los campos de cultivo. El Ministerio de Seguridad ha construido cuartos de seguridad en nuestras casas, fortificado jardines de infantes, escuelas, e incluso el secundario de la zona ha sido construido completamente contra misiles. Pero el camino a la escuela o el trabajo, en tiempos de tensión, va acompañado por la sombra de riesgo", resume.
A unos pocos kilómetros del kibutz —en Israel todas las distancias son cortas— la vida de Ana Jerozolimski (57) es completamente distinta. Casada y madre de tres hijos, se fue a vivir a Jerusalén hace 38 años. Viaja periódicamente a Montevideo donde edita Semanario Hebreo. Al igual que muchos de sus compatriotas es una sionista convencida, aunque nunca quiso disminuir sus lazos con Uruguay.
Lo mejor es la solidaridad, la sensación de familia, el dinamismo, el empuje hacia adelante y apuesta por la vida que hay siempre, aún en medio de la adversidad. Lo peor es el hecho de que aún no se ha logrado la paz, que todavía hay tensión y conflicto", dice Ana.
En un país lleno de contrastes, la periodista lo resume en pocas frases sobre lo que es el día a día en Jerusalén. "Por ejemplo, jamás me voy a sentar en un café de espaldas a la puerta. Siempre necesito ver quién entra, es un resabio de la época de continuos atentados suicidas en cafés, restaurantes, en todos lados. Voy atenta en la calle que no se desvíe súbitamente un coche para embestir. Voy consciente de que en un instante puede pasar algo", dice Ana.
Y, al mismo tiempo, las reglas de lo cotidiano se imponen y, lejos de los titulares informativos, el clima es bien distinto. "Judíos y árabes comparten, por cierto, el mismo espacio público y los atentados son la excepción, no la regla. Yo puedo estar tranquilamente sentada en un mismo café que una familia árabe y esperando el turno al médico al lado de musulmanes", ilustra.
Laura Kantor (43) y Michel Hakas (49) partieron a Israel el 28 de julio de 2015 junto a sus tres hijos, Rafael (19, ahora en el Ejército), Nicolás (17) y Tali (15). No emigraron por una sola razón, sino por varias. Entre ellas, dice Laura, en la búsqueda de un futuro mejor para los chicos.
"La llegada a Israel fue muy difícil. De estar rodeado por amigos y familiares todos los días, pasé a estar a miles de kilómetros de ellos, solo con mis padres y hermanos", cuenta Nico, palabras con las que coincide Tali.
"La llegada a Israel fue muy difícil. De estar rodeado por amigos y familiares todos los días, pasé a estar a miles de kilómetros de ellos, solo con mis padres y hermanos", cuenta Nico, palabras con las que coincide Tali.
Pero también para ambos, la integración fue fácil y se dio a través del deporte. "Al mes de llegar, empecé con prácticas de volleyball , yo ya jugaba en Uruguay, y resultó tan bien que ahora estoy en la selección de Volleyball de Israel. Sin duda alguna esto me ayudó muchísimo a abrirme a gente nueva", dice Tali.
Algo similar le sucedió a Nico: a las dos semanas de llegar empezó a practicar básquetbol en el Hapoel Kfar Saba, deporte que en Uruguay jugaba en Defensor Sporting Club. "En los entrenamientos logré hacerme amigos a través del juego, no fue necesario el hebreo", recuerda.
Nico dice que lo mejor de vivir en Israel son dos aspectos: la seguridad —andar libre por la calle sin temor a que alguien lo asalte y lo lastime— y las oportunidades que hay. Tali también apunta a lo que se viene: "Lo mejor de vivir acá en Israel es que mi futuro lo decido yo y todas las puertas están abiertas, no hay barreras. Es un país lleno de oportunidades".
Para ella lo peor de vivir allí "no son las guerras, como muchos piensan". Le cuesta todavía estar lejos de sus amigas y la familia. Nico lo vive bastante parecido: aunque la tecnología ayuda, el "hueco en el corazón" no se puede llenar.
Lo que sí tienen claro es que Israel es tierra de oportunidades: "Soy el dueño de mí futuro y puedo lograr lo que me proponga", dice Nico.
También en busca de una oportunidad única fue el arqueólogo Daniel Varga (50), un uruguayo que migró a Israel en 1990 con la idea de profundizar sus estudios.
Varga es también un sionista convencido y para él la idea de establecerse en este país supuso "la oportunidad de formar una familia en un país pujante y darle la educación a nuestros hijos según los valores que siempre deseé. Además de tener la posibilidad de ejercer en lo que es mi vocación: la arqueología".
Para un arqueólogo la oportunidad de excavar en una historia de más de cinco mil años y siempre encontrar nuevas formas de entender un pasado común tiene un valor inconmensurable.
Algo similar ocurre para un médico. Es el caso del doctor Pablo Boksenbojm que trabaja en Ashkelon, uno de los pueblos que más ha sufrido el impacto del conflicto en la vida cotidiana. Llegó al país en 1984 y define así su elección: "Ser parte de mi pueblo sin que te señalen por ser judío, la forma totalmente abierta que tiene la población", dice.
Boksenbojm asegura que su inserción en el país le permitió también el desarrollo profesional. "En lo personal el gran avance de la medicina me ha permitido progresar profesionalmente", dice.
"Lo peor es que se vive demasiado rápido dejando poco tiempo para disfrutar lentamente de los logros personales y familiares y el hecho de estar amenazado eternamente por nuestros vecinos", apunta el médico.
Algo similar le sucedió a Nico: a las dos semanas de llegar empezó a practicar básquetbol en el Hapoel Kfar Saba, deporte que en Uruguay jugaba en Defensor Sporting Club. "En los entrenamientos logré hacerme amigos a través del juego, no fue necesario el hebreo", recuerda.
Nico dice que lo mejor de vivir en Israel son dos aspectos: la seguridad —andar libre por la calle sin temor a que alguien lo asalte y lo lastime— y las oportunidades que hay. Tali también apunta a lo que se viene: "Lo mejor de vivir acá en Israel es que mi futuro lo decido yo y todas las puertas están abiertas, no hay barreras. Es un país lleno de oportunidades".
Para ella lo peor de vivir allí "no son las guerras, como muchos piensan". Le cuesta todavía estar lejos de sus amigas y la familia. Nico lo vive bastante parecido: aunque la tecnología ayuda, el "hueco en el corazón" no se puede llenar.
Lo que sí tienen claro es que Israel es tierra de oportunidades: "Soy el dueño de mí futuro y puedo lograr lo que me proponga", dice Nico.
También en busca de una oportunidad única fue el arqueólogo Daniel Varga (50), un uruguayo que migró a Israel en 1990 con la idea de profundizar sus estudios.
Varga es también un sionista convencido y para él la idea de establecerse en este país supuso "la oportunidad de formar una familia en un país pujante y darle la educación a nuestros hijos según los valores que siempre deseé. Además de tener la posibilidad de ejercer en lo que es mi vocación: la arqueología".
Para un arqueólogo la oportunidad de excavar en una historia de más de cinco mil años y siempre encontrar nuevas formas de entender un pasado común tiene un valor inconmensurable.
Algo similar ocurre para un médico. Es el caso del doctor Pablo Boksenbojm que trabaja en Ashkelon, uno de los pueblos que más ha sufrido el impacto del conflicto en la vida cotidiana. Llegó al país en 1984 y define así su elección: "Ser parte de mi pueblo sin que te señalen por ser judío, la forma totalmente abierta que tiene la población", dice.
Boksenbojm asegura que su inserción en el país le permitió también el desarrollo profesional. "En lo personal el gran avance de la medicina me ha permitido progresar profesionalmente", dice.
"Lo peor es que se vive demasiado rápido dejando poco tiempo para disfrutar lentamente de los logros personales y familiares y el hecho de estar amenazado eternamente por nuestros vecinos", apunta el médico.
La hinchada Celeste en Israel
"Es una colonia muy participativa en las actividades relacionadas a Uruguay y muy vinculada al país desde todas sus áreas de actividad", dice el embajador uruguayo Bernardo Greiver. Las eliminatorias al Mundial, el estreno de películas uruguayas, las fechas patrias son todas ocasiones que reúnen a miles de uruguayos residentes en Israel. Greiver recuerda que uno de los últimos eventos que congregó a más personas fue el concierto organizado para recaudar fondos para los damnificados por el tornado de Dolores de 2016. En la localidad de Herzliya, cercana a Tel Aviv, hay una pizzería uruguaya que suele ser el punto de reunión para ver partidos de la Celeste. En prácticamente cada área de actividad, vinculada al conocimiento, la industria, las artes, las ciencias hay uruguayos que se destacan, dice con orgullo el representante diplomático.
"Es una colonia muy participativa en las actividades relacionadas a Uruguay y muy vinculada al país desde todas sus áreas de actividad", dice el embajador uruguayo Bernardo Greiver. Las eliminatorias al Mundial, el estreno de películas uruguayas, las fechas patrias son todas ocasiones que reúnen a miles de uruguayos residentes en Israel. Greiver recuerda que uno de los últimos eventos que congregó a más personas fue el concierto organizado para recaudar fondos para los damnificados por el tornado de Dolores de 2016. En la localidad de Herzliya, cercana a Tel Aviv, hay una pizzería uruguaya que suele ser el punto de reunión para ver partidos de la Celeste. En prácticamente cada área de actividad, vinculada al conocimiento, la industria, las artes, las ciencias hay uruguayos que se destacan, dice con orgullo el representante diplomático.
Hace 40 años Lea Burg (88) tomaba con su marido, Ruben Friedmann, la decisión de irse a vivir a Israel. El motivo fue uno: la situación económica no estaba bien, recuerda hoy desde Natania. "No vine por turismo", recalca. Junto a ella partió su hijo menor,
Arturo. Emma, su hija, ya había tomado también la decisión de "hacer Aliá", como le llaman los judíos al irse a vivir a Israel. Desde el principio la experiencia fue buena. Lea consiguió enseguida trabajo como profesora de gimnasia y dando clases de piano. "En Uruguay no trabajaba porque de eso no se ganaba nada y acá sí, y encima el trabajo era divino", cuenta.
Lo mejor de vivir en Israel es, para ella, una pregunta difícil de contestar: "A mí me gusta todo", dice. Y resume ese concepto en algo que siente desde que llegó: "Estás en tu casa, es muy importante para mí". En su vida diaria dice no haber sentido sensación de inseguridad y si tiene que elegir un punto negativo refiere a la actualidad: la política del gobierno de Netanyahu.
Hace exactamente 20 años que Juan Lucas Pezzino Barrán llegó Israel. "Aún cuesta creer. Pensar que mi hija mayor Rafaela tenía 8, la del medio, Ornella 6 y Samantha 4 es difícil de entender. Sin embargo como dice el tango, 20 años no es nada y yo diría que son todo. Toda una vida", dice ahora.
Como él mismo señala, su caso no es el más habitual entre los de la comunidad uruguaya en Israel. Llegaron porque su esposa es israelí y si bien Juan ya había estado en el país la experiencia como inmigrante es muy diferente. No hablaba hebreo ni conocía a nadie, pero le hacía ilusión empezar una nueva vida. "Tuve suerte. Me aceptaron inmediata e incondicionalmente. Conseguí un trabajo exactamente en lo mismo que hacía yo en Uruguay en el campo de marketing. Cuando quise acordar estaba como pez en el agua", cuenta.
Como él mismo señala, su caso no es el más habitual entre los de la comunidad uruguaya en Israel. Llegaron porque su esposa es israelí y si bien Juan ya había estado en el país la experiencia como inmigrante es muy diferente. No hablaba hebreo ni conocía a nadie, pero le hacía ilusión empezar una nueva vida. "Tuve suerte. Me aceptaron inmediata e incondicionalmente. Conseguí un trabajo exactamente en lo mismo que hacía yo en Uruguay en el campo de marketing. Cuando quise acordar estaba como pez en el agua", cuenta.
Contra lo que muchas veces se piensa, Juan destaca que en "Israel se vive en clima de tranquilidad que no existe en Uruguay". "Suena muy contradictorio sabiendo a que a pocos quilómetros de mi casa, la situación puede ser bastante diferente. Pero la libertad y la tranquilidad con que circulas y vives en Israel es única y eso lo aprecio", dice. También destaca sentirse entre los suyos —latinos fundamentalmente— y que sea un país que "va para adelante siempre".
De todos modos Juan tiene claro que no todo es ideal. La convivencia de las diferentes culturas y mentalidades pueden entrar a veces "en conflicto" y aflorar "comportamientos bruscos". Para eso su táctica es descolocarlos con una sonrisa, una costumbre muy latina. Respecto al conflicto, Juan dice: "Está pero no se ve, no se siente, personalmente no lo he padecido". Aunque tiene claro también que es un "polvorín y cualquier cosa puede pasar en cualquier momento".
De todos modos Juan tiene claro que no todo es ideal. La convivencia de las diferentes culturas y mentalidades pueden entrar a veces "en conflicto" y aflorar "comportamientos bruscos". Para eso su táctica es descolocarlos con una sonrisa, una costumbre muy latina. Respecto al conflicto, Juan dice: "Está pero no se ve, no se siente, personalmente no lo he padecido". Aunque tiene claro también que es un "polvorín y cualquier cosa puede pasar en cualquier momento".
La Ley de Retorno, promulgada en Israel en 1950, no solo consagra al nuevo Estado como patria y hogar de los judíos de la diáspora sino que concede los derechos de ciudadanía a aquellas personas con ascendencia judía en segunda e incluso tercera generación. Tienen los mismos derechos de ciudadanía, el cónyuge en un matrimonio en el que intervenga una persona de origen judío.
La fundación del Estado de Israel da lugar a una tímida emigración inicial de 66 emigrantes para el trienio 1948 - 1951.
Previo al año 2002, la emigración mantuvo cifras estables, aumentando en épocas asociadas a períodos de crisis socio-económica en Uruguay (fines del 60 e inicios del 70, inicios del 80 con la ruptura de la "Tablita"), y a épocas que se pueden asociar con una mayor presencia de la ideología sionista en momentos de guerra o dificultades para Israel: la guerra de los Seis Días en 1967 y la guerra de Iom Kippur en 1974. En 2002 y 2003 hubo un pico de emigrantes: 972 entre ambos años.
Hay distintos marcos de absorción cuando se llega a Israel. En 2002, por ejemplo, 12% eligió el kibutz, 5% ingresó como estudiante, 20% al seno de una familia, 40% en un centro de absorción y 23% en los llamados "proyectos urbanos".
Fuente: La emigración de uruguayos a Israel (Tesis de Maestría), Fernando Klein.
Fin.
EL PAÍS- POR DIEGO FISCHER
Escapar del nazismo en Uruguay
Septiembre de 2017.
Es una historia que de no haber conocido a uno de sus protagonistas me hubiera parecido una notable creación de un novelista. Fue real y sucedió a comienzos de la Segunda Guerra Mundial cuando el nazismo anexó a Austria (Anschluss) y comenzó a deportar judíos a los campos de concentración. Por entonces vivía en Viena la familia Spielmann integrada por Wilhelm (a quienes todos llamaban Willy), su mujer Sidy y dos hijos, Kurt (1919) y Hans (1923). Los Spielmann formaban un clan muy representativo de la alta burguesía vienesa de aquellos tiempos. Willy era el gerente general del banco Brüll Kallmus y, como todo austríaco, amaba incondicionalmente la música. Vivían en un cómodo apartamento en el centro de la ciudad a pocas cuadras de la Ópera de Viena. Sus hijos acudían a la escuela pública de la zona y su mujer era ama de casa.
Con el Anschluss, el ambiente se volvió tenso y hostil hacia los judíos y como una marea imparable fue contaminando a toda la sociedad austríaca. Los amigos de los Spielmann les aconsejaban que se fueran del país. Willy indignado se negaba, argumentando que "él había peleado en la Gran Guerra (1914-1918) defendiendo al imperio Austro-Húngaro".
A mediados de 1939, los Spielmann fueron desalojados de su apartamento por las fuerzas de las SS y confinados a una pequeña vivienda de una habitación, en las afueras de Viena, que debieron compartir con otra familia judía. De allí a un campo de concentración era cuestión de tiempo.
Thomas era un amigo británico de Willy que vivía en Viena. Cuando se enteró de lo que había sucedido, decidió enviarle una carta al entonces ministro de Gran Bretaña en Montevideo, Eugen Millington Drake, de quien era amigo de la juventud. En agosto de 1939, Thomas escribió:
Estimado Eugen:
Luego de un largo tiempo, retomo comunicación contigo (…). Debes sentirte afortunado de estar lejos de Europa en estos momentos en que el estallido de una nueva guerra es cuestión de semanas. Por el momento, sigo viviendo en Viena, aunque viajo con frecuencia a Londres. El clima de violencia e intolerancia en Austria es cada día más asfixiante.
Hoy mismo en Viena presencié como en pleno centro y a la luz del día arreaban como ganado a una docena de personas, supongo que judíos (…). No hay dinero ni negocio, por mejor que sea, por el cual uno tenga que ser testigo —y en cierta forma cómplice— de este régimen oprobioso. Por eso, antes de marcharme definitivamente quisiera apelar a tu reconocida generosidad y pedirte que ayudes a salir de este infierno a un querido amigo austríaco que, por ser judío, estimo que él y su familia tienen los días contados. Se llama Wilhelm Spielmann, es un hombre de una gran cultura y, antes de que la barbarie se apoderara de este país, gozaba en el ambiente financiero y empresarial de un enorme prestigio…
La carta le llegó a Millington Drake dos días antes de que se produjera la Batalla del Río de la Plata. Los conocidos sucesos que terminaron con el hundimiento del Graf Spee hicieron que la respuesta del diplomático inglés demorara. No obstante, en enero de 1940, y mediante gestiones personales ante el canciller uruguayo Alberto Guani, Drake logró que los Spielmann pudieran escaparse de Austria. El periplo está lleno de episodios que no pueden ser comprendidos exclusivamente por la razón. Lo cierto es que en abril de 1940, la familia Spielmann llegó a Montevideo.
Durante más de dos años vivieron en una casa de la calle Libertad que Drake pagó de su bolsillo y también —a lo largo de todo ese tiempo— se hizo cargo de todos los gastos de la familia; hasta que Kurt por entonces de 21 años y Juan de 18, lograron trabajo y estabilidad para mantener el hogar. Willy era un hombre grande y por más que lo intentó, no pudo encontrar trabajo. Tuvo serias dificultades para aprender a hablar el español con fluidez y abandonar su Austria natal fue un golpe que nunca pudo superar. Al terminar la guerra, de los casi veinte primos que los Spielmann tenían en Viena, solo habían sobrevivido tres. El resto había muerto en Auschwitz.
Hace cuatro años Juan me contó su historia y me autorizó a escribirla en un libro. Entendía que si ese libro se publicaba sería su homenaje y el de su familia a Millington Drake. Juan hablaba un perfecto español pero conservaba un acento alemán que nunca lo abandonó. Sentía un amor por el Uruguay como pocas veces he visto.
"Este país es una maravilla", decía y repetía. Es que el Uruguay lo recibió con los brazos abiertos. A poco de llegar consiguió trabajo en una fábrica de chocolates en Pocitos, luego trabajó en la compañía Torrendell para después hacer una carrera en una agencia de publicidad. Se casó, tuvo dos hijas que a su vez le dieron varios nietos y bisnietos. Se divorció y volvió a formar un nuevo hogar.
De tanto en tanto nos hablábamos por teléfono o nos reuníamos a tomar café. Recuerdo que en una ocasión le pregunté si creía en Dios.
—Dios es para mí Millington Drake —me dijo.
El pasado jueves Juan falleció. Tenía 94 años y hasta un par de meses antes de morir conservó su admirable vitalidad, lucidez y agradecimiento al Uruguay
fin.
Escapar del nazismo en Uruguay
Septiembre de 2017.
Es una historia que de no haber conocido a uno de sus protagonistas me hubiera parecido una notable creación de un novelista. Fue real y sucedió a comienzos de la Segunda Guerra Mundial cuando el nazismo anexó a Austria (Anschluss) y comenzó a deportar judíos a los campos de concentración. Por entonces vivía en Viena la familia Spielmann integrada por Wilhelm (a quienes todos llamaban Willy), su mujer Sidy y dos hijos, Kurt (1919) y Hans (1923). Los Spielmann formaban un clan muy representativo de la alta burguesía vienesa de aquellos tiempos. Willy era el gerente general del banco Brüll Kallmus y, como todo austríaco, amaba incondicionalmente la música. Vivían en un cómodo apartamento en el centro de la ciudad a pocas cuadras de la Ópera de Viena. Sus hijos acudían a la escuela pública de la zona y su mujer era ama de casa.
Con el Anschluss, el ambiente se volvió tenso y hostil hacia los judíos y como una marea imparable fue contaminando a toda la sociedad austríaca. Los amigos de los Spielmann les aconsejaban que se fueran del país. Willy indignado se negaba, argumentando que "él había peleado en la Gran Guerra (1914-1918) defendiendo al imperio Austro-Húngaro".
A mediados de 1939, los Spielmann fueron desalojados de su apartamento por las fuerzas de las SS y confinados a una pequeña vivienda de una habitación, en las afueras de Viena, que debieron compartir con otra familia judía. De allí a un campo de concentración era cuestión de tiempo.
Thomas era un amigo británico de Willy que vivía en Viena. Cuando se enteró de lo que había sucedido, decidió enviarle una carta al entonces ministro de Gran Bretaña en Montevideo, Eugen Millington Drake, de quien era amigo de la juventud. En agosto de 1939, Thomas escribió:
Estimado Eugen:
Luego de un largo tiempo, retomo comunicación contigo (…). Debes sentirte afortunado de estar lejos de Europa en estos momentos en que el estallido de una nueva guerra es cuestión de semanas. Por el momento, sigo viviendo en Viena, aunque viajo con frecuencia a Londres. El clima de violencia e intolerancia en Austria es cada día más asfixiante.
Hoy mismo en Viena presencié como en pleno centro y a la luz del día arreaban como ganado a una docena de personas, supongo que judíos (…). No hay dinero ni negocio, por mejor que sea, por el cual uno tenga que ser testigo —y en cierta forma cómplice— de este régimen oprobioso. Por eso, antes de marcharme definitivamente quisiera apelar a tu reconocida generosidad y pedirte que ayudes a salir de este infierno a un querido amigo austríaco que, por ser judío, estimo que él y su familia tienen los días contados. Se llama Wilhelm Spielmann, es un hombre de una gran cultura y, antes de que la barbarie se apoderara de este país, gozaba en el ambiente financiero y empresarial de un enorme prestigio…
La carta le llegó a Millington Drake dos días antes de que se produjera la Batalla del Río de la Plata. Los conocidos sucesos que terminaron con el hundimiento del Graf Spee hicieron que la respuesta del diplomático inglés demorara. No obstante, en enero de 1940, y mediante gestiones personales ante el canciller uruguayo Alberto Guani, Drake logró que los Spielmann pudieran escaparse de Austria. El periplo está lleno de episodios que no pueden ser comprendidos exclusivamente por la razón. Lo cierto es que en abril de 1940, la familia Spielmann llegó a Montevideo.
Durante más de dos años vivieron en una casa de la calle Libertad que Drake pagó de su bolsillo y también —a lo largo de todo ese tiempo— se hizo cargo de todos los gastos de la familia; hasta que Kurt por entonces de 21 años y Juan de 18, lograron trabajo y estabilidad para mantener el hogar. Willy era un hombre grande y por más que lo intentó, no pudo encontrar trabajo. Tuvo serias dificultades para aprender a hablar el español con fluidez y abandonar su Austria natal fue un golpe que nunca pudo superar. Al terminar la guerra, de los casi veinte primos que los Spielmann tenían en Viena, solo habían sobrevivido tres. El resto había muerto en Auschwitz.
Hace cuatro años Juan me contó su historia y me autorizó a escribirla en un libro. Entendía que si ese libro se publicaba sería su homenaje y el de su familia a Millington Drake. Juan hablaba un perfecto español pero conservaba un acento alemán que nunca lo abandonó. Sentía un amor por el Uruguay como pocas veces he visto.
"Este país es una maravilla", decía y repetía. Es que el Uruguay lo recibió con los brazos abiertos. A poco de llegar consiguió trabajo en una fábrica de chocolates en Pocitos, luego trabajó en la compañía Torrendell para después hacer una carrera en una agencia de publicidad. Se casó, tuvo dos hijas que a su vez le dieron varios nietos y bisnietos. Se divorció y volvió a formar un nuevo hogar.
De tanto en tanto nos hablábamos por teléfono o nos reuníamos a tomar café. Recuerdo que en una ocasión le pregunté si creía en Dios.
—Dios es para mí Millington Drake —me dijo.
El pasado jueves Juan falleció. Tenía 94 años y hasta un par de meses antes de morir conservó su admirable vitalidad, lucidez y agradecimiento al Uruguay
fin.
Ein Hashlosha, un rincón de Uruguay en Israel.
Ana Jerozolimsky, Por Israel.
Es un gusto poder entrevistar a Daniel Weisz, director del tambo del kibutz Ein Hashlosha en el sur de Israel, no por la situación de guerra con Hamas en la vecina Franja de Gaza, sino por la distinción que dicho tambo acaba de recibir, como el primero en producción promedio anual en todo Israel.
Daniel, ante todo, como director del tambo de Ein Hashlosha, felicitaciones por el logro..Recordemos al lector promedio, que seguramente no sigue el tema de la producción lechera en Israel, qué significa haber sido destacado como el tambo más productivo de Israel…
Es un gran honor estar ubicado en el primer lugar de producción promedio anual por vaca y como Israel está en los primeros lugares en el mundo, se puede decir que el logro es a nivel mundial.Todos los años la Asociación de Criadores de Ganado en Israel publica el “ranking” entre los tambos. En la publicación se presentan los elementos que hay en la leche como grasa, proteína ,células somáticas y también el tema de la limpieza.
Contame un poquito cómo sería la carta de presentación de este tambo..cuántos animales tienen, de qué números están hablando…
Tenemos 287 vacas en ordeñe, 37 vacas secas y otras 290 terneras en crianza.
Nuestra producción anual fue 4.340.000 litros lo que hace un promedio de 15.121 litros por vaca en ordeñe.
¿Y los que trabajan? Vos sos uruguayo…¿Quién más está allí?
Trabajan 9 personas (todos israelíes) de todas las edades y orígenes. Algunos son javerim, miembros del kibutz, y otros trabajadores asalariados. Somos tres sudamericanos, hay un tailandés, un beduino, un norteamericano y tres jóvenes que ya terminaron su servicio militar obligatorio.
¿Dónde está el secreto?.¿Qué hay de especial en el tambo de Ein Hashlosha?
Mucho profesionalismo que viene de años de experiencia, estudios universitarios de los trabajadores y en especial mucho amor y dedicación en la crianza de las “princesas”.
Original forma de llamar a las vacas…¿La tecnología tiene algo que ver? Hoy en día, recordemos, no se ordeña como antes..¿O queda algo de eso?
La tecnología es la razón primordial de nuestra alta producción. Las compañías israelíes que fabrican los” identificadores personales” para cada vaca son conocidas en todo el mundo, también en Uruguay.
Una característica muy conocida del trabajo en un tambo, es la rigidez de los horarios..Cuando trabajas con animales, no podes tomarte vacaciones ni decir “hoy no voy al trabajo”..¿Cómo es el horario?
La presencia de trabajadores en el tambo es de 20 horas por día pero si hay partos que requieren ayuda venimos en cualquier momento. Hay quienes empiezan a las 2.30 de la mañana, otros a la 7.00 y uno está de las 15.00 hasta las 22.00
Y esto significa también que ni la guerra puede detener el trabajo en el tambo…He tenido la oportunidad de entrevistarte, junto al tambo, también durante la última guerra..y me consta que no paraban un minuto de trabajar..¿Podés compartir con los lectores algunas vivencias de esos meses?
Fueron días muy difíciles .El grupo de trabajadores hizo un gran esfuerzo por continuar adelante a pesar de todo. No quisimos bajar el rendimiento ni permitir que sufran los animales que tanto queremos. También se puede decir que queríamos enviar un mensaje al otro lado, dejando en claro que no nos rendimos y que nadie va a decidir por nosotros cómo vivir.
De lo que yo recuerdo..No siempre oían la alarma….
A veces el que estaba en los tractores no escuchaba ni se daba cuenta que había caído algo. Se enteraba después del boom. Por lo general llegábamos a tiempo a los refugios pero hubo casos en los que sonó la alarma y estábamos lejos .En esos casos buscábamos una pared de cemento o nos tirábamos al piso. Uno de nosotros se tiró entre las vacas y mejor no te detallo cómo salió de allí…
¿Dirías que trabajan con la sensación de que es cuestión de tiempo hasta que tengan que lidiar con otra guerra en esa zona?
De eso estoy seguro. La última confrontación no fue terminada, a nuestro criterio, de modo categórico, definitivo…o sea que el problema sigue. Por eso seguimos preparándonos para la próxima No queremos que nos sorprendan sin tener respuestas para la seguridad de la gente y los animales. No es fácil garantizar la comida, el agua, la energía y el envío normal de 12.000 litros diarios de leche.
Daniel, tu kibutz ha sido de los más visitados en los últimos años por figuras llegadas de visita de Uruguay, de distintos ámbitos..Por estar cerca de la frontera, por la cantidad de uruguayos que hay, por la relación cercana que entabló el embajador Bernardo Greiver con ustedes…¿Podés compartir conmigo algunos recuerdos de esas visitas? Recuerdo que estuvo el Canciller Almagro, también Carlos Cachón del sindicato lechero en el Pit-Cnt, y hace poco, estuvieron tres políticos que participaron en un seminario en Jerusalem..Uno blanco, otro colorado y otro del FA.
Todos salieron fascinados por el potencial que existe en la lechería. El manejo del tambo por medio de computación, robots y altas tecnologías. De política hablamos poco pero yo siempre quise hacer hincapié en la problemática especial que vive Israel y cómo esta se capta en el mundo. Destaqué también que Israel necesita tener a Uruguay de nuestro lado como fue tradicionalmente en el pasado.
Espero haber aportado mi “granito de arena”.
Como uruguayo, aunque radicado en Israel desde hace ya décadas ¿Dirías que es una combinación especial de orgullo, por un lado recibir a compatriotas y por otro poder mostrarles los logros de Israel?
Es un gran orgullo como uruguayo- no puedo dejar de contar que vengo de Goes- recibir compatriotas y mostrarles las actividades y los logros que alcanzamos en Israel. Por más que llevo viviendo en Israel más años que los que viví en Uruguay, mi hermosa juventud la pasé en Uruguay y es lindo quedar conectado a todo lo que ello significó, en el lugar donde nací.
Muchas gracias Daniel y que sigan cosechando éxitos. Sólo en paz.
Es un gusto poder entrevistar a Daniel Weisz, director del tambo del kibutz Ein Hashlosha en el sur de Israel, no por la situación de guerra con Hamas en la vecina Franja de Gaza, sino por la distinción que dicho tambo acaba de recibir, como el primero en producción promedio anual en todo Israel.
Daniel, ante todo, como director del tambo de Ein Hashlosha, felicitaciones por el logro..Recordemos al lector promedio, que seguramente no sigue el tema de la producción lechera en Israel, qué significa haber sido destacado como el tambo más productivo de Israel…
Es un gran honor estar ubicado en el primer lugar de producción promedio anual por vaca y como Israel está en los primeros lugares en el mundo, se puede decir que el logro es a nivel mundial.Todos los años la Asociación de Criadores de Ganado en Israel publica el “ranking” entre los tambos. En la publicación se presentan los elementos que hay en la leche como grasa, proteína ,células somáticas y también el tema de la limpieza.
Contame un poquito cómo sería la carta de presentación de este tambo..cuántos animales tienen, de qué números están hablando…
Tenemos 287 vacas en ordeñe, 37 vacas secas y otras 290 terneras en crianza.
Nuestra producción anual fue 4.340.000 litros lo que hace un promedio de 15.121 litros por vaca en ordeñe.
¿Y los que trabajan? Vos sos uruguayo…¿Quién más está allí?
Trabajan 9 personas (todos israelíes) de todas las edades y orígenes. Algunos son javerim, miembros del kibutz, y otros trabajadores asalariados. Somos tres sudamericanos, hay un tailandés, un beduino, un norteamericano y tres jóvenes que ya terminaron su servicio militar obligatorio.
¿Dónde está el secreto?.¿Qué hay de especial en el tambo de Ein Hashlosha?
Mucho profesionalismo que viene de años de experiencia, estudios universitarios de los trabajadores y en especial mucho amor y dedicación en la crianza de las “princesas”.
Original forma de llamar a las vacas…¿La tecnología tiene algo que ver? Hoy en día, recordemos, no se ordeña como antes..¿O queda algo de eso?
La tecnología es la razón primordial de nuestra alta producción. Las compañías israelíes que fabrican los” identificadores personales” para cada vaca son conocidas en todo el mundo, también en Uruguay.
Una característica muy conocida del trabajo en un tambo, es la rigidez de los horarios..Cuando trabajas con animales, no podes tomarte vacaciones ni decir “hoy no voy al trabajo”..¿Cómo es el horario?
La presencia de trabajadores en el tambo es de 20 horas por día pero si hay partos que requieren ayuda venimos en cualquier momento. Hay quienes empiezan a las 2.30 de la mañana, otros a la 7.00 y uno está de las 15.00 hasta las 22.00
Y esto significa también que ni la guerra puede detener el trabajo en el tambo…He tenido la oportunidad de entrevistarte, junto al tambo, también durante la última guerra..y me consta que no paraban un minuto de trabajar..¿Podés compartir con los lectores algunas vivencias de esos meses?
Fueron días muy difíciles .El grupo de trabajadores hizo un gran esfuerzo por continuar adelante a pesar de todo. No quisimos bajar el rendimiento ni permitir que sufran los animales que tanto queremos. También se puede decir que queríamos enviar un mensaje al otro lado, dejando en claro que no nos rendimos y que nadie va a decidir por nosotros cómo vivir.
De lo que yo recuerdo..No siempre oían la alarma….
A veces el que estaba en los tractores no escuchaba ni se daba cuenta que había caído algo. Se enteraba después del boom. Por lo general llegábamos a tiempo a los refugios pero hubo casos en los que sonó la alarma y estábamos lejos .En esos casos buscábamos una pared de cemento o nos tirábamos al piso. Uno de nosotros se tiró entre las vacas y mejor no te detallo cómo salió de allí…
¿Dirías que trabajan con la sensación de que es cuestión de tiempo hasta que tengan que lidiar con otra guerra en esa zona?
De eso estoy seguro. La última confrontación no fue terminada, a nuestro criterio, de modo categórico, definitivo…o sea que el problema sigue. Por eso seguimos preparándonos para la próxima No queremos que nos sorprendan sin tener respuestas para la seguridad de la gente y los animales. No es fácil garantizar la comida, el agua, la energía y el envío normal de 12.000 litros diarios de leche.
Daniel, tu kibutz ha sido de los más visitados en los últimos años por figuras llegadas de visita de Uruguay, de distintos ámbitos..Por estar cerca de la frontera, por la cantidad de uruguayos que hay, por la relación cercana que entabló el embajador Bernardo Greiver con ustedes…¿Podés compartir conmigo algunos recuerdos de esas visitas? Recuerdo que estuvo el Canciller Almagro, también Carlos Cachón del sindicato lechero en el Pit-Cnt, y hace poco, estuvieron tres políticos que participaron en un seminario en Jerusalem..Uno blanco, otro colorado y otro del FA.
Todos salieron fascinados por el potencial que existe en la lechería. El manejo del tambo por medio de computación, robots y altas tecnologías. De política hablamos poco pero yo siempre quise hacer hincapié en la problemática especial que vive Israel y cómo esta se capta en el mundo. Destaqué también que Israel necesita tener a Uruguay de nuestro lado como fue tradicionalmente en el pasado.
Espero haber aportado mi “granito de arena”.
Como uruguayo, aunque radicado en Israel desde hace ya décadas ¿Dirías que es una combinación especial de orgullo, por un lado recibir a compatriotas y por otro poder mostrarles los logros de Israel?
Es un gran orgullo como uruguayo- no puedo dejar de contar que vengo de Goes- recibir compatriotas y mostrarles las actividades y los logros que alcanzamos en Israel. Por más que llevo viviendo en Israel más años que los que viví en Uruguay, mi hermosa juventud la pasé en Uruguay y es lindo quedar conectado a todo lo que ello significó, en el lugar donde nací.
Muchas gracias Daniel y que sigan cosechando éxitos. Sólo en paz.
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Judíos italianos en Uruguay шаблоны RocketTheme
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Última actualización en 11 Marzo 2014 Escrito por: Clara Aldrighi
Directiva y asociados de Italia Libera, circa 1946
Judíos italianos en Uruguay.
A 70 años de las leyes racistas de Mussolini A fines de 1938 las “leyes raciales” emanadas del gobierno fascista inauguraron en Italia el antisemitismo de Estado. Proclamaron la pertenencia del pueblo italiano a la raza aria y excluyeron a los judíos de la comunidad nacional. Diez mil personas se vieron expulsadas de inmediato de sus trabajos o centros de estudio. Quien pudo partir emprendió el camino de la emigración, y algunos eligieron Uruguay como destino.
Residentes en Roma desde el segundo siglo antes de nuestra era, los judíos habían escrito en Italia por más de 2 mil años una larga página de tenacidad y trabajo, de espiritualidad y cultura, de adhesión a las convicciones religiosas y morales de sus padres; aunque sometidos en múltiples ocasiones a la violencia y la persecución, víctimas de las oleadas antijudías que se sucedieron en Europa desde el siglo xi. En el xvi, luego de su expulsión de la Italia meridional dominada por los españoles, fueron confinados en los sórdidos guetos del norte de la península y los estados de la Iglesia. El papa Paulo IV con su bula “Cum nimis absurdum”, documento emblemático de la intolerancia cristiana, instituyó en 1555 el gueto de Roma y abrió el camino a las peores formas de segregación. Los papas decían proteger a los judíos pero les sometían a humillaciones inauditas: en el Seiscientos Urbano VIII les prohibió que besaran su pie en las procesiones religiosas; como compensación les permitió besar las huellas de sus mulas. Hasta la invasión napoleónica fueron marcados con signos distintivos, vejados, humillados, atemorizados con amenazas, prohibiciones, expulsiones, torturas y hasta condenas a muerte en la hoguera.
Pero la comunidad judía italiana había conocido a lo largo de los siglos no sólo la dureza del odio y la opresión, sino también la existencia de felices períodos de inserción y tolerancia. En ellos pudo desenvolverse la vida religiosa y civil de una comunidad compleja y variada, confluencia y crisol de diferentes culturas. La integraban italianos, sefarditas, ashkenazíes, levantinos y franceses, todos con sus propias tradiciones, rituales y actividades.
Italia fue entrelazando así una rica historia común con sus judíos, con sus médicos, impresores, artesanos, banqueros, comerciantes y poetas, unidos a la sociedad circunstante por estrechos lazos sociales y culturales. Por esa causa la vida judía se desarrolló en el marco de una “doble identidad”, preservada aun en las pruebas más amargas y duras. Fue esta doble identidad la que les llevó a volcarse con entusiasmo en la gran esperanza que representó el Risorgimento, coincidiendo la unificación italiana con su total emancipación civil y política.
La cultura y el orden jurídico de la nueva nación alentaron en el conjunto de la colectividad un fuerte sentimiento de pertenencia nacional y de ciudadanía democrática, pareciendo definitivamente adquiridos, en la Italia liberal, los principios del pluralismo cultural y la convivencia fraterna, junto a la valoración, como precioso potencial a preservar, de las diferencias seculares que entretejía la sociedad italiana.
El advenimiento del fascismo pareció no modificar esta situación. Los judíos tomaron partido frente al régimen en razón de sus convicciones políticas, tradiciones familiares e intereses de clase, al igual que los demás italianos. Junto a los numerosos judíos que integraron el heterogéneo espectro del antifascismo, otros muchos prestaron su apoyo entusiasta al fascismo desde el momento de su fundación en 1919.
El encuentro de estos dos mundos, del fascismo y del judaísmo –que sólo la ilusión podía creer conciliables–, se disolvió definitivamente en 1938. Con la nueva legislación racista, aplicada con uniforme rigor y desconociendo las prometidas diferenciaciones personales por méritos patrióticos o políticos, conversiones o matrimonios mixtos, los judíos se vieron de inmediato radiados de la enseñanza y los empleos públicos, las profesiones liberales y el ejército, la propiedad de empresas y comercios de una cierta envergadura. Se cancelaron sus nombres de las guías telefónicas y los anuncios fúnebres, se les prohibió concurrir a las playas y otros lugares de esparcimiento. Acosos, persecuciones, asaltos a comunidades y templos, jalonaron los años que precedieron la ocupación alemana.
Con todo, comenzó a verificarse silenciosamente el sabotaje de las medidas racistas por parte de la mayoría de la población y en especial fuera de Italia por las autoridades militares en las zonas ocupadas por el ejército italiano. Si bien el fascismo había logrado reactivar en pequeños núcleos antiguos y latentes prejuicios raciales, el antisemitismo no se manifestaba como una enfermedad crónica de la sociedad italiana, no había alimentado siquiera el nacionalismo imperialista de principios de siglo.
A diferencia de otros países vecinos, que llegaba a contagiar a exponentes de la izquierda e intelectuales de gran prestigio, no existía una atmósfera de odio extendida, incluso en los ambientes populares. En momentos en que Francia se hallaba convulsionada por el affaire Dreyfus, por ejemplo, los judíos italianos se volvían senadores, generales o primeros ministros. En la Primera Guerra Mundial prestaron servicio unos 50 generales judíos. Más de mil combatientes obtuvieron medallas al valor. No era poco para una comunidad exigua de 33 mil personas, en una nación de 45 millones de habitantes.
Si las leyes de 1938 buscaron humillar y segregar a los judíos, a partir de 1943 la República de Salò –desde sus bases programáticas que los declaraban “extranjeros pertenecientes a nacionalidad enemiga”– se propuso aniquilarlos. Fascistas y nazis trabajaron en conjunto para llevar a cabo este exterminio. En 1938 la comunidad contaba con poco más de 47 mil personas.* Entre ellas murieron a causa de las persecuciones –en una estimación por defecto, pues no se incluyen quienes no pudieron ser identificados– 5.969 en Auschwitz, Bergen Belsen y otros Lager, 322 en Italia. Más de mil fueron los combatientes judíos en filas de la resistencia, y muchos entre sus dirigentes y sus caídos.
Fue en estos años cuando la reprobación de miles de italianos, también fascistas, se transformó en voluntad concreta y efectiva de ayuda. La Iglesia Católica, en una radical inversión de perspectiva, se volvió –aunque tardíamente– defensora de los judíos, abriendo sus puertas y prestando su apoyo para salvar numerosas vidas.
URUGUAY, REFUGIO DE CAMINANTES. De los aproximadamente 6 mil judíos italianos que lograron emigrar entre 1938 y 1943, un pequeño contingente llegó a Uruguay. Los primeros en partir con este destino fueron cuatro jóvenes: Giuseppe Sestieri, los hermanos Riccardo y Bindo Rimini y Alberto Calò. Embarcaron en el mismo noviembre de 1938, decididos a expatriar por la indignación que les provocaba la legislación racista. Eligieron Montevideo por sugerencia de una joven uruguaya conocida en Roma, hija del diplomático Ubaldo Ramón Guerra, quien les proporcionó los contactos necesarios para la radicación.
Tiempo después les siguieron las familias Calò, De Benedetti, Della Seta, Diena, Di Segni, Jesi, Levi, Levi Deveali, Lombroso, Momigliano, Norzi, Olivetti, Ovazza, Scazzocchio, Segre, Sestieri y Trevi. Renato Calabi, Pietro Consarelli y Guido Treves llegaron sin sus familias. Montevideo fue el primer destino de Margherita Sarfatti y Renato Treves, aunque a los pocos meses ambos optaron por radicarse en Argentina.
En el momento de la partida de Italia constituían un núcleo de nivel socioeconómico bastante homogéneo. La mayoría provenía de la alta y media burguesía: eran profesionales, industriales o comerciantes. La elección de Uruguay estuvo determinada por la presencia de familiares o amigos que los habían precedido y por la promesa de contratos de trabajo. También incidió la facilidad para la obtención de visas, puesto que no se exigía certificado de bautismo. Les atrajo el clima antifascista y democrático predominante y las buenas perspectivas de inserción laboral que parecía ofrecer un ambiente similar al italiano en lo cultural y lingüístico.
Los protagonistas recuerdan las emociones contrastantes que les acompañaban en el momento de la llegada, la incertidumbre del futuro y el dolor de la separación. Sentimientos atenuados, entre los más jóvenes, por la natural curiosidad hacia el nuevo mundo que los acogía.
La travesía del Atlántico resultó azarosa para quienes partieron luego de la entrada en guerra de Italia. Las naves cargadas de judíos que escapaban de Europa eran detenidas, revisadas y a veces hundidas. El embarque se realizaba en puertos no italianos, a los que debían llegar siguiendo itinerarios plenos de privaciones y zozobras.
La mayoría vivió los primeros años en Uruguay en condiciones económicas muy precarias. De inmediato establecieron vínculos de amistad con italianos y uruguayos, judíos y no judíos, estrechando relaciones que perduraron en el tiempo. El apoyo de la comunidad israelita uruguaya y de las asociaciones italianas antifascistas les permitió resolver las dificultades iniciales y obtener documentación, trabajo y vivienda.
Casi todos lograron insertarse posteriormente en sus sectores naturales de actividad. Algunos desplegaron trayectorias profesionales destacadas: recordamos, a modo de ejemplo, al médico neumólogo Riccardo Rimini, al ingeniero e industrial Manuel Diena, a Lea Sestieri de Scazzocchio, catedrática de griego en la Facultad de Humanidades y Ciencias, a la pintora Linda Olivetti de Kohen.
Antes de la partida de Italia ninguno se había vinculado activamente a la política. Pero en Uruguay los judíos italianos animaron las organizaciones del antifascismo democrático y en especial la sección uruguaya de Italia Libera. Fundada en 1941 y liderada por el socialista Nicola Cilla, la integraron inmigrantes independientes o de filiación socialista, republicana y anarquista. Los estatutos de la organización excluyeron expresamente a los comunistas, con el fundamento de que su ideología y práctica conducían a un totalitarismo de tipo soviético. Tampoco fueron admitidos los fascistas “arrepentidos”, que se volvían cada vez más numerosos a medida que declinaban las suertes de Italia en la guerra y, fundamentalmente, a causa de la aparición de las “listas negras”.
Con sus miles de adherentes y su gran prestigio, Italia Libera contribuyó a contrarrestar la influencia ejercida por el fascismo sobre la colectividad italiana, que había llegado a su ápice durante la guerra de Etiopía. Umberto Scazzocchio, Riccardo Rimini y Sergio Jesi se contaron entre sus dirigentes. El primero tuvo a su cargo la audición La Voce Italiana, trasmitida semanalmente por la radio El Espectador. La ascendencia de Italia Libera se manifestó en su amplia expansión, con filiales en todo el país, y en el apoyo que le brindaron personalidades de primer nivel de la política y la cultura uruguayas. En agosto de 1942 se realizó en Montevideo la primera Conferencia Panamericana de Italia Libera, con la asistencia de 300 delegados y la presidencia de Tomás Berreta, Emilio Frugoni y Carlo Sforza.
En la inmediata posguerra una influencia análoga tuvo la sección local de la Organización Americana Socorro Italia (oasi), en cuya dirección participaron, entre otros, Umberto Scazzocchio, Riccardo Rimini, Manuel Diena y Ugo Levi. Dirigieron el Comité Femenino Emilia Avigdor Diena, Bice de Benedetti Levi, Gisella Tagliacozzo Rimini y Maria Momigliano Ovazza. La oasi movilizó a miles de italianos en Montevideo e Interior. La ayuda material que logró canalizar hacia Italia fue considerable, prodigándose en la obra de solidaridad para la recuperación del país devastado por la guerra.
Desde los años cuarenta los judíos italianos tejieron relaciones con sus compatriotas judíos refugiados en Argentina. Rodolfo Mondolfo, ex catedrático de historia de la filosofía en la Universidad de Bolonia, mantuvo estrechos vínculos con el mundo intelectual uruguayo hasta su muerte en 1976. Docente en las universidades de Córdoba, Tucumán y Buenos Aires, viajaba a menudo a Montevideo para dictar conferencias y cursos. Con el mismo motivo visitaron Montevideo el lingüista y filólogo Benvenuto Terracini, el filósofo del derecho Renato Treves, el escritor y ex diplomático Paolo Vita Finzi.
Beppo Levi, catedrático de análisis matemático en Bolonia, se exilió en Argentina en 1939 y fue docente en la Universidad de Rosario hasta su muerte en 1961. Estrechó vínculos profesionales y de amistad con Rafael Laguardia y José Luis Massera, representantes de la escuela matemática de Montevideo. El primer trabajo de investigación de este último, escrito en los años cuarenta, fue realizado bajo la dirección de Levi. Recordaba Massera en 1994: “Si bien no creó una escuela en Uruguay, al ser un gran matemático, Levi contribuyó al desarrollo de la matemática uruguaya a través del diálogo, la discusión y la generación de problemas”.
Durante el conflicto mundial y en los años inmediatamente sucesivos, algunos judíos italianos participaron en campañas de difusión y apoyo a la causa sionista. Lea Sestieri representó a Uruguay en 1946 en el Congreso Sionista de Basilea y tuvo a su cargo la dirección de la revista Amanecer, editada por la comunidad sefardita uruguaya.
Con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Uruguay e Italia, Umberto Scazzocchio se ocupó de tareas consulares, organizando la ayuda a los italianos que llegaban en busca de mejores perspectivas económicas. Arturo Momigliano integró entre 1942 y 1958 la comisión directiva de la ort uruguaya. Riccardo Rimini y el ingeniero Emanuele Diena patrocinaron el Hospital Italiano e instituciones de asistencia a los inmigrantes.
A pesar de haber sido expulsados de su país, privados de su nacionalidad y declarados extranjeros enemigos, los judíos italianos promovieron entre 1943 y 1947, junto a los demás antifascistas, campañas de propaganda filoitaliana en la prensa radial y escrita. Se conservan copias de los textos leídos en las audiciones radiales, impregnados de retórica patriótica. Al término de la guerra mundial, exigieron justas condiciones de paz para su país y un tratamiento benévolo por parte de los vencedores, impulsando y obteniendo definiciones de los partidos políticos uruguayos y pronunciamientos de la cancillería.
Uruguay ejerció sobre todos ellos un gran atractivo, que les indujo a radicarse definitivamente después de 1945 o, en el caso de quienes optaron por retornar a Italia, a mantener vínculos con la tierra de asilo. Las historias de vida comprueban la perduración de estos vínculos hasta la segunda y tercera generación. Así, en los años ochenta, el joven Maurizio Sestieri viajó expresamente desde Roma para encontrar una esposa uruguaya; Giorgio y Ernesto Ovazza, propietarios de empresas en Uruguay, residían en los noventa parte del año en el país; Aldo Sestieri colaboró desde la Universidad de Roma con el Instituto de Estructuras y Transporte de la Facultad de Ingeniería; Claudio Scazzocchio promueve en París la formación doctoral de biólogos moleculares de la Universidad de la República.
* Fuente: censos de 1911 y 1938, en Storia degli ebrei italiani sotto il fascismo, Renzo de Felice, Einaudi, Torino, 1993. La diferencia de 15 mil personas no es fruto del incremento natural, sino de las anexiones territoriales de 1918 que aportaron 7 mil judíos, en especial triestinos, de la ciudadanía italiana adquirida por judíos extranjeros y de los criterios racistas con que fue realizado el censo de 1938.
*Nota publicada originalmente en Brecha 12/XII/2008, pp 20-21
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Última actualización en 11 Marzo 2014 Escrito por: Clara Aldrighi
Directiva y asociados de Italia Libera, circa 1946
Judíos italianos en Uruguay.
A 70 años de las leyes racistas de Mussolini A fines de 1938 las “leyes raciales” emanadas del gobierno fascista inauguraron en Italia el antisemitismo de Estado. Proclamaron la pertenencia del pueblo italiano a la raza aria y excluyeron a los judíos de la comunidad nacional. Diez mil personas se vieron expulsadas de inmediato de sus trabajos o centros de estudio. Quien pudo partir emprendió el camino de la emigración, y algunos eligieron Uruguay como destino.
Residentes en Roma desde el segundo siglo antes de nuestra era, los judíos habían escrito en Italia por más de 2 mil años una larga página de tenacidad y trabajo, de espiritualidad y cultura, de adhesión a las convicciones religiosas y morales de sus padres; aunque sometidos en múltiples ocasiones a la violencia y la persecución, víctimas de las oleadas antijudías que se sucedieron en Europa desde el siglo xi. En el xvi, luego de su expulsión de la Italia meridional dominada por los españoles, fueron confinados en los sórdidos guetos del norte de la península y los estados de la Iglesia. El papa Paulo IV con su bula “Cum nimis absurdum”, documento emblemático de la intolerancia cristiana, instituyó en 1555 el gueto de Roma y abrió el camino a las peores formas de segregación. Los papas decían proteger a los judíos pero les sometían a humillaciones inauditas: en el Seiscientos Urbano VIII les prohibió que besaran su pie en las procesiones religiosas; como compensación les permitió besar las huellas de sus mulas. Hasta la invasión napoleónica fueron marcados con signos distintivos, vejados, humillados, atemorizados con amenazas, prohibiciones, expulsiones, torturas y hasta condenas a muerte en la hoguera.
Pero la comunidad judía italiana había conocido a lo largo de los siglos no sólo la dureza del odio y la opresión, sino también la existencia de felices períodos de inserción y tolerancia. En ellos pudo desenvolverse la vida religiosa y civil de una comunidad compleja y variada, confluencia y crisol de diferentes culturas. La integraban italianos, sefarditas, ashkenazíes, levantinos y franceses, todos con sus propias tradiciones, rituales y actividades.
Italia fue entrelazando así una rica historia común con sus judíos, con sus médicos, impresores, artesanos, banqueros, comerciantes y poetas, unidos a la sociedad circunstante por estrechos lazos sociales y culturales. Por esa causa la vida judía se desarrolló en el marco de una “doble identidad”, preservada aun en las pruebas más amargas y duras. Fue esta doble identidad la que les llevó a volcarse con entusiasmo en la gran esperanza que representó el Risorgimento, coincidiendo la unificación italiana con su total emancipación civil y política.
La cultura y el orden jurídico de la nueva nación alentaron en el conjunto de la colectividad un fuerte sentimiento de pertenencia nacional y de ciudadanía democrática, pareciendo definitivamente adquiridos, en la Italia liberal, los principios del pluralismo cultural y la convivencia fraterna, junto a la valoración, como precioso potencial a preservar, de las diferencias seculares que entretejía la sociedad italiana.
El advenimiento del fascismo pareció no modificar esta situación. Los judíos tomaron partido frente al régimen en razón de sus convicciones políticas, tradiciones familiares e intereses de clase, al igual que los demás italianos. Junto a los numerosos judíos que integraron el heterogéneo espectro del antifascismo, otros muchos prestaron su apoyo entusiasta al fascismo desde el momento de su fundación en 1919.
El encuentro de estos dos mundos, del fascismo y del judaísmo –que sólo la ilusión podía creer conciliables–, se disolvió definitivamente en 1938. Con la nueva legislación racista, aplicada con uniforme rigor y desconociendo las prometidas diferenciaciones personales por méritos patrióticos o políticos, conversiones o matrimonios mixtos, los judíos se vieron de inmediato radiados de la enseñanza y los empleos públicos, las profesiones liberales y el ejército, la propiedad de empresas y comercios de una cierta envergadura. Se cancelaron sus nombres de las guías telefónicas y los anuncios fúnebres, se les prohibió concurrir a las playas y otros lugares de esparcimiento. Acosos, persecuciones, asaltos a comunidades y templos, jalonaron los años que precedieron la ocupación alemana.
Con todo, comenzó a verificarse silenciosamente el sabotaje de las medidas racistas por parte de la mayoría de la población y en especial fuera de Italia por las autoridades militares en las zonas ocupadas por el ejército italiano. Si bien el fascismo había logrado reactivar en pequeños núcleos antiguos y latentes prejuicios raciales, el antisemitismo no se manifestaba como una enfermedad crónica de la sociedad italiana, no había alimentado siquiera el nacionalismo imperialista de principios de siglo.
A diferencia de otros países vecinos, que llegaba a contagiar a exponentes de la izquierda e intelectuales de gran prestigio, no existía una atmósfera de odio extendida, incluso en los ambientes populares. En momentos en que Francia se hallaba convulsionada por el affaire Dreyfus, por ejemplo, los judíos italianos se volvían senadores, generales o primeros ministros. En la Primera Guerra Mundial prestaron servicio unos 50 generales judíos. Más de mil combatientes obtuvieron medallas al valor. No era poco para una comunidad exigua de 33 mil personas, en una nación de 45 millones de habitantes.
Si las leyes de 1938 buscaron humillar y segregar a los judíos, a partir de 1943 la República de Salò –desde sus bases programáticas que los declaraban “extranjeros pertenecientes a nacionalidad enemiga”– se propuso aniquilarlos. Fascistas y nazis trabajaron en conjunto para llevar a cabo este exterminio. En 1938 la comunidad contaba con poco más de 47 mil personas.* Entre ellas murieron a causa de las persecuciones –en una estimación por defecto, pues no se incluyen quienes no pudieron ser identificados– 5.969 en Auschwitz, Bergen Belsen y otros Lager, 322 en Italia. Más de mil fueron los combatientes judíos en filas de la resistencia, y muchos entre sus dirigentes y sus caídos.
Fue en estos años cuando la reprobación de miles de italianos, también fascistas, se transformó en voluntad concreta y efectiva de ayuda. La Iglesia Católica, en una radical inversión de perspectiva, se volvió –aunque tardíamente– defensora de los judíos, abriendo sus puertas y prestando su apoyo para salvar numerosas vidas.
URUGUAY, REFUGIO DE CAMINANTES. De los aproximadamente 6 mil judíos italianos que lograron emigrar entre 1938 y 1943, un pequeño contingente llegó a Uruguay. Los primeros en partir con este destino fueron cuatro jóvenes: Giuseppe Sestieri, los hermanos Riccardo y Bindo Rimini y Alberto Calò. Embarcaron en el mismo noviembre de 1938, decididos a expatriar por la indignación que les provocaba la legislación racista. Eligieron Montevideo por sugerencia de una joven uruguaya conocida en Roma, hija del diplomático Ubaldo Ramón Guerra, quien les proporcionó los contactos necesarios para la radicación.
Tiempo después les siguieron las familias Calò, De Benedetti, Della Seta, Diena, Di Segni, Jesi, Levi, Levi Deveali, Lombroso, Momigliano, Norzi, Olivetti, Ovazza, Scazzocchio, Segre, Sestieri y Trevi. Renato Calabi, Pietro Consarelli y Guido Treves llegaron sin sus familias. Montevideo fue el primer destino de Margherita Sarfatti y Renato Treves, aunque a los pocos meses ambos optaron por radicarse en Argentina.
En el momento de la partida de Italia constituían un núcleo de nivel socioeconómico bastante homogéneo. La mayoría provenía de la alta y media burguesía: eran profesionales, industriales o comerciantes. La elección de Uruguay estuvo determinada por la presencia de familiares o amigos que los habían precedido y por la promesa de contratos de trabajo. También incidió la facilidad para la obtención de visas, puesto que no se exigía certificado de bautismo. Les atrajo el clima antifascista y democrático predominante y las buenas perspectivas de inserción laboral que parecía ofrecer un ambiente similar al italiano en lo cultural y lingüístico.
Los protagonistas recuerdan las emociones contrastantes que les acompañaban en el momento de la llegada, la incertidumbre del futuro y el dolor de la separación. Sentimientos atenuados, entre los más jóvenes, por la natural curiosidad hacia el nuevo mundo que los acogía.
La travesía del Atlántico resultó azarosa para quienes partieron luego de la entrada en guerra de Italia. Las naves cargadas de judíos que escapaban de Europa eran detenidas, revisadas y a veces hundidas. El embarque se realizaba en puertos no italianos, a los que debían llegar siguiendo itinerarios plenos de privaciones y zozobras.
La mayoría vivió los primeros años en Uruguay en condiciones económicas muy precarias. De inmediato establecieron vínculos de amistad con italianos y uruguayos, judíos y no judíos, estrechando relaciones que perduraron en el tiempo. El apoyo de la comunidad israelita uruguaya y de las asociaciones italianas antifascistas les permitió resolver las dificultades iniciales y obtener documentación, trabajo y vivienda.
Casi todos lograron insertarse posteriormente en sus sectores naturales de actividad. Algunos desplegaron trayectorias profesionales destacadas: recordamos, a modo de ejemplo, al médico neumólogo Riccardo Rimini, al ingeniero e industrial Manuel Diena, a Lea Sestieri de Scazzocchio, catedrática de griego en la Facultad de Humanidades y Ciencias, a la pintora Linda Olivetti de Kohen.
Antes de la partida de Italia ninguno se había vinculado activamente a la política. Pero en Uruguay los judíos italianos animaron las organizaciones del antifascismo democrático y en especial la sección uruguaya de Italia Libera. Fundada en 1941 y liderada por el socialista Nicola Cilla, la integraron inmigrantes independientes o de filiación socialista, republicana y anarquista. Los estatutos de la organización excluyeron expresamente a los comunistas, con el fundamento de que su ideología y práctica conducían a un totalitarismo de tipo soviético. Tampoco fueron admitidos los fascistas “arrepentidos”, que se volvían cada vez más numerosos a medida que declinaban las suertes de Italia en la guerra y, fundamentalmente, a causa de la aparición de las “listas negras”.
Con sus miles de adherentes y su gran prestigio, Italia Libera contribuyó a contrarrestar la influencia ejercida por el fascismo sobre la colectividad italiana, que había llegado a su ápice durante la guerra de Etiopía. Umberto Scazzocchio, Riccardo Rimini y Sergio Jesi se contaron entre sus dirigentes. El primero tuvo a su cargo la audición La Voce Italiana, trasmitida semanalmente por la radio El Espectador. La ascendencia de Italia Libera se manifestó en su amplia expansión, con filiales en todo el país, y en el apoyo que le brindaron personalidades de primer nivel de la política y la cultura uruguayas. En agosto de 1942 se realizó en Montevideo la primera Conferencia Panamericana de Italia Libera, con la asistencia de 300 delegados y la presidencia de Tomás Berreta, Emilio Frugoni y Carlo Sforza.
En la inmediata posguerra una influencia análoga tuvo la sección local de la Organización Americana Socorro Italia (oasi), en cuya dirección participaron, entre otros, Umberto Scazzocchio, Riccardo Rimini, Manuel Diena y Ugo Levi. Dirigieron el Comité Femenino Emilia Avigdor Diena, Bice de Benedetti Levi, Gisella Tagliacozzo Rimini y Maria Momigliano Ovazza. La oasi movilizó a miles de italianos en Montevideo e Interior. La ayuda material que logró canalizar hacia Italia fue considerable, prodigándose en la obra de solidaridad para la recuperación del país devastado por la guerra.
Desde los años cuarenta los judíos italianos tejieron relaciones con sus compatriotas judíos refugiados en Argentina. Rodolfo Mondolfo, ex catedrático de historia de la filosofía en la Universidad de Bolonia, mantuvo estrechos vínculos con el mundo intelectual uruguayo hasta su muerte en 1976. Docente en las universidades de Córdoba, Tucumán y Buenos Aires, viajaba a menudo a Montevideo para dictar conferencias y cursos. Con el mismo motivo visitaron Montevideo el lingüista y filólogo Benvenuto Terracini, el filósofo del derecho Renato Treves, el escritor y ex diplomático Paolo Vita Finzi.
Beppo Levi, catedrático de análisis matemático en Bolonia, se exilió en Argentina en 1939 y fue docente en la Universidad de Rosario hasta su muerte en 1961. Estrechó vínculos profesionales y de amistad con Rafael Laguardia y José Luis Massera, representantes de la escuela matemática de Montevideo. El primer trabajo de investigación de este último, escrito en los años cuarenta, fue realizado bajo la dirección de Levi. Recordaba Massera en 1994: “Si bien no creó una escuela en Uruguay, al ser un gran matemático, Levi contribuyó al desarrollo de la matemática uruguaya a través del diálogo, la discusión y la generación de problemas”.
Durante el conflicto mundial y en los años inmediatamente sucesivos, algunos judíos italianos participaron en campañas de difusión y apoyo a la causa sionista. Lea Sestieri representó a Uruguay en 1946 en el Congreso Sionista de Basilea y tuvo a su cargo la dirección de la revista Amanecer, editada por la comunidad sefardita uruguaya.
Con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Uruguay e Italia, Umberto Scazzocchio se ocupó de tareas consulares, organizando la ayuda a los italianos que llegaban en busca de mejores perspectivas económicas. Arturo Momigliano integró entre 1942 y 1958 la comisión directiva de la ort uruguaya. Riccardo Rimini y el ingeniero Emanuele Diena patrocinaron el Hospital Italiano e instituciones de asistencia a los inmigrantes.
A pesar de haber sido expulsados de su país, privados de su nacionalidad y declarados extranjeros enemigos, los judíos italianos promovieron entre 1943 y 1947, junto a los demás antifascistas, campañas de propaganda filoitaliana en la prensa radial y escrita. Se conservan copias de los textos leídos en las audiciones radiales, impregnados de retórica patriótica. Al término de la guerra mundial, exigieron justas condiciones de paz para su país y un tratamiento benévolo por parte de los vencedores, impulsando y obteniendo definiciones de los partidos políticos uruguayos y pronunciamientos de la cancillería.
Uruguay ejerció sobre todos ellos un gran atractivo, que les indujo a radicarse definitivamente después de 1945 o, en el caso de quienes optaron por retornar a Italia, a mantener vínculos con la tierra de asilo. Las historias de vida comprueban la perduración de estos vínculos hasta la segunda y tercera generación. Así, en los años ochenta, el joven Maurizio Sestieri viajó expresamente desde Roma para encontrar una esposa uruguaya; Giorgio y Ernesto Ovazza, propietarios de empresas en Uruguay, residían en los noventa parte del año en el país; Aldo Sestieri colaboró desde la Universidad de Roma con el Instituto de Estructuras y Transporte de la Facultad de Ingeniería; Claudio Scazzocchio promueve en París la formación doctoral de biólogos moleculares de la Universidad de la República.
* Fuente: censos de 1911 y 1938, en Storia degli ebrei italiani sotto il fascismo, Renzo de Felice, Einaudi, Torino, 1993. La diferencia de 15 mil personas no es fruto del incremento natural, sino de las anexiones territoriales de 1918 que aportaron 7 mil judíos, en especial triestinos, de la ciudadanía italiana adquirida por judíos extranjeros y de los criterios racistas con que fue realizado el censo de 1938.
*Nota publicada originalmente en Brecha 12/XII/2008, pp 20-21
Claudio Caló
Leido con suma atencion. La Comunidad Sefaradi nos dio afecto y una casa comun, gratitud eterna de mi parte, Las flias que se salvaron eran en su mayoria piemontesas con medios y gran cultura, Las hnas Ovazza que sucesivamente fueron 2 mujeres de empresa de valor fueron mis companieras en el Varela. Alberto Calo' primo de mi papa' hizo una gran fortuna con el oficio de mi flia: la produccion de papel y de inmediato se mimetizo' convirtiéndose al catolicismo.Margherita Sarfatti fue la novia de Mussolini hasta las leyes raciales, Se habian conocido como periodistas de Avanti. Mussolini se revelo' debilucho y a las ordenes de Hitler, el rey 1 idiota con patente promulgo' leyes raciales que no gustaron a nadie. Pio XII sabemos que contrariamente a su predecesor no tuve coraje o inteligencia. El anticomunismo italiano hizo pedir a gritos el fascismo. No muy diverso de la llegada del militarismo a nuestro medio? La comunidad judia romana fue almenos no menos fascista que los demas. Caido el fascismo todos los italianos inventaron que fueron antifascistas, Italia es 1 nacion sin memoria historica. Dificil encontrar a un antisemita cuyos abuelos no hayan escondido a una flia judia, es casi siempre mentira. El clero nos ayudo' aunque tuviera un Papa sin valor alguno, un cero a la izquierda. Nota: la comunidad judia romana no escondio' las listas de sus miembros indicando a los nazis como llevarnos a Auschwitz. El Rabino Capo ZOLLLI se hizo cura (no es broma) furioso porque la comunidad romana no aceptaba su instigacion a darse a la clandestinidad. Fue suya la primera casa allanada. Habia ya escapado pero no le habia sido permitido convencer a los demas judios que la clandestinidad era su unica posibilidad de sobrevivir. Pudieron hacerlo solo quienes tenian medios.
Leido con suma atencion. La Comunidad Sefaradi nos dio afecto y una casa comun, gratitud eterna de mi parte, Las flias que se salvaron eran en su mayoria piemontesas con medios y gran cultura, Las hnas Ovazza que sucesivamente fueron 2 mujeres de empresa de valor fueron mis companieras en el Varela. Alberto Calo' primo de mi papa' hizo una gran fortuna con el oficio de mi flia: la produccion de papel y de inmediato se mimetizo' convirtiéndose al catolicismo.Margherita Sarfatti fue la novia de Mussolini hasta las leyes raciales, Se habian conocido como periodistas de Avanti. Mussolini se revelo' debilucho y a las ordenes de Hitler, el rey 1 idiota con patente promulgo' leyes raciales que no gustaron a nadie. Pio XII sabemos que contrariamente a su predecesor no tuve coraje o inteligencia. El anticomunismo italiano hizo pedir a gritos el fascismo. No muy diverso de la llegada del militarismo a nuestro medio? La comunidad judia romana fue almenos no menos fascista que los demas. Caido el fascismo todos los italianos inventaron que fueron antifascistas, Italia es 1 nacion sin memoria historica. Dificil encontrar a un antisemita cuyos abuelos no hayan escondido a una flia judia, es casi siempre mentira. El clero nos ayudo' aunque tuviera un Papa sin valor alguno, un cero a la izquierda. Nota: la comunidad judia romana no escondio' las listas de sus miembros indicando a los nazis como llevarnos a Auschwitz. El Rabino Capo ZOLLLI se hizo cura (no es broma) furioso porque la comunidad romana no aceptaba su instigacion a darse a la clandestinidad. Fue suya la primera casa allanada. Habia ya escapado pero no le habia sido permitido convencer a los demas judios que la clandestinidad era su unica posibilidad de sobrevivir. Pudieron hacerlo solo quienes tenian medios.
18 de julio de 2016, 100 años de la Jevrá Kedushá Ashkenazit fundadora del Cementerio Israelita de La Paz.
A mediados de 2014 las fuerzas armadas de Israel bombardearon la Franja de Gaza y causaron la muerte de 1.800 palestinos, de los cuales el 80% eran ajenos al conflicto bélico que mantiene aquel país con Palestina.
PAULA BARQUETdom may 3 2015, El País de Uruguay.
La indignación que generó la noticia, sumada a las declaraciones de algunos gobernantes, disparó una ola de antisemitismo en Uruguay. Al menos así lo percibieron muchos judíos. El asunto se coló en la campaña electoral. Los candidatos participaron en conferencias y tomaron postura.
En ese momento, el judío Alain Mizrahi, director del grupo Radar, estaba en plena zafra de encuestas para conocer las preferencias de la población respecto a los candidatos. Entonces aprovechó que ya tenía una muestra nacional y representativa e incluyó una pregunta para cuantificar la discriminación. Quería confirmar que la percepción del crecimiento del odio a los judíos tenía un correlato en la realidad. Además, había hecho la misma pregunta en febrero de 2014, por lo que podría comparar ambos momentos.
Mizrahi se encontró con que la minoridad judía es la más discriminada de un grupo de colectivos entre los que están los chinos, los peruanos, los negros, los armenios y los españoles. En febrero, un 8% confesó que le "molestaría mucho" tener a un judío en su familia y un 11% respondió que le "molestaría algo". En la colectividad lo interpretan así: casi uno de cada cinco uruguayos es antisemita. Para sorpresa de Mizrahi y de otros, la judeofobia no creció tras el ataque en Gaza, sino que se mantuvo en términos generales.
El estudio se propuso conocer algunos datos del perfil del antisemita uruguayo. Pese a la percepción generalizada, reveló que la judeofobia no se concentra en votantes del Frente Amplio, sino en votantes de los partidos tradicionales. Con un matiz: los frenteamplistas sienten mucho más rechazo hacia los judíos que hacia las otras minorías mencionadas.
Del trabajo de Radar también surge que hay más rechazo a los judíos entre los mayores de 65 años, y que los jóvenes discriminan menos a todas las minorías (ver más datos en la página siguiente).
Si no puede ver la gráfica haga click aquí
Los datos fueron un hallazgo para Carlos Kierszenbaum, cirujano pediátrico y director adjunto de la organización judía Bnai Brith. Hasta entonces, Kierszenbaum no había conocido ningún estudio cuantitativo sobre el antisemitismo. Pero eran "solo números" y él quería ir más allá: "Saber quiénes son, qué les gusta, qué opinan de política". Le dieron ganas de "conocer la cara de los antisemitas".
Como organización internacional, la Bnai Brith tiene entre sus objetivos "mejorar la realidad del país" en el que se ha elegido vivir. "Para eso debo saber por qué motivo no nos quiere la gente que no nos quiere", argumentó Kierszenbaum.
La mejor herramienta que encontró fueron las redes sociales. "Las redes son una radiografía de la sociedad porque la gente se expresa libremente", consideró. Estudió las características de Twitter y Facebook y optó por la segunda porque es "mucho más poderosa", "más democrática" y otorga "mayor posibilidad de intercambio". Además, en Facebook hay menos cuentas con nombres falsos.
Su metodología consistió en tomar notas de distintos medios digitales referidas a cualquier asunto que tuviera que ver con Israel o el judaísmo. Luego buscó en Facebook los comentarios de esas notas. No incluyó las "críticas correctas y educadas hacia el gobierno de Israel". Se concentró solamente en el antisemitismo.
Simplemente asusta. Durante febrero y marzo Kierszenbaum buceó en los comentarios y datos visibles de los antisemitas uruguayos. Y lo que se encontró "simplemente asusta". "Asusta porque es impresionante el nivel de ignorancia y de confusión de temas. Lo que perdura es el odio a los judíos", valoró. Ese odio se vuelca "con total impunidad", tanto de parte del que escribe como del que expresa su respaldo al comentario dándole "me gusta". Además, muchos parecen haber olvidado la noticia de la que están opinando.
Kierszenbaum almacenó la información de decenas de antisemitas uruguayos. Tiene capturas de pantalla de sus muros de Facebook, de sus posteos y de los grupos a los que dicen adherir. Lo hizo con absoluta tranquilidad porque se asesoró con un abogado que le aseguró que lo que se pone en Facebook es "totalmente público". "Es como gritarlo en medio del estadio", simplificó.
Todo ese material —con los nombres y los rostros a la vista— forma parte de una presentación que ha hecho ante autoridades y otros grupos de la Bnai Brith.
Buena parte de los comentarios aluden al "poder oculto" de los judíos que aspiran a "dominar el mundo" a través del control de los medios económicos. "Son argumentos del antisemitismo moderno", apuntó Kierszenbaum. Algunos de los que revelan su judeofobia están vinculados a la Policía o a las Fuerzas Armadas.
Ante una noticia sobre un niño palestino que sobrevivió al ataque en Gaza y juró venganza, un hombre escribió: "A los judíos hay que hacerlos jabón". Recibió 10 "me gusta", pero también algunos comentarios críticos, por lo que luego subió el tono: "Judíos asesinos de mierda (...) Ya de paso pueden ir al comité israelí a mamársela a los jabones". El autor es un joven oriundo de Canelones y fanático del rock.
"La verdad gurí vamo a matar a los judíos del orto, yo te acompaño", escribió otro hombre joven, que tiene como foto de perfil un escudo del club Progreso. Entre los antisemitas hay muchos futboleros, sobre todo de Peñarol y Nacional.
Otro que opinó sobre la misma nota se refirió a los judíos como "sionistas genocidas". A diferencia de los demás, este es estudiante avanzado de abogacía y en su foto de portada figura dando una charla en una actividad de la Universidad de la República. "Hay que darles plomo ya que la justicia internacional mira para el costado", dijo entre otras cosas.
Kierszenbaum se detuvo en este comentario. "Judíos y sionistas, ¿son lo mismo?", se preguntó. La respuesta es no. "Sionismo es el anhelo del pueblo judío de vivir en Israel", sintetizó. Aclaró que no todos los judíos son sionistas ni apoyan las políticas del gobierno de Israel. Para él, "el antisemitismo tiene un fuerte componente de desconocimiento".
Cuatro tipos. Suele decirse que hay cuatro tipos de antisemitismo que se clasifican por colores. El amarillo es el que proviene de la Iglesia Católica. Este es el "más visceral", según Kierszenbaum. "Es el que transmite de generación en generación que los judíos somos los que matamos al hijo de Dios". El segundo es el del islam; se lo clasifica como antisemitismo verde. El tercer tipo es el vinculado a los nazis y a los grupos de la derecha política, y se lo identifica con el color marrón. El último, de color rojo, es el antisemitismo de la izquierda. "Es el que asocia lo que haga el Estado de Israel con las comunidades judías", explicó.
En Uruguay hoy no hay antisemitismo organizado, pero sí antisemitas desperdigados. Tampoco se ha constatado presencia de islámicos antijudíos.
Mizrahi, de grupo Radar, afirmó a El País que si bien su investigación no arrojó un aumento cuantitativo de la judeofobia, sí reveló la fuerza de un tipo de antisemitismo: el de los "intelectuales de izquierda" que se dicen contrarios a Israel pero, en realidad, "disfrazan su judeofobia de antisionismo". "Es la nueva forma de la judeofobia del siglo XXI, muy común en Europa, que ahora está llegando a Uruguay", agregó. Mizrahi considera que las declaraciones de algunos gobernantes uruguayos tras el conflicto de 2014 alimentaron ese perfil. Se basa en otra pregunta realizada en octubre en la que indagó quién aparecía como principal culpable de la guerra. El porcentaje de los que señalaron a Israel por sobre Palestina aumentó respecto a los datos de febrero.
Por otra parte, Mizrahi sostiene que lo que la investigación de Kierszenbaum pone de manifiesto es que ya no es "políticamente incorrecto" agraviar a los judíos. Para él, el conflicto en Gaza lo volvió algo "tolerable" y ahora se dice sin tapujos, "con nombre y apellido".
A la Justicia. En el avión de la compañía Germanwings, que se estrelló contra los Alpes a fines de marzo, había 150 personas que fallecieron en su totalidad. De esas, 42 eran de origen catalán.
La tragedia despertó cientos de comentarios burlones de españoles en Twitter. "Vale, lo voy a decir yo, pero media España está pensando que ojalá los 45 apellidos españoles sean de catalanes, vascos y panchitos", escribió uno. "A ver, a ver, no hagamos un drama, que en el avión iban catalanes, no personas", se despachó otro.
La asociación de abogados independientes Drets recibió 1.800 denuncias de internautas por esos comentarios. Analizaron las capturas de pantalla aportadas y seleccionaron solo aquellos tuits "que atentan contra el conjunto de catalanes y que, por tanto, incurren en un delito tipificado en el artículo 510 del Código Penal, ya que atizan el odio, la discriminación y la violencia contra un colectivo por razón de su origen", dijeron en un comunicado.
Denunciaron penalmente a 38 personas, pero solo uno fue procesado con prisión porque tenía antecedentes de otros comportamientos discriminatorios.
María Luisa Tosi, docente titular de Informática Jurídica en la Facultad de Derecho de Udelar, explicó a El País que lo que ocurrió en España podría replicarse en Uruguay. "Debe haber un millón de disparates en Twitter a los que nadie les da bolilla hasta que a alguien se le ocurra que hay una violación de una norma jurídica. El tema es que ese alguien lo lleve adecuadamente a la Justicia y lo pruebe".
Tosi señaló que si bien no hay una ley específica sobre delitos informáticos, en principio no es necesaria ya que "todo lo del mundo virtual proviene del mundo real". La clave es que los jueces y los fiscales estén "lo suficientemente dispuestos a aceptar la tecnología".
Los comentarios antisemitas registrados por Kierszenbaum podrían constituir un delito si alguien los denunciara. En el artículo 149 bis del Código Penal dice: "El que públicamente o mediante cualquier medio apto para su difusión pública, incitare al odio, al desprecio, o a cualquier forma de violencia moral o física contra una o más personas en razón del color de su piel, su raza, religión u origen nacional o étnico, será castigado con tres a dieciocho meses de prisión".
Por ahora, en la Bnai Brith no planean denunciar a nadie, pero sí tienen claro que les queda una ardua tarea de "acercamiento y educación" por delante.
PAULA BARQUETdom may 3 2015, El País de Uruguay.
La indignación que generó la noticia, sumada a las declaraciones de algunos gobernantes, disparó una ola de antisemitismo en Uruguay. Al menos así lo percibieron muchos judíos. El asunto se coló en la campaña electoral. Los candidatos participaron en conferencias y tomaron postura.
En ese momento, el judío Alain Mizrahi, director del grupo Radar, estaba en plena zafra de encuestas para conocer las preferencias de la población respecto a los candidatos. Entonces aprovechó que ya tenía una muestra nacional y representativa e incluyó una pregunta para cuantificar la discriminación. Quería confirmar que la percepción del crecimiento del odio a los judíos tenía un correlato en la realidad. Además, había hecho la misma pregunta en febrero de 2014, por lo que podría comparar ambos momentos.
Mizrahi se encontró con que la minoridad judía es la más discriminada de un grupo de colectivos entre los que están los chinos, los peruanos, los negros, los armenios y los españoles. En febrero, un 8% confesó que le "molestaría mucho" tener a un judío en su familia y un 11% respondió que le "molestaría algo". En la colectividad lo interpretan así: casi uno de cada cinco uruguayos es antisemita. Para sorpresa de Mizrahi y de otros, la judeofobia no creció tras el ataque en Gaza, sino que se mantuvo en términos generales.
El estudio se propuso conocer algunos datos del perfil del antisemita uruguayo. Pese a la percepción generalizada, reveló que la judeofobia no se concentra en votantes del Frente Amplio, sino en votantes de los partidos tradicionales. Con un matiz: los frenteamplistas sienten mucho más rechazo hacia los judíos que hacia las otras minorías mencionadas.
Del trabajo de Radar también surge que hay más rechazo a los judíos entre los mayores de 65 años, y que los jóvenes discriminan menos a todas las minorías (ver más datos en la página siguiente).
Si no puede ver la gráfica haga click aquí
Los datos fueron un hallazgo para Carlos Kierszenbaum, cirujano pediátrico y director adjunto de la organización judía Bnai Brith. Hasta entonces, Kierszenbaum no había conocido ningún estudio cuantitativo sobre el antisemitismo. Pero eran "solo números" y él quería ir más allá: "Saber quiénes son, qué les gusta, qué opinan de política". Le dieron ganas de "conocer la cara de los antisemitas".
Como organización internacional, la Bnai Brith tiene entre sus objetivos "mejorar la realidad del país" en el que se ha elegido vivir. "Para eso debo saber por qué motivo no nos quiere la gente que no nos quiere", argumentó Kierszenbaum.
La mejor herramienta que encontró fueron las redes sociales. "Las redes son una radiografía de la sociedad porque la gente se expresa libremente", consideró. Estudió las características de Twitter y Facebook y optó por la segunda porque es "mucho más poderosa", "más democrática" y otorga "mayor posibilidad de intercambio". Además, en Facebook hay menos cuentas con nombres falsos.
Su metodología consistió en tomar notas de distintos medios digitales referidas a cualquier asunto que tuviera que ver con Israel o el judaísmo. Luego buscó en Facebook los comentarios de esas notas. No incluyó las "críticas correctas y educadas hacia el gobierno de Israel". Se concentró solamente en el antisemitismo.
Simplemente asusta. Durante febrero y marzo Kierszenbaum buceó en los comentarios y datos visibles de los antisemitas uruguayos. Y lo que se encontró "simplemente asusta". "Asusta porque es impresionante el nivel de ignorancia y de confusión de temas. Lo que perdura es el odio a los judíos", valoró. Ese odio se vuelca "con total impunidad", tanto de parte del que escribe como del que expresa su respaldo al comentario dándole "me gusta". Además, muchos parecen haber olvidado la noticia de la que están opinando.
Kierszenbaum almacenó la información de decenas de antisemitas uruguayos. Tiene capturas de pantalla de sus muros de Facebook, de sus posteos y de los grupos a los que dicen adherir. Lo hizo con absoluta tranquilidad porque se asesoró con un abogado que le aseguró que lo que se pone en Facebook es "totalmente público". "Es como gritarlo en medio del estadio", simplificó.
Todo ese material —con los nombres y los rostros a la vista— forma parte de una presentación que ha hecho ante autoridades y otros grupos de la Bnai Brith.
Buena parte de los comentarios aluden al "poder oculto" de los judíos que aspiran a "dominar el mundo" a través del control de los medios económicos. "Son argumentos del antisemitismo moderno", apuntó Kierszenbaum. Algunos de los que revelan su judeofobia están vinculados a la Policía o a las Fuerzas Armadas.
Ante una noticia sobre un niño palestino que sobrevivió al ataque en Gaza y juró venganza, un hombre escribió: "A los judíos hay que hacerlos jabón". Recibió 10 "me gusta", pero también algunos comentarios críticos, por lo que luego subió el tono: "Judíos asesinos de mierda (...) Ya de paso pueden ir al comité israelí a mamársela a los jabones". El autor es un joven oriundo de Canelones y fanático del rock.
"La verdad gurí vamo a matar a los judíos del orto, yo te acompaño", escribió otro hombre joven, que tiene como foto de perfil un escudo del club Progreso. Entre los antisemitas hay muchos futboleros, sobre todo de Peñarol y Nacional.
Otro que opinó sobre la misma nota se refirió a los judíos como "sionistas genocidas". A diferencia de los demás, este es estudiante avanzado de abogacía y en su foto de portada figura dando una charla en una actividad de la Universidad de la República. "Hay que darles plomo ya que la justicia internacional mira para el costado", dijo entre otras cosas.
Kierszenbaum se detuvo en este comentario. "Judíos y sionistas, ¿son lo mismo?", se preguntó. La respuesta es no. "Sionismo es el anhelo del pueblo judío de vivir en Israel", sintetizó. Aclaró que no todos los judíos son sionistas ni apoyan las políticas del gobierno de Israel. Para él, "el antisemitismo tiene un fuerte componente de desconocimiento".
Cuatro tipos. Suele decirse que hay cuatro tipos de antisemitismo que se clasifican por colores. El amarillo es el que proviene de la Iglesia Católica. Este es el "más visceral", según Kierszenbaum. "Es el que transmite de generación en generación que los judíos somos los que matamos al hijo de Dios". El segundo es el del islam; se lo clasifica como antisemitismo verde. El tercer tipo es el vinculado a los nazis y a los grupos de la derecha política, y se lo identifica con el color marrón. El último, de color rojo, es el antisemitismo de la izquierda. "Es el que asocia lo que haga el Estado de Israel con las comunidades judías", explicó.
En Uruguay hoy no hay antisemitismo organizado, pero sí antisemitas desperdigados. Tampoco se ha constatado presencia de islámicos antijudíos.
Mizrahi, de grupo Radar, afirmó a El País que si bien su investigación no arrojó un aumento cuantitativo de la judeofobia, sí reveló la fuerza de un tipo de antisemitismo: el de los "intelectuales de izquierda" que se dicen contrarios a Israel pero, en realidad, "disfrazan su judeofobia de antisionismo". "Es la nueva forma de la judeofobia del siglo XXI, muy común en Europa, que ahora está llegando a Uruguay", agregó. Mizrahi considera que las declaraciones de algunos gobernantes uruguayos tras el conflicto de 2014 alimentaron ese perfil. Se basa en otra pregunta realizada en octubre en la que indagó quién aparecía como principal culpable de la guerra. El porcentaje de los que señalaron a Israel por sobre Palestina aumentó respecto a los datos de febrero.
Por otra parte, Mizrahi sostiene que lo que la investigación de Kierszenbaum pone de manifiesto es que ya no es "políticamente incorrecto" agraviar a los judíos. Para él, el conflicto en Gaza lo volvió algo "tolerable" y ahora se dice sin tapujos, "con nombre y apellido".
A la Justicia. En el avión de la compañía Germanwings, que se estrelló contra los Alpes a fines de marzo, había 150 personas que fallecieron en su totalidad. De esas, 42 eran de origen catalán.
La tragedia despertó cientos de comentarios burlones de españoles en Twitter. "Vale, lo voy a decir yo, pero media España está pensando que ojalá los 45 apellidos españoles sean de catalanes, vascos y panchitos", escribió uno. "A ver, a ver, no hagamos un drama, que en el avión iban catalanes, no personas", se despachó otro.
La asociación de abogados independientes Drets recibió 1.800 denuncias de internautas por esos comentarios. Analizaron las capturas de pantalla aportadas y seleccionaron solo aquellos tuits "que atentan contra el conjunto de catalanes y que, por tanto, incurren en un delito tipificado en el artículo 510 del Código Penal, ya que atizan el odio, la discriminación y la violencia contra un colectivo por razón de su origen", dijeron en un comunicado.
Denunciaron penalmente a 38 personas, pero solo uno fue procesado con prisión porque tenía antecedentes de otros comportamientos discriminatorios.
María Luisa Tosi, docente titular de Informática Jurídica en la Facultad de Derecho de Udelar, explicó a El País que lo que ocurrió en España podría replicarse en Uruguay. "Debe haber un millón de disparates en Twitter a los que nadie les da bolilla hasta que a alguien se le ocurra que hay una violación de una norma jurídica. El tema es que ese alguien lo lleve adecuadamente a la Justicia y lo pruebe".
Tosi señaló que si bien no hay una ley específica sobre delitos informáticos, en principio no es necesaria ya que "todo lo del mundo virtual proviene del mundo real". La clave es que los jueces y los fiscales estén "lo suficientemente dispuestos a aceptar la tecnología".
Los comentarios antisemitas registrados por Kierszenbaum podrían constituir un delito si alguien los denunciara. En el artículo 149 bis del Código Penal dice: "El que públicamente o mediante cualquier medio apto para su difusión pública, incitare al odio, al desprecio, o a cualquier forma de violencia moral o física contra una o más personas en razón del color de su piel, su raza, religión u origen nacional o étnico, será castigado con tres a dieciocho meses de prisión".
Por ahora, en la Bnai Brith no planean denunciar a nadie, pero sí tienen claro que les queda una ardua tarea de "acercamiento y educación" por delante.
Nivel de rechazo es "aceptable" en Uruguay.
Los niveles de judeofobia encontrados por Radar son "aceptables" en comparación con el resto del mundo, aunque no hay datos confiables que permitan un análisis comparativo riguroso. De todas formas, en la Bnai Brith impactaron. Más todavía cuando se enfrentaron a los rostros antisemitas que les mostró Carlos Kierszenbaum. Entonces la reacción fue de "sorpresa", contó Kierszenbaum a El País. "Es duro, muy duro, ponerles cara a las estadísticas", afirmó. Hasta ahora a nadie le ha surgido el impulso de denunciar a esas personas en la Justicia. "No es mi intención meter a nadie preso. Acá hay gente, vidas, familias. Creo que el desafío es la educación: enseñar a la gente que no se puede generalizar, que no todos los judíos pensamos las mismas cosas ni somos iguales", dijo. En la colectividad hay quienes quisieran que las voces antisemitas en Facebook se callaran, pero otros, como Kierszenbaum, prefieren oírlas. "Si no, vivís en una mentira". Él sostiene que los judíos tienen el "desafío" de "acercarse" a la sociedad y conseguir más socios para combatir la judeofobia.
Regulación de internet "no es pertinente", según docente
Ha habido algunos proyectos de ley tendientes a regular Internet. Pero para María Luisa Tosi, docente de Informática Jurídica y Derecho Telemático en la UdelaR, "no es pertinente" legislar sobre el tema por varios motivos. Primero porque "es un fenómeno global" que abarca la vida en general. Más que una ley específica, Tosi cree que lo mejor es hacer "pequeñas adaptaciones" a la normativa actual de modo que los delitos cometidos en la web no escapen al marco jurídico.
En segundo lugar, la docente dice que una ley así "corre el riesgo de ser inaplicable o quedar obsoleta en breve". Aunque hace 20 años que existe Internet, los jueces y los fiscales aún no están "lo suficientemente dispuestos" a incorporar la tecnología en sus fallos y acusaciones. Han avanzado, sí, en el procesamiento de varios jóvenes que difunden videos sexuales y lesionan el honor de otro. Pero aún falta, por ejemplo, para que un fiscal promueva por su cuenta una acción.
En tanto, los denunciantes no siempre logran ofrecer una prueba clara y bien preservada de lo que denuncian. Tosi celebró que la Policía cuente con un departamento dedicado a los Delitos Informáticos, dependiente de Crimen Organizado. En muchos casos se necesita la colaboración de las empresas dueñas de las redes, como Facebook o Twitter, que según la docente "generalmente colaboran".
Los niveles de judeofobia encontrados por Radar son "aceptables" en comparación con el resto del mundo, aunque no hay datos confiables que permitan un análisis comparativo riguroso. De todas formas, en la Bnai Brith impactaron. Más todavía cuando se enfrentaron a los rostros antisemitas que les mostró Carlos Kierszenbaum. Entonces la reacción fue de "sorpresa", contó Kierszenbaum a El País. "Es duro, muy duro, ponerles cara a las estadísticas", afirmó. Hasta ahora a nadie le ha surgido el impulso de denunciar a esas personas en la Justicia. "No es mi intención meter a nadie preso. Acá hay gente, vidas, familias. Creo que el desafío es la educación: enseñar a la gente que no se puede generalizar, que no todos los judíos pensamos las mismas cosas ni somos iguales", dijo. En la colectividad hay quienes quisieran que las voces antisemitas en Facebook se callaran, pero otros, como Kierszenbaum, prefieren oírlas. "Si no, vivís en una mentira". Él sostiene que los judíos tienen el "desafío" de "acercarse" a la sociedad y conseguir más socios para combatir la judeofobia.
Regulación de internet "no es pertinente", según docente
Ha habido algunos proyectos de ley tendientes a regular Internet. Pero para María Luisa Tosi, docente de Informática Jurídica y Derecho Telemático en la UdelaR, "no es pertinente" legislar sobre el tema por varios motivos. Primero porque "es un fenómeno global" que abarca la vida en general. Más que una ley específica, Tosi cree que lo mejor es hacer "pequeñas adaptaciones" a la normativa actual de modo que los delitos cometidos en la web no escapen al marco jurídico.
En segundo lugar, la docente dice que una ley así "corre el riesgo de ser inaplicable o quedar obsoleta en breve". Aunque hace 20 años que existe Internet, los jueces y los fiscales aún no están "lo suficientemente dispuestos" a incorporar la tecnología en sus fallos y acusaciones. Han avanzado, sí, en el procesamiento de varios jóvenes que difunden videos sexuales y lesionan el honor de otro. Pero aún falta, por ejemplo, para que un fiscal promueva por su cuenta una acción.
En tanto, los denunciantes no siempre logran ofrecer una prueba clara y bien preservada de lo que denuncian. Tosi celebró que la Policía cuente con un departamento dedicado a los Delitos Informáticos, dependiente de Crimen Organizado. En muchos casos se necesita la colaboración de las empresas dueñas de las redes, como Facebook o Twitter, que según la docente "generalmente colaboran".
El pasado 4 de diciembre de 2014, Hanoar Hatzioní B’ Uruguay proyectó la película “ Fuerte y Valiente” que honra el saludo de los movimientos jalutzianos, inspirado en un pasaje de la Biblia ( Jazak v’ematz).
Esta producción cien por ciento artesanal tuvo el auspicio de Universidad Ort, el Keren Kaimet le Israel, Masá y diversos comercios de Montevideo.
Ella cuenta la historia de la fundación de dicho movimiento en Uruguay.
En dicho documental de cuarenta minutos de duración, participaron el ex director de la Comedia Nacional Jaime Yavitz, quién comentó que su primera actuación la hizo en el movimiento. El presidente del Directorio del Partido Colorado, Max Sapolínski. El hijo del recordado golero de selecciones uruguayas Liugi Zeoli Hochman. El realizador de la película 120 sobre la historia del Club Atlético Peñarol, Shai Levert. El hermano del fundador del Semanario Hebreo, Cesar Jerozolimskí. Elías Saps, de innumerable actuación comunitaria y mas de una decena de ex javerim.
Se le rinde homenaje a los dos caídos del movimiento, Débora Epstein y Abraham Geller en la defensa del Kibutz Nitzanim en 1948 y al fundador del Semanario Hebreo José Jerozolimsky, de imborrable recuerdo.
I
Am Israel JAI.!!
Esta producción cien por ciento artesanal tuvo el auspicio de Universidad Ort, el Keren Kaimet le Israel, Masá y diversos comercios de Montevideo.
Ella cuenta la historia de la fundación de dicho movimiento en Uruguay.
En dicho documental de cuarenta minutos de duración, participaron el ex director de la Comedia Nacional Jaime Yavitz, quién comentó que su primera actuación la hizo en el movimiento. El presidente del Directorio del Partido Colorado, Max Sapolínski. El hijo del recordado golero de selecciones uruguayas Liugi Zeoli Hochman. El realizador de la película 120 sobre la historia del Club Atlético Peñarol, Shai Levert. El hermano del fundador del Semanario Hebreo, Cesar Jerozolimskí. Elías Saps, de innumerable actuación comunitaria y mas de una decena de ex javerim.
Se le rinde homenaje a los dos caídos del movimiento, Débora Epstein y Abraham Geller en la defensa del Kibutz Nitzanim en 1948 y al fundador del Semanario Hebreo José Jerozolimsky, de imborrable recuerdo.
I
Am Israel JAI.!!
Tarjeta de salutación para Rosh Hashaná (Año Nuevo Judío), Montevideo, 1932. Inscripción en caracteres hebreos: LeShaná Tová Tikatevu (significando en hebreo: "Para un buen año sean [ustedes] inscriptos"); Montevideo (según la sintáxis yidis), y el año (en caracteres hebreos).
Estudio sobre la pobreza y las comunidades judías en América Latina
( Aurora Digital)
En este trabajo se analiza el efecto de la crisis económica mundial en los últimos años sobre la asequibilidad de mantener un estilo de vida judía en general, y en América Latina en particular. Los datos muestran que en países como Argentina, Uruguay, Venezuela y otros, decenas de miles de judíos se enfrentan a una disminución de la renta disponible, e incluso han caído por debajo del umbral de pobreza. La incapacidad de mantener un estilo de vida judío por no poder afrontar los gastos que supone que van desde el pago de matrículas escolares y cuotas de campamento de verano, de cuotas de la afiliación a las sinagogas, de las membresías del Centro Judío, a la compra de alimentos casher y otros aspectos necesarios para mantener una casa judía tradicional. Este documento se centra en el efecto de la asistencia judía en las escuelas judías, lo cual es muy sensible a la crisis económica mundial y local, en los aspectos de estilo de vida judío, a saber: (1) el porcentaje de matrimonios mixtos en la comunidad judía, (2) el porcentaje de la población judía que visitó Israel, y (3) la proporción de inmigrantes judíos (Aliá) a Israel.
Las principales conclusiones son que la asistencia a escuelas judías tienen un efecto negativo estadísticamente significativo sobre las variables primera y tercera, es decir que un incremento en la asistencia produce un descenso en el número de matrimonios mixtos y en la cantidad de inmigrantes judíos a Israel, mientras que tiene un efecto positivo, aunque débil, sobre la segunda, ya que un incremento en la asistencia a colegios judíos produce un incremento en la cantidad de judíos que visitan Israel.
Las principales conclusiones son que la asistencia a escuelas judías tienen un efecto negativo estadísticamente significativo sobre las variables primera y tercera, es decir que un incremento en la asistencia produce un descenso en el número de matrimonios mixtos y en la cantidad de inmigrantes judíos a Israel, mientras que tiene un efecto positivo, aunque débil, sobre la segunda, ya que un incremento en la asistencia a colegios judíos produce un incremento en la cantidad de judíos que visitan Israel.
Ser un judío afiliado a la comunidad judía ortodoxa o tradicional significa gastar de un 25 a 35 por ciento de la renta disponible en diversos aspectos de la vida judía tradicional, a menudo a costa de una vivienda más adecuada, un estilo de vida más cómodo, o a la acumulación de ahorros. Los costos incluyen, entre otros, la afiliación a la sinagoga, la educación judía intensiva, los campamentos, la Federación y otras donaciones caritativas judías, y membresías en centros comunitarios judíos y organizaciones judías comunales. La mayor parte de los estudios realizados sobre el costo de llevar una vida tradicional judía se han centrado en los costes de la educación escolar en colegios judíos, que representan el principal componente de los gastos.
A finales del 2001, Argentina estaba en caída libre, sufriendo la peor crisis social y económica de su historia reciente. Argentina es el hogar de la mayor comunidad judía de América Latina, cuya historia se remonta a la Inquisición española y portuguesa, cuando los judíos huyeron a la Argentina escapando de la persecución.
También es la quinta mayor población judía del mundo. Desde una perspectiva económica, la región latinoamericana en su conjunto resultó no ser inmune al contagio derivado de la crisis financiera y económica mundial de la primera década del tercer milenio.
La comunidad judía de Argentina, como el resto de la población argentina, sufrió los efectos de la crisis económica. Más de un tercio de los que antes se consideraban parte de la clase media histórica de la Argentina fueron consideradas ahora como uno de los llamados “nuevos pobres”. Por otra parte, los bancos judíos que sirvieron de base económica de la comunidad y que fuertemente habían subsidiado el sistema educativo judío se derrumbaron hace cuatro años, lo que afectó gravemente a la infraestructura educativa judía de la Argentina.
Aunque la situación en Argentina ha mejorado desde 2001, no se ha recuperado totalmente. Hoy, en Argentina, se estima que 65.000 personas de una población judía de 290.000 siguen viviendo en la pobreza. Debido a estas circunstancias de fragilidad permanente, el sistema educativo judío de Argentina continúa en crisis. En su apogeo, más de una década atrás, había más de sesenta escuelas judías que ofrecían un plan de estudios centrado en la educación judeo-sionista y la lengua hebrea, con 22.000 alumnos matriculados, lo que representaba el 65% de la población total de jóvenes judíos. En 2003, sin embargo, había aproximadamente 16.000 estudiantes en el sistema escolar, lo que representaba una tasa de casi el 30 por ciento de deserción en la última década. La inscripción ha comenzado a aumentar: 18.000 estudiantes asistieron a escuelas judías en 2006.
También es la quinta mayor población judía del mundo. Desde una perspectiva económica, la región latinoamericana en su conjunto resultó no ser inmune al contagio derivado de la crisis financiera y económica mundial de la primera década del tercer milenio.
La comunidad judía de Argentina, como el resto de la población argentina, sufrió los efectos de la crisis económica. Más de un tercio de los que antes se consideraban parte de la clase media histórica de la Argentina fueron consideradas ahora como uno de los llamados “nuevos pobres”. Por otra parte, los bancos judíos que sirvieron de base económica de la comunidad y que fuertemente habían subsidiado el sistema educativo judío se derrumbaron hace cuatro años, lo que afectó gravemente a la infraestructura educativa judía de la Argentina.
Aunque la situación en Argentina ha mejorado desde 2001, no se ha recuperado totalmente. Hoy, en Argentina, se estima que 65.000 personas de una población judía de 290.000 siguen viviendo en la pobreza. Debido a estas circunstancias de fragilidad permanente, el sistema educativo judío de Argentina continúa en crisis. En su apogeo, más de una década atrás, había más de sesenta escuelas judías que ofrecían un plan de estudios centrado en la educación judeo-sionista y la lengua hebrea, con 22.000 alumnos matriculados, lo que representaba el 65% de la población total de jóvenes judíos. En 2003, sin embargo, había aproximadamente 16.000 estudiantes en el sistema escolar, lo que representaba una tasa de casi el 30 por ciento de deserción en la última década. La inscripción ha comenzado a aumentar: 18.000 estudiantes asistieron a escuelas judías en 2006.
En este momento, todo el sistema educativo judío formal e informal alcanza sólo el 40% de los jóvenes judíos, y sólo un 30%, aproximadamente, de la población judía está involucrada en la vida comunitaria judía. El mantenimiento de las conexiones dentro de los marcos educativos judíos es fundamental. A menudo son el único vínculo que los jóvenes tienen con la comunidad judía.
A pesar de que la crisis económica está disminuyendo, la situación de hombres y las mujeres de mediana edad - aquellos que son cabezas de familia, y sobre los cuales descansa la carga de las familias - no ha mejorado sustancialmente. Muchas familias todavía están luchando financieramente. A la luz de estas dificultades financieras, los pagos de matrícula para una escuela privada judía o un programa educativo complementario, los honorarios de un campamento del movimiento de la juventud, o el costo de un programa de estudio a largo plazo en Israel sigue siendo una carga financiera inmanejable.
Sin embargo, el futuro y la supervivencia de la comunidad judía en la diáspora dependen en gran medida en la educación. Se encontró que una fuerte red social judía en la adolescencia es un factor decisivo en la elección de una pareja judía a la hora de casarse. Cuanto mayor sea el número de actividades y experiencias educativas judías, como la escuela complementaria judía junto con los campamentos de verano judíos, mayor es el impacto que cada
una de ellas tiene sobre el niño, el adolescente y ya puestos en la familia judía al completo.
A pesar de que la crisis económica está disminuyendo, la situación de hombres y las mujeres de mediana edad - aquellos que son cabezas de familia, y sobre los cuales descansa la carga de las familias - no ha mejorado sustancialmente. Muchas familias todavía están luchando financieramente. A la luz de estas dificultades financieras, los pagos de matrícula para una escuela privada judía o un programa educativo complementario, los honorarios de un campamento del movimiento de la juventud, o el costo de un programa de estudio a largo plazo en Israel sigue siendo una carga financiera inmanejable.
Sin embargo, el futuro y la supervivencia de la comunidad judía en la diáspora dependen en gran medida en la educación. Se encontró que una fuerte red social judía en la adolescencia es un factor decisivo en la elección de una pareja judía a la hora de casarse. Cuanto mayor sea el número de actividades y experiencias educativas judías, como la escuela complementaria judía junto con los campamentos de verano judíos, mayor es el impacto que cada
una de ellas tiene sobre el niño, el adolescente y ya puestos en la familia judía al completo.
De hecho, los matrimonios mixtos son un fenómeno común entre la mayoría de las comunidades judías de la diáspora. Los porcentajes de casamientos fuera de la comunidad van entre el 10% y el 80%. En la mayor comunidad judía, la comunidad judía de los Estados Unidos, este porcentaje es de 54%. Se encontró que, como era de esperar, la mayor incidencia de matrimonios mixtos aparece entre los no afiliados, y señaló que los matrimonios mixtos se asocian más a menudo con personas que muestran una identificación algo más débil con el judaísmo, ya sea como causa o como consecuencia del matrimonio mixto.
La relación entre las condiciones económicas y el matrimonio dentro de la comunidad o el matrimonio mixto no es, sin embargo, lineal. Así en la comunidad judía ortodoxa más religiosa podemos encontrar un sector que vive en la pobreza pero aún así se mantienen fieles a su tradición y sus creencias.
Otro efecto de la crisis económica sobre la forma de vida judía puede derivar del hecho de que las instituciones comunales y las organizaciones, que dependen de los miembros de esa comunidad por sus contribuciones, a menudo son incapaces de reunir los recursos necesarios para traer un joven emisario desde Israel o para proveer a los profesores locales con la formación continua necesaria para mantener sus conocimientos y competencias actualizadas en las últimas metodologías educativas.
La relación entre las condiciones económicas y el matrimonio dentro de la comunidad o el matrimonio mixto no es, sin embargo, lineal. Así en la comunidad judía ortodoxa más religiosa podemos encontrar un sector que vive en la pobreza pero aún así se mantienen fieles a su tradición y sus creencias.
Otro efecto de la crisis económica sobre la forma de vida judía puede derivar del hecho de que las instituciones comunales y las organizaciones, que dependen de los miembros de esa comunidad por sus contribuciones, a menudo son incapaces de reunir los recursos necesarios para traer un joven emisario desde Israel o para proveer a los profesores locales con la formación continua necesaria para mantener sus conocimientos y competencias actualizadas en las últimas metodologías educativas.
Hemos realizado algunas pruebas estadísticas que tienen la intención de revisar las siguientes conexiones: se investigó el efecto de asistir a colegios judíos en casarse con no-judíos, en visitar Israel y en inmigrar a Israel. Hemos analizado las relaciones entre las diferentes variables con la ayuda de dos instrumentos estadísticos, el coeficiente de correlación de Pearson y el análisis de regresión.
Se encontró una correlación negativa estadísticamente significativa entre asistir a escuelas judías y casarse con no-judíos. Esto significa que en un país donde hay más judíos inscritos a escuelas judías, el porcentaje de casamientos mixtos es menor.
Se encontró una correlación negativa estadísticamente significativa entre asistir a escuelas judías y casarse con no-judíos. Esto significa que en un país donde hay más judíos inscritos a escuelas judías, el porcentaje de casamientos mixtos es menor.
En cuanto a la relación entre asistir a escuelas judías y las visitas a Israel, se encontró una correlación positiva, como se esperaba, pero esta correlación no es significativa.
Otra relación negativa significativa se encuentra entre asistir a escuelas judías y la inmigración a Israel, como esperábamos. Ya sea porque no hay ninguna razón económica para la inmigración cuando la situación económica es buena (como lo expresa una alta asistencia de las escuelas privadas judías), o porque es posible mantener la identidad judía asistiendo a estas escuelas, sin necesidad de emigrar a Israel, está claro que cuando el porcentaje de judíos en escuelas privadas judías aumenta, el porcentaje de judíos que emigran a Israel cae.
El otro análisis estadístico se ha realizado un análisis de regresión, da resultados bastante similares, y podemos ver los efectos de asistir a la educación judía en las distintas variables con mayor precisión. Se encontró que la asistencia a la educación judía afecta significativamente a casarse con no-judíos, un aumento de uno por ciento en la asistencia disminuye los casamientos mixtos un 0,63 por ciento. Los resultados de una regresión de la asistencia a la educación judía en las visitas a Israel implica que un aumento de uno por ciento en la asistencia aumenta el porcentaje de judíos que visita Israel al menos una vez en aproximadamente un tercio de punto porcentual. El efecto de la educación judía en el porcentaje de judíos que hacen “Aliá” es también significativo, aunque muy pequeño.
Conclusión
La incapacidad de costearse un estilo de vida tradicional judía puede obligar a las familias judías a elegir entre una de las dos opciones disponibles:
1. Utilizar la mayor parte de sus ingresos para pagar la educación judía, la afiliación a sinagogas y centros comunitarios, donaciones a organizaciones benéficas judías, alimentos casher, etc. Estos gastos, sin embargo, con el tiempo dejarán a las familias judías con el ingreso efectivo de un hogar pobre a la hora de afrontar las necesidades básicas. Esto podría, sin embargo, conducir a un aumento de la aliá a Israel, ya que encontramos una relación negativa entre esta variable y la asistencia a las escuelas judías.
2. Retirarse por completo de la educación judía y de la afiliación de la comunidad, lo que reducirá gravemente el compromiso de las familias con el judaísmo y con Israel, y debilitará los lazos dentro de la comunidad misma. Esta degradación incrementará la probabilidad de que se den matrimonios mixtos: como se muestra en los datos estadísticos presentados anteriormente, un aumento de un uno por cien en la asistencia a escuelas judías disminuye un 0,63 por cien los matrimonios mixtos, e inversamente cuando la asistencia disminuye. También se encontró una relación estadísticamente significativa entre la asistencia a la escuela judía y las visitas a Israel.
En idish se dice “Shver tzu zeín a Yid” (“Es difícil ser un judío”), históricamente se refirió a las desgracias y persecuciones que cayeron sobre los judíos, como la discriminación racial, los pogromos, los prejuicios y otras formas de antisemitismo. Hoy en día, sin embargo, este dicho es tan relevante como siempre, en referencia a un nuevo reto - el obstáculo financiero. Debido al deterioro mundial de las condiciones macroeconómicas, las familias judías se están tambaleando en su intento de seguir manteniendo la vida activa de la comunidad. La pregunta es ¿por cuánto tiempo?
* Eli Goldstein y Osnat Israeli obtuvieron su doctorado en Economía en la Universidad de Bar Ilan, actualmente son docentes del Colegio Universitario de Ashkelon. El estudio que publicamos fue presentado en la conferencia “Las comunidades judías en America Latina” en la Universidad de Sao Paulo.
Otra relación negativa significativa se encuentra entre asistir a escuelas judías y la inmigración a Israel, como esperábamos. Ya sea porque no hay ninguna razón económica para la inmigración cuando la situación económica es buena (como lo expresa una alta asistencia de las escuelas privadas judías), o porque es posible mantener la identidad judía asistiendo a estas escuelas, sin necesidad de emigrar a Israel, está claro que cuando el porcentaje de judíos en escuelas privadas judías aumenta, el porcentaje de judíos que emigran a Israel cae.
El otro análisis estadístico se ha realizado un análisis de regresión, da resultados bastante similares, y podemos ver los efectos de asistir a la educación judía en las distintas variables con mayor precisión. Se encontró que la asistencia a la educación judía afecta significativamente a casarse con no-judíos, un aumento de uno por ciento en la asistencia disminuye los casamientos mixtos un 0,63 por ciento. Los resultados de una regresión de la asistencia a la educación judía en las visitas a Israel implica que un aumento de uno por ciento en la asistencia aumenta el porcentaje de judíos que visita Israel al menos una vez en aproximadamente un tercio de punto porcentual. El efecto de la educación judía en el porcentaje de judíos que hacen “Aliá” es también significativo, aunque muy pequeño.
Conclusión
La incapacidad de costearse un estilo de vida tradicional judía puede obligar a las familias judías a elegir entre una de las dos opciones disponibles:
1. Utilizar la mayor parte de sus ingresos para pagar la educación judía, la afiliación a sinagogas y centros comunitarios, donaciones a organizaciones benéficas judías, alimentos casher, etc. Estos gastos, sin embargo, con el tiempo dejarán a las familias judías con el ingreso efectivo de un hogar pobre a la hora de afrontar las necesidades básicas. Esto podría, sin embargo, conducir a un aumento de la aliá a Israel, ya que encontramos una relación negativa entre esta variable y la asistencia a las escuelas judías.
2. Retirarse por completo de la educación judía y de la afiliación de la comunidad, lo que reducirá gravemente el compromiso de las familias con el judaísmo y con Israel, y debilitará los lazos dentro de la comunidad misma. Esta degradación incrementará la probabilidad de que se den matrimonios mixtos: como se muestra en los datos estadísticos presentados anteriormente, un aumento de un uno por cien en la asistencia a escuelas judías disminuye un 0,63 por cien los matrimonios mixtos, e inversamente cuando la asistencia disminuye. También se encontró una relación estadísticamente significativa entre la asistencia a la escuela judía y las visitas a Israel.
En idish se dice “Shver tzu zeín a Yid” (“Es difícil ser un judío”), históricamente se refirió a las desgracias y persecuciones que cayeron sobre los judíos, como la discriminación racial, los pogromos, los prejuicios y otras formas de antisemitismo. Hoy en día, sin embargo, este dicho es tan relevante como siempre, en referencia a un nuevo reto - el obstáculo financiero. Debido al deterioro mundial de las condiciones macroeconómicas, las familias judías se están tambaleando en su intento de seguir manteniendo la vida activa de la comunidad. La pregunta es ¿por cuánto tiempo?
* Eli Goldstein y Osnat Israeli obtuvieron su doctorado en Economía en la Universidad de Bar Ilan, actualmente son docentes del Colegio Universitario de Ashkelon. El estudio que publicamos fue presentado en la conferencia “Las comunidades judías en America Latina” en la Universidad de Sao Paulo.
Los nuevos pobres.
En la Argentina, Uruguay y otros países, los profesionales, pequeños y medianos comerciantes, pequeños industriales, cuentapropistas, y otros grupos, se han visto severamente impactados por el descenso global de los estratos sociales de los que forman parte. Así las familias, incluso las judías que habían puesto históricamente todos los esfuerzos en la profesionalización de sus hijos creían que el logro de títulos profesionales sería una garantía de ocupación y remuneración razonable y una posibilidad de ascenso social. Esta ilusión se halla hoy conmocionada. Se ha desenvuelto en la región lo que se denomina un amplio " proletariado de profesionales".
Este comprende desde la desocupación abierta que hoy castiga a quienes han elegido profesiones humanistas ( filosofía, letras, sociología, etc.) hasta la ingentes dificultades de trabajo de profesiones otrora ideales, como Contador Público, Arquitectura, Medicina y Derecho. Los médicos jóvenes, hasta hace poco ideal de una familia se ven obligados en diversos países, a desarrollar múltiples tareas simultáneas con remuneraciones muy bajas. Los abogados, profesión feminizada, trabajan para grandes estudios masificados, donde el principal activo es la imagen. Es decir, perdurarán en sus empleos mientras sean jóvenes, lindas y competentes. Reciben un sueldo que sin embargo no compensa su salida del hogar.
En la Argentina, Uruguay y otros países, los profesionales, pequeños y medianos comerciantes, pequeños industriales, cuentapropistas, y otros grupos, se han visto severamente impactados por el descenso global de los estratos sociales de los que forman parte. Así las familias, incluso las judías que habían puesto históricamente todos los esfuerzos en la profesionalización de sus hijos creían que el logro de títulos profesionales sería una garantía de ocupación y remuneración razonable y una posibilidad de ascenso social. Esta ilusión se halla hoy conmocionada. Se ha desenvuelto en la región lo que se denomina un amplio " proletariado de profesionales".
Este comprende desde la desocupación abierta que hoy castiga a quienes han elegido profesiones humanistas ( filosofía, letras, sociología, etc.) hasta la ingentes dificultades de trabajo de profesiones otrora ideales, como Contador Público, Arquitectura, Medicina y Derecho. Los médicos jóvenes, hasta hace poco ideal de una familia se ven obligados en diversos países, a desarrollar múltiples tareas simultáneas con remuneraciones muy bajas. Los abogados, profesión feminizada, trabajan para grandes estudios masificados, donde el principal activo es la imagen. Es decir, perdurarán en sus empleos mientras sean jóvenes, lindas y competentes. Reciben un sueldo que sin embargo no compensa su salida del hogar.
¿Qué efectos tiene esto en la comunidad judía?
Ana Weinstein señala que en la Argentina, un país con características económicas algo similares al Uruguay, más del 50 % de los hombres judíos y el 30 % de las mujeres estaban insertos en la década de 1980 en la actividad comercial y de pequeña y mediana empresa. Este sector se vio fuertemente afectado por el cierre de miles de establecimientos que no pudieron competir con las grandes cadenas de comercialización en su nivel de tecnificación, su capacitación en estrategias de comercio o su acceso a líneas de crédito.
Creció así con fuerza una periferia judía distinta de la tradicional. Se habla de periferia en las comunidades para referirse principalmente a judíos con vínculos débiles con ellas, en proceso de asimilación o indiferentes. Ellos deben concentrar todo su tiempo y energías en la búsqueda de fuentes de sustentación y, por ende, no están en condiciones de aportar su activismo a las organizaciones comunitarias.
Nora Blastein, explica que los nuevos pobres se parecen a los no pobres en algunos aspectos socio culturales como el acceso a la enseñanza media y superior, el número de hijos por familia, ciertas orientaciones culturales, los parámetros de exigencia en relación con los servicios públicos, etc y a los pobres de vieja data en los aspectos de desempleo, precariedad laboral, falta de cobertura de salud, entre otros.
Para la mayor parte de las personas el descenso económico constituye un golpe muy fuerte para su autoestima y el no poder " seguir el ritmo" de consumo de sus amistades habituales. También sienten, en ocasiones, la discriminación de aquellos que les señalan explícitamente o tácitamente las diferencias, la ropa que no poseen, las salidas que no pueden realizar. Todo ello desestimula seguir frecuentando los espacios comunitarios.
Bibliografía: La lucha contra la pobreza en América Latina, Deterioror social en las clases medias y experiencias de las comunidades judías, Bernardo Kliksberg y otros.
Ana Weinstein señala que en la Argentina, un país con características económicas algo similares al Uruguay, más del 50 % de los hombres judíos y el 30 % de las mujeres estaban insertos en la década de 1980 en la actividad comercial y de pequeña y mediana empresa. Este sector se vio fuertemente afectado por el cierre de miles de establecimientos que no pudieron competir con las grandes cadenas de comercialización en su nivel de tecnificación, su capacitación en estrategias de comercio o su acceso a líneas de crédito.
Creció así con fuerza una periferia judía distinta de la tradicional. Se habla de periferia en las comunidades para referirse principalmente a judíos con vínculos débiles con ellas, en proceso de asimilación o indiferentes. Ellos deben concentrar todo su tiempo y energías en la búsqueda de fuentes de sustentación y, por ende, no están en condiciones de aportar su activismo a las organizaciones comunitarias.
Nora Blastein, explica que los nuevos pobres se parecen a los no pobres en algunos aspectos socio culturales como el acceso a la enseñanza media y superior, el número de hijos por familia, ciertas orientaciones culturales, los parámetros de exigencia en relación con los servicios públicos, etc y a los pobres de vieja data en los aspectos de desempleo, precariedad laboral, falta de cobertura de salud, entre otros.
Para la mayor parte de las personas el descenso económico constituye un golpe muy fuerte para su autoestima y el no poder " seguir el ritmo" de consumo de sus amistades habituales. También sienten, en ocasiones, la discriminación de aquellos que les señalan explícitamente o tácitamente las diferencias, la ropa que no poseen, las salidas que no pueden realizar. Todo ello desestimula seguir frecuentando los espacios comunitarios.
Bibliografía: La lucha contra la pobreza en América Latina, Deterioror social en las clases medias y experiencias de las comunidades judías, Bernardo Kliksberg y otros.
Fin.
Judíos en Uruguay, por el Lic. David Telias ( Departamento de Estudios Judaicos de la Universidad ORT, Uruguay).
( Foto, despedida a Raquel Servianski, album de fotos, Lichtfeld- Rotsztejn, ZL, 1949)
La inmigración judía en general presenta una particularidad que la diferencia del resto de los contingentes migratorios en el mundo. Los judíos tenemos lo que hace algunos años se denominó como: “experiencia previa de emigración” (Bouret, Martínez, Telias, 1997), producto de los casi 2000 años de vida diaspórica, durante los cuales las circunstancias históricas nos obligaron a mudarnos reiteradas veces de lugar.
Desde el Medio Oriente hacia la Europa Mediterránea. Desde allí a la Europa Central y nuevamente al Medio Oriente y el Norte de África, y desde todos esos lugares hacia América del Sur, del Norte, a la América toda y, por último, de regreso a Israel. Siempre dejando comunidades formadas en cada uno de los lugares..
Como dice Nemirovsky (1987), “Llevando consigo los elementos más imprescindibles, con gran dolor en sus corazones y mientras amargas lágrimas rodaban por sus mejillas, se despidieron de sus hogares y de las comarcas en las cuales habían vivido tantas generaciones de judíos y renovaron una vez más el mandato bíblico “Lej Lejá meartzejá umimoladetejá…” (Vete de tu tierra y de tu parentela y de la casa de tu padre…) (Génesis, 12.1).” Tal parece que los judíos estaban condenados a ser emigrantes desde su propio origen.
Los judíos que llegaron al Uruguay no fueron la excepción. Comenzaron llegando desde la cuenca del Mediterráneo Oriental. Se sabe de judíos llegados por lo menos desde: Siria, Líbano, Palestina, Turquía, Marruecos, Egipto, Grecia, Persia, Argelia, Túnez, Yemen, Chipre, Malta, Rodas y quizás algún lugar más de la región que involuntariamente podemos estar omitiendo. De esta corriente, nació en 1932 la Comunidad Israelita Sefaradí del Uruguay.
Desde el Medio Oriente hacia la Europa Mediterránea. Desde allí a la Europa Central y nuevamente al Medio Oriente y el Norte de África, y desde todos esos lugares hacia América del Sur, del Norte, a la América toda y, por último, de regreso a Israel. Siempre dejando comunidades formadas en cada uno de los lugares..
Como dice Nemirovsky (1987), “Llevando consigo los elementos más imprescindibles, con gran dolor en sus corazones y mientras amargas lágrimas rodaban por sus mejillas, se despidieron de sus hogares y de las comarcas en las cuales habían vivido tantas generaciones de judíos y renovaron una vez más el mandato bíblico “Lej Lejá meartzejá umimoladetejá…” (Vete de tu tierra y de tu parentela y de la casa de tu padre…) (Génesis, 12.1).” Tal parece que los judíos estaban condenados a ser emigrantes desde su propio origen.
Los judíos que llegaron al Uruguay no fueron la excepción. Comenzaron llegando desde la cuenca del Mediterráneo Oriental. Se sabe de judíos llegados por lo menos desde: Siria, Líbano, Palestina, Turquía, Marruecos, Egipto, Grecia, Persia, Argelia, Túnez, Yemen, Chipre, Malta, Rodas y quizás algún lugar más de la región que involuntariamente podemos estar omitiendo. De esta corriente, nació en 1932 la Comunidad Israelita Sefaradí del Uruguay.
( Foto : campamento en La Floresta, 1944. Album de fotos, Licthfelt-Rotsztejn)
Casi al mismo tiempo, pero intensificándose notoriamente tras el fin de la Gran Guerra (o Primera Guerra Mundial), llegaron los judíos generalmente denominados Ashkenazim o Ashkenazíes. Rusia, Letonia, Lituania, Polonia, Estonia, Rumania y Checoslovaquia, son los países que aportaron al Uruguay el mayor número. Ellos crearon en 1932 la Kehilá, a la que pusieron el nombre de Comunidad Israelita del Uruguay.
Es interesante una observación que hace T. Porzecanski (1992) al respecto: “La predominancia cuantitativa de los Ashkenazíes contribuyó a imprimir muchos de sus rasgos distintivos a toda la comunidad judía uruguaya, entre ellos, el sistema de Kehilot, o sea, el modelo de la Kehilá [comunidad] de Europa oriental del Siglo XIX, bajo la que se agruparon, por su parte, ashkenazíes, sefaradíes, judíos provenientes de Alemania y judíos provenientes de Hungría, llegados en los dos primeros estadios migratorios.”
Sobre finales de los años 20 del siglo pasado, pero principalmente tras el ascenso del nazismo al poder, comenzó a llegar inmigración judía de una tercera zona geográfica. Europa Central y Occidental (Alemania, Austria y Hungría) comenzaron a expulsar a sus judíos que, en Uruguay, se nuclearon en dos comunidades: la Comunidad Israelita Húngara del Uruguay creada en 1932, y la Nueva Congregación Israelita de Montevideo, que nació en 1936.
Estas cuatro instituciones, en 1940, decidieron darse una única representación política, y crearon el Comité Central Israelita del Uruguay. Según José Jerozolimski, este comité “fue desde el principio el puente de entendimiento entre las comunidades mencionadas, mejor dicho entre sus dirigentes, quienes de esa manera dieron representatividad general a una institución, sin afectar fundamentalmente la vida interna de cada núcleo”. (En Bouret, Martínez, Telias, 1997).
Es interesante una observación que hace T. Porzecanski (1992) al respecto: “La predominancia cuantitativa de los Ashkenazíes contribuyó a imprimir muchos de sus rasgos distintivos a toda la comunidad judía uruguaya, entre ellos, el sistema de Kehilot, o sea, el modelo de la Kehilá [comunidad] de Europa oriental del Siglo XIX, bajo la que se agruparon, por su parte, ashkenazíes, sefaradíes, judíos provenientes de Alemania y judíos provenientes de Hungría, llegados en los dos primeros estadios migratorios.”
Sobre finales de los años 20 del siglo pasado, pero principalmente tras el ascenso del nazismo al poder, comenzó a llegar inmigración judía de una tercera zona geográfica. Europa Central y Occidental (Alemania, Austria y Hungría) comenzaron a expulsar a sus judíos que, en Uruguay, se nuclearon en dos comunidades: la Comunidad Israelita Húngara del Uruguay creada en 1932, y la Nueva Congregación Israelita de Montevideo, que nació en 1936.
Estas cuatro instituciones, en 1940, decidieron darse una única representación política, y crearon el Comité Central Israelita del Uruguay. Según José Jerozolimski, este comité “fue desde el principio el puente de entendimiento entre las comunidades mencionadas, mejor dicho entre sus dirigentes, quienes de esa manera dieron representatividad general a una institución, sin afectar fundamentalmente la vida interna de cada núcleo”. (En Bouret, Martínez, Telias, 1997).
( Foto, Celebración de la Independencia de Israel, Montevideo, 1948, Album de fotos , Lichtfeld-Rotsztejn).
Todos estos judíos, sin importar la zona geográfica de la que provenían compartían, además del hecho de ser judíos, la característica de haber llegado en una “condición difusa entre “inmigrante” y “refugiado”.” (Bouret, Martínez, Telias, 1997).
El antisemitismo, expresado con mayor o menor violencia según el momento y el lugar, junto con los apremios económicos y la inestabilidad política fueron las causas principales por las que emigraron.
Para muchos de ellos, su destino inicial era América: Estados Unidos, Argentina, Brasil. Las políticas anti-inmigratorias del mundo de la época, y especialmente en los americanos en donde eran además casi idénticamente restrictivas, se aplicaban en forma bien diferente en cada país. Lo que hacía que los futuros emigrantes, fueran golpeando las puertas de los distintos consulados hasta lograr que una se abriera, o incluso zarpar en algún barco, que lo dejase a uno en el primer puerto en el que lo aceptaran.
Una vez en el continente, las fronteras terrestres y marítimas de nuestra región se cruzaban con relativa facilidad, buscando el mejor lugar para quedarse. A veces llevaba años decidir si Buenos Aires o Montevideo sería el lugar en el que se quedaría y proyectaría su vida. La más de las veces esto lo decidía la circunstancia.
Una vez que algunos eligieron Uruguay, le contaron sobre nuestro país, y especialmente Montevideo, a sus amigos y parientes en Europa, África o Asia. Así nuestro país pasó a ser el destino elegido por otros tantos.
¿Cuántos judíos llegaron al Uruguay? Es casi imposible de cuantificar con exactitud. La laicidad uruguaya, que a principios del siglo XX vivía un momento muy particular, hizo que al pasar por la oficina de migraciones, los que llegaban no fueran interrogados de forma tal, que podamos, con grado de certeza importante, determinar si eran judíos o no.
Sin embargo la demografía ha hecho estimaciones a partir de documentos parciales. Quien probablemente más se ha preocupado de investigar este aspecto ha sido la Dra. Rosa Perla Raicher, que en su trabajo publicado en español póstumamente (2003), dice que para 1910, habría unos 150 judíos en Uruguay. Ya para mediados de los años 20, la cifra se habría elevado a 6000, y a fines de la década del 30 a 25000. Incluso calcula que entre 1927 y 1942, el Uruguay recibió aproximadamente 19600 judíos.
En 1952, el American Jewish Yearbook estimaba en 40000 la cantidad de judíos en nuestro país, y para 1971, un Informe de Investigación de la Universidad de Tel Aviv, estimó en 54000 los judíos residentes en Uruguay. Aunque reconoce que esta cifra puede haber estado un poco sobreestimada.
La crisis económica, política y social en la que ingresó Uruguay en los años 60, y que se extendió por al menos dos décadas, transformó al país de receptor a expulsor de inmigración. Ese fenómeno no fue ajeno a los judíos uruguayos, lo que, sumado al fenómeno de la asimilación – entendido esto como el alejamiento de la vida comunitaria y la pérdida de todo vínculo con el mundo judío – provocó un continúo y no muy lento, decrecimiento en la cantidad de judíos uruguayos.
Hoy lo que tenemos son sólo estimaciones. Las más pesimistas, que se basan en la cifra de judíos institucionalizados principalmente a través de aquellas cuatro comunidades originales, hablan de entre 12000 y 13000 judíos.
En el otro extremo, están los que piensan que ha de haber unos 25000 judíos en Uruguay.
Nuestra estimación preferida es la que sitúa la presencia judía en Uruguay entre 16000 y 20000 almas (Porzecanski, R. 2006). No sólo por los motivos allí expuestos, sino porque, partiendo de la constatación histórica de que el pueblo judío diaspórico tiene una tendencia a la institucionalización (podemos decir que entre los años 40’ a 60’ del siglo pasado el porcentaje de institucionalizados debía rondar el 90%, y en esto se basan las estimaciones que presenta Raicher para aquellos años), resultado principalmente de esa “experiencia previa de emigración”. Atendiendo a su vez al hecho de que la situación política del Uruguay hizo que entre los 70’ y 80’ ese porcentaje descendiera en forma importante. Más el proceso permanente de asimilación, que en primera instancia pasa por el alejamiento de las instituciones, que son las que en definitiva ofrecen, con carencias o sin ellas, la posibilidad de desarrollar una vida judía plena. Creemos que hoy el nivel de institucionalización de los judíos uruguayos, al menos a las instituciones históricas y centrales de la comunidad, probablemente no supere el 60%.
Como sea, lo que sí es constatable, es que ya sea por emigración – fenómeno que en el Uruguay no afecta sólo a judíos sino a todos su habitantes, pero que en el caso de los judíos se incrementa por el peso que el sionismo tiene en esta comunidad – o asimilación, la tendencia a la baja del número de judíos en Uruguay no se detiene.
Nota: Las opiniones vertidas son de responsabilidad exclusiva del autor.
El antisemitismo, expresado con mayor o menor violencia según el momento y el lugar, junto con los apremios económicos y la inestabilidad política fueron las causas principales por las que emigraron.
Para muchos de ellos, su destino inicial era América: Estados Unidos, Argentina, Brasil. Las políticas anti-inmigratorias del mundo de la época, y especialmente en los americanos en donde eran además casi idénticamente restrictivas, se aplicaban en forma bien diferente en cada país. Lo que hacía que los futuros emigrantes, fueran golpeando las puertas de los distintos consulados hasta lograr que una se abriera, o incluso zarpar en algún barco, que lo dejase a uno en el primer puerto en el que lo aceptaran.
Una vez en el continente, las fronteras terrestres y marítimas de nuestra región se cruzaban con relativa facilidad, buscando el mejor lugar para quedarse. A veces llevaba años decidir si Buenos Aires o Montevideo sería el lugar en el que se quedaría y proyectaría su vida. La más de las veces esto lo decidía la circunstancia.
Una vez que algunos eligieron Uruguay, le contaron sobre nuestro país, y especialmente Montevideo, a sus amigos y parientes en Europa, África o Asia. Así nuestro país pasó a ser el destino elegido por otros tantos.
¿Cuántos judíos llegaron al Uruguay? Es casi imposible de cuantificar con exactitud. La laicidad uruguaya, que a principios del siglo XX vivía un momento muy particular, hizo que al pasar por la oficina de migraciones, los que llegaban no fueran interrogados de forma tal, que podamos, con grado de certeza importante, determinar si eran judíos o no.
Sin embargo la demografía ha hecho estimaciones a partir de documentos parciales. Quien probablemente más se ha preocupado de investigar este aspecto ha sido la Dra. Rosa Perla Raicher, que en su trabajo publicado en español póstumamente (2003), dice que para 1910, habría unos 150 judíos en Uruguay. Ya para mediados de los años 20, la cifra se habría elevado a 6000, y a fines de la década del 30 a 25000. Incluso calcula que entre 1927 y 1942, el Uruguay recibió aproximadamente 19600 judíos.
En 1952, el American Jewish Yearbook estimaba en 40000 la cantidad de judíos en nuestro país, y para 1971, un Informe de Investigación de la Universidad de Tel Aviv, estimó en 54000 los judíos residentes en Uruguay. Aunque reconoce que esta cifra puede haber estado un poco sobreestimada.
La crisis económica, política y social en la que ingresó Uruguay en los años 60, y que se extendió por al menos dos décadas, transformó al país de receptor a expulsor de inmigración. Ese fenómeno no fue ajeno a los judíos uruguayos, lo que, sumado al fenómeno de la asimilación – entendido esto como el alejamiento de la vida comunitaria y la pérdida de todo vínculo con el mundo judío – provocó un continúo y no muy lento, decrecimiento en la cantidad de judíos uruguayos.
Hoy lo que tenemos son sólo estimaciones. Las más pesimistas, que se basan en la cifra de judíos institucionalizados principalmente a través de aquellas cuatro comunidades originales, hablan de entre 12000 y 13000 judíos.
En el otro extremo, están los que piensan que ha de haber unos 25000 judíos en Uruguay.
Nuestra estimación preferida es la que sitúa la presencia judía en Uruguay entre 16000 y 20000 almas (Porzecanski, R. 2006). No sólo por los motivos allí expuestos, sino porque, partiendo de la constatación histórica de que el pueblo judío diaspórico tiene una tendencia a la institucionalización (podemos decir que entre los años 40’ a 60’ del siglo pasado el porcentaje de institucionalizados debía rondar el 90%, y en esto se basan las estimaciones que presenta Raicher para aquellos años), resultado principalmente de esa “experiencia previa de emigración”. Atendiendo a su vez al hecho de que la situación política del Uruguay hizo que entre los 70’ y 80’ ese porcentaje descendiera en forma importante. Más el proceso permanente de asimilación, que en primera instancia pasa por el alejamiento de las instituciones, que son las que en definitiva ofrecen, con carencias o sin ellas, la posibilidad de desarrollar una vida judía plena. Creemos que hoy el nivel de institucionalización de los judíos uruguayos, al menos a las instituciones históricas y centrales de la comunidad, probablemente no supere el 60%.
Como sea, lo que sí es constatable, es que ya sea por emigración – fenómeno que en el Uruguay no afecta sólo a judíos sino a todos su habitantes, pero que en el caso de los judíos se incrementa por el peso que el sionismo tiene en esta comunidad – o asimilación, la tendencia a la baja del número de judíos en Uruguay no se detiene.
Nota: Las opiniones vertidas son de responsabilidad exclusiva del autor.
( Foto: cena en honor a León Buka, 1947, album de fotos Lichtfeld-Rosztejn)
Tres escuelas resaltaban. La Teodoro Herzl, sita en Blandengues 1775, bajo el auspicio de la Kehilá, fruto de la fusión de las Mosenson, Dubnow y Ajad Aham. La Scholem Aleijem que hacia 8 años había inagurado su edificio y contaba con 450 alumnos. La Mizrají, precursora del Yavne, tenía un jardín de infantes con 200 niños. Si director era Menajem Blum. Lloraban penas por el fracaso de la enseñanza integral. En el mismo edificio funcionaban la Ieshiva Rab. Kook y la secundaria Maaleh.
Roberto Goldberg
15 de mayo de 201525 años de la shule, si no me equivoco la fiesta fue en el teatro Stella, diciembre 1975.
15 de mayo de 201525 años de la shule, si no me equivoco la fiesta fue en el teatro Stella, diciembre 1975.
La prensa judía estaba constituída por el Folksblat, el Unzer Fraint de izquierda, Di Idishe Tribune. Guedelmeindeblatt era bilingüe, los alemanes lo compraban los fines de semana. El Semanario Hebreo para los jóvenes que hablaban español, en ese entonces “ Israelita” , salía con dificultades. Su responsable ya era José Jerozolimsky y el administrador Angel Kalenberg. En radio se escuchaba la Hora Cultural Israelita de Pedro Sprinberg, la Hora Polaca Israelita de Moshe Valtuch y por la noche Audición Hebrea Nocturna. El 1ero de abril de 1957 se sumó Voz de Sión en el Uruguay, fundada por Meir Halbertal en compañía de su esposa Henia y que luego conduciría el propio “ Yero ”. Había audiciones juveniles: Kol Hejalulz be Uruguay y Kadimah. Por la Salud del Pueblo era la audición de la Mutualista Israelita. La lista se cerraba con Hora Cultural Sionista del Bet Tarbut Mordejai Anilevich.
Había en Montevideo 15 sinagogas y lugares de rezo. Los principales rabinos eran Arón Laschover y Frizt Winter, de rusos y alemanes. Jeshia Wiesel, húngaro. Elías Seroussi se quejaba al mismo tiempo que la concurrencia a los templos sefaraditas era muy limitada, salvo en Iom Shabat y en los Iamin norahim.
R. Aaron b. Moisés Aryeh Milevsky (1904-1986), fue rabino de la comunidad judía asquenazí en Montevideo, Uruguay. Nació en Lituania y estudió en las yeshivot de Grodno y Slobodka. En 1924-1929 estudió en la yeshiva de Hebrón donde sobrevivió de milagro a la matanza. Fue ordenado por el mismísimo Rab. Kook.
En 1930-1937 él era rabino en Lituania. En 1937 fue invitado el rabino Milevsky para servir como rabino de la comunidad en Montevideo. En 1970 se estableció en Jerusalén ( www.virtualjudaica.com).
R. Aaron b. Moisés Aryeh Milevsky (1904-1986), fue rabino de la comunidad judía asquenazí en Montevideo, Uruguay. Nació en Lituania y estudió en las yeshivot de Grodno y Slobodka. En 1924-1929 estudió en la yeshiva de Hebrón donde sobrevivió de milagro a la matanza. Fue ordenado por el mismísimo Rab. Kook.
En 1930-1937 él era rabino en Lituania. En 1937 fue invitado el rabino Milevsky para servir como rabino de la comunidad en Montevideo. En 1970 se estableció en Jerusalén ( www.virtualjudaica.com).
Recuerdos sefaraditas de la Ciudad Vieja de Montevideo por el memorista e investigador Isaac Gliksberg. Aurora.co.il.
Todos necesitamos, sin duda, recordar y ser recordados. Los recuerdos de nuestras raíces nos sirven para no sentirnos vacíos espiritualmente, sin raíces y sin pasado.
Por eso nos pareció de interés, y seguramente no pocos lectores de Aurora hoy residentes en Israel y de origen sefardí, recordarán con agrado los lugares y nombres que, allá por las décadas de los años cuarenta y cincuenta, particularmente, fueron convirtiéndose en jalones inolvidables de aquel Sefarad en la “Ciudad Vieja” de Montevideo.
Aquellos jóvenes inmigrantes sefardíes llegaban al Río de la Plata provenientes de Esmirna, de Salónica, de Alejandría, de Rodas y de otros puntos del Mediterráneo, con su bagaje pleno de esplendor de la cultura sefardí española y mediterránea.
Uno de entre esos jalones lo fue el inolvidable “Café de Antica” en la esquina de las calles Reconquista y Colón, propiedad de don Asallas. Allí se jugaba a las barajas y de ahí surgieron varios equipos de fútbol conformados por jóvenes hijos de inmigrantes sefardíes, fundamentalmente.
Entre esos equipos se recuerda con cariño al “Yanqui” conformado, repetimos, mayoritariamente por jóvenes de origen sefardí.
Estaba también el “Café Colón” propiedad de don León Batino. Se encontraba en la calle Colón 1330 precisamente, entre las calles Buenos Aires y Sarandí. Era un centro exclusivo de encuentro de inmigrantes sefardíes, donde se jugaba mayoritariamente al backgammon (shesbesh), se fumaba “narguile”, una pipa especial que provenía, precisamente, del Medio Oriente y se podía, allí, consumir café a la turca o “caqui”, que era el nombre con el cual se designaban, en árabe, el anís a la turca y que se confeccionaba con anís al cual se le agregaba agua y daba un líquido lechoso.
En este “Café Colón“ podían adquirirse, para comer, los “yiyes”, brochete de hígado, carne picada y corazón, a la usanza turca y que también, solían asarse y venderse en la misma calle, en frente mismo al local del café.
En el Café de Batino, los sábados por la noche, solían actuar los “tañedores”. Eran músicos que tocaban el laúd, y el tradicional “pandero”, pandereta, y bailes de odaliscas.
Los Cattán eran entonces los intérpretes de melodías especiales que consistían en cánticos de endiablada animación, en general, recuerdos de la lejana Andalucía española. En la esquina de las calles Colón y Buenos Aires, otro comercio gastronómico jalonaba el Sefarad de la Ciudad Vieja. Mantenía las tradiciones de Sefarad y de Turquía.
Propietario del mismo fue don David Escapa. El y su propia familia producían los inimitables e inolvidables “boios”, “travadicos”, “yamalí”, “burrecas” de carne picada que se acompañaba con “huevos jaminados” (cocidos en aceite y cáscaras de cebollas, que le daban un gusto y aroma muy particulares).
Al pasar por esa esquina de Montevideo, parecería aún hoy sentirse los exquisitos aromas de los “dedicos”, el “kadaif” de fideos, y de postre, el delicioso “baklavá” de sésamo, nuez y miel.
En los hogares sefardíes de aquel entonces era frecuente que las amas de casa prepararan también ellas estos deliciosos manjares tradicionales, a los que le agregaban el “pan esponjado”, una especie de bizcochuelo casero que, quienes no siendo sefardíes, como nosotros, saboreábamos por igual.
Otro punto de referencia de destaque de aquel Sefarad montevideano fue sin duda, el siempre recordado e inolvidable “Almacén del Bojorito”, propiedad de don Alejandro Selanikio y su esposa.
En aquel almacén podía uno encontrar os más variados frutos y semillas mediterráneos, almendras, nueces, avellanas, castañas, pepicas, “jiruelos” o porotos blancos, “bamia” que era una chaucha mediterránea, jalvá, aceitunas verdes y negras, arenques y anchoas, fruta seca, higos, piñones. Sus hijos, instalados en la misma calle, frente al local del almacén, calentaban nueces, castañas y piñones para ser vendidos al público.-
Don León Casuto fue uno de esos jóvenes inmigrantes sefardíes provenientes de Turquía. Tenía su heladería sobre la calle Reconquista entre las calles Colón y Alzaibar, cerquita, casi pegado, al “Café de Antica”.
Don Casuto fue el primer heladero que en Montevideo produjo el luego famoso helado tipo “sándwich” allá por la década del cuarenta. Los “Helados León” producidos por Casuto, eran voceados por las calles de los más distantes barrios montevideanos.
Era común que las amas de casa sefardíes tuvieran en sus hogares, siempre, “pepicas”, semillas de zapallo secadas y saladas, que se ingerían de a una cortándolas con los dientes incisivos, como asimismo, tras las labores diarias que eran muy pesadas, solían extender una alfombra, en los respectivos patios, en los que se servían el café a la turca, que se molía en casa en los recordados molinillos domésticos y la familia se reunía sobre la alfombra, a la usanza oriental, para beber el “caqui” o anís turco, el café a la turca, acompañado con “pan esponjado” o bizcochuelo.
En la calle Colón, entre las calles Washington y 25 de Mayo, funcionaba el “Club de Bailes Sefardí”, adonde solía concurrir la juventud de entonces, y donde además se ofrecía a los inmigrantes asistentes choclo cocido, lo que también se ofrecía en la esquina donde estaba el “Café de Antica”.
Bien arraigados estaban en aquella Sefarad del Rio de la Plata, los principios éticos de solidaridad y era frecuente oír en la calle la máxima “mi vizino tenga bien y yo también” o “quien bien fase, bien topa”, significando en judeo-español, la necesidad de ayudarse los unos a los otros, lo cual era muy frecuente que ocurriera.
La casa de Reconquista 227 donde residía con su familia don Acher Soriano, padre del inolvidable Profesor Dr. Víctor Soriano, eminente médico de reconocimiento internacional, ya fallecido con casi cien años de edad, quien además fue astrónomo tenía en su hogar un observatorio astronómico propio y fundador entre muchas otras instituciones judías de la Bnei Brit del Uruguay- fue uno de los templos permanentes de los inmigrantes sefardíes a Montevideo, como asimismo, la casa donde residían los Mizraji, padres del también internacionalmente reconocido médico uruguayo Prof. Dr. Moisés Mizraji y cuyo nombre fue adjudicado al Instituto de Reumatología del Ministerio de Salud Pública de Uruguay. La residencia estaba ubicada en la calle Colón al 1330 entre las calles Buenos Aires y Sarandí; ostentaba y aún hoy ostenta en su frente, una enorme estrella de David.
Son estos algunos recuerdos, tan sólo algunos, de la Sefarad montevideana que conocimos en nuestra niñez.
Recuerdos imborrables que deberán acrecentarse con los que hemos dejado de lado por falta de espacio y que las nuevas generaciones, y aquellos sefardíes uruguayos que hoy residen en Israel, y son muchos, debieran conocer, si no los conocieron o recordar, si los vivieron, más que nada, porque aquellas generaciones y las actuales fueron y son continuación de una esplendorosa cultura judeo española que tanto aportó a España, como a Europa Occidental y a América.
Isac Gliksberg
Uruguay
Fuente: Aurora-Israel.co.il
4 respuestas a "“Sefarad” en la ciudad vieja de Montevideo"
Por eso nos pareció de interés, y seguramente no pocos lectores de Aurora hoy residentes en Israel y de origen sefardí, recordarán con agrado los lugares y nombres que, allá por las décadas de los años cuarenta y cincuenta, particularmente, fueron convirtiéndose en jalones inolvidables de aquel Sefarad en la “Ciudad Vieja” de Montevideo.
Aquellos jóvenes inmigrantes sefardíes llegaban al Río de la Plata provenientes de Esmirna, de Salónica, de Alejandría, de Rodas y de otros puntos del Mediterráneo, con su bagaje pleno de esplendor de la cultura sefardí española y mediterránea.
Uno de entre esos jalones lo fue el inolvidable “Café de Antica” en la esquina de las calles Reconquista y Colón, propiedad de don Asallas. Allí se jugaba a las barajas y de ahí surgieron varios equipos de fútbol conformados por jóvenes hijos de inmigrantes sefardíes, fundamentalmente.
Entre esos equipos se recuerda con cariño al “Yanqui” conformado, repetimos, mayoritariamente por jóvenes de origen sefardí.
Estaba también el “Café Colón” propiedad de don León Batino. Se encontraba en la calle Colón 1330 precisamente, entre las calles Buenos Aires y Sarandí. Era un centro exclusivo de encuentro de inmigrantes sefardíes, donde se jugaba mayoritariamente al backgammon (shesbesh), se fumaba “narguile”, una pipa especial que provenía, precisamente, del Medio Oriente y se podía, allí, consumir café a la turca o “caqui”, que era el nombre con el cual se designaban, en árabe, el anís a la turca y que se confeccionaba con anís al cual se le agregaba agua y daba un líquido lechoso.
En este “Café Colón“ podían adquirirse, para comer, los “yiyes”, brochete de hígado, carne picada y corazón, a la usanza turca y que también, solían asarse y venderse en la misma calle, en frente mismo al local del café.
En el Café de Batino, los sábados por la noche, solían actuar los “tañedores”. Eran músicos que tocaban el laúd, y el tradicional “pandero”, pandereta, y bailes de odaliscas.
Los Cattán eran entonces los intérpretes de melodías especiales que consistían en cánticos de endiablada animación, en general, recuerdos de la lejana Andalucía española. En la esquina de las calles Colón y Buenos Aires, otro comercio gastronómico jalonaba el Sefarad de la Ciudad Vieja. Mantenía las tradiciones de Sefarad y de Turquía.
Propietario del mismo fue don David Escapa. El y su propia familia producían los inimitables e inolvidables “boios”, “travadicos”, “yamalí”, “burrecas” de carne picada que se acompañaba con “huevos jaminados” (cocidos en aceite y cáscaras de cebollas, que le daban un gusto y aroma muy particulares).
Al pasar por esa esquina de Montevideo, parecería aún hoy sentirse los exquisitos aromas de los “dedicos”, el “kadaif” de fideos, y de postre, el delicioso “baklavá” de sésamo, nuez y miel.
En los hogares sefardíes de aquel entonces era frecuente que las amas de casa prepararan también ellas estos deliciosos manjares tradicionales, a los que le agregaban el “pan esponjado”, una especie de bizcochuelo casero que, quienes no siendo sefardíes, como nosotros, saboreábamos por igual.
Otro punto de referencia de destaque de aquel Sefarad montevideano fue sin duda, el siempre recordado e inolvidable “Almacén del Bojorito”, propiedad de don Alejandro Selanikio y su esposa.
En aquel almacén podía uno encontrar os más variados frutos y semillas mediterráneos, almendras, nueces, avellanas, castañas, pepicas, “jiruelos” o porotos blancos, “bamia” que era una chaucha mediterránea, jalvá, aceitunas verdes y negras, arenques y anchoas, fruta seca, higos, piñones. Sus hijos, instalados en la misma calle, frente al local del almacén, calentaban nueces, castañas y piñones para ser vendidos al público.-
Don León Casuto fue uno de esos jóvenes inmigrantes sefardíes provenientes de Turquía. Tenía su heladería sobre la calle Reconquista entre las calles Colón y Alzaibar, cerquita, casi pegado, al “Café de Antica”.
Don Casuto fue el primer heladero que en Montevideo produjo el luego famoso helado tipo “sándwich” allá por la década del cuarenta. Los “Helados León” producidos por Casuto, eran voceados por las calles de los más distantes barrios montevideanos.
Era común que las amas de casa sefardíes tuvieran en sus hogares, siempre, “pepicas”, semillas de zapallo secadas y saladas, que se ingerían de a una cortándolas con los dientes incisivos, como asimismo, tras las labores diarias que eran muy pesadas, solían extender una alfombra, en los respectivos patios, en los que se servían el café a la turca, que se molía en casa en los recordados molinillos domésticos y la familia se reunía sobre la alfombra, a la usanza oriental, para beber el “caqui” o anís turco, el café a la turca, acompañado con “pan esponjado” o bizcochuelo.
En la calle Colón, entre las calles Washington y 25 de Mayo, funcionaba el “Club de Bailes Sefardí”, adonde solía concurrir la juventud de entonces, y donde además se ofrecía a los inmigrantes asistentes choclo cocido, lo que también se ofrecía en la esquina donde estaba el “Café de Antica”.
Bien arraigados estaban en aquella Sefarad del Rio de la Plata, los principios éticos de solidaridad y era frecuente oír en la calle la máxima “mi vizino tenga bien y yo también” o “quien bien fase, bien topa”, significando en judeo-español, la necesidad de ayudarse los unos a los otros, lo cual era muy frecuente que ocurriera.
La casa de Reconquista 227 donde residía con su familia don Acher Soriano, padre del inolvidable Profesor Dr. Víctor Soriano, eminente médico de reconocimiento internacional, ya fallecido con casi cien años de edad, quien además fue astrónomo tenía en su hogar un observatorio astronómico propio y fundador entre muchas otras instituciones judías de la Bnei Brit del Uruguay- fue uno de los templos permanentes de los inmigrantes sefardíes a Montevideo, como asimismo, la casa donde residían los Mizraji, padres del también internacionalmente reconocido médico uruguayo Prof. Dr. Moisés Mizraji y cuyo nombre fue adjudicado al Instituto de Reumatología del Ministerio de Salud Pública de Uruguay. La residencia estaba ubicada en la calle Colón al 1330 entre las calles Buenos Aires y Sarandí; ostentaba y aún hoy ostenta en su frente, una enorme estrella de David.
Son estos algunos recuerdos, tan sólo algunos, de la Sefarad montevideana que conocimos en nuestra niñez.
Recuerdos imborrables que deberán acrecentarse con los que hemos dejado de lado por falta de espacio y que las nuevas generaciones, y aquellos sefardíes uruguayos que hoy residen en Israel, y son muchos, debieran conocer, si no los conocieron o recordar, si los vivieron, más que nada, porque aquellas generaciones y las actuales fueron y son continuación de una esplendorosa cultura judeo española que tanto aportó a España, como a Europa Occidental y a América.
Isac Gliksberg
Uruguay
Fuente: Aurora-Israel.co.il
4 respuestas a "“Sefarad” en la ciudad vieja de Montevideo"
- Esther Taragán Asallas dice:15/05/2012 a las 15:00QUÉ LINDO TODO LO ESCRITO PARA TODOS LOS QUE TUVIMOS LA ALEGRÍA DE VIVENCIAR TODO LO ESCRITO.
SOY NIETA DE ALBERTO ASALLAS EL DUENO DEL ¨BAR ANTICA¨ QUIEN FUNDÓ EL CUADRO DEL BARRIO ¨LA ESQUINA ¨ JUNTO A MI MADRE Y 7 TIOS, MI PADRE, TENÍA ALMACÉN Y LUEGO LENCERÍA EN LA CALLE COLÓN ¨CASA LÁZARO ¨ - myriam Cuneo dice:16/05/2012 a las 09:22Mi tio, Moises Mizraji, que en su niñez, adolescencia y primera juventud, vivio en la calle Colon y Buenos Aires, mientras estudiaba medicina, y estaba encerrado en la casa con abuelas, padres y hermanos, nos contaba del Cafè de Batino,de otro djidio que decia: “mani, mani” y nos hacia reir porque lo tomaba con mucho humor y sorna, esto, sucedia cuando mis padres fueron jovenes y yo niña y mas. Son cuentos que reflejan una nostalgia por el pasado, de una epoca en la cual Montevideo era aun una pequeña ciudad. Todos los djidios dejaron el viejo barrio, se fueron a Pocitos, Carrasco, y los balnearios de Canelones. Estamos dispersos, “no nos conocemos casi”
- Alvaro Gargiulo dice:17/05/2012 a las 14:25Qué gran alegría leer esta nota, mi bisabuelo Shemtov Amón Benveniste trabajaba en el café Batino en la calle Colón y Buenos Aires. Junto a León Miles Bueno, primo hermano de mi bisabuela (y a la vez cuñado), eran los encargados de preparar y asar los shishes que cocinaban en un medio tanque sobre la calle Colón.
Tuve la suerte de conocer cómo los djidiós vivimos en el barrio hasta que fallecieron mis abuelos, ver irse a las familias, como dice Myriam hacia otros lugares de Montevideo. Guardo muchos recuerdos que ya no se si son de mi niñez o prestados de mis tíos y padres. Pensando en lo que escribe Isaac no dejo de ver la cara de cada uno de mis tíos abuelos, de los que están y los que ya no, el conventillo de la calle Buenos Aires 174 y Maciel, el abuelo Bojor, la abuela Sol y sus siete hijos: Moisés, Simón, Rosa, Myriam, Belina, Isaac y Sara Amón Miles, mi entrañable abuela! Los “vizinos”, los Franco, los Diano, los Laigualda con quienes se compartía todo, desde pan dulce y turrones en Navidad hasta boios, burrekas de handrasho, mostachudos y kurabyes en Roshaná.
Saludos, sanos, pushados i rekodrosos ke mos topemos!
Un abrazo a todos
Alvaro Gargiulo - Sara Emilia Selanikio Levy dice:18/05/2012 a las 22:31Este artículo me recuerda muchas cosas de mi infancia, pero como nací en 1952 muchos de los lugares que recuerda Isac no tuve la suerte de conocerlos. Me voy a tomar el atrevimiento de nombrar 2 lugares más, uno era el bar del Sr. Córdoba, donde iba mi padre a jugar a las cartas y siempre me tocaba entrar a buscarlo al fondo, donde estaban las mesas de juego y veía como jugaban, hasta que mi padre Elías Selanikio (hijo de Bojorito) terminaba y nos reuníamos junto a mi madre y nos íbamos al centro a dar una vuelta. Luego muchos años después, en la calle Sarandí casi Colón abrió un local enorme para comer comida sefardí y turca, venían músicos tañedores, otros con el tumbelek y las mujeres bailaban y los hombres a los que les gustaba, le pegaban en su frente billetes de dinero con saliva. Era muy lindo de ver. No puedo negar que me emocioné mucho al leer este artículo, porque se habla de mi familia paterna y de la almacén “Bojorito”. En dicho almacén tuve la suerte de criarme, a veces haciendo travesuras, otras yendo repetidamente a cada uno de los negocios instalados por las calles Colón y Sarandí, como la casa “Cantarito”, la sastrería de Sr. Jacobo Rosa padre del psiquiatra Rosa fallecido hace relativamente poco tiempo. Mis padres eran muy amigos de otro hermano de Jacobo, que no recuerdo su nombre, que vivía con su esposa y dos hijas a pocas cuadras del almacén. Así mismo mi padre Elías, mi hermana Mónica y yo concurrimos los tres a la escuela Portugal de 2º grado situada en la calle Sarandí. Recuerdo que de pequeña iba a comprar pepiticas a lo del Sr. Escapa que siempre me decía……querés que te de la yapa??? y me llenaba una de mis manos con más semillas de zapallo, qué hermosos años. Subían por la calle Sarandi dirección al centro, marineros que habían llegado recientemente al puerto de Montevideo de otras tierras lejanas, algunos de ellos entraban al almacén Bojorito y mi padre con su inglés elemental lograba venderles diferentes productos. Allí lo pasaba muy bien, muchas veces hacía mis deberes en un cajón de frutas o verduras con una hoja de papel, para evitar lastimarme con alguna esquirla de madera.
Hermosos recuerdos de épocas que no volverán.
Mas de un siglo de judíos en Uruguay por el Dr. Juan Raul Ferreira.
Hace más de cien años, nuestra sociedad está integrada por judíos
provenientes de diversas partes del mundo. Como bien señala Rafael Porzecanski en su “Uruguay Judío” se sabe de la llegada de corrientes migratorias en las primeras décadas del siglo XX. En 1992 recuerdo haber estado en la celebración de los 75 años de Comunidad Askenazi ¿Cuándo llegaron los primeros sefaradíes? … Probablemente algunos con las primeras familias patricias, algunos que habían llegado a España procedentes de la Isla de Rodas… A mi, luego de leer "Con el Violín a Cuestas" de Gustavo Perednik me quedan pocas dudas que Colón como mucho de sus acompañantes eran judíos. En Uruguay, no es un tema de fechas si no de identidad.
Cuando llega por primera vez a Uruguay un Presidente Catalán manifestó: “El Uruguay es una comunidad espiritual”, proveniente del mismísimo puerto donde zarpó Colón, dijo “quería conocer un país al que Ferreira Aldunate definió como una comunidad espiritual.”
Si eso somos, como creo yo, nuestra identidad se forma en torno a valores, los que llevaba el Pueblo de Israel en el Arca sobre sus hombros (como lo recuerda la octava estrofa del Solo del Himno Nacional Uruguayo). Somos judeo cristianos, desde el primer amanecer, antes siquiera de saber si había llegado judío alguno a nuestras tierras.
Nuestra solidaridad con Israel nace en torno a valores y sigue con Eretz Israel, su Independencia y naturalmente se consolida con la inmigración. Los judíos que a lo largo de diversas etapas van llegando a nuestra tierra y se hacen uruguayos pero además procrean uruguayos, comienzan a ser entonces parte de nuestra identidad agregada, es decir la del conjunto de tradiciones y elementos culturales que incorporan a nuestro acerbo. Por ello quizás dijo mi padre un día en el Palacio Peñarol “Un uruguayo judío, para ser buen uruguayo debe ante todo ser un buen judío.
La generación de mis mayores vio en su vecino judío, en su compañero de clase o de trabajo, un inmigrante mas en este crisol de culturas que es el Uruguay. Fue recién cuando la tragedia del otro lado del Océano grito a la conciencia de la humanidad que el uruguayo vio en ese su compatriota judío como tal. La Shoa….
Le mostró al pueblo uruguayo como la familia de tantos compatriotas en otra parte del mundo sufría la persecución y enfrentaba el genocidio, por ser distinto.
Captar en eso “distinto” no solo la riqueza de la diversidad sino la identificación de los valores fundacionales de nuestra civilización, hacía la tragedia más absurda, al judío mas identificable y su participación en la sociedad uruguaya más valorada.
Mi generación ya identificó en el hermano judío al heredero de la tragedia, al portador de valores a aquel de quien siempre podemos nutrirnos espiritualmente.
Cada vez que una familia uruguaya enciende las velas, celebra un Bar Mtizba, levanta su copa y bendice al pan al atardecer de un viernes, ilumina en esos valores milenarios que justifican su existencia a todo el resto del Uruguay.
Juan Raul Ferreira.
Cuando llega por primera vez a Uruguay un Presidente Catalán manifestó: “El Uruguay es una comunidad espiritual”, proveniente del mismísimo puerto donde zarpó Colón, dijo “quería conocer un país al que Ferreira Aldunate definió como una comunidad espiritual.”
Si eso somos, como creo yo, nuestra identidad se forma en torno a valores, los que llevaba el Pueblo de Israel en el Arca sobre sus hombros (como lo recuerda la octava estrofa del Solo del Himno Nacional Uruguayo). Somos judeo cristianos, desde el primer amanecer, antes siquiera de saber si había llegado judío alguno a nuestras tierras.
Nuestra solidaridad con Israel nace en torno a valores y sigue con Eretz Israel, su Independencia y naturalmente se consolida con la inmigración. Los judíos que a lo largo de diversas etapas van llegando a nuestra tierra y se hacen uruguayos pero además procrean uruguayos, comienzan a ser entonces parte de nuestra identidad agregada, es decir la del conjunto de tradiciones y elementos culturales que incorporan a nuestro acerbo. Por ello quizás dijo mi padre un día en el Palacio Peñarol “Un uruguayo judío, para ser buen uruguayo debe ante todo ser un buen judío.
La generación de mis mayores vio en su vecino judío, en su compañero de clase o de trabajo, un inmigrante mas en este crisol de culturas que es el Uruguay. Fue recién cuando la tragedia del otro lado del Océano grito a la conciencia de la humanidad que el uruguayo vio en ese su compatriota judío como tal. La Shoa….
Le mostró al pueblo uruguayo como la familia de tantos compatriotas en otra parte del mundo sufría la persecución y enfrentaba el genocidio, por ser distinto.
Captar en eso “distinto” no solo la riqueza de la diversidad sino la identificación de los valores fundacionales de nuestra civilización, hacía la tragedia más absurda, al judío mas identificable y su participación en la sociedad uruguaya más valorada.
Mi generación ya identificó en el hermano judío al heredero de la tragedia, al portador de valores a aquel de quien siempre podemos nutrirnos espiritualmente.
Cada vez que una familia uruguaya enciende las velas, celebra un Bar Mtizba, levanta su copa y bendice al pan al atardecer de un viernes, ilumina en esos valores milenarios que justifican su existencia a todo el resto del Uruguay.
Juan Raul Ferreira.
Campamento de Macabi Tzair, década de los setenta.
Los primeros inmigrantes ( Teresa Porzecanski)
José Bauman llegó a Montevideo alrededor de 1905 y se casó con la hermana de Naum Rosemblat, aquel que vino de Moises Ville .
Porzecanski afirma que en 1909 había en Montevideo 150 judíos, la mayoría venidos de la Argentina. ( El Universo Cultural del Idisch, pág.30).
La autora ( Historias de vida de Inmigrantes Judíos al Uruguay, pág. 13) señala que los primeros sefaraditas en llegar a nuestro país lo hicieron entre los años 1904 y 1913. ( en 1904 llega David Morón, en 1907 llega Samuel Gaón, en 1910 llega Isaac Cohen) Una minoría proviene de Turquía, que vivía un periodo de intolerancia religiosa, crisis económica y constantes conflictos que implicaban el servicio militar obligatorio. El espectro se completó con judíos de Siria, Egipto, Chipre, Malta y Rodas. Los judíos húngaros llegaron en la década del 20’.
La opinión predominante menciona a Alejandro Schwartz, Elías Hofstaedter, León Frydman y Eugenio Salomón entre los primeros inmigrantes de origen húngaro. ( Feldman Miguel – Loy Anabella, Una historia muchas vidas, 75 años de la Comunidad Israelita Húngara en el Uruguay, pág. 32).
Porzecanski afirma que en 1909 había en Montevideo 150 judíos, la mayoría venidos de la Argentina. ( El Universo Cultural del Idisch, pág.30).
La autora ( Historias de vida de Inmigrantes Judíos al Uruguay, pág. 13) señala que los primeros sefaraditas en llegar a nuestro país lo hicieron entre los años 1904 y 1913. ( en 1904 llega David Morón, en 1907 llega Samuel Gaón, en 1910 llega Isaac Cohen) Una minoría proviene de Turquía, que vivía un periodo de intolerancia religiosa, crisis económica y constantes conflictos que implicaban el servicio militar obligatorio. El espectro se completó con judíos de Siria, Egipto, Chipre, Malta y Rodas. Los judíos húngaros llegaron en la década del 20’.
La opinión predominante menciona a Alejandro Schwartz, Elías Hofstaedter, León Frydman y Eugenio Salomón entre los primeros inmigrantes de origen húngaro. ( Feldman Miguel – Loy Anabella, Una historia muchas vidas, 75 años de la Comunidad Israelita Húngara en el Uruguay, pág. 32).
"SE OLVIDARON DE MENCIONAR A MI PADRE, QUE INGRESO EN EL 1931 AL URUGUAY Y MI MADRE CON 3 HIJOS POLACOS, EN EL 1934. MI PAPA ERA EL "JAZN, SHOJET Y MOHEL jACOB ROSTKIER, QUE CASÓ A TODO URUGUAY, DURANTE MI INFANCIA Y MI ADOLESCENCIA LUEGO VIAJO POR EL MUNDO PARA ACTUAR COMO RABINO EN DISTINTAS COLECTIVIDADES DE AMERICA LATINA. ES UN OLVIDO VUESTRO, NUEVAMENTE, AL NO MENCIONARLO, PORQUE MUCHOS FAMILIARES Y AMIGOS, LOS CASÓ MI PADRE. YO TENGO 70 AÑOS Y NACÍ EN EL 1941 GRACIAS A QUE MIS PADRES VINIERON AL URUGUAY. SALUDA MUY CORDIALMENTE
DR. JAIME ROSTKIER MEDICO- MOHEL"
DR. JAIME ROSTKIER MEDICO- MOHEL"
Uruguayos sefaraditas.
ANDREA COPPES
Sefarad es el nombre hebreo con el que se designa a España. Ser sefaradí implica pertenecer o estar ligado a aquel grupo de judíos que migraron de Palestina, a raíz de la destrucción del segundo templo de Jerusalén en el 70 e.C. y se establecieron en España.
Tras vivir mil quinientos años en la Península Ibérica, se decretó su expulsión por parte de los Reyes Católicos en 1492. A partir de entonces se dispersaron por todo el Mediterráneo y, a fines del siglo XIX y principios de siglo XX, llegaron a América. La presencia de los sefaradíes en Uruguay cumple cien años.
Imágenes del libro “Los sefaradíes en el Uruguay.
Memoria de la vieja España, de Anabella Loy
Su historia, su cultura y su lengua continúan despertando interés y siendo objeto de estudio y de publicaciones, como lo demuestran dos libros editados en Montevideo en el segundo semestre de 2007. Es una colectividad que se integró fácilmente al país y hoy se mantiene como una comunidad activa que procura conservar su acervo y difundirlo.
El fenómeno
Toda esta diáspora es explicada detallada y dinámicamente por la antropóloga Anabella Loy en su libro Los sefaradíes en el Uruguay. Memoria de la vieja España.
“El fenómeno del sefaradismo se produce en todas aquellas áreas de confluencia de elementos judíos y españoles, tanto en la España anterior al exilio como en los territorios de destino desde 1492 hasta la actualidad”, sostiene Loy en su obra. En ésta da cuenta de las distintas etapas de inmigración, del asentamiento de los sefaradíes en Uruguay, de su cosmovisión, de sus tradiciones, y de la forma en que se integraron a la sociedad uruguaya, sin perder su identidad. Una particularidad fundamental de la modalidad de estar en el mundo de los sefaradíes la constituye su lengua: el judeoespañol o djudezmo, que también se conoce por el nombre de ladino. Es una variación del castellano que en época medieval hablaban los judíos en España y se conservó por parte de los sefaradíes a través de los siglos, en los diversos territorios que habitaron.
Loy comentó a El Observador, que cuando los sefaradíes —provenientes fundamentalmente de Esmirna y Aydín (Turquía), de Grecia (como su abuelo sefaradí) y de Italia— llegaron a Uruguay, el país los recibió con los brazos abiertos. No hubo reacciones importantes de rechazo, salvo alguna frase o forma de antisemitismo de carácter aislado e individual. “A nivel social se los aceptó muy bien. Y ellos se integraron muy bien, además hablaban una lengua muy similar al español que se hablaba en Uruguay. Las diferencias se verificaban a nivel léxico o de pronunciación, pero no tuvieron que aprender una lengua para insertarse”, dice.
Destaca que el ir a un lugar donde se habla “algo parecido a lo que se está acostumbrado funciona como factor de atracción”.
Establecimiento
A Uruguay llegaron judíos de cuatro procedencias distintas: sefaradíes, ashkenazíes (de Europa Central; son la mayoría en Uruguay), alemanes y húngaros, que a lo largo de los años se han ido mezclando.
Los primeros en llegar fueron sefaradíes. Del primer inmigrante sefaradí del que se tiene registro, oficialmente, es de David Morón en 1907. De todos modos, Loy apunta que si nos remontamos en el tiempo, existen judíos secretos que llegaron al país cuando, por ejemplo, se fundó Colonia del Sacramento. Manuel Lobo era un judío converso, y la gente de su expedición eran judíos de origen español.
En 1908, a raíz de la revolución de los Jóvenes Turcos, se dio una importante inmigración de sefaradíes. Los principales contingentes llegaron alrededor de la década del veinte hasta 1940.
Vinieron, básicamente, hombres jóvenes escapando del servicio nacional obligatorio impuesto en Turquía, pues la conscripción podía llegar a durar diez o veinte años. Otros factores que incidieron para buscar nuevos horizontes fueron las catástrofes naturales y el hecho de que la situación de las comunidades judías no fuera de mucha seguridad, debido al poder discrecional de las autoridades.
Después de establecerse en Uruguay, los inmigrantes comenzaron a enviar cartas a sus familiares, contando que estaban bien, y a comprar pasajes para traer a novias, padres y hermanos. Así fueron llegando.
Pertenencia
“Hay varios elementos que hacen a los sentimientos de pertenencia. Uno de los nexos que ha funcionado tradicionalmente como elemento de unidad ha sido la religión. Hoy por hoy, buena parte de los judíos no se sienten ligados por la religión, pero sí por el judaísmo, por otras vías que tienen que ver con lo que yo llamaría ‘el fenómeno étnico’. Con aquella cultura que se ha transmitido de generación en generación y que hace que uno se sienta ligado a una cantidad de cosas: a la historia de un pueblo, a una nación que ha peleado por permanecer junta, por obtener su país. Eso hace que uno se sienta ligado a través de un sentimiento de pertenencia común, que en algunos casos sustituye al sentimiento religioso”, señala la antropóloga Anabella Loy.
Los hombres se insertaron fácilmente en distintas tareas de tipo comercial. Ocuparon los nichos vacíos que fueron encontrando en el ámbito laboral. Las mujeres de la primera generación, por lo general, no trabajaban, porque culturalmente no estaba bien visto.
No hay datos precisos de la cantidad de sefaradíes que llegaron a Uruguay. Loy apunta en su libro que a fines de la década de 1980 se estimaba el número de los sefaradíes uruguayos en unos siete mil y que dos mil de ellos eran socios de la Comunidad Israelita Sefaradí del Uruguay.
La comunidad
Una de las tareas de la comunidad es intentar preservar el judeoespañol. “Parte de los programas culturales son las jornadas de cultura sefaradí: La luz de Sefarad. Las denominamos así porque hace más de quinientos años se desprendió mucha luz, producto de la participación de los judíos en todos los ámbitos de España. Lamentablemente fueron expulsados en 1492”, comenta Salomón Levy, presidente del Comité Uruguayo de FESELA (Federación Sefaradí Latinoamericana). El comité es parte de la Comunidad Israelita Sefaradí del Uruguay. Y Fesela es una rama de la Federación Sefaradí Mundial.
En las jornadas realizadas en agosto pasado disertaron el Embajador de España, Fernando Valderrama, y Luis Alberto La calle de Herrera. El ex presidente de la República ha declarado que tiene ascendencia judía.
Según explica Levy, el padrón de la comunidad se encuentra en el entorno de mil ochocientos a dos mil socios. Se intenta que los más jóvenes tengan una participación activa, a efectos de preservar la continuidad de la institución. Las diversas actividades culturales están abiertas a todo público.
Otra de las actividades principales de esta comunidad es la prestación de servicios religiosos, que se cumplen tanto en lo que tiene que ver con la liturgia regular de la religión judía, como en fallecimientos, casamientos y nacimientos.
Entre los personajes de origen sefaradí que han hecho su aporte a la sociedad uruguaya en el ámbito de la ciencia, la política y la cultura, Levy recuerda al doctor Moisés Mizrahi, fundador del Instituto de Reumatología del Uruguay; al arquitecto Alejandro Morón, que ganó el concurso para la realización del mausoleo de Artigas, en la Plaza Independencia; al cardiólogo Jacobo Hazán, que presidió el primer Comité ProPalestina, a fines de los años cuarenta, cuando se estaba gestando la creación del Estado de Israel; y al doctor Víctor Soriano.
También menciona a los ex ministros de Economía Alberto Bensión e Isaac Alfie, y al profesor Nelson Pilosof, presidente del World Trade Center y hombre de letras, entre otros.
Los motivos que actualmente los mantienen reunidos como comunidad son, según Levy: “La herencia, el deber de memoria, el continuar con las tradiciones. Eso no significa separatismos, ni sectarizaciones sino especificidad. Hay una cantidad de valores, que por ser nosotros los herederos podemos practicarlos y transmitirlos”.
Templo de la calle Buenos Aires, en un barrio
que acogió a los primeros inmigrantes sefaradíes
Escritos y lecturas
El otro libro publicado es Tefter di iscritos i meldares de lengua Sefaradí. Cuaderno de escritos y lecturas de lengua española antigua. Su autora es Rosa Benchoam Aruguete, de setenta y cuatro años, quien reside en Argentina. Su hermana Raquel, quien colaboró e impulsó la publicación del libro y vive en Uruguay, señala que el espíritu de esta obra que contiene refranes, poesías, chistes, diálogos e “historias verídicas” narradas en judeoespañol es “rescatar el idioma, que no se pierdan nuestras raíces españolas ni este idioma que amamos los sefaradíes”. Detrás de la lengua hay una idiosincrasia que revaloriza los sentimientos de unión, trabajo, educación y amor al prójimo.
La historia de los sefaradíes se sigue escribiendo día a día.
Fuente: El Observador (Montevideo, Uruguay). Publicado en la Revista Maguen-Escudo 14
Julio Moskovicz: Presencia judía en Uruguay.
Un lector realiza unas aclaraciones respecto a una nota publicada en el diario El Observador sobre el libro Los sefaradíes en el Uruguay. Memoria de la vieja España.
Por Julio Moskovicz.
En estos días, se publicó en "El Observador" una nota de Andrea Coppes, a propósito de un trabajo de Anabella Loy sobre los judíos uruguayos de origen sefaradí. ("Sefaradies que llegaron para quedarse" por Anabella Loy). Me llama la atención leer que "...Llegaron (a Uruguay)judíos de cuatro procedencias distintas...Los primeros en llegar fueron ...sefaradies....el primero...David Moron 1907..." Existen documentos que señalan otra situación.. Los resumiré en favor del espacio de esta seccion.
1.-"...en el año 1898 llegan familias judías ashkenazitas (no sefaraditas JM)...José Bauman, Nahum Rosenblat y hermanos Manevich...(para oficios religiosos ashkenazitas)..".un Rollo de la Ley fue adquirido en 1904." ("Tzum Moment", Montevideo Julio 1929. Edicion Jevrá Kedushá Aszkenazit).
2.- "...residen en Uruguay (la mayoría en Montevideo) 150 inmigrantes judíos...La familia más antigua ha inmigrado hace 15 años (1895)". Informe Rabino Samuel Halphon ..a JCA, en "Proyecto Dora y Elias Seroussi. Historia Viva de Uruguay e Israel" pág 12.
3.- Algunos ashkenazies otrora establecidos :" Bauman, José. Sombrería. Calle Misiones 168; Manevich y Hno.B. Calle Uruguay 189. Fabrica de Gorras" , etc. (Ver; "Guia del Siglo 1904 y 1905). (Estos fueron destacados dirigentes comunitarios JM)
4.- "En 1907 llegó a Montevideo el primer sefaradi del que se tienen noticias...el Sr. León Cantuni..." (Comunidad Isr. Sefaradi del Uruguay, 50ª Aniversario. 1982) Hay más documentos, pero creo que es suficiente para afirmar, que los primeros judíos que se radicaron en Uruguay, no fueron sefaradies, salvo demostración en contrario.
CI 451420-7
El dato vertido en la nota, a la que hace referencia el lector, fue proporcionado por la investigadora Anabella Loy y es el que ella poseía al realizar su estudio, que dio lugar a la publicación del libro Los sefaradíes en el Uruguay. Memoria de la vieja España.
COMUNIDAD ISRAELITA SEFARADI DEL URUGUAY.
En Octubre 29, 1916, se crea la Sociedad "Jesed Shel Emet" (2) para encargarse de inhumaciones, según el rito judío, encarando la posibilidad de consagrar un cementerio propio. La reunión constitutiva se realizó en el Templo Sefaradí (Reconquista 327).
El Sr. Morón abrió el acto y explicó la razón de la convocatoria. Se designó la primera Comisión Directiva, integrada por David Moron, como Presidente e Isaac Macadar (Vice-Presidente), David Sasson (Secretario), Isaac Abudara (Tesorero), Isaac Cohen (Pro-Tesorero) y como Vocales a Ramón Galante, Jacobo Mizraji, Alejandro Junio, Salomón Balás y David Chalam. Suplentes, Ramón Sasson, Elías Cohen, Elías Barqui e Isaac Baruj (Más adelante la presidirían Isaaac Baruj, Jacobo Mizraji y Victor Benaderet) (8) y (9).
" Entre los años 1917 y 1921 se realizaron tratativas entre ashkenazitas y sefaraditas para compartir el cementerio ya establecido por los primeros en La Paz, sin lograr acuerdo...Entre 1917 / 21, por lo menos dieciséis sefaradim recibieron sepultura en el cementerio aszkenazita."
" El cementerio sefaradí fue consagrado el 24 de mayo de 1923, en La Paz...las dos primeras tumba corresponden a Samuel Esperanza y Alejandro Yaffé enterrados el día inaugural. El segundo había sido sepultado en Set. 5, 1917 en el Cementerio del Buceo, de donde fueron extraídos sus restos" (9)
" En Julio 1932 se reúnen los sefaradim...a fin de crear un único órgano representativo, para lo cual se forma un primer Consejo provisorio encabezado por Jacques Margounato e integrado por Alegre Sasson, Alejandro Hazán, Marcos Algazé, Jacobo Mizraji, Victor Benaderet, Abraham Yacoel, Elías Seroussi y E. Enriquez Sarrano" (10) Nº 1. Entre otros propósitos, se quiere fundar una Sinagoga y Talmud Torá. Esta última se crea en 1932, bajo el nombre "Talmud Torá y Gan Yeladim, Eliezer ben Yehuda", en Buenos Aires 329.
" El 03 de Diciembre 1932 se reúne la electa Asamblea Representativa de la Comunidad Israelita Sefaradí del Uruguay, quienes eligen la primera Comisión Directiva que actuará en la Comunidad. Esta Comisión esta compuesta por Elías Seroussi, Presidente; Vice-Pte, Haim Enriquez Sarrano; Secretario, Aron Jerusalmi; Tesorero, León Margounato. Vocales, Abraham D. Yacoel, David Sasson, Moisés Abudara, Morris Eskenazi, Salvador J. Pinejas..."(8).
La creación en 1932, de la Comunidad Sefaradí, aglutinó a órganos sefaraditas que se fueron creando desde mucho antes, a saber:
" Año 1908...el Templo Shalom, ubicado en Alzaibar 1233 (vivienda del Sr. Acher Soriano), fundado por Barquí, Chiribí; Benaderet, Jacobo; Campeas, Isaac; Cohen, Elías; Issac, Baruj; Junio, Alejandro; Junio, Jasdai; Nachajón, José; Soriano, Acher; Telias, Nissim..."
" Año 1909, en Alzaibar 1233, se funda el primer Talmud Torá para niños y jóvenes sefaradi.."
" Año 1910, fundación de la Sinagoga "de los Forasteros"...(11) Nº 13, Fernando Klein Caballero.
" ...en 1915 se formaron dos entidades. "Ozer Dalim" (Sociedad de Beneficencia) y "Bikur Jolim" (Asistencia de enfermos)...que luego se unirían para formar la Sociedad Israelita Sefaradi de Beneficencia, presidida por Alberto Tuví; David Morón, Secretario y José Perez, Tesorero.
En 1926 se forma una Sociedad de Damas sefaraditas, a iniciativa de las Sras. Matilde Chabon de Isaac y Rosa M. de Nahum...En 1928, actuarían en dicha Comisión las Sras. Renée Abudara, Conda Acher, Rosa Barmaimón, Dora Seroussi y Dora Mazaltov.(8)
En 1930 (1931 ? ) inicia sus actividades el Círculo Social Israelita Sefaradita, presidido por Elías Seroussi.
En Noviembre 21, 1930, se publica una nota firmada por entidades religiosas de Montevideo, dando cuenta de la angustia que les provoca el consumo de carne casher que se ofrece, ya que tienen fundadas dudas sobre su pureza ritual, La nota está firmada por todas las sinagogas y por los Sres. Mazal-Tov, Jajam de los Sefaradim y Elías Seroussi, por el Templo Shalom (12).
En 1935 se contrata como Rabino de la Colectividad Sefaradí al Rav Isaac Algazi. En igual año la realización de un censo sobre los judíos sefaraditas indica que "...estaba integrada por 938 familias...con 3 547 personas, mayoritariamente de Turquía ..." (8).
El 31 de Marzo 1938, la Comunidad Sefaradi, bajo la presidencia de Jacobo Mizraji, compra el inmueble sito en Buenos Aires 329.
La Piedra Fundamental del Templo Sefaradí, de la calle Buenos Aires 232 / 236, es colocada por el Sr. Moisés Margounato... El Sr. Alegre Sasson fue el alma-mater de la construcción del Templo...ayudado por los Sres. Margounato, Salvador Abud, Aron Jerusalmi, Henry Cohen, Jacobo Benmahor, Jacques Petcho, Jack Pinto, Bernard Saúl y muchos otros. (8).
El Templo fue diseñado por el Arquitecto Revello, inspirado en la Sinagoga Portuguesa de Nueva York, siendo ésta a su vez construida siguiendo las líneas de la Sinagoga Portuguesa de Ámsterdam. Se inauguró en 1956, con capacidad para mil personas sentadas.
(2) Jevrá Kedushá (Kadishá): "Sociedad Sagrada" o "Gmilat Jesed shel Emet". Entidad que se encarga de las tareas inherentes al fallecimiento de un judío...sin recibir pago alguno. (Enciclopedia Zadoff). Las colectividades judeo-alemana y sefaradita, crearon también, al principio, estos organismos("Albores del Judaísmo..." Israel Nemirovsky).
(8) Comunidad Israelita Sefaradi del Uruguay. Edición 50º Aniversario, 1982.
(9) "Albores del Judaísmo en el Uruguay" . Israel Nemirovsky. Montevideo, Marzo 1987.
(10) " Revista Familiar Israelita" Montevideo. Redactor Abraham Halpern.
(11) "Toldot" Publicación de la Asociación de Genealogía Judía de Argentina. Buenos Aires.
(12) "Uruguaier Idishe Presse" Diario en yidish. Montevideo.
Por Julio Moskovicz.
En estos días, se publicó en "El Observador" una nota de Andrea Coppes, a propósito de un trabajo de Anabella Loy sobre los judíos uruguayos de origen sefaradí. ("Sefaradies que llegaron para quedarse" por Anabella Loy). Me llama la atención leer que "...Llegaron (a Uruguay)judíos de cuatro procedencias distintas...Los primeros en llegar fueron ...sefaradies....el primero...David Moron 1907..." Existen documentos que señalan otra situación.. Los resumiré en favor del espacio de esta seccion.
1.-"...en el año 1898 llegan familias judías ashkenazitas (no sefaraditas JM)...José Bauman, Nahum Rosenblat y hermanos Manevich...(para oficios religiosos ashkenazitas)..".un Rollo de la Ley fue adquirido en 1904." ("Tzum Moment", Montevideo Julio 1929. Edicion Jevrá Kedushá Aszkenazit).
2.- "...residen en Uruguay (la mayoría en Montevideo) 150 inmigrantes judíos...La familia más antigua ha inmigrado hace 15 años (1895)". Informe Rabino Samuel Halphon ..a JCA, en "Proyecto Dora y Elias Seroussi. Historia Viva de Uruguay e Israel" pág 12.
3.- Algunos ashkenazies otrora establecidos :" Bauman, José. Sombrería. Calle Misiones 168; Manevich y Hno.B. Calle Uruguay 189. Fabrica de Gorras" , etc. (Ver; "Guia del Siglo 1904 y 1905). (Estos fueron destacados dirigentes comunitarios JM)
4.- "En 1907 llegó a Montevideo el primer sefaradi del que se tienen noticias...el Sr. León Cantuni..." (Comunidad Isr. Sefaradi del Uruguay, 50ª Aniversario. 1982) Hay más documentos, pero creo que es suficiente para afirmar, que los primeros judíos que se radicaron en Uruguay, no fueron sefaradies, salvo demostración en contrario.
CI 451420-7
El dato vertido en la nota, a la que hace referencia el lector, fue proporcionado por la investigadora Anabella Loy y es el que ella poseía al realizar su estudio, que dio lugar a la publicación del libro Los sefaradíes en el Uruguay. Memoria de la vieja España.
COMUNIDAD ISRAELITA SEFARADI DEL URUGUAY.
En Octubre 29, 1916, se crea la Sociedad "Jesed Shel Emet" (2) para encargarse de inhumaciones, según el rito judío, encarando la posibilidad de consagrar un cementerio propio. La reunión constitutiva se realizó en el Templo Sefaradí (Reconquista 327).
El Sr. Morón abrió el acto y explicó la razón de la convocatoria. Se designó la primera Comisión Directiva, integrada por David Moron, como Presidente e Isaac Macadar (Vice-Presidente), David Sasson (Secretario), Isaac Abudara (Tesorero), Isaac Cohen (Pro-Tesorero) y como Vocales a Ramón Galante, Jacobo Mizraji, Alejandro Junio, Salomón Balás y David Chalam. Suplentes, Ramón Sasson, Elías Cohen, Elías Barqui e Isaac Baruj (Más adelante la presidirían Isaaac Baruj, Jacobo Mizraji y Victor Benaderet) (8) y (9).
" Entre los años 1917 y 1921 se realizaron tratativas entre ashkenazitas y sefaraditas para compartir el cementerio ya establecido por los primeros en La Paz, sin lograr acuerdo...Entre 1917 / 21, por lo menos dieciséis sefaradim recibieron sepultura en el cementerio aszkenazita."
" El cementerio sefaradí fue consagrado el 24 de mayo de 1923, en La Paz...las dos primeras tumba corresponden a Samuel Esperanza y Alejandro Yaffé enterrados el día inaugural. El segundo había sido sepultado en Set. 5, 1917 en el Cementerio del Buceo, de donde fueron extraídos sus restos" (9)
" En Julio 1932 se reúnen los sefaradim...a fin de crear un único órgano representativo, para lo cual se forma un primer Consejo provisorio encabezado por Jacques Margounato e integrado por Alegre Sasson, Alejandro Hazán, Marcos Algazé, Jacobo Mizraji, Victor Benaderet, Abraham Yacoel, Elías Seroussi y E. Enriquez Sarrano" (10) Nº 1. Entre otros propósitos, se quiere fundar una Sinagoga y Talmud Torá. Esta última se crea en 1932, bajo el nombre "Talmud Torá y Gan Yeladim, Eliezer ben Yehuda", en Buenos Aires 329.
" El 03 de Diciembre 1932 se reúne la electa Asamblea Representativa de la Comunidad Israelita Sefaradí del Uruguay, quienes eligen la primera Comisión Directiva que actuará en la Comunidad. Esta Comisión esta compuesta por Elías Seroussi, Presidente; Vice-Pte, Haim Enriquez Sarrano; Secretario, Aron Jerusalmi; Tesorero, León Margounato. Vocales, Abraham D. Yacoel, David Sasson, Moisés Abudara, Morris Eskenazi, Salvador J. Pinejas..."(8).
La creación en 1932, de la Comunidad Sefaradí, aglutinó a órganos sefaraditas que se fueron creando desde mucho antes, a saber:
" Año 1908...el Templo Shalom, ubicado en Alzaibar 1233 (vivienda del Sr. Acher Soriano), fundado por Barquí, Chiribí; Benaderet, Jacobo; Campeas, Isaac; Cohen, Elías; Issac, Baruj; Junio, Alejandro; Junio, Jasdai; Nachajón, José; Soriano, Acher; Telias, Nissim..."
" Año 1909, en Alzaibar 1233, se funda el primer Talmud Torá para niños y jóvenes sefaradi.."
" Año 1910, fundación de la Sinagoga "de los Forasteros"...(11) Nº 13, Fernando Klein Caballero.
" ...en 1915 se formaron dos entidades. "Ozer Dalim" (Sociedad de Beneficencia) y "Bikur Jolim" (Asistencia de enfermos)...que luego se unirían para formar la Sociedad Israelita Sefaradi de Beneficencia, presidida por Alberto Tuví; David Morón, Secretario y José Perez, Tesorero.
En 1926 se forma una Sociedad de Damas sefaraditas, a iniciativa de las Sras. Matilde Chabon de Isaac y Rosa M. de Nahum...En 1928, actuarían en dicha Comisión las Sras. Renée Abudara, Conda Acher, Rosa Barmaimón, Dora Seroussi y Dora Mazaltov.(8)
En 1930 (1931 ? ) inicia sus actividades el Círculo Social Israelita Sefaradita, presidido por Elías Seroussi.
En Noviembre 21, 1930, se publica una nota firmada por entidades religiosas de Montevideo, dando cuenta de la angustia que les provoca el consumo de carne casher que se ofrece, ya que tienen fundadas dudas sobre su pureza ritual, La nota está firmada por todas las sinagogas y por los Sres. Mazal-Tov, Jajam de los Sefaradim y Elías Seroussi, por el Templo Shalom (12).
En 1935 se contrata como Rabino de la Colectividad Sefaradí al Rav Isaac Algazi. En igual año la realización de un censo sobre los judíos sefaraditas indica que "...estaba integrada por 938 familias...con 3 547 personas, mayoritariamente de Turquía ..." (8).
El 31 de Marzo 1938, la Comunidad Sefaradi, bajo la presidencia de Jacobo Mizraji, compra el inmueble sito en Buenos Aires 329.
La Piedra Fundamental del Templo Sefaradí, de la calle Buenos Aires 232 / 236, es colocada por el Sr. Moisés Margounato... El Sr. Alegre Sasson fue el alma-mater de la construcción del Templo...ayudado por los Sres. Margounato, Salvador Abud, Aron Jerusalmi, Henry Cohen, Jacobo Benmahor, Jacques Petcho, Jack Pinto, Bernard Saúl y muchos otros. (8).
El Templo fue diseñado por el Arquitecto Revello, inspirado en la Sinagoga Portuguesa de Nueva York, siendo ésta a su vez construida siguiendo las líneas de la Sinagoga Portuguesa de Ámsterdam. Se inauguró en 1956, con capacidad para mil personas sentadas.
(2) Jevrá Kedushá (Kadishá): "Sociedad Sagrada" o "Gmilat Jesed shel Emet". Entidad que se encarga de las tareas inherentes al fallecimiento de un judío...sin recibir pago alguno. (Enciclopedia Zadoff). Las colectividades judeo-alemana y sefaradita, crearon también, al principio, estos organismos("Albores del Judaísmo..." Israel Nemirovsky).
(8) Comunidad Israelita Sefaradi del Uruguay. Edición 50º Aniversario, 1982.
(9) "Albores del Judaísmo en el Uruguay" . Israel Nemirovsky. Montevideo, Marzo 1987.
(10) " Revista Familiar Israelita" Montevideo. Redactor Abraham Halpern.
(11) "Toldot" Publicación de la Asociación de Genealogía Judía de Argentina. Buenos Aires.
(12) "Uruguaier Idishe Presse" Diario en yidish. Montevideo.
M. Ed. David Telias
A raíz de la carta de este lector consultamos al investigador David Telias sobre el tema, quien nos brindó el siguiente aporte:
“En respuesta a vuestra consulta, a raíz de los comentarios de un lector ( Julio Moscovicz) sobre el artículo referido a la inmigración judía sefaradí al Uruguay ( Andrea Coppes) , les envío los siguientes comentarios.
Antes que nada debo aclarar que considero la discusión sobre qué sector de la comunidad judía llegó primero al país absolutamente bizantina, pues desde mi punto de vista no sirve más que para un dato estadístico, y no dice nada sobre las cosas realmente importantes, que tienen que ver con el proceso de adaptación de los judíos al Uruguay, y el altamente cualificado aporte que han hecho a la sociedad uruguaya en su conjunto.
Por otro lado, desde un punto de vista historiográfico, no es lo mismo hablar de "presencia", que de corriente migratoria, o de proceso inmigratorio.
Si nos quisiéramos referir a “presencia” sefaradí en nuestras tierras, entonces tendríamos que ir a los tiempos de la colonia, pues es más que sabido que ya en los siglos XVI y XVII llegaron a estas tierras judíos conversos, de origen sefaradí, escapando de la inquisición española. Claro está que ellos no tienen luego contacto y/o continuidad con la comunidad sefaradí que se formó en Uruguay a inicios del siglo XX.
En cuanto a los comentarios que vuestro lector hace, la respuesta más concreta la brindan las investigaciones de Teresa Porzecanski, en un libro que se llama “El Universo Cultural del Idisch”, en las páginas 30 y 31 cuando, luego de recoger todos los datos que vuestro lector da y algunos más concluye: “Esta información demostraría que la inmigración judía al Uruguay, sería anterior a principios de siglo (se refiere a Siglo XX), y estaría relacionada con la que en 1877 se fundó una Congregación Israelita en la República Argentina.
Beitner señala que “los primeros judíos se infiltraron de la cercana Argentina y no inmigraron de más allá del océano” No serían judíos llegados directamente al Uruguay [y esto es algo de lo que tenemos que tener en cuenta si queremos hablar de un proceso inmigratorio al Uruguay], quienes hacia fines del siglo XIX, habrían decidido cruzar el Río de la Plata para instalarse en un país que, allende al mar, era escasamente conocido como posible lugar de inmigración. Siguiendo esta línea de pensamiento, los primeros inmigrantes directos desde sus países de origen, no habrían llegado al país antes de 1918. y los primeros en llegar, lo habrían hecho desde la vecina orilla circa 1905, siendo Sefaradíes” (la negrita es mía).
En definitiva, y como puede verse, todo depende de qué consideremos inmigración y cómo podamos conectar la llegada de estos precursores con la construcción comunitaria que pervive al día de hoy.
El informe del Rabino Halphon que vuestro lector menciona, dice que la mayoría de los judíos que en ese momento vivían en Uruguay, procedían de la Argentina, en definitiva se está manejando el contexto rioplatense y no el uruguayo específicamente como destino inmigratorio.
Si utilizamos este criterio, también Teresa Porzecanski, en "Historias de Vida de Inmigrantes Judíos al Uruguay", cita lo siguiente: "Los judíos sefaraditas que llegaron como tales al Río de la Plata, lo hicieron en 1875, provenientes de Marruecos (...) y constituían un elemento que conocía el castellano y se adaptó fácilmente. Pero el grueso de los sefaradíes llegaron a principios del siglo XX".
Para concluir, y volviendo a la primer cita de Porzecanski, el tema es si consideramos "presencias", que además en su 90 % (tanto para sefaradim como para ashkenazim) no eran estables en este país sino que deambulaban de puerto en puerto entre Buenos Aires y Montevideo, como corriente inmigratoria o no.
En definitiva, debo decir que la historiografía sobre el tema (no sé si habrá algún material al respecto que desconozca pero lo dudo), coincide en que, la corriente inmigratoria sefaradí hacia el Uruguay comenzó en la primer década de 1900 e iría acabándose hacia 1930 (luego vuelven a ser sólo "presencias"), mientras que la ashkenazí hacia el Uruguay (había corrientes muy fuertes hacia USA y Palestina en esos tiempos), comenzó con la primer guerra mundial, principalmente hacia el final, y se extendió hasta por lo menos 1947/48 con los sobrevivientes de la Shoá, el Holocausto al pueblo judío perpetrado por los nazis.
Espero haber aclarado algo.
Atentos saludos.
M.Ed. David Telias
Coordinador de Estudios Judaicos
Universidad ORT Uruguay
“En respuesta a vuestra consulta, a raíz de los comentarios de un lector ( Julio Moscovicz) sobre el artículo referido a la inmigración judía sefaradí al Uruguay ( Andrea Coppes) , les envío los siguientes comentarios.
Antes que nada debo aclarar que considero la discusión sobre qué sector de la comunidad judía llegó primero al país absolutamente bizantina, pues desde mi punto de vista no sirve más que para un dato estadístico, y no dice nada sobre las cosas realmente importantes, que tienen que ver con el proceso de adaptación de los judíos al Uruguay, y el altamente cualificado aporte que han hecho a la sociedad uruguaya en su conjunto.
Por otro lado, desde un punto de vista historiográfico, no es lo mismo hablar de "presencia", que de corriente migratoria, o de proceso inmigratorio.
Si nos quisiéramos referir a “presencia” sefaradí en nuestras tierras, entonces tendríamos que ir a los tiempos de la colonia, pues es más que sabido que ya en los siglos XVI y XVII llegaron a estas tierras judíos conversos, de origen sefaradí, escapando de la inquisición española. Claro está que ellos no tienen luego contacto y/o continuidad con la comunidad sefaradí que se formó en Uruguay a inicios del siglo XX.
En cuanto a los comentarios que vuestro lector hace, la respuesta más concreta la brindan las investigaciones de Teresa Porzecanski, en un libro que se llama “El Universo Cultural del Idisch”, en las páginas 30 y 31 cuando, luego de recoger todos los datos que vuestro lector da y algunos más concluye: “Esta información demostraría que la inmigración judía al Uruguay, sería anterior a principios de siglo (se refiere a Siglo XX), y estaría relacionada con la que en 1877 se fundó una Congregación Israelita en la República Argentina.
Beitner señala que “los primeros judíos se infiltraron de la cercana Argentina y no inmigraron de más allá del océano” No serían judíos llegados directamente al Uruguay [y esto es algo de lo que tenemos que tener en cuenta si queremos hablar de un proceso inmigratorio al Uruguay], quienes hacia fines del siglo XIX, habrían decidido cruzar el Río de la Plata para instalarse en un país que, allende al mar, era escasamente conocido como posible lugar de inmigración. Siguiendo esta línea de pensamiento, los primeros inmigrantes directos desde sus países de origen, no habrían llegado al país antes de 1918. y los primeros en llegar, lo habrían hecho desde la vecina orilla circa 1905, siendo Sefaradíes” (la negrita es mía).
En definitiva, y como puede verse, todo depende de qué consideremos inmigración y cómo podamos conectar la llegada de estos precursores con la construcción comunitaria que pervive al día de hoy.
El informe del Rabino Halphon que vuestro lector menciona, dice que la mayoría de los judíos que en ese momento vivían en Uruguay, procedían de la Argentina, en definitiva se está manejando el contexto rioplatense y no el uruguayo específicamente como destino inmigratorio.
Si utilizamos este criterio, también Teresa Porzecanski, en "Historias de Vida de Inmigrantes Judíos al Uruguay", cita lo siguiente: "Los judíos sefaraditas que llegaron como tales al Río de la Plata, lo hicieron en 1875, provenientes de Marruecos (...) y constituían un elemento que conocía el castellano y se adaptó fácilmente. Pero el grueso de los sefaradíes llegaron a principios del siglo XX".
Para concluir, y volviendo a la primer cita de Porzecanski, el tema es si consideramos "presencias", que además en su 90 % (tanto para sefaradim como para ashkenazim) no eran estables en este país sino que deambulaban de puerto en puerto entre Buenos Aires y Montevideo, como corriente inmigratoria o no.
En definitiva, debo decir que la historiografía sobre el tema (no sé si habrá algún material al respecto que desconozca pero lo dudo), coincide en que, la corriente inmigratoria sefaradí hacia el Uruguay comenzó en la primer década de 1900 e iría acabándose hacia 1930 (luego vuelven a ser sólo "presencias"), mientras que la ashkenazí hacia el Uruguay (había corrientes muy fuertes hacia USA y Palestina en esos tiempos), comenzó con la primer guerra mundial, principalmente hacia el final, y se extendió hasta por lo menos 1947/48 con los sobrevivientes de la Shoá, el Holocausto al pueblo judío perpetrado por los nazis.
Espero haber aclarado algo.
Atentos saludos.
M.Ed. David Telias
Coordinador de Estudios Judaicos
Universidad ORT Uruguay
Asilo de Ancianos y Huerfanos Israelitas del Uruguay. Burgues 3178. Balance General de Julio de 1958 a junio de 1959.
Sr. Consocio: La Comisión Directiva del Asilo de Ancianos y Huérfanos Israelitas del Uruguay tiene el honor de invitar a Ud. a la Asamblea General Ordinaria que habrá de realizarse el Domingo 13 de Setiembre de 1959 a la hora 9 en punto en la sede de la Kehilá, Calle Durazno 1118.
Impreso en Imprenta Margulies. Material gentileza del Cr. Isaac Margulies.
ASILO DE ANCIANOS Y HUÉRFANOS ISRAELITAS DEL URUGUAY
INTRODUCCION ( Jai.com.uy).
Julio Moskovicz
Montevideo, Mayo 2008.
Esta Historia intenta abarcar el devenir del Asilo desde su fundación en 1937 hasta 1985. Para lograrlo, se consultaron publicaciones varias (Boletín, diarios) y se accedió a los Libros de Actas disponibles del Asilo de Ancianos y Huérfanos Israelitas del Uruguay ( en adelante, Asilo). (1)
Algunos de estos Libros no pudieron ubicarse (uno o dos), no fundamentales para esta investigación.
Elegimos historiar el Asilo, por varios motivos. El primero, obvio, no existía una historia exhaustiva.
Otras motivaciones fueron: el Asilo es una institución única. No es política, como objetivo fundacional. Tampoco es cultural, científica, ideológica, religiosa, etc. Fue creada para amparar a ancianos desvalidos, donde fueron recibidos con los brazos abiertos y a quienes se procuró brindar el mejor calor humano hasta sus últimos días.
En los primeros tiempos se cobijó a huérfanos, los que, al llegar a edad responsable, emprendieron sus caminos, fortalecidos con educación y oficios.
En las hojas finales de esta Historia, se detallan activistas-voluntarios, por alfabeto y con indicación del año que comenzó su vinculación con el Asilo. Los nombres se obtuvieron de publicaciones y Actas. Es posible que falte algún nombre, como tampoco se mencionan los numerosos colaboradores (no directivos) que habitualmente brindaron apoyo.
Por último, la elección de esta Historia, obedece a que, para sostener una institución con estas responsabilidades (¡nada menos que seres humanos!), se necesitan agallas, dedicación y disposición para superar momentos difíciles, que los hubieron.
En el año 1937 se tiene la primera noticia sobre la preocupación de distintos activistas de la Comunidad judía del Uruguay, de crear un asilo que provea amparo a los ancianos judíos indigentes. Esta es su Historia.
GENESIS
Donde quiera que moren judíos y no importa porqué situaciones atraviesen (buenas o malas), se inclinan ante la Corona de la Tzedaká (Caridad), asumiendo las leyes que nos rigen, como está escrito:
"Nunca faltarán pobres en la Tierra, por lo cual te ordeno que abras firmemente tu mano a tu hermano y todo menesteroso que viva en tu tierra" Devarim 15-11. Y estos son los primeros testimonios:
"... los Sres. León Halpern y Samuel Flom nos visitaron para comunicar...que se decidió...crear un Moshav Zkenim (Hospicio de Ancianos). Julio 1937. (1)
" La Comisión Provisoria continúa enérgicamente con los trabajos para preparar una Asamblea General (de simpatizantes). La población judía responde solidariamente frente a esta iniciativa (creación de un Moshav Zkenim)...." (2)
"Tengo ante mi vista el Libro de Actas, donde figura la fundación del Farain Moshav Szkenim fechado el 28 de Julio 1937" (yiddish)
"El período fundacional del Moshav Zkenim", Boris Reznikovich , en "Boletín Asilo, 30º Aniversario"1967.
"En Ago 02,1937...se eligieron a León Halpern e Isaac Levitin, como Presidente y Vice; Tesorero y Vice, Gold y Shapiro; Secretario y Pro, Bensión Rudin e Hirshfeld; Fiscales, Samuel Flom y Broida, Vocales, Moisés Novogrobelsky, Ishajar Frutjt, Pinjas Nachmanzon, Vidovsky, Yiejiel Buki y Martin Jastrob...Flom y Levitin se encargarían del amoblamiento" (3).
AVISO.
" Moshav Zkenim para Montevideo. ¡Ayude al anciano ! ¡Apoye a quienes nos sostuvieron!
" Ayude a crear el más importante refugio para la colectividad judía.
¡Suscríbase como socio! Llame a los teléfonos 84108 (Centro) y 26701 (Goes). Aviso publicado en varias ediciones. (4).
" ...el Sr. Samuel Flom informa que se alquiló una casa-quinta en Millán 4298. ...los Sres. Frujt y Novogrobelsky se encargarán de proveer lo necesario para ser ocupada...los empleados de la Coop. de Cuentenikes "(de la calle 25 de Mayo) han decidido apoyar al Asilo con un festival ..." (5).
PRIMER REFUGIO
" Con el arrendamiento de una amplia casa-habitación en Av. Millán 4296, esq. Instrucciones, comienza sus actividades el Asilo de Ancianos y Huérfanos Israelitas del Uruguay (Ago 23, 1937) fruto de reuniones entre activistas judíos realizadas en la vivienda de la calle Maldonado 987..." (6).
1937. La Comisión Provisoria del Asilo de Ancianos y Huérfanos dispone inaugurarlo en Setiembre 30 1937 y realizar el Janukat ha-Bait (consagración de inauguración) en Setiembre 17, 1937. Se designan nuevas autoridades (a regir hasta la Asamblea formal), recayendo el cargo de Administrador en el Dr. Iekutiel Shenkman.
La primera Comisión Directiva, integrada luego de la aprobación legal de los Estatutos del Asilo, recayó en León Halpern (Pte), Yejiel Buka (Srio), acompañado por Santiago Eisenberg, Guinsburg, Frujt y otros. (7).
REGLAMENTOS. ASILADOS
Aunque recién en Marzo 1942, el Gobierno uruguayo aprobó los Estatutos del Asilo, gestionados por el Dr. Sayagués Laso, las Normas de ayuda al anciano ya regían desde el primer día. Se difundió la fundación del Asilo y se exhortó a todo indigente a acogerse a su amparo. Estos debían ser mayores de 60 años (ocasionalmente se hicieron excepciones), indigentes, desamparados, sin familiares en condiciones de mantenerlos. Los jubilados debían aportar el 65% de su pasividad, para ayudar a su sostén.
Se presentaban situaciones angustiosas: ancianos con desequilibrio mental, o enfermos crónicos o con familiares con posibilidad de sostenerlos e incluso menores de 60 años. Estas contingencias obligaban a difíciles decisiones negativas. El Asilo no podía asumir la atención de enfermos, pues no estaba preparado para ello ni contaba con equipamiento médico. Tampoco podía cobijar a gente no-anciana, pues las condiciones financieras eran extremadamente limitadas, sumadas a la falta de espacio y además desvirtuaba los propósitos fundacionales. Los niños huérfanos a amparar, debían tener entre 5 y 12 años. Se admitían sólo varones, limitación ligada a falta de espacio que posibilitara separación por sexos.
Hubo situaciones donde los niños padecían extremas limitaciones, hijos de padres paupérrimos. También eran admitidos. Fue preocupación amparar a ancianos asilados en el Piñeyro del Campo (8). La falta de espacio en el Asilo propio impedía reubicarlos.
A lo largo del tiempo, el cuidado de la salud en el Asilo Israelita estuvo a cargo de la Mutualista Israelita (1945).
En los difíciles primeros momentos, esta Mutualista aportó invalorable comprensión y colaboración. Más adelante (1956) se contó con el Centro Médico Israelita , finalizando con MIDU, donde se afilió a los carentes de cobertura médica.
No existen registros estadísticos sobre población del Asilo. Se puede estimar que habían 12 niños en edad escolar en 1944 (1955, último dato sobre huérfanos). Residían 110 ancianos (1956); 150 (1969) y 140 (1976)
SOLIDARIDAD COLECTIVA
A lo largo de su historia, el Asilo tuvo que sortear muchas dificultades, porque el rol asumido por sus activistas era muy delicado. Por un lado se asumió como meta amparar a ancianos y huérfanos, sin imaginar las ilimitadas exigencias financieras que esto requería y por otro lado, la gran mayoría de la colectividad judía estaba formada por inmigrantes carentes de recursos y por ende, con limitadas posibilidades de aportes para el Asilo. El diario vivir de un asilo, no tiene parangón, pues los asilados deben recibir diariamente alimentos, vestuario, alojamiento, calefacción, atención médica. Esto es día y noche, hábiles o feriados. Desafiados por la disyuntiva "Responsabilidades versus Recursos", los tenaces activistas de aquellas épocas de pobreza se dedicaron a golpear todas las puertas ... y obtuvieron alentadoras respuestas.
" Existe en el Asilo (1967) una Comisión de Fiestas, encabezada por el Sr. Moisés Levcovich. La labor de la misma merece nuestro más sincero reconocimiento. No hay casi fiestas judías que no cuenten con la "presencia abnegada de los Levcovich, Salomón, Kaufman o Fertig para colectar fondos ...Hay casos que en una misma noche deben visitar más de una celebración." "...las contribuciones eran de $ 0.20, 0.30, pocas de $0.50 y muy raras las de $1.00 " (Un millar de ladrillos costaba $15.) (6).
Nada era fácil. El Personal del Asilo hacía sus planteos "por condiciones de trabajo, escalafones y salarios".
(Habían discrepancias sobre el Grupo Salarial que correspondía al Asilo). En Dic. 1968 estalló una huelga y su solución obligó a mayores costos de funcionamiento.
Desde el primer día se realizaron campañas pro-socios. La cuota en 1943 era de $ 0.50. En Agosto 1944, habían 350 socios. Se lograron socios protectores por $1.oo. (9). La Kehilá fijó un subsidio mensual de $50.
Hubo una donación de 18 frazadas (la primera que consignan las Actas). La Comisión de Damas estuvo en campaña diaria, abordando a fabricantes y logrando lienzos y zapatillas (Alpargatas), frazadas (Campomar) camas, almohadas, sábanas, ropa para niños y ancianos, útiles escolares, calzados, asistencia médica de ORT/OSE (en los primeros tiempos). Se recibieron (1945) aportes de Dolores, Minas, Rocha, fruto de colectas. Con una donación de N. de P. se abre una fuente de recursos con la colocación de placas recordatorias
de familiares. En 1946 la Nueva Congregación Israelita comienza a subsidiar el Asilo, con $25.oo, aumentan gradualmente el monto, como también lo hicieron las restantes Comunidades.
En 1948 la Comunidad Sefaradí entrega $11.000, en cuya cifra se incluye su primer aporte para construir un pabellón. La B´nei B´rith realiza anualmente un Té-beneficio, obteniendo en 1948, $2.000. Se obtuvieron importantes donaciones, por la nominación de 13 camas del Asilo, en recordación de familiares. En 1950 la Comisión de Damas húngaras compromete un aporte mensual de $15.oo. La empresa Bunge & Born hace una importante donación en efectivo. Las inauguraciones edilicias, las ceremonias en la Sinagoga, (Bar Mitzvot, Yamim Norayim, etc.) constituyeron fuentes de ingresos. La Familia Henry Cohen apoyó permanentemente, además de donar un Pabellón. En 1968 comenzaron a venderse inmuebles, por legados recibidos.
Cada asilado costaba $ 70 por mes (1950). Las placas de recordación que tapizan los corredores del Asilo, son testigos de la solidaridad de la Colectividad.
TECHO PROPIO
En Enero 1943 se compra un lote de tres terrenos en la esquina Pedro Margat y Ramón Marquez (Padrón 81 924) "con mejoras" (10) por $18.725. En la Asamblea de Agosto 1944, se toma nota que este llamado "Pabellón Viejo" está totalmente ocupado por huérfanos y ancianos. El Presidente Sr. Jaime Weitzman informa sobre muchas admisiones pendientes y declara impostergable construir un nuevo pabellón para 60 personas, amén de separar los niños de los ancianos. Esta propuesta es aceptada y el Sr. Alegre Sasson acepta encabezar la Comisión pro Pabellón.
En Marzo de 1947 se recibe un borrador de Convenio propuesto por el Sr. Gustavo Talheimer, Socio Honorario del Asilo. (Refiere al deseo de edificar un nuevo pabellón). Éste consistía en un aporte de $25.000 de la familia Talheimer, estableciendo que el Pabellón sería co-administrado por esta Familia, la Nueva Congregación Israelita (NCI) y la Asoc. Filantrópica alemana (Afilantis) y también el Asilo. Como el propuesto convenio se desviaba de lo estipulado en los Estatutos, el Asilo lo desechó.
En Octubre 1948, el Asilo culminó tratativas, adquiriendo el terreno lindero frente a las calles Burgues, Ramón Marquez y P. Margat, por $60.000 (mts. 4.010), donde más adelante se levantaría un pabellón.
La inauguración del Pabellón, se realizó en Julio 1951. Se descubrió una placa conmemorativa y se mencionó a quienes hicieron los mayores esfuerzos para tal fin: Comunidad Israelita (Aszk), Com. Sefaradi, Bnéi Berith, Banco Palestino-Uruguayo, Joint. (En Actas consta la gran adhesión de todo el Yishuv del Uruguay).
En Setiembre 27, 1959, se colocó la Piedra Fundamental para la erección de un nuevo Pabellón (11) y el 30 de Octubre 1962, al culminar la construcción, se realizó su inauguración (Janukat ha-Bait) (12)
El Pabellón a nombre de Eugenia Sinai de Cohen (donado por la Familia Henry Cohen), tuvo su inicio con la colocación de la Piedra Fundamental el 17 de Agosto, 1969 y su habilitación se realizó en Julio 05, 1970.
El 24 de Marzo 1985, se inauguró un Sector conocido como "Pabellón Jerusalmi" (13). Fué promovido por la Kehilá aszk. (Comision de Ezrah), con participación de la Sociedad de Damas y Ajim Rajmonim (ambas organizaciones filantrópicas). Su finalidad era concentrar en un solo lugar a personas discapacitadas que eran sostenidas en dispersas casas de salud. Su culminación fue muy engorrosa, pues amén del alto costo, implicaba crear un servicio médico completo (nurses, farmacia, asistentas, médicos, alimentación especial)
La responsabilidad material y social resultó a la larga a cargo del Asilo. Los fondos que éste debía recibir, como parte del pacto, incluyendo la infraestructura médica, resultaron impuntuales y poco serios, razón por
la cual el Asilo declinó responsabilidad y el Pabellón, a la larga, tuvo otros destinos.
A lo largo de 1977 se estudió la propuesta de una persona adinerada (J.S.) que quería donar un pabellón. El tema fue abordado por el Asilo con absoluta seriedad, pues el proponente incluso había encargado proyectos a un Estudio de arquitectos. (En esa época era imperioso sustituir el Pabellón Viejo por otro, pues éste siempre requería reciclajes muy costosos). Finalmente ante las condiciones que imponía el proponente, incompatibles con los fines del Asilo, se desechó la propuesta.
OBSERVANCIA RELIGIOSA
En la época de creación del Asilo, con una colectividad donde la primera generación de inmigrantes tenía un fuerte apego a la observancia de la religión judía, los Estatutos del Asilo reflejaban este espíritu. El Capítulo 1º, inc. B, incluía " Asilar..dentro del espíritu nacional israelita religioso...".
Los huérfanos recibían educación judía nacional-religiosa. Desde su creación, en el Asilo se perpetuó cuidar el rito judío, con observancia del sábado y fechas conmemorativas. Se contaba con un supervisor religioso (mashguiaj) para alimentación y otros items. como así, desde el primer día, se oficiaba en la Sinagoga diariamente, siendo voluntaria la concurrencia. En Rosh Hashaná, Yom Kippur, Pesaj, Sucot, la Sinagoga era frecuentada también por muchos feligreses no-residentes. Se invitaba a asistir a las celebraciones. (14)
Desde 1939, el Sr. José Rubinstein se desveló por su normal funcionamiento, lo que fue reconocido siendo nombrado Miembro Honorario- Vitalicio (15).
Un Sefer Torá (Rollo de la Ley) fue donado por el Sr. Abraham Watman (16). En Feb. 1968 se destacó la recepción de otro Sefer a nombre del Sr. Moisés Milies (17). En 1975 el Sr. Jaime Augustower financió el reciclaje de la Sinagoga. (18) En Dic 1976, se culminaron mejoras en la misma, con una celebración. (19).
IMPULSORES. CONDUCTORES. EJECUTIVOS
Los promotores-fundacionales del Asilo, honrando el precepto de "...dar Tzedaká " (Caridad), se propusieron "... considerad a los huérfanos, defended a la viuda..." Isaías I-17.
La primera Comisión Directiva, (1937) luego de aprobados Estatutos, la integraron León Halpern (P); Yejiel Buki (S) y Santiago Eisenberg,(T). (20)
Para el período 1939/ Mar1943, fueron electos Santiago Eisenberg (P), Chil Lerman (S) y Benjamin Jusid (T).
La Comisión de Damas la integraban Raquel de Gelis, Gisela Blaustein (P), Amalia Blumberg y Lola Kohn.
En Marzo 1943 fueron electos León Halpern (P), Roman Gutfrainf (S) yiddish y Moisés Margounato (T).
Jaime Weitzman fué electo Vice-Presidente y sustituyó al renunciante León Halpern.
Las autoridades se renovaban anualmente, por mitades. En 1944, son electos Jaime Weitzman (P), Samuel Licht (S) y Moisés Silberman, (T) y Sofia de Walfisch, Presidenta Com. De Damas.
Por nueve años (hasta 1952) fue Presidente Jaime Weitzman. Entretanto, actuaron sucesivamente en Secretaría, Oscar Ehrlich , Dr. Werner Holz e Israel Kelijman y en Tesorería, Moisés Trosman y Fernando Rosen.
(Para completar información, consultar Anexo "Askanim")
Los dirigentes consideraron que debían honrar a quienes dedicaron lo mejor en pro del Asilo. Fue así que fueron distinguidos, como Socio Honorario y/o Presidente de Honor y/o Socio Vitalicio, los Sres. José Rubinstein, Gustavo Talheimer, Israel Jefroykin, la Sra. Gisela Blaustein, Abraham Puyeski, Jacobo Vilensky, Gregorio Klingerman, Jaime Weitzman, León Halpern, Abraham Watman, Salomón Leinwhol (Joint), Rafael Cohen, Moisés Levcovich. Fueron honrados con medallas Luis Erlijman y Oscar Lassner. (21).
La gran mayoría de los profesionales que esporádicamente eran consultados, asistiendo al Asilo, cedían voluntariamente sus honorarios. Fueron médicos, abogados, escribanos, arquitectos, etc.
Las finanzas del Asilo, desde el inicio, fueron auditadas por Contadores, algunos de los cuales, excediendo sus cometidos, se involucraron en las Comisiones, aportando experiencia y consejo. Cabe destacar a León Buka (períodos iniciados en 1945 y 1964) e Isaac Margulies (1965 / 1985, con intervalos).
Administrar un asilo requiere permanente dedicación, las 24 horas del día, a lo largo de todo el año. Se necesita experiencia para atender a una población que algunas veces llegó a 150 ancianos; organizar suministros puntualmente, observar y aconsejar carencias edilicias, dirigir un numeroso personal, con disímiles tareas, orientar a familiares de asilados, diligenciar decisiones de los directivos. En 1973 en la plantilla del personal figuraban 36 personas, que debían atender, en turnos de seis horas, 81 habitaciones, 50 baños, corredores, ventanas, etc., ocupados por casi 150 ancianos asilados.
Tuvo el Asilo a lo largo de los años, varios Administradores, con distintos desempeños. Durante un período dilatado (31 años: 1969-75; 1978-2002) la responsabilidad fue asumida por la nurse Sra. Raquel Artenstein.
NOTAS
(1) (2) Diario "Folksblatt" yiddish. Julio 20 y 27 1937.
(3)(4)(5) Ibid. Agosto 05, 06 y 12, 1937
(6) y (7) Boletín "30ª Aniversario, Asilo."
El grupo fundador del Asilo inició sus reuniones en Maldonado 987 (vivienda particular); luego, en la calle Buenos Aires 523 (Sdad. Isr. Polaca), pasando después a Andes 1168 (sede WIZO), para finalmente
en 1950 trasladar sus oficinas a la sede propia, Burgues 3178.
(8) Una delegación visitó "los asilos del Estado" y tomó nota de los judíos internados (Acta Dic. 1945). Otra (Feb. 1946) ubicó en dos asilos a 3 niños y 3 ancianos, otorgando a éstos un subsidio mensual de $4.oo. Ver Acta Junio 25, 1967
(9) Las colectas en fiestas sólo eran realizadas pro-Eretz Israel, a través del KKL local. Recién en 1964 el Asilo pudo acceder a esta fuente de recursos, para lo cual contó con muchos voluntarios.
(10) Las "mejoras" era una construcción de tres plantas, sobre R. Márquez en estado semi-ruinoso, conocido luego como "Pabellón Viejo" . Su rehabilitación edilicia insumió altos costos y continuos problemas.
En Julio 1967 albergada a 14 ancianos. El primer reciclaje culminó en Abril 1969; otro, se terminó en Julio 1977.
(11) Diario "Haint" yiddish. Set. 28, 1959.
(12) Ibid . Set. 18 y 23.
(13) El Pabellón se conoció como "Jerusalmi", porque esta familia adhirió a esta iniciativa, aportando la mayor (?) contribución, a través de la Kehilá aszk.
(14) Diario "Haint" (Set. 29,1959) " Exhortación a asistir en Burgues 3178 a los oficios de las Altas Fiestas donde oficiarán los jazanim Abraham Watman y Pinjas Malamud".
(15) Acta Julio 29, 1945.
(16) En Dic. 1956 fue consagrada esta donación, con una celebración ritual (Jaguigá Sium ha-Sefer Torá).
(17) Ver "Libro de Honor" del Asilo. Estos datos surgen de actuaciones a las que se tuvo acceso. No se pudo ubicar algunos Libros de Actas.
(19) Aviso en el diario "Haint" Dic 12, 1976 y Acta de Ene 04, 1977.
(20) En adelante, las iniciales corresponden, (P), a Presidente; (S), Secretario y (T), Tesorero.
(21) Libros de Actas. (Fueron consultados los Libros de Actas disponibles. Cronológicamente, algunos no fueron ubicados. El autor entendió que investigando hasta el año 1985 era suficiente para los efectos de esta Historia. Nombres y cargos de activistas fueron también obtenidos por publicaciones)..
ASILO DE ANCIANOS Y HUÉRFANOS ISRAELITAS DEL URUGUAY *
Detalle de activistas y cargos desempeñados
INTRODUCCION ( Jai.com.uy).
Julio Moskovicz
Montevideo, Mayo 2008.
Esta Historia intenta abarcar el devenir del Asilo desde su fundación en 1937 hasta 1985. Para lograrlo, se consultaron publicaciones varias (Boletín, diarios) y se accedió a los Libros de Actas disponibles del Asilo de Ancianos y Huérfanos Israelitas del Uruguay ( en adelante, Asilo). (1)
Algunos de estos Libros no pudieron ubicarse (uno o dos), no fundamentales para esta investigación.
Elegimos historiar el Asilo, por varios motivos. El primero, obvio, no existía una historia exhaustiva.
Otras motivaciones fueron: el Asilo es una institución única. No es política, como objetivo fundacional. Tampoco es cultural, científica, ideológica, religiosa, etc. Fue creada para amparar a ancianos desvalidos, donde fueron recibidos con los brazos abiertos y a quienes se procuró brindar el mejor calor humano hasta sus últimos días.
En los primeros tiempos se cobijó a huérfanos, los que, al llegar a edad responsable, emprendieron sus caminos, fortalecidos con educación y oficios.
En las hojas finales de esta Historia, se detallan activistas-voluntarios, por alfabeto y con indicación del año que comenzó su vinculación con el Asilo. Los nombres se obtuvieron de publicaciones y Actas. Es posible que falte algún nombre, como tampoco se mencionan los numerosos colaboradores (no directivos) que habitualmente brindaron apoyo.
Por último, la elección de esta Historia, obedece a que, para sostener una institución con estas responsabilidades (¡nada menos que seres humanos!), se necesitan agallas, dedicación y disposición para superar momentos difíciles, que los hubieron.
En el año 1937 se tiene la primera noticia sobre la preocupación de distintos activistas de la Comunidad judía del Uruguay, de crear un asilo que provea amparo a los ancianos judíos indigentes. Esta es su Historia.
GENESIS
Donde quiera que moren judíos y no importa porqué situaciones atraviesen (buenas o malas), se inclinan ante la Corona de la Tzedaká (Caridad), asumiendo las leyes que nos rigen, como está escrito:
"Nunca faltarán pobres en la Tierra, por lo cual te ordeno que abras firmemente tu mano a tu hermano y todo menesteroso que viva en tu tierra" Devarim 15-11. Y estos son los primeros testimonios:
"... los Sres. León Halpern y Samuel Flom nos visitaron para comunicar...que se decidió...crear un Moshav Zkenim (Hospicio de Ancianos). Julio 1937. (1)
" La Comisión Provisoria continúa enérgicamente con los trabajos para preparar una Asamblea General (de simpatizantes). La población judía responde solidariamente frente a esta iniciativa (creación de un Moshav Zkenim)...." (2)
"Tengo ante mi vista el Libro de Actas, donde figura la fundación del Farain Moshav Szkenim fechado el 28 de Julio 1937" (yiddish)
"El período fundacional del Moshav Zkenim", Boris Reznikovich , en "Boletín Asilo, 30º Aniversario"1967.
"En Ago 02,1937...se eligieron a León Halpern e Isaac Levitin, como Presidente y Vice; Tesorero y Vice, Gold y Shapiro; Secretario y Pro, Bensión Rudin e Hirshfeld; Fiscales, Samuel Flom y Broida, Vocales, Moisés Novogrobelsky, Ishajar Frutjt, Pinjas Nachmanzon, Vidovsky, Yiejiel Buki y Martin Jastrob...Flom y Levitin se encargarían del amoblamiento" (3).
AVISO.
" Moshav Zkenim para Montevideo. ¡Ayude al anciano ! ¡Apoye a quienes nos sostuvieron!
" Ayude a crear el más importante refugio para la colectividad judía.
¡Suscríbase como socio! Llame a los teléfonos 84108 (Centro) y 26701 (Goes). Aviso publicado en varias ediciones. (4).
" ...el Sr. Samuel Flom informa que se alquiló una casa-quinta en Millán 4298. ...los Sres. Frujt y Novogrobelsky se encargarán de proveer lo necesario para ser ocupada...los empleados de la Coop. de Cuentenikes "(de la calle 25 de Mayo) han decidido apoyar al Asilo con un festival ..." (5).
PRIMER REFUGIO
" Con el arrendamiento de una amplia casa-habitación en Av. Millán 4296, esq. Instrucciones, comienza sus actividades el Asilo de Ancianos y Huérfanos Israelitas del Uruguay (Ago 23, 1937) fruto de reuniones entre activistas judíos realizadas en la vivienda de la calle Maldonado 987..." (6).
1937. La Comisión Provisoria del Asilo de Ancianos y Huérfanos dispone inaugurarlo en Setiembre 30 1937 y realizar el Janukat ha-Bait (consagración de inauguración) en Setiembre 17, 1937. Se designan nuevas autoridades (a regir hasta la Asamblea formal), recayendo el cargo de Administrador en el Dr. Iekutiel Shenkman.
La primera Comisión Directiva, integrada luego de la aprobación legal de los Estatutos del Asilo, recayó en León Halpern (Pte), Yejiel Buka (Srio), acompañado por Santiago Eisenberg, Guinsburg, Frujt y otros. (7).
REGLAMENTOS. ASILADOS
Aunque recién en Marzo 1942, el Gobierno uruguayo aprobó los Estatutos del Asilo, gestionados por el Dr. Sayagués Laso, las Normas de ayuda al anciano ya regían desde el primer día. Se difundió la fundación del Asilo y se exhortó a todo indigente a acogerse a su amparo. Estos debían ser mayores de 60 años (ocasionalmente se hicieron excepciones), indigentes, desamparados, sin familiares en condiciones de mantenerlos. Los jubilados debían aportar el 65% de su pasividad, para ayudar a su sostén.
Se presentaban situaciones angustiosas: ancianos con desequilibrio mental, o enfermos crónicos o con familiares con posibilidad de sostenerlos e incluso menores de 60 años. Estas contingencias obligaban a difíciles decisiones negativas. El Asilo no podía asumir la atención de enfermos, pues no estaba preparado para ello ni contaba con equipamiento médico. Tampoco podía cobijar a gente no-anciana, pues las condiciones financieras eran extremadamente limitadas, sumadas a la falta de espacio y además desvirtuaba los propósitos fundacionales. Los niños huérfanos a amparar, debían tener entre 5 y 12 años. Se admitían sólo varones, limitación ligada a falta de espacio que posibilitara separación por sexos.
Hubo situaciones donde los niños padecían extremas limitaciones, hijos de padres paupérrimos. También eran admitidos. Fue preocupación amparar a ancianos asilados en el Piñeyro del Campo (8). La falta de espacio en el Asilo propio impedía reubicarlos.
A lo largo del tiempo, el cuidado de la salud en el Asilo Israelita estuvo a cargo de la Mutualista Israelita (1945).
En los difíciles primeros momentos, esta Mutualista aportó invalorable comprensión y colaboración. Más adelante (1956) se contó con el Centro Médico Israelita , finalizando con MIDU, donde se afilió a los carentes de cobertura médica.
No existen registros estadísticos sobre población del Asilo. Se puede estimar que habían 12 niños en edad escolar en 1944 (1955, último dato sobre huérfanos). Residían 110 ancianos (1956); 150 (1969) y 140 (1976)
SOLIDARIDAD COLECTIVA
A lo largo de su historia, el Asilo tuvo que sortear muchas dificultades, porque el rol asumido por sus activistas era muy delicado. Por un lado se asumió como meta amparar a ancianos y huérfanos, sin imaginar las ilimitadas exigencias financieras que esto requería y por otro lado, la gran mayoría de la colectividad judía estaba formada por inmigrantes carentes de recursos y por ende, con limitadas posibilidades de aportes para el Asilo. El diario vivir de un asilo, no tiene parangón, pues los asilados deben recibir diariamente alimentos, vestuario, alojamiento, calefacción, atención médica. Esto es día y noche, hábiles o feriados. Desafiados por la disyuntiva "Responsabilidades versus Recursos", los tenaces activistas de aquellas épocas de pobreza se dedicaron a golpear todas las puertas ... y obtuvieron alentadoras respuestas.
" Existe en el Asilo (1967) una Comisión de Fiestas, encabezada por el Sr. Moisés Levcovich. La labor de la misma merece nuestro más sincero reconocimiento. No hay casi fiestas judías que no cuenten con la "presencia abnegada de los Levcovich, Salomón, Kaufman o Fertig para colectar fondos ...Hay casos que en una misma noche deben visitar más de una celebración." "...las contribuciones eran de $ 0.20, 0.30, pocas de $0.50 y muy raras las de $1.00 " (Un millar de ladrillos costaba $15.) (6).
Nada era fácil. El Personal del Asilo hacía sus planteos "por condiciones de trabajo, escalafones y salarios".
(Habían discrepancias sobre el Grupo Salarial que correspondía al Asilo). En Dic. 1968 estalló una huelga y su solución obligó a mayores costos de funcionamiento.
Desde el primer día se realizaron campañas pro-socios. La cuota en 1943 era de $ 0.50. En Agosto 1944, habían 350 socios. Se lograron socios protectores por $1.oo. (9). La Kehilá fijó un subsidio mensual de $50.
Hubo una donación de 18 frazadas (la primera que consignan las Actas). La Comisión de Damas estuvo en campaña diaria, abordando a fabricantes y logrando lienzos y zapatillas (Alpargatas), frazadas (Campomar) camas, almohadas, sábanas, ropa para niños y ancianos, útiles escolares, calzados, asistencia médica de ORT/OSE (en los primeros tiempos). Se recibieron (1945) aportes de Dolores, Minas, Rocha, fruto de colectas. Con una donación de N. de P. se abre una fuente de recursos con la colocación de placas recordatorias
de familiares. En 1946 la Nueva Congregación Israelita comienza a subsidiar el Asilo, con $25.oo, aumentan gradualmente el monto, como también lo hicieron las restantes Comunidades.
En 1948 la Comunidad Sefaradí entrega $11.000, en cuya cifra se incluye su primer aporte para construir un pabellón. La B´nei B´rith realiza anualmente un Té-beneficio, obteniendo en 1948, $2.000. Se obtuvieron importantes donaciones, por la nominación de 13 camas del Asilo, en recordación de familiares. En 1950 la Comisión de Damas húngaras compromete un aporte mensual de $15.oo. La empresa Bunge & Born hace una importante donación en efectivo. Las inauguraciones edilicias, las ceremonias en la Sinagoga, (Bar Mitzvot, Yamim Norayim, etc.) constituyeron fuentes de ingresos. La Familia Henry Cohen apoyó permanentemente, además de donar un Pabellón. En 1968 comenzaron a venderse inmuebles, por legados recibidos.
Cada asilado costaba $ 70 por mes (1950). Las placas de recordación que tapizan los corredores del Asilo, son testigos de la solidaridad de la Colectividad.
TECHO PROPIO
En Enero 1943 se compra un lote de tres terrenos en la esquina Pedro Margat y Ramón Marquez (Padrón 81 924) "con mejoras" (10) por $18.725. En la Asamblea de Agosto 1944, se toma nota que este llamado "Pabellón Viejo" está totalmente ocupado por huérfanos y ancianos. El Presidente Sr. Jaime Weitzman informa sobre muchas admisiones pendientes y declara impostergable construir un nuevo pabellón para 60 personas, amén de separar los niños de los ancianos. Esta propuesta es aceptada y el Sr. Alegre Sasson acepta encabezar la Comisión pro Pabellón.
En Marzo de 1947 se recibe un borrador de Convenio propuesto por el Sr. Gustavo Talheimer, Socio Honorario del Asilo. (Refiere al deseo de edificar un nuevo pabellón). Éste consistía en un aporte de $25.000 de la familia Talheimer, estableciendo que el Pabellón sería co-administrado por esta Familia, la Nueva Congregación Israelita (NCI) y la Asoc. Filantrópica alemana (Afilantis) y también el Asilo. Como el propuesto convenio se desviaba de lo estipulado en los Estatutos, el Asilo lo desechó.
En Octubre 1948, el Asilo culminó tratativas, adquiriendo el terreno lindero frente a las calles Burgues, Ramón Marquez y P. Margat, por $60.000 (mts. 4.010), donde más adelante se levantaría un pabellón.
La inauguración del Pabellón, se realizó en Julio 1951. Se descubrió una placa conmemorativa y se mencionó a quienes hicieron los mayores esfuerzos para tal fin: Comunidad Israelita (Aszk), Com. Sefaradi, Bnéi Berith, Banco Palestino-Uruguayo, Joint. (En Actas consta la gran adhesión de todo el Yishuv del Uruguay).
En Setiembre 27, 1959, se colocó la Piedra Fundamental para la erección de un nuevo Pabellón (11) y el 30 de Octubre 1962, al culminar la construcción, se realizó su inauguración (Janukat ha-Bait) (12)
El Pabellón a nombre de Eugenia Sinai de Cohen (donado por la Familia Henry Cohen), tuvo su inicio con la colocación de la Piedra Fundamental el 17 de Agosto, 1969 y su habilitación se realizó en Julio 05, 1970.
El 24 de Marzo 1985, se inauguró un Sector conocido como "Pabellón Jerusalmi" (13). Fué promovido por la Kehilá aszk. (Comision de Ezrah), con participación de la Sociedad de Damas y Ajim Rajmonim (ambas organizaciones filantrópicas). Su finalidad era concentrar en un solo lugar a personas discapacitadas que eran sostenidas en dispersas casas de salud. Su culminación fue muy engorrosa, pues amén del alto costo, implicaba crear un servicio médico completo (nurses, farmacia, asistentas, médicos, alimentación especial)
La responsabilidad material y social resultó a la larga a cargo del Asilo. Los fondos que éste debía recibir, como parte del pacto, incluyendo la infraestructura médica, resultaron impuntuales y poco serios, razón por
la cual el Asilo declinó responsabilidad y el Pabellón, a la larga, tuvo otros destinos.
A lo largo de 1977 se estudió la propuesta de una persona adinerada (J.S.) que quería donar un pabellón. El tema fue abordado por el Asilo con absoluta seriedad, pues el proponente incluso había encargado proyectos a un Estudio de arquitectos. (En esa época era imperioso sustituir el Pabellón Viejo por otro, pues éste siempre requería reciclajes muy costosos). Finalmente ante las condiciones que imponía el proponente, incompatibles con los fines del Asilo, se desechó la propuesta.
OBSERVANCIA RELIGIOSA
En la época de creación del Asilo, con una colectividad donde la primera generación de inmigrantes tenía un fuerte apego a la observancia de la religión judía, los Estatutos del Asilo reflejaban este espíritu. El Capítulo 1º, inc. B, incluía " Asilar..dentro del espíritu nacional israelita religioso...".
Los huérfanos recibían educación judía nacional-religiosa. Desde su creación, en el Asilo se perpetuó cuidar el rito judío, con observancia del sábado y fechas conmemorativas. Se contaba con un supervisor religioso (mashguiaj) para alimentación y otros items. como así, desde el primer día, se oficiaba en la Sinagoga diariamente, siendo voluntaria la concurrencia. En Rosh Hashaná, Yom Kippur, Pesaj, Sucot, la Sinagoga era frecuentada también por muchos feligreses no-residentes. Se invitaba a asistir a las celebraciones. (14)
Desde 1939, el Sr. José Rubinstein se desveló por su normal funcionamiento, lo que fue reconocido siendo nombrado Miembro Honorario- Vitalicio (15).
Un Sefer Torá (Rollo de la Ley) fue donado por el Sr. Abraham Watman (16). En Feb. 1968 se destacó la recepción de otro Sefer a nombre del Sr. Moisés Milies (17). En 1975 el Sr. Jaime Augustower financió el reciclaje de la Sinagoga. (18) En Dic 1976, se culminaron mejoras en la misma, con una celebración. (19).
IMPULSORES. CONDUCTORES. EJECUTIVOS
Los promotores-fundacionales del Asilo, honrando el precepto de "...dar Tzedaká " (Caridad), se propusieron "... considerad a los huérfanos, defended a la viuda..." Isaías I-17.
La primera Comisión Directiva, (1937) luego de aprobados Estatutos, la integraron León Halpern (P); Yejiel Buki (S) y Santiago Eisenberg,(T). (20)
Para el período 1939/ Mar1943, fueron electos Santiago Eisenberg (P), Chil Lerman (S) y Benjamin Jusid (T).
La Comisión de Damas la integraban Raquel de Gelis, Gisela Blaustein (P), Amalia Blumberg y Lola Kohn.
En Marzo 1943 fueron electos León Halpern (P), Roman Gutfrainf (S) yiddish y Moisés Margounato (T).
Jaime Weitzman fué electo Vice-Presidente y sustituyó al renunciante León Halpern.
Las autoridades se renovaban anualmente, por mitades. En 1944, son electos Jaime Weitzman (P), Samuel Licht (S) y Moisés Silberman, (T) y Sofia de Walfisch, Presidenta Com. De Damas.
Por nueve años (hasta 1952) fue Presidente Jaime Weitzman. Entretanto, actuaron sucesivamente en Secretaría, Oscar Ehrlich , Dr. Werner Holz e Israel Kelijman y en Tesorería, Moisés Trosman y Fernando Rosen.
(Para completar información, consultar Anexo "Askanim")
Los dirigentes consideraron que debían honrar a quienes dedicaron lo mejor en pro del Asilo. Fue así que fueron distinguidos, como Socio Honorario y/o Presidente de Honor y/o Socio Vitalicio, los Sres. José Rubinstein, Gustavo Talheimer, Israel Jefroykin, la Sra. Gisela Blaustein, Abraham Puyeski, Jacobo Vilensky, Gregorio Klingerman, Jaime Weitzman, León Halpern, Abraham Watman, Salomón Leinwhol (Joint), Rafael Cohen, Moisés Levcovich. Fueron honrados con medallas Luis Erlijman y Oscar Lassner. (21).
La gran mayoría de los profesionales que esporádicamente eran consultados, asistiendo al Asilo, cedían voluntariamente sus honorarios. Fueron médicos, abogados, escribanos, arquitectos, etc.
Las finanzas del Asilo, desde el inicio, fueron auditadas por Contadores, algunos de los cuales, excediendo sus cometidos, se involucraron en las Comisiones, aportando experiencia y consejo. Cabe destacar a León Buka (períodos iniciados en 1945 y 1964) e Isaac Margulies (1965 / 1985, con intervalos).
Administrar un asilo requiere permanente dedicación, las 24 horas del día, a lo largo de todo el año. Se necesita experiencia para atender a una población que algunas veces llegó a 150 ancianos; organizar suministros puntualmente, observar y aconsejar carencias edilicias, dirigir un numeroso personal, con disímiles tareas, orientar a familiares de asilados, diligenciar decisiones de los directivos. En 1973 en la plantilla del personal figuraban 36 personas, que debían atender, en turnos de seis horas, 81 habitaciones, 50 baños, corredores, ventanas, etc., ocupados por casi 150 ancianos asilados.
Tuvo el Asilo a lo largo de los años, varios Administradores, con distintos desempeños. Durante un período dilatado (31 años: 1969-75; 1978-2002) la responsabilidad fue asumida por la nurse Sra. Raquel Artenstein.
NOTAS
(1) (2) Diario "Folksblatt" yiddish. Julio 20 y 27 1937.
(3)(4)(5) Ibid. Agosto 05, 06 y 12, 1937
(6) y (7) Boletín "30ª Aniversario, Asilo."
El grupo fundador del Asilo inició sus reuniones en Maldonado 987 (vivienda particular); luego, en la calle Buenos Aires 523 (Sdad. Isr. Polaca), pasando después a Andes 1168 (sede WIZO), para finalmente
en 1950 trasladar sus oficinas a la sede propia, Burgues 3178.
(8) Una delegación visitó "los asilos del Estado" y tomó nota de los judíos internados (Acta Dic. 1945). Otra (Feb. 1946) ubicó en dos asilos a 3 niños y 3 ancianos, otorgando a éstos un subsidio mensual de $4.oo. Ver Acta Junio 25, 1967
(9) Las colectas en fiestas sólo eran realizadas pro-Eretz Israel, a través del KKL local. Recién en 1964 el Asilo pudo acceder a esta fuente de recursos, para lo cual contó con muchos voluntarios.
(10) Las "mejoras" era una construcción de tres plantas, sobre R. Márquez en estado semi-ruinoso, conocido luego como "Pabellón Viejo" . Su rehabilitación edilicia insumió altos costos y continuos problemas.
En Julio 1967 albergada a 14 ancianos. El primer reciclaje culminó en Abril 1969; otro, se terminó en Julio 1977.
(11) Diario "Haint" yiddish. Set. 28, 1959.
(12) Ibid . Set. 18 y 23.
(13) El Pabellón se conoció como "Jerusalmi", porque esta familia adhirió a esta iniciativa, aportando la mayor (?) contribución, a través de la Kehilá aszk.
(14) Diario "Haint" (Set. 29,1959) " Exhortación a asistir en Burgues 3178 a los oficios de las Altas Fiestas donde oficiarán los jazanim Abraham Watman y Pinjas Malamud".
(15) Acta Julio 29, 1945.
(16) En Dic. 1956 fue consagrada esta donación, con una celebración ritual (Jaguigá Sium ha-Sefer Torá).
(17) Ver "Libro de Honor" del Asilo. Estos datos surgen de actuaciones a las que se tuvo acceso. No se pudo ubicar algunos Libros de Actas.
(19) Aviso en el diario "Haint" Dic 12, 1976 y Acta de Ene 04, 1977.
(20) En adelante, las iniciales corresponden, (P), a Presidente; (S), Secretario y (T), Tesorero.
(21) Libros de Actas. (Fueron consultados los Libros de Actas disponibles. Cronológicamente, algunos no fueron ubicados. El autor entendió que investigando hasta el año 1985 era suficiente para los efectos de esta Historia. Nombres y cargos de activistas fueron también obtenidos por publicaciones)..
ASILO DE ANCIANOS Y HUÉRFANOS ISRAELITAS DEL URUGUAY *
Detalle de activistas y cargos desempeñados
1940: Comité Central Israelita del Uruguay.
La colectividad judía uruguaya nació junto al siglo XX, y tuvo su impulso inmigratorio más fuerte tras el fin de la Gran Guerra y el inicio de la Segunda Guerra Mundial.
Al llegar, estos inmigrantes se fueron agrupando según el origen geográfico del que provenían y creando sus instituciones.
En la década de 1930, nacieron: la Comunidad Israelita de Montevideo (hoy del Uruguay), que recogía en su seno a los judíos de origen ashkenazí; la Comunidad Israelita Sefaradí del Uruguay, que representaba a los judíos sefardíes; la Nueva Congregación Israelita de Montevideo, que agrupaba a los judíos germanos; y la Sociedad Israelita del Uruguay (actual Comunidad Israelita Húngara).
El 11 de diciembre de 1940, en un contexto socio-político internacional y local particularmente convulsionado por la Segunda Guerra Mundial y, principalmente por el avance del nazi-fascismo, las instituciones mencionadas, deciden crear el Comité Central Israelita del Uruguay.
Basándose en ˜Que hay realmente problemas fundamentales que interesan por igual a todas las entidades, es decir a la gran mayoría, sino a la totalidad de los judíos del país, y que sin embargo no pueden ser estudiados y menos resueltos, por carecer la Colectividad del organismo coordinador, a la vez que competente y representativo˜, los representantes de las instituciones reunidas, deciden crear el ˜Comité Central Israelita del Uruguay…que tendrá por cometido: Estudiar y resolver todos los problemas que interesan por igual a las Entidades afiliadas y al Judaísmo uruguayo en general, y asumir su representación ante las Autoridades del País o ante quien corresponda.˜(Acta fundacional)
Dejando en manos del CCIU esta tarea, las comunidades fundadoras pudieron dedicar su esfuerzo a colaborar con el desarrollo de su gente, brindando asistencia en lo religioso, lo cultural y lo social.
En la medida en que la cantidad de judíos en el país crecía, aumentaba también la cantidad de sus instituciones, muchas de las cuales se orientaban no sólo a brindar servicios de cualquier tipo a los judíos, sino a la sociedad uruguaya en su totalidad, al tiempo que se afiliaban al Comité Central Israelita del Uruguay, para su representación política y social.
Hoy son más de 40 las organizaciones afiliadas y representadas en el CCIU.
Entre ellas hay: desde las que brindan servicios religiosos, hasta las que proveen de asistencia social a los necesitados, pasando por la cobertura educativa, cultural y deportiva. Están las filantrópicas, y también las que representan a instituciones educativas israelíes en Uruguay, aportando su esfuerzo para afianzar los lazos de amistad y cooperación entre los dos países.
Además de su pertenencia al Comité Central Israelita del Uruguay, todas tienen en común su carácter judío, uruguayo y sionista, buscando el pleno desarrollo de la vida judía en el país, y defendiendo el derecho a existir del Estado de Israel.
Información proporcionada por el C.C.I.U.
Cecilia Socolovsky Yo que naci en la calle Jose L. Terra podria contar lo lindo que era jugar en la calle, las guerrillas de agua ,desde Blandengues a Dgo. Aramburu. Tendriamos que juntarnos los que vivimos por alli. La fiabreria de don Leon Furman z,l . que nostalgia.........
Cecilia Socolovksy.
Cecilia Socolovksy.
El ex Instituto Ariel Hebreo Uruguayo.
Desde mi experiencia personal
Por Lic. Rafael Winter (Rufo)
Confieso que me resulta difícil escribir este artículo.
Lo hago desde el sentimiento. Pues el Instituto Ariel era para mí y para muchos de nosotros, un sentimiento.
Por eso y como dice El Mago – aquél que cada día canta mejor – “perdoná si al evocarte se me pianta un lagrimón”.
Como ya es de público conocimiento el Instituto Ariel cerró sus puertas, concluyendo un ciclo de prácticamente tres décadas de educación en nuestra Comunidad. Treinta años de trasmisión de valores a treinta generaciones que pasaron por sus aulas.
El Ariel surge de la fusión de dos escuelas: la Ivria y la Sholem Aleijem, lo cual se plasmó en el año 1978. En aquellos tiempos, recordemos, el país estaba viviendo una época muy especial y muy difícil, casi sin parangón en su historia.
El nombre “Ariel” fue propuesto en su momento por aquel gran docente de la “Sholem”, el Profesor Isaac Vaisencher, docente con mayúsculas. La propuesta y posterior elección del nombre no fue casual. “Ariel” (término hebreo que se traduce como “León de D’os”) es uno de los nombres bíblicos de Ierushalaim. Al mismo tiempo es el nombre de la obra cumbre del eminente escritor uruguayo José Enrique Rodó. “Ariel” simbolizaba pues tanto a la cultura uruguaya como a la judía.
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Quien escribe estas líneas ingresa al Instituto Ariel a comienzos de la década de los 80. El presidente era el Dr. Raúl Jaitov, hoy en día en Israel.
Mi primer grupo: el 3ºB, ese querido y “folklórico” 3ºB en el cual enseñábamos – más bien intentábamos enseñar – Historia Hebrea.
A partir de aquel momento mi “historia personal” se vincula, judaica y afectivamente, de manera casi absoluta con esta gran Institución y – salvo algún que otro pasaje fugaz – así lo sería hasta el final de la misma.
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El Instituto Ariel recibió la impronta tanto de la Ivria como de la Sholem. Se formó una Institución no dogmática, abierta y tolerante en su filosofía, que incentivó en el alumno la reflexión, el análisis y el sentido crítico. Que se caracterizó por incluir y no por excluir. Así, centenares de familias fueron acercadas, integradas, y ganadas para el judaísmo.
Con el paso del tiempo fue plasmando su filosofía: colegio judío, tradicionalista, sionista y pluralista. No es el objetivo aquí de profundizar en estos conceptos. Sí decir que: reforzar la identidad judía de los alumnos, saber de dónde venimos y a dónde vamos, el sentimiento de pertenencia e identificación con el pueblo judío, el conocimiento y respeto por las fuentes, tradición y cultura judías como así también su vivencia; el ser concientes de la centralidad de Israel: todos estos eran objetivos centrales, que se complementaban entre sí, en la plataforma educativa institucional.
Pluralista. Sí. Es un valor. Lo remarco y reafirmo. Una de las fortalezas de la Institución. En la cual las distintas ramas y orientaciones del amplio espectro judaico tuvieron su lugar. La verdad (si es que la hay) es el resultado de la confrontación de las ideas también en materia de judaísmo.
Conjunta y plenamente integrado a lo anterior, la transmisión de valores éticos y sociales, tan judíos como universales, en lo cual se hizo real hincapié. Desde el Gan hasta el último grado de Secundaria. Formar un ser humano mejor. Enfatizando lo “humano”. Educando hacia una persona sensible a las necesidades del prójimo. Solidaria. Tolerante. Democrática.
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Para educar de esta forma, para tratar de lograr estos objetivos, el Instituto Ariel contó durante todos estos años con un calificado plantel de docentes y funcionarios, no solamente por sus cualidades profesionales, sino además, por sus cualidades humanas. Por su adhesión. “Por tener la camiseta muy puesta”.
Una de las razones por las que el Instituto Ariel devino en una gran Institución.
Desde el mismo momento en el que tuve el privilegio de ingresar al Ariel comencé a escuchar, y al muy poco tiempo lo corroboré, acerca de la “Familia Ariel”. Así fue durante mucho tiempo.
Es cierto, como toda familia, tuvo sus altibajos.
Por sobre todo me siento agradecido, y estoy seguro que lo digo en nombre de muchos, de haber formado parte de la misma, integrada por padres y alumnos, docentes y funcionarios. Relaciones cercanas, vínculos afectivos – particularmente entre docentes y alumnos – caracterizaron a esta “Familia” durante todos estos años.
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En cuanto a las treinta generaciones de alumnos, la satisfacción de saber que la Institución los preparó bien: para la Universidad (aquí y en Israel) y por sobre todo para la vida.
Muchos, realmente muchos, han activado y activan en la Comunidad desde distintos cargos, tareas e Instituciones. Otros lo hacen desde el anonimato. Otros tantos, muchos también han hecho su Aliá.
El Ariel es parte de ellos, más allá de los caminos que hayan elegido en su vida.
Quienes han pasado por el Ariel son legión. Alumnos, padres, directivos, directores, shlijim, docentes, (varios procedentes de la Ivria y la Sholem) funcionarios en general. Todos aportaron a la grandeza de esta Institución. Entre ellos hay quienes, incluyendo alumnos, ya no se encuentran físicamente junto a nosotros. A ellos va nuestro especial respeto, cariño y homenaje. Un nombre me viene especialmente a la memoria y lo sabrán comprender: el Profesor Nelson Rodríguez (Q.E.P.D). Referente. Símbolo. Un grande de esta Institución.
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Un Colegio con alma.
El Instituto Ariel demostró ser una opción educativa esencial y singular en nuestra Comunidad, por todo lo antedicho y también por una cuestión social. Esto último no es un detalle menor: es un aspecto fundamental en la trayectoria del colegio.
El desenlace y las causas que contribuyeron al mismo (lo que no era el objetivo de este artículo) no contradice, sino que por el contrario reafirma, los conceptos anteriores.
Comienza un nuevo y necesario proyecto educativo en nuestra Comunidad. Soy optimista en cuanto a que el mismo habrá de dar resultados en la medida que:
1. Las partes involucradas hagan (hagamos) las cosas bien: con paciencia, comprensión, buena voluntad, inteligencia, sentido común, creatividad. Sin prejuicios ni preconceptos.
2. La Comunidad y otras instancias respalden. No me refiero solamente al aspecto material.
3. Nadie interfiera o ponga obstáculos en el camino para sacar provecho de la nueva situación.
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En lo que me es personal agradezco al Instituto Ariel en general y a mis compañeros docentes y funcionarios en particular, lo que me han brindado durante todos estos años. Considero el haberlo integrado como un privilegio del destino. Me marcó para siempre dejando huellas que muy difícilmente se puedan borrar.
Si. El Instituto cierra sus puertas. Sus aulas.
Un ciclo de tres décadas concluye. ¿Concluye?
No del todo.
Es cierto. Ya no estará el edificio. Pero procuremos cuidar y trasmitir los valores.
Es posible. De ser así, aunque “el Instituto” no esté, el “Ariel” no habrá desaparecido y de alguna forma continuará.
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Lic. Rafael Winter (Rufo)
Bea Hershorn PERDÖN MI MADRE POR SHOLEM ALEIJEM Y DR JAITOV POR LA IVRIA FUNDARON EL ARIEL ; LAS REUNIONES FUERON EN MI CASA EN SU MAYORÏA Y EL NOMBRE TAMBIEN LO PROPUSO MI MADRE EN UNA CARTA ANÖNIMA ASCESORADA POR EL PROFESOR WAISHENGERBea Hershorn los directores eran ARIEL GRIMBERG POR LA SHOLEM ALEIJEM Y DAVD ONI POR LA IVRIA. Bea Hershorn.
A David Malowany es una pena que no sepas o no recuerdes o hallas omitido el nombre importante que fue hace 50 años del rabino MILEFSKY fue rabino de la kehila y caso a tanta gente
1938 a mis padres 1962 a mi y no esta su nombre
y en el sholem aleijem la escuela estaba dirigida por warzsager.....
Por lo demas me alegro de todos los recuerdos que has puesto.
Betty Orzech de Alter
1938 a mis padres 1962 a mi y no esta su nombre
y en el sholem aleijem la escuela estaba dirigida por warzsager.....
Por lo demas me alegro de todos los recuerdos que has puesto.
Betty Orzech de Alter
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Estimado responsable , del articulo sobre judios del Uruguay , quiero felicitarlo por todo ese trabajo y dedicacion , pero le esta faltando la inclusión de mi abuelo el señor Julio Buka , que fue presidente y fundador de la escuela Talmud Tora de la calle Jose L. Terra , tambien fue presidente y fundador de la sinagoga de la calle defensa , hoy desaparecida , y fue fundador del vaad a jinuj , la organizacion encargada de toda la cultura y colegios en el Uruguay , agradezco desde ya su atención , y lo saludo muy atte. Jorge Feig
Estimado responsable , del articulo sobre judios del Uruguay , quiero felicitarlo por todo ese trabajo y dedicacion , pero le esta faltando la inclusión de mi abuelo el señor Julio Buka , que fue presidente y fundador de la escuela Talmud Tora de la calle Jose L. Terra , tambien fue presidente y fundador de la sinagoga de la calle defensa , hoy desaparecida , y fue fundador del vaad a jinuj , la organizacion encargada de toda la cultura y colegios en el Uruguay , agradezco desde ya su atención , y lo saludo muy atte. Jorge Feig
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Agradecimientos:
En Uruguay invierta en Inmuebles de la mano de un serio corredor.
"EL VIDEO DE "IDENTIDAD" ME TRAE RECUERDOS...EN MI JUVENTUD,CONOCIMOS EN "FOLKSBLAT" ACTORES DEL TEATRO EN IDICH COMO, MORITZ SCHWARTZ, BULOW,TAMBIEN COMEDIANTES,INTEGRANTES DE MUSICALES, QUE VENÍAN DE ARGENTINA O USA- EN GENERAL DEJABAN INVITACIONES DE PRENSA,QUE ME ENCANTABA USUFRUCTUAR-TAMBIEN RECUERDO, QUE EN BUENOS AIRES,VISITÁBAMOS ,A LAS ACTRICES PAULINA TAJMAN,Y PAULINA SINGERMAN,(HERMANA DE LA RECITADORA BERTA SINGERMAN,QUE MI MADRE,INVITABA A ALMORZAR ,CUANDO ACTUABA EN MONTEVIDEO)-
RAQUEL ORZUJ "
RAQUEL ORZUJ "
Los inicios de La Escuela Integral
La escuela Integral dice Nahum Bergstein Z"L ( Judío una experiencia uruguaya) se fundó en 1960. Se reunió un grupo de fundadores quienes se comprometieron al año siguiente a enviar a sus hijos a la escuela a forjarse. 50 padres firmaron esos formularios. Su primer sede fue en una casa arrendada en la calle 21 de setiembre. En la actual sede funcionaba el British School. La operación de compra ascendió a los 200 mil dólares. Dice Bergstein los objetivos de una escuela judía son tan ambiciosos que no habrán de resolverse hasta que la colectividad entera apoye a las escuelas, no sólo en aspectos financieros, sino en el suministro de líderes espirituales de alto nivel, contenidos judíos, formación docente, esparcimiento social, etc. La tarea es demasiado ambiciosa para ser cumplida por una comisión directiva integrada por padres animados de las mejores intenciones ( ob. cit. pág. 109 y 110).