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El 24 de junio de 2023 se cumplen 10 años del fallecimiento del colega y amigo de Semanario Brecha, Ronald Melzer, crítico de cine que supo se además, dueño del mejor video club de Uruguay. Productor, distribuidor, árbitro de fútbol, esposo y padre.
Diego Faraone.
Diego Faraone.
Silvia G. Rony Melzer, Z”L”, amigo de la adolescencia. Un ser excepcional. Lo acompañamos hasta el final sus amigos de toda la vida.
Roberto Blatt. Sabio del cine indie. Fue un privilegio conocerlo Z”L
Laura K. Realmente un sabio
Mario Krsztal Compañero del liceo Suarez muchos años. Rony (z'l)y su club de video ,lejos lo mejor que había en esa època en Montevideo.
Mauricio Zieleniec: Rony, dolor y recuerdo. Con sus conocimientos aportó muchas veces a IDENTIDAD, amigo nuestra Corriente te recordará siempre. Z"L
Fin.
Roberto Blatt. Sabio del cine indie. Fue un privilegio conocerlo Z”L
Laura K. Realmente un sabio
Mario Krsztal Compañero del liceo Suarez muchos años. Rony (z'l)y su club de video ,lejos lo mejor que había en esa època en Montevideo.
Mauricio Zieleniec: Rony, dolor y recuerdo. Con sus conocimientos aportó muchas veces a IDENTIDAD, amigo nuestra Corriente te recordará siempre. Z"L
Fin.
Miriam Barak:
Ya hace mas de 44 años de mi aliah,no me cabe la menor duda que todos mis años pasados en el Hanoar fueron los que me dieron toda la educación judía y sionista así que los mejores años de mi vida (de los 9 años hasta los 17, un año de Majon 1967-1968 y la aliah en 1970). De janija a madrija, Rosh ha majane. Mis mejores recuerdos fueron siendo madrija y tratando de atraer a la mayor cantidad de janijim ya que la competencia era grande.
La película me emocionó mucho y me siento orgullosa de ver que las nuevas generaciones siguen con los mismos valores pero sobre todo mi mayor orgullo, y eso gracias a la tuya, saber que la segunda comunidad judía uruguaya, después de Uruguay, esta en Israel.
Hazak veematz
Ya hace mas de 44 años de mi aliah,no me cabe la menor duda que todos mis años pasados en el Hanoar fueron los que me dieron toda la educación judía y sionista así que los mejores años de mi vida (de los 9 años hasta los 17, un año de Majon 1967-1968 y la aliah en 1970). De janija a madrija, Rosh ha majane. Mis mejores recuerdos fueron siendo madrija y tratando de atraer a la mayor cantidad de janijim ya que la competencia era grande.
La película me emocionó mucho y me siento orgullosa de ver que las nuevas generaciones siguen con los mismos valores pero sobre todo mi mayor orgullo, y eso gracias a la tuya, saber que la segunda comunidad judía uruguaya, después de Uruguay, esta en Israel.
Hazak veematz
El extraño sabio que vivió y murió en Uruguay.
El Señor Shoshani.
El Museo de la Diaspora Judía de Tel Aviv dedica su espacio al sabio Shoshani.
Emmanuel Levinas:
A mi regreso de la cautividad en un campo de concentración de prisioneros
franceses en Alemania, me encontré con un gigante de la cultura tradicional
judía. No experimentaba la relación con el texto como una mera relación
piadosa o edificante sino como un horizonte de rigor intelectual. Me gustaría
pronunciar su nombre, era Monsenieur Shoshani. Todo lo que en la actualidad publicó sobre el Talmud, se lo debo a él.
Elie Wiesel describió su primer encuentro en 1947 con Shoshani en "Leyendas de nuestro tiempo" (Capítulo 10). Wiesel describe que Shoshani era " descuidado, mal aseado y "feo", parecía un "vagabundo" primero lo abordó y luego le reprendió y por último se convirtió en su mentor. Wiesel escribió de él en su libro de memorias "Todos los ríos van al mar" (pp. 121-130) acreditando que Shoshani fue uno de sus maestros más influyentes.
26 de enero de 1968, es la fecha en la que "Monsieur Chouchani," un profesor de Talmud, enigmático, peripatético y brillante, murió, en Montevideo, Uruguay.
Ese hecho es una de las pocas cosas que se sabe con certeza acerca de él, cuyo talento inusual llamaron la atención de dos de sus alumnos, Emmanuel Levinas y Elie Wiesel.
Chouchani nació, según algunas versiones, el 9 de enero de 1895, pero hasta la fecha, no hay consenso sobre cuál era su lugar de nacimiento, o qué nombre que recibió al nacer. En un artículo publicado el año pasado en el periódico hebreo, Makor Rishon, el estudioso Yael Levine concluyó que nació en Brest, en la actual Bielorrusia, y que su nombre original era Hillel Perlman.
Esa es también la opinión del Profesor de la Universidad Hebrea de filosofía judía Shalom Rosenberg, quien estudió con Chouchani en Montevideo, y estaba con él cuando murió.
Hay evidencia de que Chouchani se llamó a sí mismo "Mardoqueo Rosenbaum", pero parece ser que ambos nombres son referencias alegóricas a Mardoqueo el Judio, del Libro de Esther, de la ciudad persa de Susa, una palabra que significa "rosa" en hebreo.
Lo que se desprende de todo esto es que Chouchani era obsesivamente reservado acerca de sí mismo.
Ya de niño, demostró el extraordinario poder de recitar de memoria la Biblia y el Talmud y su padre lo llevó de pueblo en pueblo mostrando el conocimiento impresionante de su hijo.
Según Rosenberg, Chouchani llegó a Palestina a la edad de 20 años, y estudió con el rabino Abraham Isaac Kook, el Gran Rabino Ashkenazi. De hecho, Yael Levine cita de dos cartas escritas por Rav Kook en 1915 que se refieren a su alumno inusual, Hillel Perlman.
Una de las cartas de Kook era una nota de presentación para su alumno "brillante, muy bien informado", dirigida a un colega en los Estados Unidos, donde Chouchani aparentemente vivió y trabajó como maestro itinerante durante la década de 1920. Shalom Rosenberg dijo Yair Sheleg, en un artículo de 2003 en el diario Haaretz, que el tiempo de Chouchani en los EE.UU. terminó mal, ya que perdió todo su dinero en el crack bursátil de 1929.
Por la década de 1930, Chouchani estaba de vuelta en Europa, al parecer, en Francia, y después del inicio de la Segunda Guerra Mundial, se refugió en Suiza.
De 1947 a 1952, Chouchani estaba otra vez en Francia, dando clases particulares, Levinas y Wiesel, por ejemplo, aprendieron con él durante está época, pero no juntos.
Levinas (1906-1995) se dice que había resistido a hablar bien de Chouchani, pero cuando finalmente lo hizo, dijo, "No puedo decir lo él que el sabe, pero todo lo que sé, él lo sabe. "
En su libro "Nueve lecturas talmúdicas ", Levinas, quien se convirtió en uno de los grandes filósofos judíos del siglo XX, escribe que fue Chouchani quien despertó su interés profundo por el Talmud. Fue Chouchani quien le llevó a entender que, por mucho que el judaísmo se base en la Torá, la Torá que importa es la que interpreta el Talmud.
Durante la década de 1950, Chouchani estaba de vuelta en Israel, pasando de un kibutz religioso a otro, ofreciendo sus servicios como profesor a cambio de una cama y comida.
Zwi Bachrach, más tarde, un historiador de la Universidad Bar-Ilan, le a dijo Yair Sheleg que en el kibutz Be'erot Yitzhak, el mendigo "dio una lección del Talmud de memoria. Él era tan increíble que decidimos que merecía un lugar en nuestro kibutz".
Después de unos meses, sin embargo, Chouchani siguió adelante, con su comportamiento enigmático, sin subir jamás a leer en voz alta la Torá, para no revelar su nombre verdadero.
Chouchani pasó sus últimos años en América del Sur, y murió después una noche de viernes en un seminario de Bnei Akiva en Montevideo. Elie Wiesel arreglo su entierro y por encima de su tumba hay erigida una piedra cuyo epitafio reza, en hebreo, "El sabio rabino Chouchani de bendita memoria. Su nacimiento y su vida se sellan en un enigma ".
David B. Green.
Leopoldo Muller, un psicoanalista de la ciudad, apasionado de la crítica bíblica
sorprendió a Shosani durante un campamento en la Playa de Las Toscas, a 50
kilómetros de Montevideo afeitándose y le dijo ¡Ah que gusto! ¡ Pero que gusto!, en el entendido que el sabio, como él, estaba violando un mandamiento.
sorprendió a Shosani durante un campamento en la Playa de Las Toscas, a 50
kilómetros de Montevideo afeitándose y le dijo ¡Ah que gusto! ¡ Pero que gusto!, en el entendido que el sabio, como él, estaba violando un mandamiento.
Fanny Ertag de Lichtenstein ZL, debería tener dieciocho años cuando fue a su primer seminario.
“
Vuelvo a verlo al extremo de una larga mesa, con sus gafas negras. Hablaba un hermoso hebreo, pero no un hebreo de Israel, sino el hebreo de la época de los escritores de la década del 20. Su enseñanza versaba sobre el jasidismo, la cabalá y la filosofía judía. Era un hombre a la vez quebrantado e intacto. Se concentraba, cerraba los ojos y resultaba muy difícil detenerlo. Era una fuente que brotaba. Había una especie de tormenta interior del alma ante la cual uno no podía permanecer indiferente”.
Isaac Margulies tiene recuerdos más precisos.
Fue uno de los organizadores de los seminarios.
Yo mismo fui uno de sus alumnos. Estudié con él el libro de los Salmos, pero sólo los versículos donde- decía- el rey David compite con la Biblia, donde se trata del bien y del mal. Con cada uno de los versículos, la enseñanza se prolongaba durante semanas, desmenuzaba las palabras haciendo vibrar todos los registros: literario, filosófico, religioso. Un día le dije que deseaba clases con el texto en la mano. Así que leímos a Miqueas. ¿ Por qué Miqueas? Porque era el último profeta y era importante, según decía, conocer las últimas palabras del último profeta a propósito de los judíos y de la humanidad.
En una ocasión hablamos de las lamentaciones y de los profetas del hurbán, el desastre. Me pidió que comentase el versículo siguiente:
Devuélvenos a ti y regresaremos.
Y restablece los días de antaño.
Dije: Son palabras de consuelo. Se enfureció. En absoluto, son palabras de desesperación. Antaño es una alusión al primer día, a la inocencia de Adán y Eva. Tras el fracaso de la humanidad, el pueblo judío reclama que se restablezca la época en que el libre albedrío no existía y todo estaba en mano de d-os-
Estudié con él durante cuatro o cinco años, de dos a tres veces por semana, en la casa de un amigo o en la sinagoga. Recuerdo que, en varias ocasiones, estudiabamos y llorábamos. Teníamos la impresión que los cielos se abrían.
De acuerdo al Libro de Shlomo Malka, en los quince años que el maestro talmúdico vivió en Uruguay departió en varias oportunidades con León Schimmel, a quién conocía por haber tenido a su hermano como alumno en la Francia de posguerra.
Se cortó el pelo en la peluquería de Jaime Wodwoz.
El camisero Ehrdman, organizó múltiples jornadas de estudio en su casa, a las que llegaron asistir más de medio centenar de personas.
Estudio con la piadosa familia Schnurmann y con los Serviansky.
Intercambió ideas con el abogado fallecido en la década de los noventa de apellido Wyzebor. Raquel Orzuj dice que debe tratarse de Meier Wszebor, el redactor político de Folksblat, el diario en Yiddish de mayor tirada en Uruguay.
Frecuentó la Yeshiva de la calle Maldonado y el Instituto Yavne.
Era habitúe del tugurioso Café Armonía.
Falleció el 26 de Tevet de 5726, luego de sentirse mal en el modesto hotel Durazno, en la Ciudad del mismo nombre.
Fue Abrahám Kletzki quién le tocó encontrar al maestro en sus últimos suspiros.
A pedido del autor del libro, Abel Bronstein verificó el Registro de fallecimientos de la Comunidad Israelita del Uruguay y figuró su asiento a nombre de Mardochee Benssoussan, el nombre con el cual entró ilegalmente a nuestro País, según documentación que le falsificaron en el norte de Africa.
Carta de lector:
ene 26 a las 3:05 P.M.
Conoci a Shoshani. El frecuentaba la peluqueria de Wodowoz, en la calle Colonia casi Convencion. Pegado al negocio de David Graiver. Poco entendia yo de sus palestras. Ni me interesaban.
Adjunto cuentos(?) acerca de el: Decian que los nazis lo iban a castigar por ser judio. Circunciso. El afirmo ser musulman. Le exigieron que rezara el Coran, lo que hizo a la perfeccion. Salvo su vida.
Se estaba por hacer un film en Uruguay acerca de su vida. Se iba a llamar: PROFESOR SHOSHANI: Sabio o Brujo?
Al morir habria quedado una gran suma de dinero. Se mencionaba quien se habia apropiado de ese dinero.
Un frances, que vino a vivir a Punta del Este fue a la Kehila y ubico la tumba en el cementerio de La Paz. Dicen que pago una lapida y compro un lugar a su lado.
Habia sido su alumno en Francia.
Leon Schimmel tambien fue su alumno en Francia. Vive aun.
Un embajador de Israel en Uruguay, que habia estado en Uganda, me pregunto acerca de el. No se si lo ubico. Fue hace unos 30 años.
Esto lo mando para aumentar las incognitas a su respecto. Y para aclarar alguna otra. No creo que Leizer Wiessel
(Elie- diminutivo de Eliezer, su nombre hebreo haya hecho. Mantuve con el un intercambio epistolar y personal en fiestas de familia y cuando el estuvo en Uruguay y en Buenos aires. Sabiendo que yo soy uruguayo y que vivo en Uruguay, jamas me hablo de Shoshani.
Atentamente: Jacobo Fogel
Nombre: Oscar Scharf
YO ESTUVE EN EL SEMINARIO DE LA BNEY AKIVA CUANDO SHOSHANI Z"L FALLECIO Y FUE EN EL HOTEL DURAZNO ERA UNA PERSONA MUY PIADOSA, INTELIGENTE Y ESTUDIOSO DE LA TORA Y LLEGO PARA DARNOS ALGUNOS SHIURIM, LES COMENTO QUE YO ERA MUY CHICO Y PASABA TODOS LOS DIAS POR LA PUERTA DE MI CASA EN GOES Y ERA LA CALLE BLANDENGUES Y PORONGOS LO QUE MAS ME ASOMBRABA ERA SU VESTIMENTA YA QUE SE PONIA UNA CORBATA ENCIMA DE LA OTRA Y MI CURIOSIDAD POR TENER ALREDEDOR DE 10 AÑOS ERA PORQUE HACIA ESO Y SI ESTABA LOCO, PERO UN MUY AMIGO MIO ME DIJO QUE LO HACIA PORQUE EL NO SE MIRABA EN UN ESPEJO Y NO SE PODIA DAR CUENTA ESA ES UNA PEQUEÑA ANECDOTA DE ESTE JAJAM
MAURICIO, GRACIAS !!DESCUBRÍ TRAMAS INCREÍBLES ! EL REDACTOR
POLÍTICO DE FOLKSBLAT,MEIER WSCHEBOR, FUE AMIGO DE
SHOSHANI, TAMBIEN LOS ERDMAN...QUÉ PRIVILEGIO INFANTIL HABERLO TENIDO DE
MAESTRO Y GUÍA....RAQUEL ORZUJ--Raquel Orzuj Litvan SHOSHANI, FUE MI PROFESOR PARTICULAR A MIS SEIS AÑOS- ME ENSEÑÓ IDISH Y HEBREO- MI PADRE,MOISES ORZUJ, FUNDADOR DEL DIARIO "FOLKSBLAT" , LO TRAJO DE BS AS.-Y LO AYUDÓ !!
Fin
Fin.
De como el Rabino Aaron Milevsky Z"L se vió envuelto en una intriga internacional ( Milevsky.blogspot.com).
De como el Rabino Aaron Milevsky Z"L se vió envuelto en una intriga internacional. ( Milevsky.blogspot.com)
La idea común de los Judios Europeos fue, que a pesar de que nuestros hermanos judíos en Alemania están pasando por un período difícil, estamos a salvo. Pocos fuera de Alemania, sintieron la urgente necesidad de apartarse de Europa. La importante minoría que emigró en una ola de pánico en 1933 fue una experiencia alemana. [4]
Una de las pocas excepciones a esta actitud general era un rabino lituano con el nombre de Aaron Milevsky, que detectó las nubes negras de Hitler, y dejó su púlpito en Alitus, Lituania, para servir como Rabino en Montevideo, Uruguay. [5]
Como veremos más adelante, Milevsky jugó un papel clave en la ayuda proporcionada a los refugiados europeos que fueron detenidos en Shanghai durante los años de guerra.
El destino de los Judios de Europa del Este cambió drásticamente con la invasión de Polonia el 1 de septiembre de 1939. El 17 de septiembre, de acuerdo con el tratado Molotov-Ribbentrop, el ejército soviético invadió Polonia desde el este. [6]
Mientras que los Judios en la parte occidental de Polonia estaban aprendiendo de primera mano de la brutalidad de la SS, sus hermanos del Este estaban sufriendo bajo el control soviético.
Uno de los primeros puntos de la agenda Comunista fue el cierre de todas las Yeshivot. A los alumnos de los seminarios rabínicos se les aconsejó salir. Vilna, que era, en ese momento parte de Lituania independiente se convirtió en el centro de muchas de las Yeshivot. [7]
La idea común de los Judios Europeos fue, que a pesar de que nuestros hermanos judíos en Alemania están pasando por un período difícil, estamos a salvo. Pocos fuera de Alemania, sintieron la urgente necesidad de apartarse de Europa. La importante minoría que emigró en una ola de pánico en 1933 fue una experiencia alemana. [4]
Una de las pocas excepciones a esta actitud general era un rabino lituano con el nombre de Aaron Milevsky, que detectó las nubes negras de Hitler, y dejó su púlpito en Alitus, Lituania, para servir como Rabino en Montevideo, Uruguay. [5]
Como veremos más adelante, Milevsky jugó un papel clave en la ayuda proporcionada a los refugiados europeos que fueron detenidos en Shanghai durante los años de guerra.
El destino de los Judios de Europa del Este cambió drásticamente con la invasión de Polonia el 1 de septiembre de 1939. El 17 de septiembre, de acuerdo con el tratado Molotov-Ribbentrop, el ejército soviético invadió Polonia desde el este. [6]
Mientras que los Judios en la parte occidental de Polonia estaban aprendiendo de primera mano de la brutalidad de la SS, sus hermanos del Este estaban sufriendo bajo el control soviético.
Uno de los primeros puntos de la agenda Comunista fue el cierre de todas las Yeshivot. A los alumnos de los seminarios rabínicos se les aconsejó salir. Vilna, que era, en ese momento parte de Lituania independiente se convirtió en el centro de muchas de las Yeshivot. [7]
El erudito de la comunidad de Vilna era el Rabino Jaim Ozer Grodzinski (1863-1940) que aconsejó que salieran del este de Polonia inmediatamente, incluso en el día de shabat, debido a la preocupación de que la frontera se cerrará pronto y sería imposible salir de Rusia. [8]
La comunidad de Vilna asumió entonces la enorme tarea de ayudar a los refugiados. Dado que las condiciones empeoraron, la comunidad buscó la ayuda de los Estados Unidos. Además de la asistencia financiera que se necesita para sobrevivir día a día, las organizaciones centraron sus esfuerzos en encontrar la forma de conseguir que los Judios se vayan de Lituania. Aunque Lituania fue independiente en ese momento, muchos creyeron que se trataba de una situación temporal y que Alemania o Rusia pronto la invadiría. [9]
En la edición de septiembre de la American Jewish Orthodox mensual "Hapardes", encontramos la siguiente súplica para el rescate de la Yeshiva Mirrer:
"La guerra que afectó a Polonia en septiembre de 1939 golpeó también el gran centro de la Torá de Polonia. La Yeshiva Mirrer, con sus más de 400 alumnos se ve obligada a huir. Si bien la cosa está tranquila en Vilna, esto es temporal. Tarde o temprano, ese país pasará a estar bajo el control de la Rusia soviética y ello será el fin la Yeshiva.
El país de refugio podría ser Japón.
Claramente, los refugiados y otros judíos en Lituania se encontraban en una desesperada búsqueda de su salvación.
Sin embargo, varias circunstancias impidieron a la mayoría de los Judios escapar.
La primera dificultad eran las cuotas establecidas para ingresar en los Estados Unidos y en Palestina.
Una de las opciones que eventualmente ayudó a salvar a numerosos refugiados fue la obtención de visas de Curazao.
Nathan Gutwirth era estudiante de la escuela talmúdica de Telshe en Lituania. Era holandés.
Gutwirth había solicitado al embajador holandés en Riga que conceda autorizaciones para emigrar a Curazao, que formaba parte de las Antillas Holandesas.
La comunidad de Vilna asumió entonces la enorme tarea de ayudar a los refugiados. Dado que las condiciones empeoraron, la comunidad buscó la ayuda de los Estados Unidos. Además de la asistencia financiera que se necesita para sobrevivir día a día, las organizaciones centraron sus esfuerzos en encontrar la forma de conseguir que los Judios se vayan de Lituania. Aunque Lituania fue independiente en ese momento, muchos creyeron que se trataba de una situación temporal y que Alemania o Rusia pronto la invadiría. [9]
En la edición de septiembre de la American Jewish Orthodox mensual "Hapardes", encontramos la siguiente súplica para el rescate de la Yeshiva Mirrer:
"La guerra que afectó a Polonia en septiembre de 1939 golpeó también el gran centro de la Torá de Polonia. La Yeshiva Mirrer, con sus más de 400 alumnos se ve obligada a huir. Si bien la cosa está tranquila en Vilna, esto es temporal. Tarde o temprano, ese país pasará a estar bajo el control de la Rusia soviética y ello será el fin la Yeshiva.
El país de refugio podría ser Japón.
Claramente, los refugiados y otros judíos en Lituania se encontraban en una desesperada búsqueda de su salvación.
Sin embargo, varias circunstancias impidieron a la mayoría de los Judios escapar.
La primera dificultad eran las cuotas establecidas para ingresar en los Estados Unidos y en Palestina.
Una de las opciones que eventualmente ayudó a salvar a numerosos refugiados fue la obtención de visas de Curazao.
Nathan Gutwirth era estudiante de la escuela talmúdica de Telshe en Lituania. Era holandés.
Gutwirth había solicitado al embajador holandés en Riga que conceda autorizaciones para emigrar a Curazao, que formaba parte de las Antillas Holandesas.
Cuando sus amigos en la Yeshiva Mirrer expresaron su deseo de utilizar esta vía de salida, Gutwirth apeló de nuevo al embajador holandés en Riga. El embajador explicó que "ningún visado a Curazao era necesario, pero un permiso de aterrizaje sólo podía ser concedido por el Gobernador de Curazao".
El embajador, consciente de este dispositivo de salvamento, autorizó al cónsul holandés en Kovno a conceder las visas. Todo el profesorado y el alumnado de la Yeshiva Mirrer podrían salvarse. [10]
Sin embargo, los soviéticos no concedieron los visados de salida .
Se insistió en ver un documento de un país vecino que les diese el permiso para la estancia temporaria.
Siendo que el frente occidental estaba en guerra, la única opción era viajar hacia el este, a través de Japón. Los japoneses sabían que los visados finales hacia Curacao no tenían ningún valor y por ello no otorgaría las visas de estancia temporaria. [11]
Afortunadamente un "ángel " apareció y miles de Judios fueron salvados.
Senpo Sugihara, un diplomático japonés, fue enviado a Kovno por el embajador japonés en Berlín a fin de informar los movimientos de Alemania en el frente oriental.
Sugihara reconoció la difícil situación de los refugiados judíos, y por compasión expedió los visados de tránsito, en violación directa de sus órdenes de Tokio.
Sugihara continuó escribiendo a mano visas hasta al 4 de septiembre, cuando tuvo que dejar su puesto . Para ese entonces ya había concedido más de 3500 visas. Seguía escribiendo visas en el hotel y después de subir al tren, lanzando visados entre la multitud de refugiados desesperados por la ventana del tren hasta que el tren se alejaba. [12]
El embajador, consciente de este dispositivo de salvamento, autorizó al cónsul holandés en Kovno a conceder las visas. Todo el profesorado y el alumnado de la Yeshiva Mirrer podrían salvarse. [10]
Sin embargo, los soviéticos no concedieron los visados de salida .
Se insistió en ver un documento de un país vecino que les diese el permiso para la estancia temporaria.
Siendo que el frente occidental estaba en guerra, la única opción era viajar hacia el este, a través de Japón. Los japoneses sabían que los visados finales hacia Curacao no tenían ningún valor y por ello no otorgaría las visas de estancia temporaria. [11]
Afortunadamente un "ángel " apareció y miles de Judios fueron salvados.
Senpo Sugihara, un diplomático japonés, fue enviado a Kovno por el embajador japonés en Berlín a fin de informar los movimientos de Alemania en el frente oriental.
Sugihara reconoció la difícil situación de los refugiados judíos, y por compasión expedió los visados de tránsito, en violación directa de sus órdenes de Tokio.
Sugihara continuó escribiendo a mano visas hasta al 4 de septiembre, cuando tuvo que dejar su puesto . Para ese entonces ya había concedido más de 3500 visas. Seguía escribiendo visas en el hotel y después de subir al tren, lanzando visados entre la multitud de refugiados desesperados por la ventana del tren hasta que el tren se alejaba. [12]
Con Curacao como destino final y las visas transitorias de japón , los refugiados de la Mirrer Yeshiva obtuvieron los permisos para abandonar Lituania.
Después de viajar durante 11 días a través de Siberia, llegaron a Vladivostok, donde abordaron un carguero, que estaba abarrotado con 550 refugiados. El grupo finalmente llegó a Kobe, Japón.
Entre los muchos desafíos de visas, declaraciones juradas y búsqueda de un nuevo hogar, los estudiantes estaban preocupados por un problema halájico bastante interesante: ¿ En que huso horario estarían? Las diferencias de opinión de los eruditos judíos versaban en cuanto a la ubicación correcta. Según algunas autoridades estaban 180 grados al este de Jerusalén, y por tanto al este de Japón. Otros alegaron que la línea estaba a Occidente. Debido a la gravedad de la cuestión, muchos observaron el sábado judío durante dos días. Sin embargo, esta no es una solución práctica para el Día de la Expiación, cuando Judios están obligados a ayunar durante un período completo de veinticuatro horas. El ayuno durante cuarenta ocho horas no era una opción. [13]
Para añadir a la sensación de inseguridad existente, hubo un temor de que las visas temporales se vencerían antes de tiempo.
Por suerte, un justo como Setzuso Kotsuji estaba allí para ayudar.
Setzuso Kotsuji nació en una familia aristocrática japonesa. Su padre, era un prominente sacerdote sintoísta, descendiente de una larga línea de sacerdotes famosos. A una edad temprana, Setzuso visitó una librería de antigüedades en la que descubrió un Tanaj, la Biblia hebrea, que había sido traducida al japonés. En 1937, publicó su primer libro traducido al japonés de la lengua hebrea . En ese momento, él también fundó el Departamento de Tanaj de la Universidad de Tokio. Este departamento atrajo a muchos estudiantes. Muy rápidamente, el profesor Kotsuji fue aclamado en Japón como un erudito y pensador de renombre. También fue muy apreciado en los círculos gubernamentales, donde hizo muchos amigos.
Posteriormente utilizó estas conexiones para ayudar a los refugiados judíos. Por razones puramente humanitarias, el profesor Kotsuji se involucró en los problemas de los refugiados e hizo grandes esfuerzos para obtener la extensión de las visas .
Para ello, utilizó la amistad con el ministro de Asuntos Exteriores de Japón.
Como resultado de la intervención del profesor Kotsuji, las autoridades japonesas acordaron extender las visas en varias ocasiones.
Con ningún otro país dispuesto a aceptar a los Judios, había una opción para los refugiados: Shanghai.
La elección de Shanghai como un refugio potencial fue dictado no sólo por la proximidad geográfica, sino también por la necesidad.
El status de la ciudad era que sería gobernada por un consejo municipal integrado por representantes de las potencias extranjeras que tenían derechos extraterritoriales en el puerto chino, Shanghai era uno de los pocos lugares en el mundo donde los Judios todavía podría obtener la entrada. Por otra parte, se generó una rica e influyente comunidad judía local que podría proporcionar asistencia.
Después de viajar durante 11 días a través de Siberia, llegaron a Vladivostok, donde abordaron un carguero, que estaba abarrotado con 550 refugiados. El grupo finalmente llegó a Kobe, Japón.
Entre los muchos desafíos de visas, declaraciones juradas y búsqueda de un nuevo hogar, los estudiantes estaban preocupados por un problema halájico bastante interesante: ¿ En que huso horario estarían? Las diferencias de opinión de los eruditos judíos versaban en cuanto a la ubicación correcta. Según algunas autoridades estaban 180 grados al este de Jerusalén, y por tanto al este de Japón. Otros alegaron que la línea estaba a Occidente. Debido a la gravedad de la cuestión, muchos observaron el sábado judío durante dos días. Sin embargo, esta no es una solución práctica para el Día de la Expiación, cuando Judios están obligados a ayunar durante un período completo de veinticuatro horas. El ayuno durante cuarenta ocho horas no era una opción. [13]
Para añadir a la sensación de inseguridad existente, hubo un temor de que las visas temporales se vencerían antes de tiempo.
Por suerte, un justo como Setzuso Kotsuji estaba allí para ayudar.
Setzuso Kotsuji nació en una familia aristocrática japonesa. Su padre, era un prominente sacerdote sintoísta, descendiente de una larga línea de sacerdotes famosos. A una edad temprana, Setzuso visitó una librería de antigüedades en la que descubrió un Tanaj, la Biblia hebrea, que había sido traducida al japonés. En 1937, publicó su primer libro traducido al japonés de la lengua hebrea . En ese momento, él también fundó el Departamento de Tanaj de la Universidad de Tokio. Este departamento atrajo a muchos estudiantes. Muy rápidamente, el profesor Kotsuji fue aclamado en Japón como un erudito y pensador de renombre. También fue muy apreciado en los círculos gubernamentales, donde hizo muchos amigos.
Posteriormente utilizó estas conexiones para ayudar a los refugiados judíos. Por razones puramente humanitarias, el profesor Kotsuji se involucró en los problemas de los refugiados e hizo grandes esfuerzos para obtener la extensión de las visas .
Para ello, utilizó la amistad con el ministro de Asuntos Exteriores de Japón.
Como resultado de la intervención del profesor Kotsuji, las autoridades japonesas acordaron extender las visas en varias ocasiones.
Con ningún otro país dispuesto a aceptar a los Judios, había una opción para los refugiados: Shanghai.
La elección de Shanghai como un refugio potencial fue dictado no sólo por la proximidad geográfica, sino también por la necesidad.
El status de la ciudad era que sería gobernada por un consejo municipal integrado por representantes de las potencias extranjeras que tenían derechos extraterritoriales en el puerto chino, Shanghai era uno de los pocos lugares en el mundo donde los Judios todavía podría obtener la entrada. Por otra parte, se generó una rica e influyente comunidad judía local que podría proporcionar asistencia.
Mientras que los recursos se habían visto afectados por la reciente llegada de unos 17 000 refugiados judíos de Europa Central, Shanghai tenía varios líderes de la comunidad que estaban dispuestos a ayudar a los refugiados. [15]
A finales de marzo de 1941 llegó a conocimiento de la comunidad judía de Shangai que otro grupo de rabinos polacos estaba en una situación angustiosa.
Habían llegado a Vladivostok en su camino a Japón, pero fueron detenidos por los rusos. La mayoría poseían visas hacia Curazao. Sin embargo, en ese momento, estaba claro para las autoridades japonesas que las personas con visados de Curazao no se dirigían a América Central.
Los japoneses, por lo tanto, prohibieron el ingreso de todos los refugiados que no poseían visas definitivas de residencia en Japón.
Los rusos, mientras tanto, había informado a los refugiados en Vladivostok que no se les permitiría permanecer allí indefinidamente [16]
Uno de los refugiados de Vladivostok era Hillel Mannes.
Mannes, conciente del hecho de que Shanghai era la única opción, envió un cable a dicha ciudad pidiendo ayuda.
El 24 de marzo de 1941, recibió la siguiente respuesta: ". Se nos hace muy difícil obtener los permisos"
En su diario, Mannes escribió: "Entonces me telegrafió el Rabino de Shanghai, diciendome que recibiriamos la ayuda de su secretario, Yosef Tugenhaft .
El 7 de abril de 1941 el rabino Ashkenazi obtuvo los permisos de salida de Vladivostok. El único problema era el transporte de Vladivostok a Shanghai.
No había travesías directas desde Vladivostok a Shanghai programadas para los próximos dos meses.
Los rusos, mientras tanto, insistieron en que una solución debía ser encontrada y no se permitiría que los refugiados permanezcan en Vladivostok indefinidamente.
Finalmente, la buena noticia llegó a través de un cable de Shanghai, el séptimo día de Pesaj (Pascua) informando que una barco pasaría por Vladivostok en su camino a Shanghai y que podían abordarlos en Mozoei. Tales escalas se daban una o dos veces al año. Se pensó que era un Ness (milagro) . Habíamos sobrepasado nuestra estancia en Vladivostok. ¿ Se puede imaginar la emoción que produjo la noticia, libres en Pesaj! Nuestros corazones estaban llenos de gratitud a Hashem por habernos llevado a cabo nuestra Cheiruss (libertad) ". [18]
Un grupo de 47 personas salieron de Vladivostok el 1 de mayo de 1941, en un barco llamado Artica, y tres días más tarde en estaban en Shanghai.
A finales de marzo de 1941 llegó a conocimiento de la comunidad judía de Shangai que otro grupo de rabinos polacos estaba en una situación angustiosa.
Habían llegado a Vladivostok en su camino a Japón, pero fueron detenidos por los rusos. La mayoría poseían visas hacia Curazao. Sin embargo, en ese momento, estaba claro para las autoridades japonesas que las personas con visados de Curazao no se dirigían a América Central.
Los japoneses, por lo tanto, prohibieron el ingreso de todos los refugiados que no poseían visas definitivas de residencia en Japón.
Los rusos, mientras tanto, había informado a los refugiados en Vladivostok que no se les permitiría permanecer allí indefinidamente [16]
Uno de los refugiados de Vladivostok era Hillel Mannes.
Mannes, conciente del hecho de que Shanghai era la única opción, envió un cable a dicha ciudad pidiendo ayuda.
El 24 de marzo de 1941, recibió la siguiente respuesta: ". Se nos hace muy difícil obtener los permisos"
En su diario, Mannes escribió: "Entonces me telegrafió el Rabino de Shanghai, diciendome que recibiriamos la ayuda de su secretario, Yosef Tugenhaft .
El 7 de abril de 1941 el rabino Ashkenazi obtuvo los permisos de salida de Vladivostok. El único problema era el transporte de Vladivostok a Shanghai.
No había travesías directas desde Vladivostok a Shanghai programadas para los próximos dos meses.
Los rusos, mientras tanto, insistieron en que una solución debía ser encontrada y no se permitiría que los refugiados permanezcan en Vladivostok indefinidamente.
Finalmente, la buena noticia llegó a través de un cable de Shanghai, el séptimo día de Pesaj (Pascua) informando que una barco pasaría por Vladivostok en su camino a Shanghai y que podían abordarlos en Mozoei. Tales escalas se daban una o dos veces al año. Se pensó que era un Ness (milagro) . Habíamos sobrepasado nuestra estancia en Vladivostok. ¿ Se puede imaginar la emoción que produjo la noticia, libres en Pesaj! Nuestros corazones estaban llenos de gratitud a Hashem por habernos llevado a cabo nuestra Cheiruss (libertad) ". [18]
Un grupo de 47 personas salieron de Vladivostok el 1 de mayo de 1941, en un barco llamado Artica, y tres días más tarde en estaban en Shanghai.
El Rabino Ashkenazi y los líderes locales continuaron sus esfuerzos para obtener permisos adicionales para el grupo Mirrer en Kobe y para los estudiantes de Yeshiva y rabinos que aún quedaban en Lituania.
Su campaña incluyó negociaciones con las autoridades locales japonesas y el Consejo Municipal de la Conciliación Internacional.
Lamentablemente los permisos de rescate no lograron salvar a los Judios atrapados en Lituania. Sin embargo, se sentó las bases para la reubicación de los estudiosos de la Torá varados desde Japón a Shanghai, un paso que finalmente ayudó a asegurar su supervivencia. [19].
Después de su prolongada estancia en Japón, unos 900 refugiados polacos finalmente llegaron a Shanghai en el otoño de 1941. El primer proyecto para el grupo de recién llegados fue el establecimiento de una organización de ayuda por separado.
La ayuda financiera se proporcionó a todos los refugiados por el Comité de Asistencia a refugiados judíos europeos en Shanghai (CFA), con fondos proporcionados por organismos de socorro en el extranjero como el Joint Distribution Committee (JDC) de los Estados Unidos.
Los recién llegados fueron alojados temporalmente en una antigua sinagoga y experimentaron condiciones muy difíciles. Se necesitaba financiamiento adicional. Se estableció el Comité para la Asistencia de los Refugiados judíos de Europa del Este (Jewcom). [20]
El nivel de asistencia no era suficiente para los refugiados. En un telegrama enviado al rabino Silver de La Hahatzala Vaad en Nueva York, el rabino Chaim Schmulewicz, Decano de la Yeshiva Mirrer, escribió:
" Se necesita unas partidas mínimas para los rabinos de las yeshivot, vivienda y alimento. Los estudiantes no pueden complementar el ingreso con trabajo. Estan agolpados en la sinagoga. [21] El informe de la situación en Shanghai provocó un esfuerzo de recaudación de fondos que significó un alivio importante para el movimiento. Como resultado, el Vaad envió cerca de siete mil dólares durante el período anterior al estallido de la guerra en el Pacífico.
A lo largo de este período, el Vaad invertió sus esfuerzos en organizar la emigración de los estudiosos de la Torá de Shanghai, ya que era obvio que Shanghai era apenas un refugio temporal . Sin embargo, por el momento todos los arreglos necesarios se habían hecho para que los refugiados judíos viajaran desde Shanghai a Manila el 11 de diciembre de 1941, pero los japoneses atacaron Pearl Harbor, y el viaje tuvo que ser cancelado.
Su campaña incluyó negociaciones con las autoridades locales japonesas y el Consejo Municipal de la Conciliación Internacional.
Lamentablemente los permisos de rescate no lograron salvar a los Judios atrapados en Lituania. Sin embargo, se sentó las bases para la reubicación de los estudiosos de la Torá varados desde Japón a Shanghai, un paso que finalmente ayudó a asegurar su supervivencia. [19].
Después de su prolongada estancia en Japón, unos 900 refugiados polacos finalmente llegaron a Shanghai en el otoño de 1941. El primer proyecto para el grupo de recién llegados fue el establecimiento de una organización de ayuda por separado.
La ayuda financiera se proporcionó a todos los refugiados por el Comité de Asistencia a refugiados judíos europeos en Shanghai (CFA), con fondos proporcionados por organismos de socorro en el extranjero como el Joint Distribution Committee (JDC) de los Estados Unidos.
Los recién llegados fueron alojados temporalmente en una antigua sinagoga y experimentaron condiciones muy difíciles. Se necesitaba financiamiento adicional. Se estableció el Comité para la Asistencia de los Refugiados judíos de Europa del Este (Jewcom). [20]
El nivel de asistencia no era suficiente para los refugiados. En un telegrama enviado al rabino Silver de La Hahatzala Vaad en Nueva York, el rabino Chaim Schmulewicz, Decano de la Yeshiva Mirrer, escribió:
" Se necesita unas partidas mínimas para los rabinos de las yeshivot, vivienda y alimento. Los estudiantes no pueden complementar el ingreso con trabajo. Estan agolpados en la sinagoga. [21] El informe de la situación en Shanghai provocó un esfuerzo de recaudación de fondos que significó un alivio importante para el movimiento. Como resultado, el Vaad envió cerca de siete mil dólares durante el período anterior al estallido de la guerra en el Pacífico.
A lo largo de este período, el Vaad invertió sus esfuerzos en organizar la emigración de los estudiosos de la Torá de Shanghai, ya que era obvio que Shanghai era apenas un refugio temporal . Sin embargo, por el momento todos los arreglos necesarios se habían hecho para que los refugiados judíos viajaran desde Shanghai a Manila el 11 de diciembre de 1941, pero los japoneses atacaron Pearl Harbor, y el viaje tuvo que ser cancelado.
Kalmanowitz y el Vaad continuaron con la comunicación ilegal a pesar de varias advertencias por parte del FBI de detenciones inminentes. [27]
Para que el Vaad pudiese seguir prestando asistencia a los refugiados, se desarrolló un sistema en el que los residentes en Shanghai que tenían medios económicos otorgaran préstamos a nivel local, con la garantía de que el Vaad depositaría la misma cantidad en cuentas bancarias estadounidenses.
Sin embargo, se necesitaban fuentes fiables en países neutrales para transferir la información.
Unas semanas después del ataque a Pearl Harbor, el Vaad había renovado la comunicación con Shanghai a través de Rabí Aarón Milevsky, el ex rabino de Alitus, Lituania, que estaba sirviendo en Montevideo, Uruguay.
Milevsky se vió involucrado en el alivio de los refugiados mientras aún estaban en Vilna, y mantuvo correspondencia con el Rabino Jaim Ozer Grodzinski en 1940.
En enero de 1942, como el rabino Milevsky estaba celebrando el nacimiento de su hijo Uziel, envió un cable afirmando que se necesitaban medidas urgentes. [28]
Aunque el canal de comunicación había sido firmemente establecido, un medio que había encontrado era ocultar el verdadero contenido de los mensajes ya que el contexto violaba regulaciones estadounidenses.
Un código especial, basado en el primer capítulo del Éxodo, fue ideado.
Cada uno de los hijos del patriarca Jacob está listado como que habían descendido a Egipto y se le dio un valor numérico en orden ascendente; Reuben, Shimon, Levi, Isacar Yehuda, Zevulun, Benjamín, Dan, Neftalí, Gad y Aser. Reuben se convirtió en el código por $ 100, y después de cada nombre que representa un adicional de $ 100. Además, diversos términos, como "pieles", "balas" y "rabinos" se podía utilizar para referirse al dinero, y las palabras hebreas fueron sustituidas a menudo por los números.
Así, por ejemplo, el 16 de enero de 1942, el Rabino Jaim Shmulewitz, Decano de la Yeshiva Mirrer en Shanghai se comunicó con Milevsky a través del siguiente mensaje del rabino Kalmanowitz en Nueva York:
"Ponevejskys Epstein Shmoinogd visitar Feldman 235 West 29."
La explicación del mensaje es el siguiente: David Ponevejsky, residente de Shanghai, estaba dispuesto a dar a los estudiosos de Torá ocho mil dólares (Shmona es la palabra hebrea para el número ocho) a cambio de la misma cantidad que se depositaría en Chicago por el Rabino Efraim Epstein. Para que la transacción se llevara a cabo, sería necesario ceder dicha suma a Aaron Feldman cuya dirección es 235 West 29th Street, New York City.
La confirmación de la operación y las instrucciones con respecto a la distribución de los fondos adicionales que figuran en la respuesta de Rabí Kalmanowitz, fue telegrafiada por el rabino Milevsky el 22 de enero de 1942:
"Aron también. Parar. Epstein se refiere Detener todos. También hermanos Gud [sic] Rubén Kotler Yisochor Mirsky cuanto se refiere a Kletzer Judá Grosovski cuanto Kamienietzky Shimon cuanto Telz Lubliner Beth Jacob Rabonim. Todo el mundo se refiere a Reuben Nawaredok Slonimer. Todos se encuentran bien. "
Para que el Vaad pudiese seguir prestando asistencia a los refugiados, se desarrolló un sistema en el que los residentes en Shanghai que tenían medios económicos otorgaran préstamos a nivel local, con la garantía de que el Vaad depositaría la misma cantidad en cuentas bancarias estadounidenses.
Sin embargo, se necesitaban fuentes fiables en países neutrales para transferir la información.
Unas semanas después del ataque a Pearl Harbor, el Vaad había renovado la comunicación con Shanghai a través de Rabí Aarón Milevsky, el ex rabino de Alitus, Lituania, que estaba sirviendo en Montevideo, Uruguay.
Milevsky se vió involucrado en el alivio de los refugiados mientras aún estaban en Vilna, y mantuvo correspondencia con el Rabino Jaim Ozer Grodzinski en 1940.
En enero de 1942, como el rabino Milevsky estaba celebrando el nacimiento de su hijo Uziel, envió un cable afirmando que se necesitaban medidas urgentes. [28]
Aunque el canal de comunicación había sido firmemente establecido, un medio que había encontrado era ocultar el verdadero contenido de los mensajes ya que el contexto violaba regulaciones estadounidenses.
Un código especial, basado en el primer capítulo del Éxodo, fue ideado.
Cada uno de los hijos del patriarca Jacob está listado como que habían descendido a Egipto y se le dio un valor numérico en orden ascendente; Reuben, Shimon, Levi, Isacar Yehuda, Zevulun, Benjamín, Dan, Neftalí, Gad y Aser. Reuben se convirtió en el código por $ 100, y después de cada nombre que representa un adicional de $ 100. Además, diversos términos, como "pieles", "balas" y "rabinos" se podía utilizar para referirse al dinero, y las palabras hebreas fueron sustituidas a menudo por los números.
Así, por ejemplo, el 16 de enero de 1942, el Rabino Jaim Shmulewitz, Decano de la Yeshiva Mirrer en Shanghai se comunicó con Milevsky a través del siguiente mensaje del rabino Kalmanowitz en Nueva York:
"Ponevejskys Epstein Shmoinogd visitar Feldman 235 West 29."
La explicación del mensaje es el siguiente: David Ponevejsky, residente de Shanghai, estaba dispuesto a dar a los estudiosos de Torá ocho mil dólares (Shmona es la palabra hebrea para el número ocho) a cambio de la misma cantidad que se depositaría en Chicago por el Rabino Efraim Epstein. Para que la transacción se llevara a cabo, sería necesario ceder dicha suma a Aaron Feldman cuya dirección es 235 West 29th Street, New York City.
La confirmación de la operación y las instrucciones con respecto a la distribución de los fondos adicionales que figuran en la respuesta de Rabí Kalmanowitz, fue telegrafiada por el rabino Milevsky el 22 de enero de 1942:
"Aron también. Parar. Epstein se refiere Detener todos. También hermanos Gud [sic] Rubén Kotler Yisochor Mirsky cuanto se refiere a Kletzer Judá Grosovski cuanto Kamienietzky Shimon cuanto Telz Lubliner Beth Jacob Rabonim. Todo el mundo se refiere a Reuben Nawaredok Slonimer. Todos se encuentran bien. "
Las instrucciones del Vaad fueron : El dinero ha sido depositado según su petición ("Aron bien"). Los $ 800 pedidos por el rabino Epstein se van a distribuir a todos los refugiados estudiosos de la Torá. "(Todo el mundo se refiere a Epstein"). Además, las siguientes sumas se depositaron para las Yeshivot : $ 1100 (Gud Reuben ") para la Yeshiva Mirrer (" Mirsky "), $ 500 (" Yisochor) para la Yeshiva Kletzk ("Kotler cuanto Kletzker), $ 400 (" Judá ") para la Yeshiva Kamenetz (" Grosovski cuanto Kamienietzky "), $ 200 (" Simón ") cada uno para los estudiantes de Telz, Lublin, Escuela Beth Jacob niñas, así como para los rabinos, y $ 100 (" Rubén ") para el Navardok Yeshivot y Slonim.
De esta manera, decenas de miles de dólares fueron entregados a los rabinos y estudiantes de yeshiva en Shanghai durante la guerra. En el verano de 1942, 22.000 dólares fueron repartidos. [29]
Milevsky continuó con este esquema a pesar de las presiones del gobierno uruguayo y varias visitas de funcionarios estadounidenses, quienes amenazaron que si el contenido de los cables enigmáticos no se explicaba , Milevsky se colocaría detrás de las rejas. [30]
Sin embargo, el cambio tenía que hacerse en el canal de comunicación cuando, el 25 de enero de 1942, Uruguay rompió relaciones diplomáticas con Alemania, Italia y Japón, y posteriormente declaró la guerra a Japón.
A partir de la primavera de 1942 todos los mensajes desde y hacia Shanghai se transmitieron por la vía Milevsky, desde Argentina con la ayuda del rabino Zev Hillel Klein, el líder de la comunidad Mizrachi en Buenos Aires.
Los cables Milevsky dieron apoyo a los refugiados en Shanghai durante toda la duración de la guerra, hasta que los refugiados fueron finalmente capaces de partir en 1946.
De esta manera, decenas de miles de dólares fueron entregados a los rabinos y estudiantes de yeshiva en Shanghai durante la guerra. En el verano de 1942, 22.000 dólares fueron repartidos. [29]
Milevsky continuó con este esquema a pesar de las presiones del gobierno uruguayo y varias visitas de funcionarios estadounidenses, quienes amenazaron que si el contenido de los cables enigmáticos no se explicaba , Milevsky se colocaría detrás de las rejas. [30]
Sin embargo, el cambio tenía que hacerse en el canal de comunicación cuando, el 25 de enero de 1942, Uruguay rompió relaciones diplomáticas con Alemania, Italia y Japón, y posteriormente declaró la guerra a Japón.
A partir de la primavera de 1942 todos los mensajes desde y hacia Shanghai se transmitieron por la vía Milevsky, desde Argentina con la ayuda del rabino Zev Hillel Klein, el líder de la comunidad Mizrachi en Buenos Aires.
Los cables Milevsky dieron apoyo a los refugiados en Shanghai durante toda la duración de la guerra, hasta que los refugiados fueron finalmente capaces de partir en 1946.
Más de una década después de este episodio dos cuñadas del rabino Milevsky estaban sentadas en un restaurante de Nueva York.
Un desconocido, que había estado escuchando en la conversación, se acercó a ellas y les preguntó si eran hijas algo de la vieja Señora Kolitz de Jerusalén.
Después de que las dos mujeres respondieron afirmativamente, el desconocido preguntó por el bienestar de cada miembro de su familia y estaba muy interiorizado con todos los detalles de la familia extensa.
Las hermanas se quedaron atónitas con respecto a cómo este extraño supiera tanto de una familia que vivía en varios países. Después de ver su respuesta a sus preguntas, el desconocido les explicó que durante la Segunda Guerra Mundial, él había trabajado para el gobierno de los EE.UU. en la Oficina de censura, un organismo creado en tiempos de guerra, el 19 de diciembre de 1941 para ayudar en la censura de todas las comunicaciones que entran en y salen de los Estados Unidos.
Uno de los agentes, que habían estado revisando los cables enviados desde y para Milevsky en Uruguay, comenzó a sospechar de la actividad y lo reportó a su superior.
Su superior, era el extraño en el restaurante que reconoció que una actividad ilegal se estaba llevando a cabo. Sin embargo, como Judio, que entendía que los cables no contenía ninguna amenaza a los EE.UU. y que tenía como objeto proporcionar algún tipo de asistencia a los refugiados.
En consecuencia, se notificó a todos los agentes que todos los cables de Milevsky debían ser llevados directamente a su escritorio. Como resultado, él era un "experto" en los hechos de la vida personal de la familia Milevsky. [31]
El canal Milevsky fue una parte vital de la supervivencia de los refugiados en el contexto duro de Shanghai.
Uno de los refugiados europeos que se han beneficiado de este apoyo fue el rabino Hillel Mannes. En ese momento, la familia Mannes 'vivió debajo del rabino Chaim Schmulewicz, quien fue el contacto del Vaad en Shanghai. Mannes, que se había casado y formado una familia después de su llegada a Shanghai, recibió apoyo a través del canal Milevsky y se convirtió en activo educador . Su esposa, Yenta, fue también maestra de la escuela Beth Jacob de Shanghai. El 2 de septiembre de 1946, tras la conclusión de la guerra y el nacimiento de su segunda hija, Chaya, la familia partió de Shanghai. Se establecieron en Wickliffe, Ohio. [32]
El Holocausto, el período más oscuro de la historia judía y el mundo, ha demostrado hasta qué punto el ser humano puede descender por medio de una filosofía corrupto y vicioso. Por otro lado, la gente como Zwareendjik, Sugihara, Kotsuji, Ashkenazi, Kalmanowitz y Milevsky, son una fuente de inspiración . Estos haces de luz pusieron su vida en juego por el bien de los demás y recordar al mundo que un verdadero "humano" es el que ve la imagen de Dios en cada persona.
El judaísmo enseña que aunque la recompensa por las buenas acciones se dan en el mundo venidero la bondad y la caridad recompensa el mérito adicional en este mundo.
El 21 de junio de 1966, el más joven hijo del rabino Milevsky , Uziel (nacido en el mes crítico de enero de 1942) se casó con Chaya Mannes.
Chaya había nacido en Shanghai después de la guerra.
Fin.
Un desconocido, que había estado escuchando en la conversación, se acercó a ellas y les preguntó si eran hijas algo de la vieja Señora Kolitz de Jerusalén.
Después de que las dos mujeres respondieron afirmativamente, el desconocido preguntó por el bienestar de cada miembro de su familia y estaba muy interiorizado con todos los detalles de la familia extensa.
Las hermanas se quedaron atónitas con respecto a cómo este extraño supiera tanto de una familia que vivía en varios países. Después de ver su respuesta a sus preguntas, el desconocido les explicó que durante la Segunda Guerra Mundial, él había trabajado para el gobierno de los EE.UU. en la Oficina de censura, un organismo creado en tiempos de guerra, el 19 de diciembre de 1941 para ayudar en la censura de todas las comunicaciones que entran en y salen de los Estados Unidos.
Uno de los agentes, que habían estado revisando los cables enviados desde y para Milevsky en Uruguay, comenzó a sospechar de la actividad y lo reportó a su superior.
Su superior, era el extraño en el restaurante que reconoció que una actividad ilegal se estaba llevando a cabo. Sin embargo, como Judio, que entendía que los cables no contenía ninguna amenaza a los EE.UU. y que tenía como objeto proporcionar algún tipo de asistencia a los refugiados.
En consecuencia, se notificó a todos los agentes que todos los cables de Milevsky debían ser llevados directamente a su escritorio. Como resultado, él era un "experto" en los hechos de la vida personal de la familia Milevsky. [31]
El canal Milevsky fue una parte vital de la supervivencia de los refugiados en el contexto duro de Shanghai.
Uno de los refugiados europeos que se han beneficiado de este apoyo fue el rabino Hillel Mannes. En ese momento, la familia Mannes 'vivió debajo del rabino Chaim Schmulewicz, quien fue el contacto del Vaad en Shanghai. Mannes, que se había casado y formado una familia después de su llegada a Shanghai, recibió apoyo a través del canal Milevsky y se convirtió en activo educador . Su esposa, Yenta, fue también maestra de la escuela Beth Jacob de Shanghai. El 2 de septiembre de 1946, tras la conclusión de la guerra y el nacimiento de su segunda hija, Chaya, la familia partió de Shanghai. Se establecieron en Wickliffe, Ohio. [32]
El Holocausto, el período más oscuro de la historia judía y el mundo, ha demostrado hasta qué punto el ser humano puede descender por medio de una filosofía corrupto y vicioso. Por otro lado, la gente como Zwareendjik, Sugihara, Kotsuji, Ashkenazi, Kalmanowitz y Milevsky, son una fuente de inspiración . Estos haces de luz pusieron su vida en juego por el bien de los demás y recordar al mundo que un verdadero "humano" es el que ve la imagen de Dios en cada persona.
El judaísmo enseña que aunque la recompensa por las buenas acciones se dan en el mundo venidero la bondad y la caridad recompensa el mérito adicional en este mundo.
El 21 de junio de 1966, el más joven hijo del rabino Milevsky , Uziel (nacido en el mes crítico de enero de 1942) se casó con Chaya Mannes.
Chaya había nacido en Shanghai después de la guerra.
Fin.
.
Enorme pérdida para la colectividad: falleció Egon Friedler
por Ana Jerozolimski / Publicado el 27 de Febrero de 2022 en Semanario Hebreo Jai.
Con profundo pesar recibimos la triste noticia del fallecimiento de Egon Friedler, un intelectual de altísimo nivel, a quien debemos agradecer en especial las décadas de aporte con su pluma inteligente y preparada, a las páginas de Semanario Hebreo.
Escribiremos al respecto más tarde y publicaremos algunos de sus artículos.
Pero ahora, apenas recibida la noticia, queremos honrar su memoria recordando que en octubre del 2018 , cuando la entrega del Premio Jerusalem al Dr. Jorge Chediak, Ministro de la Suprema Corte de Justicia, la Organización Sionista del Uruguay homenajeó a cuatro figuras que consideró realizan un aporte significativo a la colectividad judía uruguaya y al pueblo judío. Una de ellas fue Egon Friedler.
Pedimos entonces a Egon que comparta con nosotros sus pensamientos al respecto. Este es el corto pero hermoso texto que nos envió y que publicamos en su momento:
“Tengo la suerte de pertenecer a una generación que vivió los momentos históricos de los primeros años del Estado de Israel y convirtió el sionismo en su misión y su sentido de vida. Felizmente pude combinar mi vocación profesional con los nada fáciles deberes a menudo auto-asignados en una lucha larga y difícil por hacer oír la verdad en un mundo en el que lamentablemente sigue triunfando la mentira repetida hasta el cansancio. En hebreo hay una buena frase que pinta de alguna manera el ánimo de mi generación: "Lo al menat lekabel pras" (No para recibir un premio). Pero hay otra frase en hebreo, que dice "Ze osé tov la neshamá" o sea "Esto le hace bien al alma"”.
Vayan estas líneas acompañadas de un fuerte abrazo a su gran compañera de toda la vida Etel Kanovich, a sus hijas Rasia y Talma y sus familias, especialmente sus nietos por los que nos consta tenía adoración y sentía gran orgullo. Y a su hermana Silvia, en Israel.
Que en la vida intensa compartida y en todo lo que compartieron con él, hallen consuelo.
Bendita sea su memoria.
Ana Jerozolimski
Enorme pérdida para la colectividad: falleció Egon Friedler
por Ana Jerozolimski / Publicado el 27 de Febrero de 2022 en Semanario Hebreo Jai.
Con profundo pesar recibimos la triste noticia del fallecimiento de Egon Friedler, un intelectual de altísimo nivel, a quien debemos agradecer en especial las décadas de aporte con su pluma inteligente y preparada, a las páginas de Semanario Hebreo.
Escribiremos al respecto más tarde y publicaremos algunos de sus artículos.
Pero ahora, apenas recibida la noticia, queremos honrar su memoria recordando que en octubre del 2018 , cuando la entrega del Premio Jerusalem al Dr. Jorge Chediak, Ministro de la Suprema Corte de Justicia, la Organización Sionista del Uruguay homenajeó a cuatro figuras que consideró realizan un aporte significativo a la colectividad judía uruguaya y al pueblo judío. Una de ellas fue Egon Friedler.
Pedimos entonces a Egon que comparta con nosotros sus pensamientos al respecto. Este es el corto pero hermoso texto que nos envió y que publicamos en su momento:
“Tengo la suerte de pertenecer a una generación que vivió los momentos históricos de los primeros años del Estado de Israel y convirtió el sionismo en su misión y su sentido de vida. Felizmente pude combinar mi vocación profesional con los nada fáciles deberes a menudo auto-asignados en una lucha larga y difícil por hacer oír la verdad en un mundo en el que lamentablemente sigue triunfando la mentira repetida hasta el cansancio. En hebreo hay una buena frase que pinta de alguna manera el ánimo de mi generación: "Lo al menat lekabel pras" (No para recibir un premio). Pero hay otra frase en hebreo, que dice "Ze osé tov la neshamá" o sea "Esto le hace bien al alma"”.
Vayan estas líneas acompañadas de un fuerte abrazo a su gran compañera de toda la vida Etel Kanovich, a sus hijas Rasia y Talma y sus familias, especialmente sus nietos por los que nos consta tenía adoración y sentía gran orgullo. Y a su hermana Silvia, en Israel.
Que en la vida intensa compartida y en todo lo que compartieron con él, hallen consuelo.
Bendita sea su memoria.
Ana Jerozolimski
Por Egon Friedler.
En las primeras décadas del siglo pasado y hasta aproximadamente mediados de siglo, el Yidish fue el idioma de la mayoría de los judíos del Uruguay provenientes del Este de Europa. Hubo dos diarios en yidish, audiciones radiales en ese idioma, vinieron con frecuencia de la Argentina y de otros países, cantantes y conjuntos de teatro en Yidish. También vinieron oradores de fuste de distintas tendencias y orientaciones. Entre muchos otros, recuerdo especialmente a Zerubabel, seudónimo de un fogoso líder del yidishista movimiento Poalei Zion Smol que más tarde se fusionó con el partido obrero israelí MAPAM y a Itzjak Grinbaum, que fue diputado judío en el Seim polaco y más tarde llegó a ser el primer Ministro del Interior del flamante Estado de Israel. Pero si bien hubo artistas de teatro y cantantes en Yidish nacidos en el continente, no hubo grandes conferencistas y oradores en este idioma. La gran excepción fue Manuel Tenenbaum, hijo de padres inmigrantes judíos polacos. Sin embargo, debido a la gradual desaparición del Yidish de la vida pública judía, la mayor parte de su actividad intelectual e institucional se desarrolló en español.
Manuel Tenenbaum nació en Montevideo en 1934 y desde muy joven evidenció un talento singular para la oratoria, que desarrolló en el marco de su militancia en el movimiento sionista. Integró el movimiento juvenil Dror ligado al laborismo israelí y en su representación fue presidente de la Federación Juvenil Sionista. Asimismo fue electo primer presidente del Consejo de la Juventud Judía Latinoamericana y en ese carácter viajó como delegado a un congreso sionista en Israel. Paralelamente a su actividad institucional estudió Profesorado de Historia en el Instituto de Profesores “Artigas” y realizó una fecunda labor docente durante muchos años. Entre 1972 y 1974 fue presidente de la Bnei Brith del Uruguay y entre 1976 y 1978 ocupó la presidencia del Comité Central Israelita. Con esta última investidura viajó en 1977 a una reunión internacional del Congreso Judío Mundial en la que su oratoria en Yidish deslumbró a los delegados y al recientemente electo, nuevo Presidente del Congreso Judío Mundial, Philip Klutznick. Precisamente en ese momento, estaba por retirarse de la dirección del Congreso Judío Latinoamericano Marc Turkow y Philip Klutznick buscaba un sucesor. Después de oír a Manuel Tenenbaum no le quedaron dudas: él era su hombre.
La llegada de Manuel Tenenbaum a Buenos Aires para dirigir la oficina del Congreso Judío Latinoamericano fue una bendición para la comunidad judía argentina. Su antecesor, Marc Turkow, un reconocido periodista en Yidish, hizo mucho por la difusión de la cultura judía tanto en Yidish como en español, pero era un hombre de mucho carácter y sumamente conflictivo. Manuel Tenenbaum, en cambio, era “un extremista de la moderación”, y siempre fue la diplomacia en persona. Se convirtió no solo un moderador natural de disputas institucionales sino en un hombre de consulta imprescindible para el liderazgo judío argentino. Durante treinta años estuvo a cargo de la coordinación de las actividades del Congreso Judío Latinoamericano desde Buenos Aires lo que le permitió conocer de cerca los problemas de las distintas comunidades y a menudo entrevistar a los presidentes y mandatarios del continente. Al mismo tiempo, desarrolló una intensa actividad como conferencista. Pronto su prestigio trascendió los marcos de la comunidad y comenzó a ser invitado por facultades e institutos académicos de distinto carácter. En una ocasión, incluso tuvo una invitación de “alfombra roja” del gobierno de España para un foro al que se le dio una particular importancia política y cultural. En sus treinta años de desempeño al frente del Congreso Judío Latinoamericano recibió muchos reconocimientos, premios y honores de todo tipo tanto en Argentina como en Israel. Cuando se jubiló en 2007 fue objeto de un gran homenaje.
Manuel Tenenbaum se casó con una joven estudiante de medicina brasilera en los años en que era profesor de Historia en colegios judíos en Montevideo. Vivieron unos años juntos y luego se separaron. En los primeros años de su actividad al frente de la oficina del Congreso Judío Latinoamericano se produjo un feliz reencuentro con la ahora prestigiosa médica radicada en Río de Janeiro y según me contaba Manuel solían reunirse ocasionalmente en Río y con mayor frecuencia en Buenos Aires. Asimismo viajaron juntos a Israel donde está radicada la mayor parte de la familia de ella, muy religiosa y aferrada a la ortodoxia. Manuel, en cambio, no tuvo familiares en la mayor parte de su vida. Sus padres y su única hermana fallecieron en el Uruguay y la familia de sus padres sucumbió íntegra en el Holocausto.
En Buenos Aires dejó su cargo en el año 2007 pero igual era requerido por organismos comunitarios y para el Congreso siguió siendo un valioso hombre de consulta. Por lo tanto, pese a su retiro, no le faltaron actividades en Buenos Aires. Con ello, durante los últimos años, solía venir a Montevideo, una vez al mes quedándose por períodos variables. Nos reuníamos regularmente a tomar un café en el Oro del Rhin en el Shopping de Punta Carretas y discutíamos los problemas internacionales, la situación de Israel y el Medio Oriente y otros temas de la vida judía. Era un lector incansable y se concentraba en temas de historia y diplomacia, particularmente del siglo XX. Era inteligente y agudo, pero a veces también muy apasionado. Generalmente teníamos más acuerdos que discrepancias, pero aún discrepar con él era muy interesante. Uno de los temas no resueltos que deberemos seguir discutiendo en el más allá es: ¿Hasta qué punto vale la pena seguir discutiendo con quienes por dogmatismo, intereses o miedo inconfesable e inconfesado eligen la posición de los enemigos de Israel?
Manuel Tenenbaum es de esos seres que dejan una profunda huella en el marco en que actuaron. Sus conferencias fueron formativas para más de una generación. Su desaparición física es motivo de un profundo dolor para quienes tuvimos el privilegio de ser sus amigos. Para nuestra comunidad y para el judaísmo de América Latina constituye una pérdida irreparable. Manuel era un ser insustituible.
En las primeras décadas del siglo pasado y hasta aproximadamente mediados de siglo, el Yidish fue el idioma de la mayoría de los judíos del Uruguay provenientes del Este de Europa. Hubo dos diarios en yidish, audiciones radiales en ese idioma, vinieron con frecuencia de la Argentina y de otros países, cantantes y conjuntos de teatro en Yidish. También vinieron oradores de fuste de distintas tendencias y orientaciones. Entre muchos otros, recuerdo especialmente a Zerubabel, seudónimo de un fogoso líder del yidishista movimiento Poalei Zion Smol que más tarde se fusionó con el partido obrero israelí MAPAM y a Itzjak Grinbaum, que fue diputado judío en el Seim polaco y más tarde llegó a ser el primer Ministro del Interior del flamante Estado de Israel. Pero si bien hubo artistas de teatro y cantantes en Yidish nacidos en el continente, no hubo grandes conferencistas y oradores en este idioma. La gran excepción fue Manuel Tenenbaum, hijo de padres inmigrantes judíos polacos. Sin embargo, debido a la gradual desaparición del Yidish de la vida pública judía, la mayor parte de su actividad intelectual e institucional se desarrolló en español.
Manuel Tenenbaum nació en Montevideo en 1934 y desde muy joven evidenció un talento singular para la oratoria, que desarrolló en el marco de su militancia en el movimiento sionista. Integró el movimiento juvenil Dror ligado al laborismo israelí y en su representación fue presidente de la Federación Juvenil Sionista. Asimismo fue electo primer presidente del Consejo de la Juventud Judía Latinoamericana y en ese carácter viajó como delegado a un congreso sionista en Israel. Paralelamente a su actividad institucional estudió Profesorado de Historia en el Instituto de Profesores “Artigas” y realizó una fecunda labor docente durante muchos años. Entre 1972 y 1974 fue presidente de la Bnei Brith del Uruguay y entre 1976 y 1978 ocupó la presidencia del Comité Central Israelita. Con esta última investidura viajó en 1977 a una reunión internacional del Congreso Judío Mundial en la que su oratoria en Yidish deslumbró a los delegados y al recientemente electo, nuevo Presidente del Congreso Judío Mundial, Philip Klutznick. Precisamente en ese momento, estaba por retirarse de la dirección del Congreso Judío Latinoamericano Marc Turkow y Philip Klutznick buscaba un sucesor. Después de oír a Manuel Tenenbaum no le quedaron dudas: él era su hombre.
La llegada de Manuel Tenenbaum a Buenos Aires para dirigir la oficina del Congreso Judío Latinoamericano fue una bendición para la comunidad judía argentina. Su antecesor, Marc Turkow, un reconocido periodista en Yidish, hizo mucho por la difusión de la cultura judía tanto en Yidish como en español, pero era un hombre de mucho carácter y sumamente conflictivo. Manuel Tenenbaum, en cambio, era “un extremista de la moderación”, y siempre fue la diplomacia en persona. Se convirtió no solo un moderador natural de disputas institucionales sino en un hombre de consulta imprescindible para el liderazgo judío argentino. Durante treinta años estuvo a cargo de la coordinación de las actividades del Congreso Judío Latinoamericano desde Buenos Aires lo que le permitió conocer de cerca los problemas de las distintas comunidades y a menudo entrevistar a los presidentes y mandatarios del continente. Al mismo tiempo, desarrolló una intensa actividad como conferencista. Pronto su prestigio trascendió los marcos de la comunidad y comenzó a ser invitado por facultades e institutos académicos de distinto carácter. En una ocasión, incluso tuvo una invitación de “alfombra roja” del gobierno de España para un foro al que se le dio una particular importancia política y cultural. En sus treinta años de desempeño al frente del Congreso Judío Latinoamericano recibió muchos reconocimientos, premios y honores de todo tipo tanto en Argentina como en Israel. Cuando se jubiló en 2007 fue objeto de un gran homenaje.
Manuel Tenenbaum se casó con una joven estudiante de medicina brasilera en los años en que era profesor de Historia en colegios judíos en Montevideo. Vivieron unos años juntos y luego se separaron. En los primeros años de su actividad al frente de la oficina del Congreso Judío Latinoamericano se produjo un feliz reencuentro con la ahora prestigiosa médica radicada en Río de Janeiro y según me contaba Manuel solían reunirse ocasionalmente en Río y con mayor frecuencia en Buenos Aires. Asimismo viajaron juntos a Israel donde está radicada la mayor parte de la familia de ella, muy religiosa y aferrada a la ortodoxia. Manuel, en cambio, no tuvo familiares en la mayor parte de su vida. Sus padres y su única hermana fallecieron en el Uruguay y la familia de sus padres sucumbió íntegra en el Holocausto.
En Buenos Aires dejó su cargo en el año 2007 pero igual era requerido por organismos comunitarios y para el Congreso siguió siendo un valioso hombre de consulta. Por lo tanto, pese a su retiro, no le faltaron actividades en Buenos Aires. Con ello, durante los últimos años, solía venir a Montevideo, una vez al mes quedándose por períodos variables. Nos reuníamos regularmente a tomar un café en el Oro del Rhin en el Shopping de Punta Carretas y discutíamos los problemas internacionales, la situación de Israel y el Medio Oriente y otros temas de la vida judía. Era un lector incansable y se concentraba en temas de historia y diplomacia, particularmente del siglo XX. Era inteligente y agudo, pero a veces también muy apasionado. Generalmente teníamos más acuerdos que discrepancias, pero aún discrepar con él era muy interesante. Uno de los temas no resueltos que deberemos seguir discutiendo en el más allá es: ¿Hasta qué punto vale la pena seguir discutiendo con quienes por dogmatismo, intereses o miedo inconfesable e inconfesado eligen la posición de los enemigos de Israel?
Manuel Tenenbaum es de esos seres que dejan una profunda huella en el marco en que actuaron. Sus conferencias fueron formativas para más de una generación. Su desaparición física es motivo de un profundo dolor para quienes tuvimos el privilegio de ser sus amigos. Para nuestra comunidad y para el judaísmo de América Latina constituye una pérdida irreparable. Manuel era un ser insustituible.
Tantos años del " Semanario Hebreo" por el Dr. Israel Creimer.
El Semanario es objeto de mi reverencia y admiración. Alguna vez “ Iero” me confió los editoriales del periódico.
Los lunes me parecía que no tendría tema relevante que mereciera poner en la página dos del Semanario, pero inevitablemente, los miércoles antes del mediodía, entregaba el artículo.
Una de las tareas comunitarias que considero más importantes en mi intensa y extensa militancia fue precisamente el estar vinculado al Semanario y, a veces, dar su opinión editorial. Lo sentía como una gran responsabilidad ya que el director me había otorgado de antemano su total confianza. Esto duraba los breves lapsos en que “ Iero” visitaba Israel y, por supuesto, los medios de comunicación eran medioevales.
Soy un testigo privilegiado de la historia del Semanario. Lo conocí en embrión. Así como conocí el antecedente de “ Voz de Sión en el Uruguay”.
Respecto de este último, recuerdo la audición de la Federación Juvenil Sionista de la que era responsable Iero en la radio el señor Sprinberg.
La audición radial tuvo su peregrinaje en el dial uruguayo pero básicamente se emitía desde CX 46 allá en el Palacio Salvo. El clima de la radio era siempre distendido y se charlaba de todo mientras se pasaba un disco. Una vez, un enviado de Israel que vino a la Radio manifestó que no sabía por qué en la radio oficial de Israel había tanto empleados y aquí una sola persona hacía todo. Desde la selección de la música, la publicidad y los informativos en español que eran inmediatamente traducidos al Idisch ( todo en vivo).
No es arbitraria esta reflexión respecto de la radio- dejando de lado el período de la televisión- porque, en realidad, todo era una unidad periodística judía al servicio de la comunidad y de la amistad uruguayo-israelí.
El origen del Semanario debe estar en la página en castellano que editaba, bajo la responsabilidad de José en el diario Idisch “ Folksblat”.
Recuerdo con nostalgia ( creo que ya una vez lo conté) aquellos sábados al mediodí donde nos reuníamos en el diario con Iero, Katchke, José Fosman y algún otro e ibamos a tomarnos un pecaminosos vermut con platillos que se servían en un bar del centro de Montevideo.
En el Folksblat entre el aroma de plomo de los linotipos y el clima intelectual del diario se fue forjando la empresa periodística. La vocación de Iero era un motor poderoso.
El Semanario transitó un largo y hermoso camino que pasó por varios lugares. Recuerdo en particular la imprenta Copegraf, que fuera originalmente propiedad del señor Reznicovich, sita en Florida y Maldonado, entre otros asientos físicos que tuvo el periódico.
El alma de la empresa estaba en Iero que, con poca ayuda todo lo hacía. Revisaba cada detalle personalmente y con cierto placer ya que era bastante desconfiado.
Había muchos ingredientes que delinearon su personalidad. El pasaje por el Hanoar Hatzioní forjo su carácter. También la propia casa de Iero- con todas las paredes tapizadas de libros- y su entorno familiar maravilloso. Me parece verlo, sentado en la mesa del comedor del apartamento de Pereira escribiendo a mano, en unas cuartillas el próximo editorial. A veces, salía hacia algún libro en la pared o en el piso o sobre alguna silla para consultar un dato. En el desorden sabía perfectamente donde estaban los textos.
Escribo esto porque el recuerdo me produce un enorme gozo. Es parte de la vida. De los momentos más felices.
Capítulo aparte merece la continuidad del Semanario bajo la dirección de Ana que no es poca cosa- mantuvo notablemente el nivel.
Como solía decir Iero: “Nunca hay que perder la oportunidad de festejar algo”. (
Publicado en el Semanario Hebreo del 28 de Julio de 2010...
El día que quisieron matar a Iero.
Héctor Paladino, una nazi militante que colgaba banderas de su casa en su casa de Gonzalo Ramírez y Barrios Amorín se convertiría en un asesino serial.
Las víctimas fueron el empresario Simón Lasowski y Delfino Sicco, con un cargo gerencial en Canal 4. También hirió gravemente a Horacio Scheck cuando intentó matar a su padre, Horacio Scheck, gerente de Canal 12 y El País.
También quedó frustrado otro homicidio ese mismo día ya que Paladino se dirigió a Pocitos, Pereira y Chucarro, hogar de los Jerosolinsky. Así lo recuerda su hija Ana, nuestra colega y columnista de Uypress: "Mamá atendió el timbre, él dijo que tiene un paquete para Jerozolimski y mamá se ve que lo descolocó cuando preguntó de parte de quién, en lugar de abrirle. Mamá bajó y no había nadie. Al día siguiente salió en el diario que cuando Paladino se entregó, dijo que había ido también a matar a Jerozolimski pero no pudo entrar."
Al asesino confeso el juez interviniente, Enrique Moller, lo consideró inimputable. Paladino fue internado en el pabellón judicial del Hospital Vilardebó, del cual salió en 2006 bajo la curatela de su hermano y con indicaciones de medicación y controles periódicos.
Este narrador conoció a Paladino en 1990 en virtud de una visita didáctica con la Facultad de Derecho al Penal de Libertad. Junto con otros compañeros entramos a su celda. Vestía ropas muy finas y su trato era mas que amable. Nos preguntó como estaba Montevideo al cual no veía hace tres años. Le pregunté porque había cometido los crímenes y me comentó que se había mandado una cagada de la que no quería hablar. Le pregunté si era nazi y me dijo que si. Lo interrogué si había actuado solo y también me contestó afirmativamente.
fin.
Héctor Paladino, una nazi militante que colgaba banderas de su casa en su casa de Gonzalo Ramírez y Barrios Amorín se convertiría en un asesino serial.
Las víctimas fueron el empresario Simón Lasowski y Delfino Sicco, con un cargo gerencial en Canal 4. También hirió gravemente a Horacio Scheck cuando intentó matar a su padre, Horacio Scheck, gerente de Canal 12 y El País.
También quedó frustrado otro homicidio ese mismo día ya que Paladino se dirigió a Pocitos, Pereira y Chucarro, hogar de los Jerosolinsky. Así lo recuerda su hija Ana, nuestra colega y columnista de Uypress: "Mamá atendió el timbre, él dijo que tiene un paquete para Jerozolimski y mamá se ve que lo descolocó cuando preguntó de parte de quién, en lugar de abrirle. Mamá bajó y no había nadie. Al día siguiente salió en el diario que cuando Paladino se entregó, dijo que había ido también a matar a Jerozolimski pero no pudo entrar."
Al asesino confeso el juez interviniente, Enrique Moller, lo consideró inimputable. Paladino fue internado en el pabellón judicial del Hospital Vilardebó, del cual salió en 2006 bajo la curatela de su hermano y con indicaciones de medicación y controles periódicos.
Este narrador conoció a Paladino en 1990 en virtud de una visita didáctica con la Facultad de Derecho al Penal de Libertad. Junto con otros compañeros entramos a su celda. Vestía ropas muy finas y su trato era mas que amable. Nos preguntó como estaba Montevideo al cual no veía hace tres años. Le pregunté porque había cometido los crímenes y me comentó que se había mandado una cagada de la que no quería hablar. Le pregunté si era nazi y me dijo que si. Lo interrogué si había actuado solo y también me contestó afirmativamente.
fin.
Andres Abt, 1973-2021.
Alberto Sonsol - 1957- 2021. ZL.
Infobae- por Milton del Moral
Fue carnicero, entrenador de glorias del fútbol y ayudó a inmigrantes judíos a conseguir asilo en la Argentina: la increíble vida de Emérico HirschlEmérico Hirschl en una de sus fotos más significativas: como técnico de Peñarol junto a Juan Alberto Schiaffino y Obdulio Varela, figuras del Uruguay campeón del Mundial de 1950
La historia del primer director técnico extranjero en dirigir en el fútbol argentino es también la historia de un húngaro exiliado que ayudó a judíos sin visas a refugiarse en el país. Multicampeón con River, descubrió a futbolistas legendarios y conoció a su esposa luego de distraer a empleados portuarios. También Hirschl se destacó como director técnico en Uruguay donde entrenó a Peñarol.
Imre Hirschl se convirtió en Emérico Hirschl cuando algún brasileño tradujo su nombre en migraciones. Era judío y húngaro de Budapest, nacido el 11 de junio de 1900, de profesión carnicero, de vocación futbolista. Su presencia era sobria e imponente: medía poco menos de dos metros, tenía aspecto de recio y casi 30 años cuando pisó por primera vez Argentina. Su historia se puede escribir en oraciones cortas, en pergaminos, en laureles propios y colectivos, en las rasgos estadísticos que Google y Wikipedia descubren fácil. O se puede relatar con citas textuales de su hija.
Gabriela descuidó la influencia de su padre en el fútbol argentino. No recuerda fechas ni hitos. La historia que desempolva supone otra materia, otro sentido. Responde mejor la pregunta de quién es y qué hizo el primer director técnico extranjero en dirigir en Argentina, el cráneo del mejor equipo de los 132 años de vida de Gimnasia y Esgrima de La Plata, el entrenador multicampeón con River, el que hizo debutar a José Manuel el Charro Moreno y a Adolfo Pedernera, el que, según algunos investigadores futboleros, fundó las bases de La Máquina, uno de los mejores equipos de la historia del fútbol mundial.
Emérico Hirschl había conquistado ya algunos de sus méritos cuando el canciller José María Cantilo firmó el 12 de julio de 1938 la Circular N°11. Su último párrafo instruía: "Sin perjuicio de las demás disposiciones establecidas para la selección de los viajeros destinados al país, y salvo orden especial de esta Cancillería, los Cónsules deberán negar la visación -aún a título de turista o pasajero en tránsito- a toda persona que fundadamente se considere que abandona o ha abandonado su país de origen como indeseable o expulsado, cualquiera que sea el motivo de su expulsión".
Argentina dictó en secreto una orden que denegaba el visado a los judíos que huían del régimen impuesto en Europa hacia finales de la década del treinta. Era una norma, calificada como "estrictamente confidencial", que prohibía el ingreso refugiados políticos en tiempos de nazismo. Hablaba de ellos sin nombrarlos y contradecía el acuerdo que representantes argentinos firmaban en simultáneo en la llamada Conferencia de Evian, un encuentro de participación pública para consensuar métodos ante las políticas discriminatorias del Tercer Reich.
El doctor en historia, escritor y profesor titular en la Universidad de Belgrano, Ricardo López Göttig, escribió en Infobae un artículo de opinión titulado A 80 años del fracaso de la Conferencia de Evian.
"Por iniciativa del presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt -apuntó López Göttig-, tuvo lugar la Conferencia Internacional para la Solución del Problema de los Refugiados, en Evian, Francia, para que 33 naciones democráticas de Europa, del continente americano y el Imperio británico debatieran cómo resolver el problema de los refugiados judíos. Tras desarrollarse entre el 6 y el 15 de julio de 1938, los resultados fueron decepcionantes, porque, más allá de las palabras de solidaridad que expresaron muchos delegados, solo el gobierno de la República Dominicana expresó su deseo de recibir a cien mil refugiados, pero que, en la práctica, apenas recibió a pocos centenares. El resto se escudó en excusas como las cuotas de inmigración y el desempleo que padecieron durante la crisis económica mundial".
Era 1939. El 1º de septiembre la invasión del ejército alemán a Polonia desata la Segunda Guerra Mundial y con ella la deportación de tres millones de judíos a centenares de guetos, donde el hacinamiento, el frío y el hambre ciegan la vida. La Conferencia de Evian no prosperaba. Por entonces, Estados Unidos y Cuba rechazaban a más de 900 refugiados del crucero St. Louis, obligándolos a volver a Europa.
n Argentina regía la Circular N° 11 por encima del acuerdo de inmigración receptiva. En este contexto adverso, las organizaciones judías en el país encontraron una solución: aprovechar la fascinación popular por el fútbol para hacer bajar de los barcos a los "indeseables", según la calificación de la norma dictada en secreto. Allí es donde emerge la figura, la prestancia y el carisma de Emérico Hirschl.
Cuando Emérico se llamaba Imre combatió en la Primera Guerra Mundial. Había nacido en una familia de campo. Su hija Gabriela no recuerda si él tenía diez u once hermanos. "Me contaba historias de Hungría, del frío que hacía. Iban a la escuela en trineos tirados por perros por la cantidad de nieve que había. Y cuando salían del colegio, los perros los estaban esperando", relató. Administraban vacas y fabricaban embutidos. Él pera un entusiasta, un autodidacta. Había ganado conocimientos en carnicería y en educación física, dotes que utilizó como instrumento para penetrar en sociedades ajenas y escapar de la propia.
Era 1939. El 1º de septiembre la invasión del ejército alemán a Polonia desata la Segunda Guerra Mundial y con ella la deportación de tres millones de judíos a centenares de guetos, donde el hacinamiento, el frío y el hambre ciegan la vida. La Conferencia de Evian no prosperaba. Por entonces, Estados Unidos y Cuba rechazaban a más de 900 refugiados del crucero St. Louis, obligándolos a volver a Europa.
Germán Roitbarg describió su infancia. Es periodista e investigador del proyecto museológico y educativo No fue un juego, una muestra itinerante premiada por la Federación Alemana de Fútbol con el galardón Julius Hirsch. Son once historias que fraternizan el fútbol, el nazismo y el Holocausto. El caso más argentino es el de Emérico Hirschl.
"Con sólo 14 años participó de la guerra siguiendo a sus hermanos que se enrolaron en el ejército del imperio astro-húngaro. A raíz de su participación, tuvo una gran herida en una de sus piernas. Regresó a Hungría, se casó y tuvo un hijo. Luego, a partir del creciente antisemitismo en aquel país y las duras condiciones económicas, decidió emigrar a Sudamérica buscando un mejor futuro para su familia. En principio viajó sólo para poder buscar trabajo y conseguir el dinero suficiente para costear el viaje de su familia. El estallido del segundo gran conflicto mundial lo impidió", informó Roitbarg.
Su hija narró, entre vertientes difusas de la historia de su padre, su propio cuento: "Él vino en el año 30. Se había ido de Europa con un equipo de fútbol, comenzaron por Estados Unidos y fueron bajando hasta llegar a Argentina. Fue pasando el tiempo, pasaron varios años y la mayor cantidad de ellos se fue quedando en el continente porque las noticias que llegaban de Europa no eran alentadoras. Probablemente el fútbol lo haya salvado".
Hirschl recaló en América con el Club Sport Hakoah Viena, un equipo profesional fundado en 1909 que contrataba jugadores del extranjero. En 1925 se consagró campeón en la liga austríaca con todos jugadores de ascendencia judía. Esa cualidad lo vinculó con comunidades provenientes de Rusia, Inglaterra y Estados Unidos, a donde iban invitados a realizar pretemporadas y partidos amistosos. Hacia allí emprendió rumbo Imre, hacia Norteamérica, donde formó parte del Hakoah All Star, aunque esta vez como masajista.
De gira por Sudamérica, fue bautizado Emérico en Brasil, donde se inscribió como carnicero de oficio y donde ejerció su vocación: no se sabe cómo ni por qué, pero el húngaro judío de expresión severa y casi dos metros de altura se inició como ayudante de campo en el Palestra Italia, el club que se convertiría en el Palmeiras por un decreto del gobierno del dictador Getúlio Vargas que prohibía a entidades públicas evocar nombres vinculados a los países del Eje.
Posteriormente, hacia comienzos de la década del treinta, el Hakoah All Star visitó la Argentina y jugó contra Gimnasia y Esgrima de La Plata. Emérico Hirschl no se fue nunca más el país. Su carisma, su profesionalidad, su bagaje y su vasto conocimiento en el campo vacuno, en la preparación física y en el fútbol convenció a la sociedad argentina y a los dirigentes del equipo platense. Dirigió el equipo más recordado en la historia de Gimnasia: "el Expreso", bautizado así por un periodista del diario Crítica que interpretó que su imparable marcha remitía a un tren que no podían detener. Y en efecto, el único capaz de frenar a Gimnasia en el campeonato de 1933 fue el propio Gimnasia.
De gira por Sudamérica, fue bautizado Emérico en Brasil, donde se inscribió como carnicero de oficio y donde ejerció su vocación: no se sabe cómo ni por qué, pero el húngaro judío de expresión severa y casi dos metros de altura se inició como ayudante de campo en el Palestra Italia, el club que se convertiría en el Palmeiras por un decreto del gobierno del dictador Getúlio Vargas que prohibía a entidades públicas evocar nombres vinculados a los países del Eje.
La historia dirá que el 24 de diciembre el Lobo enfrentó a Boca en la vieja Bombonera: perdió 3 a 2 con dos goles ilícitos del rival -un penal inventado y un tanto en evidente fuera de juego-. El juez De Dominicis fue automáticamente expulsado de la liga. Dos fechas después, otro arbitraje polémico y un partido que pasó a la posteridad: San Lorenzo venció a Gimnasia 7 a 1 con los jugadores triperos sentados en el césped desde el 3 a 1 en señal de protesta por la parcialidad del árbitro Alberto Rojo Miró. La historia del primer equipo de Hirschl es también la historia del primer robo deportivo en la Argentina y de la primera huelga de futbolistas. Luego vendrían River y el pináculo de su fama. Roitbarg sintetizó su carrera deportiva: "Dirigió muchísimos años a diversos equipos tanto en nuestro país como en Uruguay, Brasil y México. Fue designado como director técnico de la selección argentina para el mundial de 1938, aunque luego no asumió porque Argentina no participó en dicho torneo. Entre sus logros más importantes se encuentra haber hecho debutar a dos ídolos de River Plate como José María Moreno y Adolfo Pedernera, comenzando a alinear a dos jugadores fundamentales que se transformarían en la delantera más famosa del fútbol local: La Máquina. También entrenó grandísimos equipos en Gimnasia La Plata, San Lorenzo y Peñarol de Montevideo que conformó la base del equipo campeón mundial de Uruguay 1950 con Roque Máspoli, Obdulio Varela y Juan Schiaffino, entre otros. Fue un adelantado a su época, el primer director técnico extranjero en dirigir en el profesionalismo en Argentina. En tiempos en que la preparación física no era prioridad para el desarrollo del fútbol, llevó a Gimnasia a trabajar con él a Alejandro Stirling, conocido entrenador de corredores olímpicos como Juan Carlos Zabala, ganador de la medalla de oro en maratón en Los Ángeles 1932″.
Emérico fue el primer entrenador por el que pagaron una transferencia. River se lo compró a Gimnasia. Llegó en 1935 y ganó cuatro títulos. Era el director técnico de Renato Cesarini, Carlos Peucelle, Bernabé Ferreyra, el Charro Moreno y Adolfo Pedernera, entre otras glorias del fútbol nacional. Era húngaro, exiliado y judío.
"Las organizaciones judías sabían que en algunos barcos venían judíos. Entonces lo que hacían era pedirle a mi papá que a tal hora y en tal fecha debía acompañarlos al puerto de Buenos Aires. Su trabajo consistía en ir a migraciones para hablarles de fútbol a los empleados, para distraerlos, y así dejaba pasar a los judíos que tenían prohibido el ingreso al país", acreditó su hija. Su labor era "secreta, oculta e ilegal" según Roitbarg. El investigador pasó en limpio su proeza: "Conformaba junto a un grupo de personas una organización que se dedicaba a dar ayuda humanitaria a los refugiados. Por las tardes, y en una actividad totalmente por fuera de la ley, se acercaba a los empleados portuarios y utilizando su fama y su influencia como director técnico de River Plate, lograba hacerse con las bitácoras de los barcos para identificar a los refugiados, hacerlos descender de las naves y darles un primer destino en nuestro país. Obviamente, aquellas personas no figuran en una lista oficial ya que esta actividad formaba parte de un ingreso totalmente paralelo al registro oficial".
"Lo hacía con gusto. Era una forma de estar más cerca de su familia. Salvar a los judíos de ser exiliados obligatorios es lo que para nosotros es un mitzvá, un mandamiento, una obra de bien, hacer algo justo, algo que corresponde hacer. Lo hacía porque sentía que debía contribuir a sus orígenes", reconstruyó Gabriela, hija de Emérico y de esas tardes de colaboración humanitaria. Un viernes cualquiera cooperó para darle asilo en el país al amor de su vida: el 10 de marzo de 1939 arribó a Buenos Aires el barco Cap Arcona luego de que se les prohibiera el desembarco en Montevideo a 25 judíos, entre ellos Heddy Steimber, posterior madre de Gabriela y esposa de Emérico. "Él siempre contaba que cuando la vio bajando del barco, se enamoró a primera vista. Ella, igual, tardó varios años en acceder a casarse", recordó su hija.
Emérico volvió a Gimnasia, pasó por Rosario Central, San Lorenzo y Banfield. Debió emigrar a Uruguay en 1943 envuelto en un escándalo sobre supuestos sobornos que erosionaron la reputación de un entrenador disruptivo, exitoso, extranjero y judío, factores que despertaban admiración y rechazo.
"En Uruguay siento que es súper valorado, era como Maradona en esa época. Pero en Argentina no tanto, no sé bien por qué", se cuestiona su hija. Leonardo Albajari, periodista, investigador, docente e ideólogo del proyecto museológico y educativo No fue un juego cree que debería ser recordado como "un hombre del fútbol que no se quedó solamente en los noventa minutos: amplió su horizonte a sus semejantes y utilizó el fútbol como herramienta (popularidad y dinero) para salvar vidas".
Se retiró del fútbol a los 55 años. Por aquellos tiempos tuvo a sus dos hijos. Trabó vínculo comercial con su mujer, que era modista de alta costura y trabajaba en una boutique, para producir al por mayor. Crearon "Casa Mónica" -el nombre que le hubiese puesto a su hija Gabriela si antes de pasar por el registro civil no se cruzaba con Gabriel, un amigo húngaro-, pero no le fue bien. Se enfermó y ante cada situación de incertidumbre financiera le agarraba un infarto que le producía insuficiencia cardíaca. "Las noches eran tremendas -contó su hija-. Cada vez que tenía un infarto cardíaco, me decía que veía una luz y al final de la luz estaban sus hermanos esperándolo".
Se alimentaba de sus recuerdos, de los resabios de sus años mozos. Era carismático, didáctico, su presencia infundía respeto, su mirada y su prestancia eran magnéticas: los vecinos abrían la boca al escuchar sus historias. Vivía con su familia en una torre del barrio de Belgrano que había sido construida por un arquitecto húngaro a través de un fideicomiso con la comunidad de su país.
Gabriela desempolvó una anécdota del Emérico comerciante, de sus años menos prósperos: "Al edificio venían representantes de la colectividad judía a pedir ayudas y donaciones, como se suele hacer actualmente. Y el que venía a recoger los aportes siempre que me veía me agradecía: 'tu papá, a pesar de ser el que menos tenía, era el que más donaba'".
Emérico Hirschl fue un prohombre. "Nadie sabía lo que hacía, no era algo que la comunidad supiera. Lo hacía discretamente, sin que nadie se enterara", dijo su hija Gabriela, de 63 años, madre de dos hijos y abuela de dos nietas que la acompañan cada vez que una muestra le rinde tributo a su padre. No fue un juego es la exposición que resignifica la vida y la obra filantrópica del primer técnico extranjero del fútbol argentino. "Su historia es central -explicó Albajari-. No fue fácil encontrar a alguien que linkee el nazismo, Argentina y nuestro fútbol. En las charlas educativas les contamos a los chicos sobre los esfuerzos de muchos por salvar judíos y sobre cómo muchos eligieron ignorar la situación. Emérico nos demuestra y les demuestra lo contrario a quienes conocen por primera vez su historia".
Fin.
Fue carnicero, entrenador de glorias del fútbol y ayudó a inmigrantes judíos a conseguir asilo en la Argentina: la increíble vida de Emérico HirschlEmérico Hirschl en una de sus fotos más significativas: como técnico de Peñarol junto a Juan Alberto Schiaffino y Obdulio Varela, figuras del Uruguay campeón del Mundial de 1950
La historia del primer director técnico extranjero en dirigir en el fútbol argentino es también la historia de un húngaro exiliado que ayudó a judíos sin visas a refugiarse en el país. Multicampeón con River, descubrió a futbolistas legendarios y conoció a su esposa luego de distraer a empleados portuarios. También Hirschl se destacó como director técnico en Uruguay donde entrenó a Peñarol.
Imre Hirschl se convirtió en Emérico Hirschl cuando algún brasileño tradujo su nombre en migraciones. Era judío y húngaro de Budapest, nacido el 11 de junio de 1900, de profesión carnicero, de vocación futbolista. Su presencia era sobria e imponente: medía poco menos de dos metros, tenía aspecto de recio y casi 30 años cuando pisó por primera vez Argentina. Su historia se puede escribir en oraciones cortas, en pergaminos, en laureles propios y colectivos, en las rasgos estadísticos que Google y Wikipedia descubren fácil. O se puede relatar con citas textuales de su hija.
Gabriela descuidó la influencia de su padre en el fútbol argentino. No recuerda fechas ni hitos. La historia que desempolva supone otra materia, otro sentido. Responde mejor la pregunta de quién es y qué hizo el primer director técnico extranjero en dirigir en Argentina, el cráneo del mejor equipo de los 132 años de vida de Gimnasia y Esgrima de La Plata, el entrenador multicampeón con River, el que hizo debutar a José Manuel el Charro Moreno y a Adolfo Pedernera, el que, según algunos investigadores futboleros, fundó las bases de La Máquina, uno de los mejores equipos de la historia del fútbol mundial.
Emérico Hirschl había conquistado ya algunos de sus méritos cuando el canciller José María Cantilo firmó el 12 de julio de 1938 la Circular N°11. Su último párrafo instruía: "Sin perjuicio de las demás disposiciones establecidas para la selección de los viajeros destinados al país, y salvo orden especial de esta Cancillería, los Cónsules deberán negar la visación -aún a título de turista o pasajero en tránsito- a toda persona que fundadamente se considere que abandona o ha abandonado su país de origen como indeseable o expulsado, cualquiera que sea el motivo de su expulsión".
Argentina dictó en secreto una orden que denegaba el visado a los judíos que huían del régimen impuesto en Europa hacia finales de la década del treinta. Era una norma, calificada como "estrictamente confidencial", que prohibía el ingreso refugiados políticos en tiempos de nazismo. Hablaba de ellos sin nombrarlos y contradecía el acuerdo que representantes argentinos firmaban en simultáneo en la llamada Conferencia de Evian, un encuentro de participación pública para consensuar métodos ante las políticas discriminatorias del Tercer Reich.
El doctor en historia, escritor y profesor titular en la Universidad de Belgrano, Ricardo López Göttig, escribió en Infobae un artículo de opinión titulado A 80 años del fracaso de la Conferencia de Evian.
"Por iniciativa del presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt -apuntó López Göttig-, tuvo lugar la Conferencia Internacional para la Solución del Problema de los Refugiados, en Evian, Francia, para que 33 naciones democráticas de Europa, del continente americano y el Imperio británico debatieran cómo resolver el problema de los refugiados judíos. Tras desarrollarse entre el 6 y el 15 de julio de 1938, los resultados fueron decepcionantes, porque, más allá de las palabras de solidaridad que expresaron muchos delegados, solo el gobierno de la República Dominicana expresó su deseo de recibir a cien mil refugiados, pero que, en la práctica, apenas recibió a pocos centenares. El resto se escudó en excusas como las cuotas de inmigración y el desempleo que padecieron durante la crisis económica mundial".
Era 1939. El 1º de septiembre la invasión del ejército alemán a Polonia desata la Segunda Guerra Mundial y con ella la deportación de tres millones de judíos a centenares de guetos, donde el hacinamiento, el frío y el hambre ciegan la vida. La Conferencia de Evian no prosperaba. Por entonces, Estados Unidos y Cuba rechazaban a más de 900 refugiados del crucero St. Louis, obligándolos a volver a Europa.
n Argentina regía la Circular N° 11 por encima del acuerdo de inmigración receptiva. En este contexto adverso, las organizaciones judías en el país encontraron una solución: aprovechar la fascinación popular por el fútbol para hacer bajar de los barcos a los "indeseables", según la calificación de la norma dictada en secreto. Allí es donde emerge la figura, la prestancia y el carisma de Emérico Hirschl.
Cuando Emérico se llamaba Imre combatió en la Primera Guerra Mundial. Había nacido en una familia de campo. Su hija Gabriela no recuerda si él tenía diez u once hermanos. "Me contaba historias de Hungría, del frío que hacía. Iban a la escuela en trineos tirados por perros por la cantidad de nieve que había. Y cuando salían del colegio, los perros los estaban esperando", relató. Administraban vacas y fabricaban embutidos. Él pera un entusiasta, un autodidacta. Había ganado conocimientos en carnicería y en educación física, dotes que utilizó como instrumento para penetrar en sociedades ajenas y escapar de la propia.
Era 1939. El 1º de septiembre la invasión del ejército alemán a Polonia desata la Segunda Guerra Mundial y con ella la deportación de tres millones de judíos a centenares de guetos, donde el hacinamiento, el frío y el hambre ciegan la vida. La Conferencia de Evian no prosperaba. Por entonces, Estados Unidos y Cuba rechazaban a más de 900 refugiados del crucero St. Louis, obligándolos a volver a Europa.
Germán Roitbarg describió su infancia. Es periodista e investigador del proyecto museológico y educativo No fue un juego, una muestra itinerante premiada por la Federación Alemana de Fútbol con el galardón Julius Hirsch. Son once historias que fraternizan el fútbol, el nazismo y el Holocausto. El caso más argentino es el de Emérico Hirschl.
"Con sólo 14 años participó de la guerra siguiendo a sus hermanos que se enrolaron en el ejército del imperio astro-húngaro. A raíz de su participación, tuvo una gran herida en una de sus piernas. Regresó a Hungría, se casó y tuvo un hijo. Luego, a partir del creciente antisemitismo en aquel país y las duras condiciones económicas, decidió emigrar a Sudamérica buscando un mejor futuro para su familia. En principio viajó sólo para poder buscar trabajo y conseguir el dinero suficiente para costear el viaje de su familia. El estallido del segundo gran conflicto mundial lo impidió", informó Roitbarg.
Su hija narró, entre vertientes difusas de la historia de su padre, su propio cuento: "Él vino en el año 30. Se había ido de Europa con un equipo de fútbol, comenzaron por Estados Unidos y fueron bajando hasta llegar a Argentina. Fue pasando el tiempo, pasaron varios años y la mayor cantidad de ellos se fue quedando en el continente porque las noticias que llegaban de Europa no eran alentadoras. Probablemente el fútbol lo haya salvado".
Hirschl recaló en América con el Club Sport Hakoah Viena, un equipo profesional fundado en 1909 que contrataba jugadores del extranjero. En 1925 se consagró campeón en la liga austríaca con todos jugadores de ascendencia judía. Esa cualidad lo vinculó con comunidades provenientes de Rusia, Inglaterra y Estados Unidos, a donde iban invitados a realizar pretemporadas y partidos amistosos. Hacia allí emprendió rumbo Imre, hacia Norteamérica, donde formó parte del Hakoah All Star, aunque esta vez como masajista.
De gira por Sudamérica, fue bautizado Emérico en Brasil, donde se inscribió como carnicero de oficio y donde ejerció su vocación: no se sabe cómo ni por qué, pero el húngaro judío de expresión severa y casi dos metros de altura se inició como ayudante de campo en el Palestra Italia, el club que se convertiría en el Palmeiras por un decreto del gobierno del dictador Getúlio Vargas que prohibía a entidades públicas evocar nombres vinculados a los países del Eje.
Posteriormente, hacia comienzos de la década del treinta, el Hakoah All Star visitó la Argentina y jugó contra Gimnasia y Esgrima de La Plata. Emérico Hirschl no se fue nunca más el país. Su carisma, su profesionalidad, su bagaje y su vasto conocimiento en el campo vacuno, en la preparación física y en el fútbol convenció a la sociedad argentina y a los dirigentes del equipo platense. Dirigió el equipo más recordado en la historia de Gimnasia: "el Expreso", bautizado así por un periodista del diario Crítica que interpretó que su imparable marcha remitía a un tren que no podían detener. Y en efecto, el único capaz de frenar a Gimnasia en el campeonato de 1933 fue el propio Gimnasia.
De gira por Sudamérica, fue bautizado Emérico en Brasil, donde se inscribió como carnicero de oficio y donde ejerció su vocación: no se sabe cómo ni por qué, pero el húngaro judío de expresión severa y casi dos metros de altura se inició como ayudante de campo en el Palestra Italia, el club que se convertiría en el Palmeiras por un decreto del gobierno del dictador Getúlio Vargas que prohibía a entidades públicas evocar nombres vinculados a los países del Eje.
La historia dirá que el 24 de diciembre el Lobo enfrentó a Boca en la vieja Bombonera: perdió 3 a 2 con dos goles ilícitos del rival -un penal inventado y un tanto en evidente fuera de juego-. El juez De Dominicis fue automáticamente expulsado de la liga. Dos fechas después, otro arbitraje polémico y un partido que pasó a la posteridad: San Lorenzo venció a Gimnasia 7 a 1 con los jugadores triperos sentados en el césped desde el 3 a 1 en señal de protesta por la parcialidad del árbitro Alberto Rojo Miró. La historia del primer equipo de Hirschl es también la historia del primer robo deportivo en la Argentina y de la primera huelga de futbolistas. Luego vendrían River y el pináculo de su fama. Roitbarg sintetizó su carrera deportiva: "Dirigió muchísimos años a diversos equipos tanto en nuestro país como en Uruguay, Brasil y México. Fue designado como director técnico de la selección argentina para el mundial de 1938, aunque luego no asumió porque Argentina no participó en dicho torneo. Entre sus logros más importantes se encuentra haber hecho debutar a dos ídolos de River Plate como José María Moreno y Adolfo Pedernera, comenzando a alinear a dos jugadores fundamentales que se transformarían en la delantera más famosa del fútbol local: La Máquina. También entrenó grandísimos equipos en Gimnasia La Plata, San Lorenzo y Peñarol de Montevideo que conformó la base del equipo campeón mundial de Uruguay 1950 con Roque Máspoli, Obdulio Varela y Juan Schiaffino, entre otros. Fue un adelantado a su época, el primer director técnico extranjero en dirigir en el profesionalismo en Argentina. En tiempos en que la preparación física no era prioridad para el desarrollo del fútbol, llevó a Gimnasia a trabajar con él a Alejandro Stirling, conocido entrenador de corredores olímpicos como Juan Carlos Zabala, ganador de la medalla de oro en maratón en Los Ángeles 1932″.
Emérico fue el primer entrenador por el que pagaron una transferencia. River se lo compró a Gimnasia. Llegó en 1935 y ganó cuatro títulos. Era el director técnico de Renato Cesarini, Carlos Peucelle, Bernabé Ferreyra, el Charro Moreno y Adolfo Pedernera, entre otras glorias del fútbol nacional. Era húngaro, exiliado y judío.
"Las organizaciones judías sabían que en algunos barcos venían judíos. Entonces lo que hacían era pedirle a mi papá que a tal hora y en tal fecha debía acompañarlos al puerto de Buenos Aires. Su trabajo consistía en ir a migraciones para hablarles de fútbol a los empleados, para distraerlos, y así dejaba pasar a los judíos que tenían prohibido el ingreso al país", acreditó su hija. Su labor era "secreta, oculta e ilegal" según Roitbarg. El investigador pasó en limpio su proeza: "Conformaba junto a un grupo de personas una organización que se dedicaba a dar ayuda humanitaria a los refugiados. Por las tardes, y en una actividad totalmente por fuera de la ley, se acercaba a los empleados portuarios y utilizando su fama y su influencia como director técnico de River Plate, lograba hacerse con las bitácoras de los barcos para identificar a los refugiados, hacerlos descender de las naves y darles un primer destino en nuestro país. Obviamente, aquellas personas no figuran en una lista oficial ya que esta actividad formaba parte de un ingreso totalmente paralelo al registro oficial".
"Lo hacía con gusto. Era una forma de estar más cerca de su familia. Salvar a los judíos de ser exiliados obligatorios es lo que para nosotros es un mitzvá, un mandamiento, una obra de bien, hacer algo justo, algo que corresponde hacer. Lo hacía porque sentía que debía contribuir a sus orígenes", reconstruyó Gabriela, hija de Emérico y de esas tardes de colaboración humanitaria. Un viernes cualquiera cooperó para darle asilo en el país al amor de su vida: el 10 de marzo de 1939 arribó a Buenos Aires el barco Cap Arcona luego de que se les prohibiera el desembarco en Montevideo a 25 judíos, entre ellos Heddy Steimber, posterior madre de Gabriela y esposa de Emérico. "Él siempre contaba que cuando la vio bajando del barco, se enamoró a primera vista. Ella, igual, tardó varios años en acceder a casarse", recordó su hija.
Emérico volvió a Gimnasia, pasó por Rosario Central, San Lorenzo y Banfield. Debió emigrar a Uruguay en 1943 envuelto en un escándalo sobre supuestos sobornos que erosionaron la reputación de un entrenador disruptivo, exitoso, extranjero y judío, factores que despertaban admiración y rechazo.
"En Uruguay siento que es súper valorado, era como Maradona en esa época. Pero en Argentina no tanto, no sé bien por qué", se cuestiona su hija. Leonardo Albajari, periodista, investigador, docente e ideólogo del proyecto museológico y educativo No fue un juego cree que debería ser recordado como "un hombre del fútbol que no se quedó solamente en los noventa minutos: amplió su horizonte a sus semejantes y utilizó el fútbol como herramienta (popularidad y dinero) para salvar vidas".
Se retiró del fútbol a los 55 años. Por aquellos tiempos tuvo a sus dos hijos. Trabó vínculo comercial con su mujer, que era modista de alta costura y trabajaba en una boutique, para producir al por mayor. Crearon "Casa Mónica" -el nombre que le hubiese puesto a su hija Gabriela si antes de pasar por el registro civil no se cruzaba con Gabriel, un amigo húngaro-, pero no le fue bien. Se enfermó y ante cada situación de incertidumbre financiera le agarraba un infarto que le producía insuficiencia cardíaca. "Las noches eran tremendas -contó su hija-. Cada vez que tenía un infarto cardíaco, me decía que veía una luz y al final de la luz estaban sus hermanos esperándolo".
Se alimentaba de sus recuerdos, de los resabios de sus años mozos. Era carismático, didáctico, su presencia infundía respeto, su mirada y su prestancia eran magnéticas: los vecinos abrían la boca al escuchar sus historias. Vivía con su familia en una torre del barrio de Belgrano que había sido construida por un arquitecto húngaro a través de un fideicomiso con la comunidad de su país.
Gabriela desempolvó una anécdota del Emérico comerciante, de sus años menos prósperos: "Al edificio venían representantes de la colectividad judía a pedir ayudas y donaciones, como se suele hacer actualmente. Y el que venía a recoger los aportes siempre que me veía me agradecía: 'tu papá, a pesar de ser el que menos tenía, era el que más donaba'".
Emérico Hirschl fue un prohombre. "Nadie sabía lo que hacía, no era algo que la comunidad supiera. Lo hacía discretamente, sin que nadie se enterara", dijo su hija Gabriela, de 63 años, madre de dos hijos y abuela de dos nietas que la acompañan cada vez que una muestra le rinde tributo a su padre. No fue un juego es la exposición que resignifica la vida y la obra filantrópica del primer técnico extranjero del fútbol argentino. "Su historia es central -explicó Albajari-. No fue fácil encontrar a alguien que linkee el nazismo, Argentina y nuestro fútbol. En las charlas educativas les contamos a los chicos sobre los esfuerzos de muchos por salvar judíos y sobre cómo muchos eligieron ignorar la situación. Emérico nos demuestra y les demuestra lo contrario a quienes conocen por primera vez su historia".
Fin.
Comité Central Israelita, noviembre de 2018.
El Gran Rabino Jaime Spector (Z´L) llegó al Uruguay en el año 1930 para ocupar el cargo de líder religioso y espiritual de la comunidad askenazí, en aquel entonces Jevrá Kedushá Ashkenazit, con facultades del Gran Rabinato de Israel.
Su llegada fue determinante para el desarrollo de la creciente comunidad judía dentro del marco de los preceptos, regularizando y luego realizando casamientos y divorcios, participando en juicios e interpretaciones de la ley. También fue muy relevante para supervisar la alimentación kasher.
Para Uruguay, representó la oportunidad de desarrollar el mercado de carne kasher de exportación, que hasta el día de hoy es de suma importancia para las exportaciones uruguayas. Fue promotor de la autorización de la faena de reses en el Frigorífico Nacional (estatal) según el rito kasher. La misma tarea fue realizada con la carne aviar en la empresa Porcile.
Dentro de su faceta humanitaria destacamos su rol como coordinador entre los rabinatos del mundo para la búsqueda de desaparecidos, tarea que le valió el reconocimiento del Rabinato de Varsovia. Miembro del Consejo Religioso Israelita, enfocó su labor en la ayuda y acogida a emigrantes provenientes de Lituania, Letonia y alrededores.
Dictó cursos sobre teología, talmud, judaísmo y publicó artículos en medios como El Día, El País, Folksblat, Diario Israelita, Der Spiegel, y Der Argentiner Magazin (Magazine Argentino). Tempranamente fallecido en 1948, el Director del Magazine Argentino Valentín Chernovetzky, lo recuerda en su editorial de setiembre de 1948 como "un judío lleno de humildad y simpatía, un filósofo, que en lo mejor de su vida falleció en Montevideo. Yo he sentido que el judaísmo perdió un tesoro, un sereno, sensible, sabio e inteligente rabino, como lamentablemente tenemos muy pocos”.
En el marco de los 70 años de su fallecimiento, el próximo 21 de noviembre se reinaugura el Espacio Público que lo homenajea.
Fin.
El Gran Rabino Jaime Spector (Z´L) llegó al Uruguay en el año 1930 para ocupar el cargo de líder religioso y espiritual de la comunidad askenazí, en aquel entonces Jevrá Kedushá Ashkenazit, con facultades del Gran Rabinato de Israel.
Su llegada fue determinante para el desarrollo de la creciente comunidad judía dentro del marco de los preceptos, regularizando y luego realizando casamientos y divorcios, participando en juicios e interpretaciones de la ley. También fue muy relevante para supervisar la alimentación kasher.
Para Uruguay, representó la oportunidad de desarrollar el mercado de carne kasher de exportación, que hasta el día de hoy es de suma importancia para las exportaciones uruguayas. Fue promotor de la autorización de la faena de reses en el Frigorífico Nacional (estatal) según el rito kasher. La misma tarea fue realizada con la carne aviar en la empresa Porcile.
Dentro de su faceta humanitaria destacamos su rol como coordinador entre los rabinatos del mundo para la búsqueda de desaparecidos, tarea que le valió el reconocimiento del Rabinato de Varsovia. Miembro del Consejo Religioso Israelita, enfocó su labor en la ayuda y acogida a emigrantes provenientes de Lituania, Letonia y alrededores.
Dictó cursos sobre teología, talmud, judaísmo y publicó artículos en medios como El Día, El País, Folksblat, Diario Israelita, Der Spiegel, y Der Argentiner Magazin (Magazine Argentino). Tempranamente fallecido en 1948, el Director del Magazine Argentino Valentín Chernovetzky, lo recuerda en su editorial de setiembre de 1948 como "un judío lleno de humildad y simpatía, un filósofo, que en lo mejor de su vida falleció en Montevideo. Yo he sentido que el judaísmo perdió un tesoro, un sereno, sensible, sabio e inteligente rabino, como lamentablemente tenemos muy pocos”.
En el marco de los 70 años de su fallecimiento, el próximo 21 de noviembre se reinaugura el Espacio Público que lo homenajea.
Fin.
Isaac Margulies ( 1933 - 2018).
El Señor ha dicho: oh hombre, en qué consiste lo bueno y qué espera de ti: que hagas justicia, que seas fiel y leal y que obedezcas humildemente a tu D’os” (Miqueas 6:8)
Citando al Profeta Miqueas, los versículos arriba citados solía mencionarlos el padre de Rafael Winter, el recordado Fritz. (Z”L). Este había escrito un homenaje al legendario Iche cuando el mismo cumplió ochenta años.
“¿Qué es lo que D’os espera de ti?”. No es sencillo –aunque sí probablemente sea lo ideal- caminar por la senda del Profeta.
Uno de quienes sí ha transitado por dicho camino, fue nuestro querido Profesor Cr. Isaac (Iche) Margulies, decía la nota de Rafael Winter.
Profesor Contador. Egresado de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración de la República; Profesor Grado Cinco de Contabilidad Pública; ha sido docente en cursos de capacitación en la Oficina Nacional de Servicio Civil y en diversos organismos estatales; autor de libros de consulta; fue Director del Departamento de Contaduría del Hospital de Clínicas de Montevideo. Ha integrado el equipo internacional de expertos en administración pública de la ONU.
Ni más ni menos: ese es “parte” de su currículum.
Dentro de la comunidad judía, el “Iche” que conocimos fue el “otro” el que ha sabido ser útil a la comunidad judía y a la sociedad en general).
Isaac Margulies fue una relevante personalidad de nuestro Ishuv.
Alma mater del Templo del Vaad Hair –Sinagoga referente de la comunidad judía- durante décadas; activista comunitario de larga trayectoria; había ocupado cargos en nuestra Kehila; integrante durante años del Comité Central Israelita , incluyendo su brillante presidencia en COPREDI.
Talmid jajam. Literalmente “Estudiante sabio”. Pero el concepto va más allá.
Amplio conocedor de las fuentes judías, su conocimiento y saber se traduce en palabras y mensajes que transmite de manera tan cálida como elocuente.
Hemos escuchado sus drashot, decía Rafael Winter en su nota de 2013 –prédicas-, por ejemplo en las bar mitzvot; en las seudot shlishit (tercera comida del shabat a la tarde) o en otros momentos de shabat y festividades en la Sinagoga del Vaad Hair; sus palabras y mensajes trasmitidos en diversos momentos y circunstancias de la vida ya sean tristes como alegres; sus magníficas conferencias y exposiciones –Talmud y muchos otros temas- en la Cátedra de Judaísmo de la Universidad Católica y en la Universidad de la República.
Era poseedor del don de la palabra oportuna, atinada, justa, sabia, profunda, matizada muchas veces con un fino sentido del humor.
Isaac Margulies. Al servicio de la comunidad judía y de la sociedad en general. Fue un judío observante, exigente consigo mismo pero tolerante con los demás. Digno, íntegro.
Representó los genuinos y esenciales valores del judaísmo.
Comprende perfectamente que “mipnei darkei shalom” (expresión que literalmente significa “por los caminos de la paz” y conceptualmente: en aras de una convivencia sana, armónica, respetuosa y equilibrada) es una actitud, un objetivo, que todos debemos procurar. Lo ha aplicado durante toda su vida y lo sigue aplicando permanentemente.
La fruta no cae lejos del árbol. Isaac Margulies era hijo de Dov Margulies (Z”L) uno de los fundadores de la Sinagoga Vaad Hair, referente comunitario, y también de la prensa Idish de nuestra comunidad.
Ahora en el más alta de los cielos volverá a estudiar con su recordado mentor, el Profesor Shoshani.
El Contador Roberto Wajner también escribía sobre Iche:
El Ieid Nefesh que cantamos en nuestras oraciones, es el ser que nos incorporamos y que forma parte de uno mismo. Así he concebido mi relación con Iche Margulies desde el amanecer de nuestras vidas y sentimientos que surgen de mi razón y mi corazón.
Formados ambos por el mismo rebe Abraham Goldberg, recibimos el conocimiento de las primeras letras en hebreo e idish, hace casi 75 años. El, nos fue dando y construyendo los pilares en los que fundamentamos los principios éticos superiores que surgen de nuestros textos sagrados.
Iche fue profundizando sus conocimientos en contacto con rabinos locales y del exterior, con el erudito, único, Prof. Shoshani y fundamentalmente con el Rabino Arón Milevsky, de bendita memoria, que legó a toda una generación la verdadera emoción de beber en la fuente de la Torah. De oratoria brillante, sobrecogía a los fieles en los eventos de ceremonia, celebración o recordación, en la nehilá de Iom Kipur y especialmente la liturgia que estableció con la creación del Estado de Israel, del que se definió como ferviente patriota.
Iche, fue un referente de una época. Si en cada etapa de nuestra historia judía hubo un hombre justo, sabio, piadoso, en el Uruguay, ese es él. Nuestras Instituciones han tenido el privilegio de contar con su colaboración tan inteligente como laboriosa. Así, fue fundamental en la creación del Yavne, directivo de la Kehilá, integrante del Comité Central Israelita y Presidente de Copredi, etc.
En las tareas Oficiales lo reconocieron con admiración y afecto los directores del Hospital de Clínicas al que brindó su capacidad técnica y el consejo conducente a mejorar las condiciones de sus servicios.
Fuimos testigos, decía el Contador Wajner, hace 67 años, de la colocación de la piedra fundamental del Vaad Hair. El verdadero Templo que se erigió no fue el edificio, sino el liderazgo del Rabino Milevsky. Su carisma fue de tal magnitud que hoy, a 40 años de su ausencia, su figura está tan presente como el deseo de sus seguidores de mantener vigente su existencia. Si las paredes guardan recuerdos y algún día hablaran, se conocerían las vivencias inolvidables acaecidas entre ellas. En este sentido, Iche fue el adalid que con su esfuerzo personal, habla de su lealtad, de su grandeza espiritual y su poder de entrega a esta causa de sobrevivencia, que definían una personalidad excepcional.
Su padre fue uno de los creadores y redactor del Semanario en idish “Der Moment” por el que pasaron prestigiosas plumas religiosas, literarias y políticas, que fueron fortín de cultura para la generación de nuestros inmigrantes originarios del Este europeo. Se imprimía en la Imprenta Margulies, desde donde hoy sale el calendario Luaj del Vaad Hair.
Seguramente nuestro querido Iche esté reunido con el sabio Shoshani, con Rabi Akiva y con otros tantos sabios, encontrando las respuestas que tanto buscó.
El internet en Uruguay tiene una madre judía.
ENTREVISTAConversando con la pionera de internet en Uruguay Ida Holz23.02.2016
MONTEVIDEO (Uypress/Ana Jerozolimski) - Probablemente sea simplista creer que sin Ida Holz (Montevideo, 1935) no habría habido internet en Uruguay, ya que los procesos de cambio mundial, tarde o temprano, llegan a todos lados. Pero indudablemente, fue ella quien lo propulsó y jugó un rol protagónico que lo hizo posible, especialmente desde su función de Directora del Servicio Central de Informática de la Universidad de la República, que tuvo a su cargo desde 1987."Estoy ocupando un lugar que es hora de dejar a otros"
En el 2009, obtuvo el Premio a la Trayectoria , otorgado por primera vez a personas que han contribuido al desarrollo permanente de internet, por el Registro de Direcciones de Internet para América Latina y el Caribe (LACNIC) . Y en 2013, se convirtió en la primera persona latinoamericana en ingresar al Salón de la Fama de la Internet Society.
No es casualidad que en una entrevista a Vint Cerf , considerado uno de los padres del internet, al preguntarle la periodista Paula Molina del suplemento "Qué Pasa" de "El País" (24.12.15) si acaso hay una "mamá de internet", su respuesta fue clara: "Sí, existe una madre de internet. Y se llama Ida Holz, ella es considerada la madre de internet en Uruguay".
Con esto de fondo, no es de sorprender que la imagen de Ida Holz engalane desde hace unos meses, un sello emitido por el Correo uruguayo.
Recientemente Ida nos recibió en su departamento para conversar ampliamente , y no sólo sobre internet sino sobre su vida en general, la de una uruguaya judía, hija de inmigrantes llegados de Polonia, sobre su matrimonio con el pintor Anhelo Hernández, el exilio durante la dictadura, el progreso profesional en México y lo hecho desde su retorno a Uruguay.
Ida , ya me comentabas antes de grabar, que los grandes títulos de "precursora" y "pionera" no te dicen mucho...pero es un hecho que así se te ve, respecto al avance de internet en Uruguay. ¿Cómo te presentarías a ti misma?
La verdad...no lo sé. Fue un proceso. Recuerdo claramente que en 1987 cuando volví de México a Uruguay, tras 11 años en el exilio, sentí cuán conservador es Uruguay. Yo diría que paralizante en su conservadurismo. Como que uno no se puede permitir hacer cosas sin estar seguro porque no se puede equivocar porque va a ser sujeto de crítica o no sé qué. Y me encontré con un país totalmente estancado en su desarrollo. Nosotros teníamos la consigna de que volvíamos si teníamos trabajo.
Se habían ido por la dictadura, pero en el exilio mismo, en términos profesionales, te fue bien.
Así es. En México había trabajado muy bien, como ingeniera en informática. Tuve una muy buena relación con el gobierno mexicano, cargos altísimo, sueldos altísimos. Nunca voy a esperar tener un sueldo así en Uruguay. Por suerte tengo esta casa, que logré comprar con aquellos ahorros.
También a mi esposo le fue muy bien. Anhelo se hizo conocido en México, estaba contento con lo que hacía, le daba mucho gusto México: el color, el respeto a la historia. Era otro México, ahora está bastante distinto, nosotros llegamos en un momento muy bueno.
Entonces ¿por qué decidieron volver? ¿Fue una cuestión de principios, que si se retorna a la democracia, vuelven a Uruguay?
Por cuestión de principios, porque yo decía que habíamos salido del país no por voluntad propia, y había que cerrar el círculo.
Y muy rápidamente empezó el proceso que llevó de hecho a la nueva época de Uruguay con internet...
Sí, en cierto modo puedo decir que así fue. Me llamaron de acá para decirme que había un concurso para la dirección del Servicio Central de Informática de la Universidad de la República. Me llamó Samuel Lichtensztejn, que era en ese momento el Rector y me dijo: "Venite a concursar, Ida". El conocía bastante todo mi itinerario en México -todo el mundo conocía que me había ido realmente muy bien. Vine y gané el concurso. Y debo decir que me sentí muy mal cuando vi el nivel general, sentí que acá todo se había quedado muy estancado, que no se había desarrollado nada. Todo había quedado parado.
¿Podemos dar una fecha clara, un año, en el que comenzó internet en Uruguay?
Hay que explicarlo un poco..No hablar sólo de internet, porque hay dos cosas. Primero, el correo electrónico. Eso ya había cuando yo llegué. En 1987, en la Facultad de Ingeniera, ya funcionaba. Había un sistema que mandaban correos a la Universidad de Buenos Aires, pero estaba concentrado sólo en la Facultad de Ingeniería.
No se usaba a nivel nacional.
No, para nada. Cuando yo llegué el que dirigía la carrera de informática de la Udelar era un amigo mío, Juan C. Cabezas, que había sido mi vecino. Me dijo: "Ida, ¿vos te animás a administrar esto para dar servicio a toda la universidad?", le dije que sí. Lo extendí a toda la Udelar, pero no solamente: invité a la ORT, a la Universidad Católica, a todos, casi clandestinamente, porque eso de las universidades privadas era algo no muy aceptado en la UdelaR.
No dijiste exacto lo que estabas haciendo.
No, no lo dije exacto. Sea como sea , yo sabía que si me equivocaba, había otro protocolo, que se llamaba X.25 y que era promovido por el ingeniero Juan Grompone, a quien además habían contratado en Antel para implantarlo, por lo que teníamos dos opciones: el IP o el X.25. Y la verdad, ni él ni yo sabíamos para dónde iba el mundo.
ALCANCE MUNDIAL
Eso te iba a preguntar: si acaso en algún momento, cuando empezaste y cuando fuiste avanzando, podías concebir que se llegaría a lo de hoy.
No para nada, pero nadie, nadie, creo yo, podía preverlo en ese momento. Es decir, esto era académico. Hasta 1992 o 1994 internet fue exclusivamente académico.
¿Pero sí entendías que iba a ser algo que abarcara a todo el mundo, no sólo a la academia?
No, no. Tampoco yo lo entendía en ese momento. Yo siempre cuento que en 1992 o 1993, cuando se creó la Internet Society en Japón, en Kobe, nos invitaron a ir. Vint Cerf, que fue uno de los creadores del protocolo, dijo con un entusiasmo maravilloso que en el 2000 ya iba a haber como dos millones de usuarios de internet. Tuvo bastante razón, pero pensando que seguiría siendo únicamente académico.Y lo que cambió justamente fue la apertura a todos, al comercio, al internet comercial. A todos los aspectos de la vida.
Y el gran cambio es la accesibilidad para todos, aunque lugares como África demoraron mucho en llegar.
Es cierto, la inclusión en internet no fue pareja.Demoró en varios países latinoamericanos y también en el Africa profunda. Ahora se supone que el acceso a internet está generalizado en el mundo, tal vez no con las mismas velocidades para todos.
Hace poco se anunció que Facebook a través de un satélite israelí va a hacer esas conexiones en Africa. Ahora, ¿da entusiasmo, o también un poco de susto, ver el alcance que tiene, que quizás se va un poco de las manos?
Creo que eso se integra a la vida y ya no pensás si entusiasma o no, ya no lo podés analizar, ya no hay marcha atrás para esas cosas. Ya es parte del mundo de hoy.
URUGUAY HOY
¿Y en Uruguay cómo ves hoy la situación? ¿Cuáles son los desafíos por cumplir todavía?
Hay tantos... Uruguay tiene varias contradicciones, diría, en este tema de las comunicaciones. Por un lado es un país muy avanzado en comunicaciones, creo que el quinto en comunicaciones al hogar.
¿Qué quiere decir eso?
Que tenés fibra óptica al hogar, que las casas tienen comunicaciones. Esto fue un poco impulsado con el Plan Ceibal, que cuando se dio para todos los niños había que darle accesibilidad, y eso se continuó con un gran impulso de Antel y una inversión acorde al proyecto. Hay un avance muy grande en las comunicaciones al hogar.
En la parte académica no, porque hay un concepto de Antel que todavía no...
Yo leí en otra entrevista que tú dijiste que, en parte, Antel es un obstáculo.
Estuve hablando con el nuevo presidente de Antel, Andrés Tolosa, y le dije: "bueno, ya, basta, empiecen a entender lo que pasa".
Ahora se está impulsando en América Latina una red que viene de Europa, una fibra submarina que llega al norte de Brasil y se va a hacer una fibra que recorra toda la costa sudamericana del Atlántico, de Buenos Aires va a Santiago de Chile y sigue hacia el norte recorriendo todo el Pacífico. Es un proyecto para tener velocidades adecuadas para la investigación y la Academia promovido por la Red académica avanzada de América Latina denominada Redclara.Los que estamos salteados somos nosotros, porque no tenemos el acceso a la fibra de esa red.
¿Pero eso es algo que se puede arreglar, es algo técnico?
Obviamente se puede arreglar. Eso depende de la voluntad política de la Empresa Estatal y del gobierno que debiera asignar los fondos para este proyecto.
Esta ya es otra etapa en las luchas para avanzar. Las primeras fueron para abrirse camino en esta temática en Uruguay¿Cómo fue contigo? Porque realmente cuando tú eras jovencita, empezaste a estudiar, estaba claro que no era lo más común este tema de la informática.
Eso fue casual también. Yo empecé matemáticas, estaba haciendo el IPA de matemáticas y en un momento determinado, ya bastante avanzada, un profesor de Lógica matemática me dijo: "Ida, va a haber un concurso en la Udelar para hacer unos cursos, hay un llamado, y a mí me parece que vos tenés la veta para presentarte". Cuando él me dijo al principio no le presté mucha atención, yo estaba casada, trabajaba en Asignaciones Familiares y estudiaba, a full. Pero al final hice la prueba y me fue requete bien. Era un curso de dos semanas, un examen, curso, examen, y fui salvando todo. Cuando terminó todo eso me llamaron a otra entrevista para ofrecerme entrar a la Udelar, que iban a traer una computadora, decían que era muy importante.
Entiendo que dudaste un poco...
Cuando me dijeron el salario me quedé sorprendida, porque eran 19.000 pesos y yo en Asignaciones ganaba 31.000. Llegué a casa y le conté a Anhelo. El no tenía la menor noción de lo que era el dinero, ni cuanto se necesitaba para vivir, nada, él vivía en la luna. Y me dijo: "Pero no vas a comparar ir a un trabajo administrativo con ir a la Udelar, metete", y le respondo: "Sí, ¿pero qué vamos a hacer...?", "Ya nos vamos a arreglar". Y me fui a la Udelar, con 19.000 pesos. Y empecé a trabajar.
CADA COSA EN SU TIEMPO
Ida, en todo campo hay estereotipos, y claro que también en esta área a la que tú te has dedicado. Uno quizás piensa ante todo en los jóvenes emprendedores.Sabemos que en Uruguay parecería a veces que sólo los muy jóvenes pueden aspirar a buenos trabajos. Tú ya cumpliste 80.Te diría hasta los 120, o como se dice en hebreo, hasta los 100 como a los 20, como prefieras...
No quiero ninguna de las dos, no quiero vivir tanto, le tengo terror a la inutilidad.
Me imaginé que dirías algo así...A lo que iba es a que ya no sos una jovencita veinteañera, y está claro que fuiste de las pioneras de la informática en Uruguay. ¿Te parece que eso debería ser una enseñanza bien actual, que complemente esa visión de que los jóvenes son los que pueden ir para adelante, con otro elemento claro , el hecho que hay que aprender de la experiencia, de lo que los años enseñan?
Depende del carácter, ¿no? Yo me muevo mucho y de alguna manera adquirí un prestigio, sí, hice cosas, eso me ha facilitado seguir trabajando. Pero sí me tengo que ir, yo siento que estoy ocupando un lugar que ya no debería estar ocupando.
¿Porque considerás que a los 80 hay que dejarle el lugar a otros?
Sí, sí, porque considero que debiera dejarle el lugar a otros. Puedo seguir en las comisiones directivas, que no me dan un peso porque son honorarias, pero creo que hay un momento en el que hay que irse, y debo irme. Esto lo tengo programado para, a más tardar, el mes de mayo.
El tema que a mí un poco me inhibe es que si me voy, dado que soy directiva RedCLARA, fui presidenta y demás, Uruguay va a dejar de tener un representante, y para mí siempre ha sido muy importante, como país chiquitito que es, darle un lugar a Uruguay.
Lo decís porque entendés que a través del reconocimiento a lo que tú has hecho se está reconociendo a Uruguay.
Claro, yo y otra gente. Hay mucha gente que está haciendo cosas y hay que reconocerlo. Me da miedo eso, porque como todavía no hay una conciencia clara de todo lo que se puede hacer con una red de investigación, y hay como un cierre en Uruguay ante la colaboración científica, es muy difícil emprender cosas. Me da tristeza que esto se abandone. Vamos a ver qué pasa.
Pero quizás podés separar esos dos canales paralelos, ¿no?
No, porque para estar en RedCLARA tengo que estar en la academia.
Ah, claro. O sea, no podés seguir teniendo la parte representativa, simbólica quizás, si dejás la academia. ¿A eso te referís?
Todavía estoy en la Udelar por eso, exactamente, porque pertenezco a RedCLARA . Pero en algún momento tengo que dejarlo. Creo que hay que darle lugar a los jóvenes. Ahora, también hay que tener en vista que este es un país de viejos, ¿qué van a hacer los viejos? Es todo un tema.
Creo que precisamente pensando en esta problemática es que se concibió el Plan Ibirapitá, que entrega a jubilados tablets con conexión a internet..¿no? Algunos dirán que es pura pinta, pero en un país con Uruguay, con tanta población mayor, también puede verse como un reconocimiento de que también la tercera edad tiene un rol a jugar.
Bueno, hay que darle actividades y hay que integrar a esa población mayor. Creo que eso es lo importante: integrarla al mundo en el que vive. Al mismo tiempo hay mucha gente mayor que no quiere saber de eso. Porque piensa que no lo va a lograr, que eso es para los pibes jóvenes.No es tan sencillo, porque no sabe cómo entrar...
Es gente para la que todo esto de la informática no es obvio...
Y bueno, sí. Yo me peleo con unas amigas mías, algunas de ellas mayores que yo, porque no saben poner un contestador en el teléfono. En un mundo en el que está todo comunicado de repente te encontrás con gente con la que no sabes cómo comunicarte.
¿Te sentís una excepción?
No soy una excepción, porque en el fondo yo, por ejemplo, he dejado hace muchos años de ser una técnica. Puedo armar un celular, puedo corregir las cosas, pero ya no soy una programadora o una técnica, soy más bien una ejecutiva informática.
EL CONFLICTO DE LOS 80
Y volvemos a la edad y el lugar que esta da. El espíritu lo mantenés muy joven pero me parece que sentís que eso choca con los 80 ya cumplidos...
Para mí es un conflicto muy grande. Porque yo quisiera hacer cosas pero como tengo una edad en la que me tengo que retirar ...para mí es horrible.
¿Pero por el hecho de haber llegado a la edad que tenés o porque sentís el efecto de la misma?
No, yo no siento el efecto de la edad.
Te sentís con la misma fuerza que antes.
Diría que un poco más desilusionada.
Eso es otra cosa.
Y un poco más triste. Estoy sola, mi marido se murió, mi hija está en el exterior, no es fácil. Yo quisiera hacer cosas. Claro que no me dan las fuerzas para todo, esto está clarísimo, y no se puede. Pero sí me siento con fuerzas para hacer mucho. Pero estoy muy desilusionada.
Pero no porque tengas 80 decís: "Ya no puedo".
No. Los 80 son mi conflicto porque me tengo que retirar por el entorno social en que vivo.
Pero fuerza para seguir , y ganas, aún tenés...el ímpetu de siempre.
Eso sí, la verdad, con mucho ímpetu, siempre curiosa y con ganas de saberlo todo.
LOS RECUERDOS
Sin ánimo de ponerte triste...¿dirías que gran parte de lo que mencionaste sobre cómo te sentís hoy, es desde que falleció Anhelo?
Muchísimo. Fuimos muy compañeros. Estuvimos casados 47 años. Y fue una relación muy loca porque yo de arte no sabía nada, no tenía ningún contacto, como los ingenieros más o menos, y de repente me encontré con un artista y empecé a ver el mundo...
De colores...
Sí, las relaciones, todo, eran de otra manera y para mí fue muy interesante. Y bueno, vivimos muchas cosas juntos. Primero, la guerra con mi madre.
Ida, años atrás, con Anhelo, su esposo
Que quería que te casaras con alguien de la colectividad.
Obvio, no fue a mi casamiento, no fue al nacimiento de mi hijo. No, no, no. Eso fue muy duro. Y después la persecución política, el exilio y el des-exilio. Vivimos muchas cosas juntos y siempre seguimos juntos, entonces en todas esas etapas de la vida, que provocaron en mucha gente la separación, a nosotros no. Seguimos juntos.
Los juntó más.
No sé si diría que nos juntó más; pero nos mantuvo juntos, sí. Y creo que fue muy interesante para mí tener ese mundo. Aunque a veces cuando viajaba por París lo único que tenía que hacer era ir a los museos, cuando no había museos yo me sentía un poco feliz de caminar por la calle. Pero bueno, si decidieran juntar una ciudad con museos para Anhelo hubiera sido maravilloso...
Ida, ¿cómo era el lugar en el que creciste?
¿Cómo era? Bueno, yo primero soy huérfana de papá desde los 3 años y medio. Papá murió de un cáncer.
¿Tus padres llegaron juntos de Europa a Uruguay?
Ellos vinieron los dos de Polonia, de la Galitzia polaca, pero no juntos, se conocieron acá.
Mi mamá era hija de un rabino, que según me dijo el primo de mi primo, figura en libros.
Era un tipo híper súper religioso. Mi mamá era la menor de 11 hijos. Yo llegué a conocer únicamente al mayor.
Los demás murieron en la Shoá, el holocausto.
Sí. Todos, menos ese hermano mayor de mamá, que se había ido a Inglaterra a una reunión de rabinos o algo por el estilo. Justo entró Hitler a Polonia y ya no volvió.
De la familia de tu mamá murieron todos en la Shoá. ¿Te acordás cómo vivía eso ella?
¡Cómo no me voy a acordar! Nos pasamos escribiendo cartas de chiquitos. Porque mamá además, como era huérfana de mamá y además hija de gente religiosa, no había ido a la escuela. Es decir, los hermanos le habían enseñado algo y ella después, sí, leía libros. Yo le escribía las cartas de chiquita.
Las cartas, como el libro de Mauricio Rosencof, que no sabías si llegaban a destino.
No, las cartas se mandaban a los organismos para preguntar.
Ah, ya después de la guerra.
Ya después de la guerra, si sabían de tal o cual... Se murieron sus nueve hermanos con sus parejas y la chorrera de hijos que tendría cada uno, no sé, cuatro, cinco, seis.
¿Recordás cuando ella entendió todo lo que había pasado, todo lo que había perdido?
Mamá lo vivía muy angustiada, pero también se había ido. Me contaba mamá que cuando murió papá todo el mundo decía: "Pobre mujer, que no sabe hacer nada" porque papá parece que le hacía todo, es decir, la mimaba, y mamá se juró que nunca nadie la iba a ver llorar. Eso me lo contó: "todo el mundo me venía a decir 'pobrecita' y yo me juré que nadie me iba a ver llorar". Era una comandante en jefe, la verdad, una entereza...
La vida la obligó.
Sí. Y bueno, y después le pasó lo de la familia y siguió peleándola y viendo si podía encontrar a alguien, angustiada, pero yo no recuerdo que eso fuera el motivo de decir: "Qué desgraciada soy, qué horrible".
Entendía que tenía que seguir para adelante. ¿Y ustedes cuántos hijos eran?
Yo y mi hermano, que murió en Israel hace poquito. Mamá estaba embarazada de ocho meses cuando murió papá.
¿Qué había en tu hogar que pueda explicar la Ida de hoy? Porque uno es producto de su hogar, claro y de sus propias ambiciones, pero ¿en algo de lo que sos tú hoy dirías: "Ahí sí está la casa de mis padres, los valores que me pasaron"?
Yo creo que era mi mamá. Mi mamá era una mujer muy fuerte, con una convicción muy clara, una honestidad del demonio. Y yo fui muy compañera de mamá. En los años de mi adolescencia salíamos juntas, íbamos al cine juntas, yo qué sé. Hasta que la vida empezó a complicarse.
Y llegó la etapa, tras activar en el movimiento juvenil Hanoar Hatzioni, en que te fuiste a Israel. ¿Cuándo fue?
Yo creo que tenía 18 años. Primero me fui un año a Jerusalem, luego hice el servicio militar, pero no me gustó nada el mundo del ejército, sentí que la guerra transforma a la gente, fue una mala experiencia para mí, aunque también hay buenos recuerdos.
Siguiendo y conectando con el hogar en el que creciste, ¿dirías que era un hogar típico de inmigrantes judíos?
Sí. Ibamos a la sinagoga, cuidábamos la comida kosher. Yo me eduqué en ese mundo, en un mundo muy judío. Tenía una maestra de idish. Pero la verdad es que luego me fui desconectando, por esas cosas que se dan en la vida. Claro que al casarme con Anhelo , que no era judío, eso abrió otro camino para mí.
El homenaje que más le emocionó: al recibir la "Moña de Oro" en la escuela No 4 en la que estudió.
Foto: ANEP
Muchas gracias Ida por compartir todo esto conmigo.
Gracias a vos Ana.
Fin.
Este sábado, 4 de junio de 2016, falleció un verdadero ícono de la cultura nacional, del teatro uruguayo, Jaime Yavitz, actor de renombre, respetado y querido director de la Comedia Nacional.
Entrevista de Ana Jerozolimski, Montevideo.com.
Este sábado falleció un verdadero ícono de la cultura nacional, del teatro uruguayo, Jaime Yavitz, actor de renombre, respetado y querido director de la Comedia Nacional. (Ana Jerozolimski)
Su nombre nos resultaba cercano también en el ámbito de la colectividad judía uruguaya, por sus años en el movimiento juvenil en el activaba también junto a mis padres y varios de sus amigos cercanos. En noviembre último lo visitamos en su casa cerca del Parque Rodó, habiendo aceptado él gustoso concedernos una entrevista que siempre sentimos habíamos demorado demasiado en solicitar. Las dificultades físicas con las que lidiaba por un problema en las piernas, no habían apagado la chispa y el entusiasmo que irradiaba cuando hablaba de lo que había hecho en su vida, del hogar de sus padres, y por cierto, del teatro nacional. Por razones técnicas, durante meses no publicamos la entrevista. Lamentamos profundamente que no haya salido antes de su fallecimiento. Habríamos querido honrarlo en vida. Sean estas líneas, un resumen de lo conversado, al menos, un homenaje a su memoria.
Jaime, me emociona tanto tener esta oportunidad de entrevistarte, que no sé por dónde empezar...Creo que lo mejor, habiendo cumplido tú ya 82 años, sería desearte salud, hasta los 120...o hasta los 100 como a los 20..no sé qué preferirías...
Me conformaría con menos. Si me hubieras preguntado esto hace 10, 12 años te habría dicho de pronto "mientras el cuerpo aguante". Ahora sé que no aguanta tanto. Tampoco la memoria, lo cual me extraña. A veces no recuerdo obras que dirigí, cuando la gente me dice que me vió en tal o cual obra...pero ahora ya no importa tanto porque mis ex alumnos ya tienen alumnos, o sea que hay generaciones que yo no conocí. De todos modos, cada vez hablo menos de teatro.
Pero yo quisiera hacerte hablar de teatro, porque cuando se habla de Jaime Yavitz, la presentación, más allá de adjetivos variados y elogiosos, será “el actor, el director de la Comedia Nacional”. ¿También tú resumirías así lo hecho hasta ahora en tu vida?
Son más de 50 años en el mundo del teatro. Como espectador empecé muy joven, como actor también. Amo el teatro. Y 15 años, en tres períodos, como director de la Comedia Nacional.
EL HOGAR
Y ese amor por el teatro nació en un hogar de inmigrantes judíos llegados de Europa a Uruguay.
Así es. Tengo hermanos mayores nacidos en Rusia. Yo nací en Uruguay. Toda mi familia fue esa, no conocí abuelos, no conocí tíos ni primos, o sea que mi concepto de familia tiene un valor muy especial. Además, no recuerdo haber visto nunca a mis padres discutiendo. Y ahora que tengo un hijo en el exterior, para mi esposa Beatriz y para mí es como un desgarramiento. Por suerte, todos los años nos vemos, pero es muy duro. Y mi concepto de familia también pasa por el recuerdo de mis hermanos que me prestaban los libros. Y del almacén que tuvo mi padre cuando vivimos en Guaviyú y luego en Arenal Grande, y de la casa un poquito más grande en Domingo Aramburu. Mis padres incidieron mucho en mí, con su forma de concebir la vida. Teníamos enormes dificultades económicas. Y en medio de todo eso, sí, nació el amor por el teatro.
VARIOS MUNDOS A LA VEZ
Siempre combinando el mundo nacional uruguayo con el uruguayo judío...hasta en el teatro.
Por supuesto. Porque ya a los cinco años yo iba con mis padres a ver teatro en idish. Y aliviaba el hecho que por mi edad, por mí no pagaban. Y también iba al Teatro Solís que después se convirtió en mi segunda casa. En realidad, vivía más horas allí que en casa. Te diría que empecé a ver teatro sin saber lo que era. Además, yo hablaba en español..y el primer teatro que vi fue en idish.Y siempre, sí, combinaba dos mundos. Recuerdo la alegría de jugar a la pelota en la calle. De ir a la escuela idish, la “Doctor Hertzel” y también a la escuela pública. Llevaba en mí dos mundos.
Y eso seguramente fue más notorio todavía cuando fuiste a la Escuela de Arte Dramático...
Claro, muchos me preguntaron “¿un muchacho judío en la Escuela de Arte Dramático?”. Pero para mí estaba claro..Yo ya había disfrutado de chico sintiendo el placer que sentían mis padres mirando obras en idish....y desde ahí, ese mundo se amplió para mí. Lo fui mamando. Empecé conociendo actores judíos, pero luego fui más allá. Recuerdo que el propio Alberto Candeau me dijo que el mejor actor que había visto en su vida se llamaba Jacob Ben-Ami, judío llegado de Europa,...De eso nunca me voy a olvidar. O sea que fui mamando todo ese mundo, además de la literatura judía, lo que hablaban mi padre con mi madre. Escuchar a mis padres me sirvió mucho , oir los “por qué” de todo. Charlaban horas en la cocina y yo me quedaba escuchando. Y siempre tengo claro qué importantes fueron mis padres y mis hermanos, guiándome en cosas...es que habían trabajado desde los 9 ó 10 años...y gracias a su esfuerzo, yo pude hacer el liceo con mayor comodidad, no tuve que hacer el nocturno.
Jaime, volvamos al teatro...Tú activabas en el movimiento juvenil sionista Hanoar Hatzioni, que en aquellos tiempos aglutinaba a numerosos jóvenes uruguayos judíos. Y hasta eso tuvo que ver con tu vida dedicada al teatro ¿verdad?
Así es. Tuve la suerte que Hanoar hizo una obra de teatro y la mujer que vino a dirigirnos, me eligió a mí. Teníamos en ese momento 14, 15 años. La mujer que vino a dirigirnos veía mucho teatro y además era violinista del Sodre. Dijo que le gustó mucho mi voz. Perdón, queda feo y vanidoso que lo cuente quizás, pero me dijo "yo leí la obra como siete u ocho veces y la voz del personaje este sos vos". Y ahí hicimos una función, ensayábamos en serio, o sea era una mujer que venía con la disciplina de la orquesta sinfónica del Sodre, no a los horarios del Hanoar....
¿Sentiste que estabas en lo tuyo? Sí, estaba feliz en los ensayos. Yo vivía todo eso..Te cuento algo que no todos saben, aunque los compañeros en la Comedia Nacional sí lo sabían: a mí me gustaba mucho cantar y estudié canto. Margarita Xirgu, cuando yo estaba en la Escuela de Arte Dramático, me eligió a mí para que cante una canción, rarísimo porque no era profesora mía, me tomó solo el examen. O sea, me gustaba mucho cantar, pero nunca estuve en el coro... Yo era el rey del canto, no sé cómo me aguantaban, en casa vivía cantando.
Asociamos hoy con toda naturalidad a Jaime Yavitz con la Comedia Nacional, pero seguro que no era tarea fácil estar allí...nada es sobreentendido...
Te diré que cuando yo estaba en la Comedia, para mí era sagrado no faltar. La disciplina que tenía la Comedia era casi, no digo militar, que ya suena mal en estos países, pero llegar tarde al ensayo de la Comedia era como cometer un delito. Simplemente, no se llegaba tarde.
Y eso también se combinó cierto tiempo con el fútbol ¿verdad?
Así es. Jugué en el Goes, fui a practicar a Nacional, iba a jugar a Sudamérica, pero era muy lejos la cancha había que tomar tranvía y mis padres tenían que pagar el boleto, y yo no trabajaba, así que iba al Goes que era más cerquita.
PARA TODA LA VIDA
¿Y cuándo decidiste que el teatro sería tu vida?
A los 16 años me di cuenta que yo quería hacer teatro o ser cantante de ópera. Recuerdo que iba por la zona pasando Justicia para ir al Victoria. Escuché una voz cantando ópera y me fui acercando. Vi un letrero grande, de una profesora del Instituto Imperial Ruso .Empecé a ir allí todos los días a escuchar las clases porque su ventana daba a la calle. Un día la profesora bajó y me dijo "entre" , así, con acento francés. Y no me cobró, y un día me dio vergüenza porque todos les pagaban. Se ve que le dijeron que yo iba todas las tardes a escucharla. Recuerdo la vez que al fin apareció, con pollera larga. Yo tenía voz de barítono dramático, pero llegaba a tono de bajo con bastante facilidad. La maestra rusa me daba clase gratis . Después pude pagarle y cuando yo no pude pagar más, me fue a buscar a casa, no sé cómo encontró mi casa. La encontré cuando volví de una película, estaba en la cocina con mis padres ,un domingo.
Tu amor por el teatro se unía con el amor por el canto...
Sin duda. Recuerdo qué amigo era de Alberto Sobrino, uno de los grandes actores del Galpón, que después fue actor de la Comedia Nacional, hasta que falleció. Fuimos íntimos amigos. Alberto Sobrino, un actor notable que cantaba. Inauguramos el teatro Victoria con una obra de Brecht, la voz de él era de barítono, y hacíamos los dúos que nos quería echar. Había que vernos. Nos poníamos a cantar ópera, zarzuela, en los camarines cuando terminaba la función. Me acuerdo que la Castro cerraba de un portazo porque nosotros hasta que nos íbamos vivíamos cantando. Me fui a inscribir primero para el coro, para la escuela del coro del Sodre. Recuerdo que empezaron a venir hombres y mujeres con partituras debajo del brazo, porque les tocaban al piano. Yo no sabía ni lo que era un examen. Había aprendido lo elemental, en el liceo. Entonces hui porque me di cuenta que iba a pasar vergüenza, me vino un susto bárbaro. Pero en teatro sí me animé, como no pude entrar al Galpón, entré al Circular, y empecé y ahí estaba en un coro polifónico maravilloso realmente. Y estaba a quien llamamos después el gaucho Hendler, que entró a la Comedia Nacional. Yo vi su último examen. El era mayor que yo. Estaban él y la esposa, la hermana de Jorge Triador, gran actor.
Y entraste finalmente en la Comedia Nacional...
Recuerdo que varias noches antes del examen no dormí.Estuve en la Comedia , en total, 49 años. Como Director, en tres períodos distintos, en total 15 años.
UN TRABAJO SINGULAR
¿Tus padres nunca te dijeron qué vida es esa la del teatro?
Ojo, hacía teatro y seguía mi vida de trabajo. Yo vendía soutienes en los barrios. Porque el fabricante tenía cuatro corredores grandes pero que iban a 18 de Julio, vendían de a docenas. A mí se me ocurrió lo que hacía mi padre: ir a los barrios, agarraba San Martín y todas las tienditas atendían mujeres de tarde y se mataban de risa, yo hablaba del nido y de los tamaños, y claro, a esa edad les resultaba simpatiquísimo. Y vendía como loco. Los otros tenían coche, pero yo iba caminando, como siempre, de a pie, como hacía mi padre. Iba a todas las tienditas, me hice una clientela increíble, por Garibaldi y otras zonas.
Genial...actor y vendedor de soutienes. ¿A qué edad? Y yo tenía 17 años, 18.
AMOR DE POR VIDA
Jaime, hablas de todo esto y te diré que tus palabras transmiten una gran pasión por todo lo que hacías, una vida vivida muy fuerte..
Yo viví un mundo que nunca hubiera soñado lo que me pasó, yo quería ser actor, trabajar, vivir la vida, tener novia, tener hijos.
¿La vida que tuviste superó tus expectativas? Nunca hubiera soñado hacer tanta cosa, vivir todo eso..Yo no sabía lo que era...
¿El mundo del teatro de verdad? Yo no sabía lo que era la Escuela de Arte Dramático. Me enteré por Hendler. Me enteré que hacían respiración, educación de la voz, teníamos grandes maestros. Recuerdo que siempre fui tronco para bailar. Creo que recién de novio con Beatriz fui a bailar. No sé bailar..pero ahí te enseñaban polka y todos más o menos se daban maña. Lo interesante es que no sabía bailar pero además de gustarme fútbol, boxeo, básquetbol, todo eso, también me gustaba el ballet. Yo fui a ver ballet a escondidas. Nunca me voy a olvidar de “Las Zapatillas rojas”. Y en el barrio, donde jugábamos al fútbol, decir que uno había ido a ver ballet, era un problema.
Un serio problema de rodillas, por el cual llegaste a caerte varias veces, llegó a molestarte sobre el escenario.
Así es. Recuerdo que vino un director francés que yo conocía, y que para que yo trabajara, trató de cambiar cosas. Recuerdo que una vez en el ensayo pedí que pongan baranda porque no podía subir tres escalones. Yo me di cuenta que estaban haciendo ciertos arreglos, que me viniera a buscar uno de los personajes y que cuando yo salía, habían inventado algo como que me ayudaba a subir. Y entonces vi que la escenografía que yo había visto en el dibujo no tenía eso. Lo que pasa es que aún cuando dejás de ser director siempre queda una cantidad de cosas que los escenógrafos todos te conocen. Recuerdo en especial al gran escenógrafo Osvaldo Reyno, hermano del actor Walter Reyno. Lo conocí cuando tenía que decir "la mesa está servida", y terminó siendo un escenógrafo genial.
Jaime, en tu mar de recuerdos... ¿hay algo que quisieras agregar? Yo estoy preocupado ahora por dificultades mías, por cómo ir al teatro, porque todos los teatros independientes tienen escalones. Y ya en el Solís tengo dificultades porque modificaron ya no puedo entrar al escenario a saludar porque hay que tocar un timbre y subir y bajar unas escaleras que yo como actor las subía, pero yo encontraba la forma de arreglarme, de llegar arriba y de llegar abajo, y ahora no podría nunca. Y además, ya no están ni siquiera los porteros, que formaban parte de mi vida. Quisiera recordar la grandeza de muchos de los actores uruguayos...Yo me preguntaba a veces , si hubieran tenido escuela aquellos actores, varios de la generación anterior a mí, mismo Triador, hubieran sido primerísimos actores en Francia, en Inglaterra que es el mejor teatro que yo vi....¡Ay mi Dios! ¡Los talentos que había acá!
Disfrutaste de conocer ese mundo y de ser parte de él...
¡Y cómo! Yo fui buen director de actores. Salvo en la última obra que me agarró de muy mal humor, cosas rarísima en mí, yo daba clase, me divertía. En los ensayos me divertía, en la gira me divertía como loco. Con los de la Comedia en las mesas era divertidísimo. En la última función, en la que había que desarmar, yo me quedaba y cenaba con los maquinistas, me hacía muy amigo, tomaba mate con los maquinistas para el armado. Recuerdo que una vez, les gané a las cartas pero igual me tocó comprar la yerba y los bizcochos de toda la gira.
Y en el escenario, nunca dejaste de emocionarte ¿verdad?
Así es. Te quiero decir que yo viví un mundo que cuando lo tuve que dejar ...fue difícil. Yo iba todo lo que podía al teatro. Era tremendo, yo nunca me quedé en el escenario, siempre me iba al camarín, Beatriz venía, yo no esperaba que viniera la gente, a mí me daba como no sé qué.... Un alumno me preguntó: ¿profe, todavía nervioso en un papel chico? El día del estreno yo cuarenta minutos antes ya estaba ahí, ya había recorrido por donde iba, por donde tenía que salir, recorría tres o cuatro veces el escenario...Una vida...realmente una vida....
Fin.
El recordado Rabino Fritz Winter (Z"L).
El Rabino Winter, nacido en Alemania en 1914, de familia rabínica, completó su doctorado en la Universidad de Wurzburg a los 21 años. Sus estudios judaicos tuvieron lugar en el Seminario Rabínico ( Escuela de Altos Estudios para la Ciencia del Judaísmo), contando con docentes de la talla del Dr. Leo Baeck, líder espiritual del judaísmo alemán de aquel entonces.
La “ Noche de los cristales rotos” fue el trágico acontecimiento decisivo que provoca la emigración del Rabino Winter. En 1939 se dirige a Bolivia, donde conforma y consolida la Comunidad de Cochabama, a la cual serviría como guía espiritual hasta 1950. En dicho año, emigra al Uruguay, donde pasará a ser Rabino del la Nueva Congregación Israelita, Judíos de habla alemana hasta el año 1984. Falleciendo en el año 2000. Fue fundador de la Filial Montevideo 2002 de la Bnei Brith y Presidente de la misma. Presidente de la Sección uruguaya del Congreso Judío Mundial, co-fundador de la Confraternidad Judeo Cristiana del Uruguay, Presidente de la Unión de Rabino de Centra ( centro europa). Además coordinó y dirigió durante décadas el Día de la Biblia en Wizo, y también en innumerables ocasiones bendijo a las bnot mitzvá en la ceremonia del recordado Instituto Ariel. ( Foto y textos publicados en el Semanario Hebreo del 18 de Marzo de 2010).
José Gurvich.
José Gurvich y el Judaísmo. El País Cultural
José Gurvich y el judaísmo
Poética del kibutz
Pedro da Cruz
NACIDO COMO Zusmanas Gurvicius en la aldea de Jieznas en Lituania, José Gurvich (1927-1974) compartió con millones de judíos las consecuencias de las diásporas provocadas por pogroms y guerras, que tuvieron como consecuencia exterminios y migraciones forzadas de poblaciones enteras. Su padre emigró a Uruguay en 1931, y él arribó un año más tarde junto a su madre y su hermana. Se radicaron en el Barrio Sur de Montevideo, donde vivía gran número de inmigrantes judíos que tenían el idish como lengua común. Gurvich compartía la identidad judía de su familia con la vivencia de la sociedad laica uruguaya, niveladora de las diferencias de credos y tradiciones.
El proceso de asimilación fue facilitado por la inclinación de Gurvich hacia las artes plásticas. En 1942, con quince años, estudió con José Cúneo en la Escuela Nacional de Bellas Artes, y dos años más tarde conoció a Torres García, cuyas enseñanzas serían fundamentales para el futuro del joven artista. En el ámbito del Taller Torres García compartió el interés de sus compañeros por las culturas precolombinas y otras expresiones de lo que consideraban parte de un legado universal.
Luego de retornar de su primer viaje a Europa e Israel (1954-56), Gurvich se mudó a una casa que Gonzalo Fonseca dejó libre en la calle Polonia, en el Cerro. Varias de las obras pintadas allí por Gurvich muestran, en el entorno del barrio obrero, motivos familiares, panes y comidas compartidas alrededor de una simple mesa, con ciertas reminiscencias de recuerdos de las aldeas de Lituania.
La influencia de la tradición judía en distintas etapas de la creación de Gurvich es mostrada en la exposición "Los universos judíos de José Gurvich", que se exhibe en el Museo Gurvich, con curaduría de Alicia Haber, quien también está terminando de compaginar un libro de pronta aparición sobre la obra judía del artista.
HOMENAJE. En Israel, Gurvich había trabajado como pastor en el kibutz Ramot Menashé, donde vivía su hermana, que había emigrado a Israel unos años antes. Durante su estadía fue invitado a pintar un mural para el comedor del kibutz, lo que unos años más tarde realizó en Homenaje al kibutz Ramot Menashé (1970), un óleo sobre madera de gran formato que ocupa un lugar preponderante en esta exposición.
Una clave del universo de personajes y objetos que pueblan la obra puede encontrarse en las visitas de Gurvich al Museo del Prado en Madrid, donde estudió con atención las obras de los flamencos Pieter Brueghel y Jerónimo Bosch (El Bosco), especialmente el monumental tríptico El jardín de las delicias (c. 1490) de éste último.
En Homenaje... las figuras están compuestas con un marcado planismo, y cubren toda la superficie de la obra sin mantener una escala unitaria. Las reminiscencias de las figuras fantásticas de los flamencos son evidentes, a lo que se sumó un renovado interés por las tradiciones judías que la madre del artista había mantenido vivas en la familia.
Pequeñas escenas imbricadas entre sí muestran, en el estilo característico y sumamente personal de Gurvich, objetos y fenómenos relacionados al judaísmo y el kibutz. Se ven los rollos de la Torá, candelabros de siete brazos, un rabino, un ángel, una estrella de David, una mesa con vino, panes y dos velas, relacionados al kidush, la bendición que da comienzo a la celebración del sabbat. Las tareas realizadas en el kibutz están representadas por figuras de campesinos y un pastor con un rebaño, mientras los objetos más variados, como numerosas cabezas de ovejas, carros, escaleras y sombrillas, flotan en el espacio. También flotan brazos y piernas, en algunos casos pasando a través de puertas y ventanas, o bajo techos pintados con franjas de colores.
TEMAS BÍBLICOS. En 1965 Gurvich realizó su segundo viaje a Europa e Israel, adonde sus padres también habían emigrado poco antes. Luego de una nueva estadía en Israel en 1969, se radicó en Nueva York, donde frecuentó a sus compañeros del Taller Torres García Julio Alpuy y Gonzalo Fonseca, así como a parientes lituanos que vivían allí.
Durante los cuatro años en que vivió en Nueva York, una ciudad con una importante presencia de población judía, Gurvich realizó gran número de obras con motivos relacionados a temas bíblicos y festividades religiosas. Recibió encargos de coleccionistas, y en 1973 fue invitado por el Museo Judío a realizar una exposición retrospectiva, la que estaba preparando cuando un año más tarde, a los 47 años, falleció de una oclusión coronaria.
Entre las obras con tema bíblico se destacan las relacionadas con Abraham y su esposa Sara, y sus descendientes Isaac y Jacob. En La anunciación de Sara (1969) se ven tres ángeles sentados junto a una mesa señalando a Sara, la que alumbró a Isaac cuando tenía cien años. El sacrificio de Isaac (1970) muestra un ángel sosteniendo el brazo de Abraham en el momento en que éste va a matar a su hijo con un cuchillo. El motivo de El sueño de Jacob (1970), varios ángeles que bajan y suben por una escalera que une la tierra con el cielo, proviene de un sueño que el hijo de Isaac tuvo durante un viaje.
Otras dos obras de tema bíblico tienen como motivo la historia de Abel y Caín, hijos de Adán y Eva. Caín y Abel (1973) muestra el momento en que el primero mata al segundo debido a los celos que sintió cuando Dios, representado por un gran ojo en el cielo, prefirió la ofrenda de Abel. En Muerte de Abel (1973) el cuerpo sin vida está tendido sobre un carro, mientras Caín huye por los campos perseguido por la mano de Dios que lo señala desde el cielo.
FESTIVIDADES. Las festividades religiosas también ocupan un lugar preponderante entre las obras de Gurvich con motivos judíos. El shabat, o sabbat, es el séptimo día de la semana judía, durante el que hay que observar un descanso de carácter sagrado. Varias obras con el título común Shabat (1973-74) muestran una mujer abrazada por un ángel, flotando en el cielo sobre innumerables personajes y objetos similares a los que aparecen en Homenaje... Frente a los personajes se ve una mesa con panes y dos velas, elementos relacionados al kidush.
Otras tres obras representan las Shalosh Regalim, o Fiestas del Peregrinaje. En Pesaj (1973), nombre de la festividad que rememora la salida del pueblo judío de Egipto, se ve una gran pareja en el cielo, sobre una muchedumbre que a lo lejos marcha por un camino. En primer plano hombres y mujeres sentados junto a una mesa comen pan sin leudar, ya que, según la tradición, la prisa por la salida de Egipto no permitió preparar el pan de forma tradicional.
Shavuot (1973) representa la fiesta que conmemora la entrega por parte de Dios de las tablas de la Ley a Moisés en el Monte Sinaí. La figura de Moisés flota en el aire, con las tablas en las manos sobre el candelabro de siete brazos con las velas prendidas, y se repite entregando las tablas a un brazo que se ve en la parte inferior de la obra.
Finalmente, Sucot (sin fecha) representa la fiesta llamada de las "cabañas", en la que se recuerda las vicisitudes que vivieron los judíos durante su deambular por el desierto luego de abandonar Egipto. Dos grandes figuras de rabinos, con los rollos de la Torá y otros objetos de culto en las manos, pasan frente a una precaria construcción que cobija una familia.
Escenas de una historia que se iba a repetir innumerables veces, desde la esclavitud en Egipto y la destrucción del Templo en Jerusalén hasta los horrores del reciente Holocausto.
José Gurvich y el judaísmo
Poética del kibutz
Pedro da Cruz
NACIDO COMO Zusmanas Gurvicius en la aldea de Jieznas en Lituania, José Gurvich (1927-1974) compartió con millones de judíos las consecuencias de las diásporas provocadas por pogroms y guerras, que tuvieron como consecuencia exterminios y migraciones forzadas de poblaciones enteras. Su padre emigró a Uruguay en 1931, y él arribó un año más tarde junto a su madre y su hermana. Se radicaron en el Barrio Sur de Montevideo, donde vivía gran número de inmigrantes judíos que tenían el idish como lengua común. Gurvich compartía la identidad judía de su familia con la vivencia de la sociedad laica uruguaya, niveladora de las diferencias de credos y tradiciones.
El proceso de asimilación fue facilitado por la inclinación de Gurvich hacia las artes plásticas. En 1942, con quince años, estudió con José Cúneo en la Escuela Nacional de Bellas Artes, y dos años más tarde conoció a Torres García, cuyas enseñanzas serían fundamentales para el futuro del joven artista. En el ámbito del Taller Torres García compartió el interés de sus compañeros por las culturas precolombinas y otras expresiones de lo que consideraban parte de un legado universal.
Luego de retornar de su primer viaje a Europa e Israel (1954-56), Gurvich se mudó a una casa que Gonzalo Fonseca dejó libre en la calle Polonia, en el Cerro. Varias de las obras pintadas allí por Gurvich muestran, en el entorno del barrio obrero, motivos familiares, panes y comidas compartidas alrededor de una simple mesa, con ciertas reminiscencias de recuerdos de las aldeas de Lituania.
La influencia de la tradición judía en distintas etapas de la creación de Gurvich es mostrada en la exposición "Los universos judíos de José Gurvich", que se exhibe en el Museo Gurvich, con curaduría de Alicia Haber, quien también está terminando de compaginar un libro de pronta aparición sobre la obra judía del artista.
HOMENAJE. En Israel, Gurvich había trabajado como pastor en el kibutz Ramot Menashé, donde vivía su hermana, que había emigrado a Israel unos años antes. Durante su estadía fue invitado a pintar un mural para el comedor del kibutz, lo que unos años más tarde realizó en Homenaje al kibutz Ramot Menashé (1970), un óleo sobre madera de gran formato que ocupa un lugar preponderante en esta exposición.
Una clave del universo de personajes y objetos que pueblan la obra puede encontrarse en las visitas de Gurvich al Museo del Prado en Madrid, donde estudió con atención las obras de los flamencos Pieter Brueghel y Jerónimo Bosch (El Bosco), especialmente el monumental tríptico El jardín de las delicias (c. 1490) de éste último.
En Homenaje... las figuras están compuestas con un marcado planismo, y cubren toda la superficie de la obra sin mantener una escala unitaria. Las reminiscencias de las figuras fantásticas de los flamencos son evidentes, a lo que se sumó un renovado interés por las tradiciones judías que la madre del artista había mantenido vivas en la familia.
Pequeñas escenas imbricadas entre sí muestran, en el estilo característico y sumamente personal de Gurvich, objetos y fenómenos relacionados al judaísmo y el kibutz. Se ven los rollos de la Torá, candelabros de siete brazos, un rabino, un ángel, una estrella de David, una mesa con vino, panes y dos velas, relacionados al kidush, la bendición que da comienzo a la celebración del sabbat. Las tareas realizadas en el kibutz están representadas por figuras de campesinos y un pastor con un rebaño, mientras los objetos más variados, como numerosas cabezas de ovejas, carros, escaleras y sombrillas, flotan en el espacio. También flotan brazos y piernas, en algunos casos pasando a través de puertas y ventanas, o bajo techos pintados con franjas de colores.
TEMAS BÍBLICOS. En 1965 Gurvich realizó su segundo viaje a Europa e Israel, adonde sus padres también habían emigrado poco antes. Luego de una nueva estadía en Israel en 1969, se radicó en Nueva York, donde frecuentó a sus compañeros del Taller Torres García Julio Alpuy y Gonzalo Fonseca, así como a parientes lituanos que vivían allí.
Durante los cuatro años en que vivió en Nueva York, una ciudad con una importante presencia de población judía, Gurvich realizó gran número de obras con motivos relacionados a temas bíblicos y festividades religiosas. Recibió encargos de coleccionistas, y en 1973 fue invitado por el Museo Judío a realizar una exposición retrospectiva, la que estaba preparando cuando un año más tarde, a los 47 años, falleció de una oclusión coronaria.
Entre las obras con tema bíblico se destacan las relacionadas con Abraham y su esposa Sara, y sus descendientes Isaac y Jacob. En La anunciación de Sara (1969) se ven tres ángeles sentados junto a una mesa señalando a Sara, la que alumbró a Isaac cuando tenía cien años. El sacrificio de Isaac (1970) muestra un ángel sosteniendo el brazo de Abraham en el momento en que éste va a matar a su hijo con un cuchillo. El motivo de El sueño de Jacob (1970), varios ángeles que bajan y suben por una escalera que une la tierra con el cielo, proviene de un sueño que el hijo de Isaac tuvo durante un viaje.
Otras dos obras de tema bíblico tienen como motivo la historia de Abel y Caín, hijos de Adán y Eva. Caín y Abel (1973) muestra el momento en que el primero mata al segundo debido a los celos que sintió cuando Dios, representado por un gran ojo en el cielo, prefirió la ofrenda de Abel. En Muerte de Abel (1973) el cuerpo sin vida está tendido sobre un carro, mientras Caín huye por los campos perseguido por la mano de Dios que lo señala desde el cielo.
FESTIVIDADES. Las festividades religiosas también ocupan un lugar preponderante entre las obras de Gurvich con motivos judíos. El shabat, o sabbat, es el séptimo día de la semana judía, durante el que hay que observar un descanso de carácter sagrado. Varias obras con el título común Shabat (1973-74) muestran una mujer abrazada por un ángel, flotando en el cielo sobre innumerables personajes y objetos similares a los que aparecen en Homenaje... Frente a los personajes se ve una mesa con panes y dos velas, elementos relacionados al kidush.
Otras tres obras representan las Shalosh Regalim, o Fiestas del Peregrinaje. En Pesaj (1973), nombre de la festividad que rememora la salida del pueblo judío de Egipto, se ve una gran pareja en el cielo, sobre una muchedumbre que a lo lejos marcha por un camino. En primer plano hombres y mujeres sentados junto a una mesa comen pan sin leudar, ya que, según la tradición, la prisa por la salida de Egipto no permitió preparar el pan de forma tradicional.
Shavuot (1973) representa la fiesta que conmemora la entrega por parte de Dios de las tablas de la Ley a Moisés en el Monte Sinaí. La figura de Moisés flota en el aire, con las tablas en las manos sobre el candelabro de siete brazos con las velas prendidas, y se repite entregando las tablas a un brazo que se ve en la parte inferior de la obra.
Finalmente, Sucot (sin fecha) representa la fiesta llamada de las "cabañas", en la que se recuerda las vicisitudes que vivieron los judíos durante su deambular por el desierto luego de abandonar Egipto. Dos grandes figuras de rabinos, con los rollos de la Torá y otros objetos de culto en las manos, pasan frente a una precaria construcción que cobija una familia.
Escenas de una historia que se iba a repetir innumerables veces, desde la esclavitud en Egipto y la destrucción del Templo en Jerusalén hasta los horrores del reciente Holocausto.
Hebraica y Macabi Campeón Federal 1975 y 1977, Arrestia y cuatro más.
José Mastandrea El que rompió la `chanchita` para traerlo al naciente profesionalismo de la capital fue el Cr. José Pedro Damiani cuando presidía al Sporting Club. Era la temporada de 1966 y el club del Parque Rodó formó un cuadrazo que terminó venciendo al famoso Real Madrid en Europa.
Ahí se hizo conocer Omar Arrestia, casi un chiquilín llegado de su Salto natal.
Después, en base a dobles y a una efectividad poco común, empezó a trascender en el `boca a boca`, en los corrillos de los aficionados del basquetbol que ya hablaban de un fenómeno que era una máquina de `embocar` de donde se posicionara.
Eso le significó vestir la camiseta de Uruguay en el Sudamericano de 1967, donde fue elegido el mejor jugador del torneo y dos años después, también con Uruguay, ganaría el máximo evento continental.
Más tarde defendió los colores de Hebraica Macabi, y logró su primer bi-campeonato. Ganó dos Federales, en 1975 y 1977. Fue él y cuatro más. Sacó adelante un equipo en base a personalidad y efectividad.
Un año después, hizo realidad un viejo sueño: se calzó la camiseta del club de sus amores. Washington Cataldi fue el promotor, el que armó un equipazo de Peñarol en 1978. Arrestia, como no podía ser de otra manera, fue la figura excluyente, incluso por sobre los norteamericanos Bo Jackson y Joe Mc. Call. Obtuvo otros dos Federales con la aurinegra. En 1978 y 1979. Esos serían sus últimos logros en el basquetbol capitalino después de dos décadas donde dejó marcado a fuego su nombre.
Tres años más tarde, en Salto, se vistió por última vez como jugador. Definitivamente dejó de encestar para dedicarse a la docencia, a entrenar "futuros campeones" como le gustaba decir al `Chumbo`.
Ayer, después de pelear una dura batalla, perdió el partido que nunca debió jugar. Pero no se fue sin luchar hasta el último suspiro. Fue el adiós de un grande. De un fenómeno del basquetbol uruguayo.
Las cifras 13 AÑOS tenía Omar Arrestia cuando debutó en el basquetbol de Salto.
19 AÑOS recién cumplidos y tuvo su debut en el basquetbol capitalino con Sporting en el `66.
35 AÑOS tenía Omar Arrestia cuando se retiró como basquetbolista en su Salto natal.
61 AÑOS de vida tenía `Chumbo` Arrestia. Había nacido el 12 de mayo de 1947.
Sólo le importaba la victoria J.M.
Goleador Nato. Y ganador nato. Así se le podría definir al `chumbo` Omar Arrestia. Porque más allá de sus notables condiciones basquetbolísticas, pesaba su personalidad, sus ganas de llevarse la victoria al precio que fuese.
Polémico, calentón, peleador. Querido por sus compañeros y `odiado` por sus rivales.
Cuando perdía, se iba del rectángulo sin saludar a nadie pero con la cabeza levantada y la mirada desafiante. Cuando ganaba, era insoportable. Hacían cola para correrlo cuando finalizaba el partido.
Así era el `Chumbo` Arrestia, todo un personaje adentro y afuera de la cancha.
Tuve la suerte de conocerlo. De compartir horas y horas en la vieja redacción de Mundocolor. Él venía todas las noches y me daba los argumentos para que le escribiera la columna.
Allí nació una linda amistad y pese a la distancia, se mantuvo.
Tuvimos salidas y largas charlas en la noche montevideana de los `80. No había lugar donde no le abrieran las puertas y donde no lo agasajaran.
Su imponente figura, su fuerte personalidad, su alegría, lo destacaban por sobre los demás. Si hasta me parece verlo todavía. Sonriente, pelilargo, bigotudo, vestido con aquellos vaqueros gastados y las botas tejanas, amigas inseparables. Todo un personaje Chau `Chumbo`. Nos vemos.
Ovación digital
Ahí se hizo conocer Omar Arrestia, casi un chiquilín llegado de su Salto natal.
Después, en base a dobles y a una efectividad poco común, empezó a trascender en el `boca a boca`, en los corrillos de los aficionados del basquetbol que ya hablaban de un fenómeno que era una máquina de `embocar` de donde se posicionara.
Eso le significó vestir la camiseta de Uruguay en el Sudamericano de 1967, donde fue elegido el mejor jugador del torneo y dos años después, también con Uruguay, ganaría el máximo evento continental.
Más tarde defendió los colores de Hebraica Macabi, y logró su primer bi-campeonato. Ganó dos Federales, en 1975 y 1977. Fue él y cuatro más. Sacó adelante un equipo en base a personalidad y efectividad.
Un año después, hizo realidad un viejo sueño: se calzó la camiseta del club de sus amores. Washington Cataldi fue el promotor, el que armó un equipazo de Peñarol en 1978. Arrestia, como no podía ser de otra manera, fue la figura excluyente, incluso por sobre los norteamericanos Bo Jackson y Joe Mc. Call. Obtuvo otros dos Federales con la aurinegra. En 1978 y 1979. Esos serían sus últimos logros en el basquetbol capitalino después de dos décadas donde dejó marcado a fuego su nombre.
Tres años más tarde, en Salto, se vistió por última vez como jugador. Definitivamente dejó de encestar para dedicarse a la docencia, a entrenar "futuros campeones" como le gustaba decir al `Chumbo`.
Ayer, después de pelear una dura batalla, perdió el partido que nunca debió jugar. Pero no se fue sin luchar hasta el último suspiro. Fue el adiós de un grande. De un fenómeno del basquetbol uruguayo.
Las cifras 13 AÑOS tenía Omar Arrestia cuando debutó en el basquetbol de Salto.
19 AÑOS recién cumplidos y tuvo su debut en el basquetbol capitalino con Sporting en el `66.
35 AÑOS tenía Omar Arrestia cuando se retiró como basquetbolista en su Salto natal.
61 AÑOS de vida tenía `Chumbo` Arrestia. Había nacido el 12 de mayo de 1947.
Sólo le importaba la victoria J.M.
Goleador Nato. Y ganador nato. Así se le podría definir al `chumbo` Omar Arrestia. Porque más allá de sus notables condiciones basquetbolísticas, pesaba su personalidad, sus ganas de llevarse la victoria al precio que fuese.
Polémico, calentón, peleador. Querido por sus compañeros y `odiado` por sus rivales.
Cuando perdía, se iba del rectángulo sin saludar a nadie pero con la cabeza levantada y la mirada desafiante. Cuando ganaba, era insoportable. Hacían cola para correrlo cuando finalizaba el partido.
Así era el `Chumbo` Arrestia, todo un personaje adentro y afuera de la cancha.
Tuve la suerte de conocerlo. De compartir horas y horas en la vieja redacción de Mundocolor. Él venía todas las noches y me daba los argumentos para que le escribiera la columna.
Allí nació una linda amistad y pese a la distancia, se mantuvo.
Tuvimos salidas y largas charlas en la noche montevideana de los `80. No había lugar donde no le abrieran las puertas y donde no lo agasajaran.
Su imponente figura, su fuerte personalidad, su alegría, lo destacaban por sobre los demás. Si hasta me parece verlo todavía. Sonriente, pelilargo, bigotudo, vestido con aquellos vaqueros gastados y las botas tejanas, amigas inseparables. Todo un personaje Chau `Chumbo`. Nos vemos.
Ovación digital
Nahum Bergstein ( Z"L) Por el Dr. Juan Raul Ferreira.
Homenaje a Nahum Bergstein.de Juan Raul Ferreira Sienra, el Domingo, 22 de mayo de 2011 a las 16:13Especial para Semanario Hebreo
Murió un político colorado, me dijo mi sobrina Meri. Busqué en las noticias, pero ya lo habían pasado. Me fui a dormir sin saber quién era. Pero eso, tuvo también su lado bueno. Dormí pensando, “qué país maravilloso,”porque me dormí preocupado con la certeza que sería alguien yo querría mucho. Y era así nomás. Al otro día, supe que era Nahum Bergstein. Un amigo querido. Y además de querido, muy admirado.
Cuando supe que había muerto, sentí que un montón de cosas se desmoronaban dentro de mi. Como un terremoto. Pero me pareció obvio, Nahum fue además de muy importante para al comunidad nacional, un hombre de una presencia muy fuerte en mi familia. Vino a mi mente una anécdota que pintaba maravillosamente a los dos protagonistas. Estábamos en recepción en la Embajada de Israel… año 85 u 86, no recuerdo. Y hablándole a mi padre le dice: “Usted sabe que soy su amigo.”
Papá le dice rápidamente “amigo, amigo pero no me vota.” A lo que con igual rapidez Nahum le responde “¿qué prefiere un amigo o un voto?” Papa piensa un segundo y le dice “faltaan.. Tres años para las elecciones…. UN VOTO.” Ambos se abrazan y ríen con sus inolvidables sonrisas.
Nahum acompañó a papá y a mamá a Israel. Viaje del que Wilson dijo que había un antes y un después en su vida. Luego, siendo por entonces Pte. del CCIU, presentó a Wilson en la Kehilá en su célebre conferencia “El Jerusalem que yo vi.” Wilson habló de los colores de Jerusalem. Cómo cambian durante el día y como a cada color el le daba un valor espiritual distinto. Yo había asumido días antes como Presidente de la Comisión de Asuntos Internacionales. Y así empezó Nahum: “Sr. Flamante Presidente de la Comisión…” Nos miramos con una sonrisa cómplice.
Al referirse a Wilson, el orador de la noche prefirió que los hechos lo auto presenten. Leyó la carta de papá al General Videla luego de la muerte de Zelmar y el Toba que según, Bergestein presentaba por si sola “al ser humano, y de ahí en más, al estadista, al ideólogo.”
Se destacó en la vida nacional en todos los ámbitos. Estuvo en el histórico acto del Obelisco del 83. Fue Vice Ministro de Educación y Cultura con Adela Reta, fue diputado. Autor de la Ley Anti Discriminatoria. Jurista reconocido internacionalmente. Cuando hablaba en público, parecía que estaba sentado en una mesa de café con cada uno de los auditores. Y cuando estaba una mesa de Café parecía que dictaba una conferencia.
Tenía una rapidez verbal que corría a la misma velocidad que su intelecto. Era como una ametralladora de palabras. Hablaba sin faltas de ortografía, ni gramaticales...Todo lo que decía sonaba como escrito. Si a eso se le suma la dicción perfecta que le asemejaba a un locutor de radio. De FM. Escucharlo era un placer. Música para los oídos. Sabía ser muy afectuoso, sin perder la lógica implacable de la racionalidad y lógica aristotélica de sus palabras.
Lo recuerdo vivamente hablando en un homenaje que el Centro Shoa hizo a Simon Wisenthal y a Ana Vinocur y que dio lugar a un artículo mío en estas páginas. Allí contó su sorpresa cuando recibió contestación escrita a una carta y luego un llamado del
humanista a quién conoció personalmente y representó en Montevideo. Contó también como ayudó al hombre que había visto a Menguele en Colonia siendo él funcionario de la delegación de Israel en Uruguay. Su anecdotario era inagotable. Y su capacidad de traducirlo a lección de vida aún mayor.
Cuando lo vi por última vez, no se. Ni quiero acordarme. Quiero sentirlo cerca mío el resto de mis días, como supo estarlo en vida.
Murió un político colorado, me dijo mi sobrina Meri. Busqué en las noticias, pero ya lo habían pasado. Me fui a dormir sin saber quién era. Pero eso, tuvo también su lado bueno. Dormí pensando, “qué país maravilloso,”porque me dormí preocupado con la certeza que sería alguien yo querría mucho. Y era así nomás. Al otro día, supe que era Nahum Bergstein. Un amigo querido. Y además de querido, muy admirado.
Cuando supe que había muerto, sentí que un montón de cosas se desmoronaban dentro de mi. Como un terremoto. Pero me pareció obvio, Nahum fue además de muy importante para al comunidad nacional, un hombre de una presencia muy fuerte en mi familia. Vino a mi mente una anécdota que pintaba maravillosamente a los dos protagonistas. Estábamos en recepción en la Embajada de Israel… año 85 u 86, no recuerdo. Y hablándole a mi padre le dice: “Usted sabe que soy su amigo.”
Papá le dice rápidamente “amigo, amigo pero no me vota.” A lo que con igual rapidez Nahum le responde “¿qué prefiere un amigo o un voto?” Papa piensa un segundo y le dice “faltaan.. Tres años para las elecciones…. UN VOTO.” Ambos se abrazan y ríen con sus inolvidables sonrisas.
Nahum acompañó a papá y a mamá a Israel. Viaje del que Wilson dijo que había un antes y un después en su vida. Luego, siendo por entonces Pte. del CCIU, presentó a Wilson en la Kehilá en su célebre conferencia “El Jerusalem que yo vi.” Wilson habló de los colores de Jerusalem. Cómo cambian durante el día y como a cada color el le daba un valor espiritual distinto. Yo había asumido días antes como Presidente de la Comisión de Asuntos Internacionales. Y así empezó Nahum: “Sr. Flamante Presidente de la Comisión…” Nos miramos con una sonrisa cómplice.
Al referirse a Wilson, el orador de la noche prefirió que los hechos lo auto presenten. Leyó la carta de papá al General Videla luego de la muerte de Zelmar y el Toba que según, Bergestein presentaba por si sola “al ser humano, y de ahí en más, al estadista, al ideólogo.”
Se destacó en la vida nacional en todos los ámbitos. Estuvo en el histórico acto del Obelisco del 83. Fue Vice Ministro de Educación y Cultura con Adela Reta, fue diputado. Autor de la Ley Anti Discriminatoria. Jurista reconocido internacionalmente. Cuando hablaba en público, parecía que estaba sentado en una mesa de café con cada uno de los auditores. Y cuando estaba una mesa de Café parecía que dictaba una conferencia.
Tenía una rapidez verbal que corría a la misma velocidad que su intelecto. Era como una ametralladora de palabras. Hablaba sin faltas de ortografía, ni gramaticales...Todo lo que decía sonaba como escrito. Si a eso se le suma la dicción perfecta que le asemejaba a un locutor de radio. De FM. Escucharlo era un placer. Música para los oídos. Sabía ser muy afectuoso, sin perder la lógica implacable de la racionalidad y lógica aristotélica de sus palabras.
Lo recuerdo vivamente hablando en un homenaje que el Centro Shoa hizo a Simon Wisenthal y a Ana Vinocur y que dio lugar a un artículo mío en estas páginas. Allí contó su sorpresa cuando recibió contestación escrita a una carta y luego un llamado del
humanista a quién conoció personalmente y representó en Montevideo. Contó también como ayudó al hombre que había visto a Menguele en Colonia siendo él funcionario de la delegación de Israel en Uruguay. Su anecdotario era inagotable. Y su capacidad de traducirlo a lección de vida aún mayor.
Cuando lo vi por última vez, no se. Ni quiero acordarme. Quiero sentirlo cerca mío el resto de mis días, como supo estarlo en vida.
Israel Wonsewer. Por D. Malowany.
La mente brillante nació en Europa Oriental, en lo que hoy sería Polonia, el 10 de enero de 1918, en una sociedad donde tuvo que coligar su condición de familia judía perseguida y los números clausus para acceder a la enseñanza.
Como contrapartida, como señaló otro hijo de inmigrantes judíos, el Intendente Erlich, hablando en la inauguración del espacio público que lleva el nombre del economista, en la intersección de las calles Rivadavia, Constitución y Arenal Grande, emigró a un país donde la escuela pública estaba abierta para todos y había un barrio, Villa Muñoz, donde tenía sus referentes.
De joven abrazó el socialismo de Emilio Frugoni del cual fue uno de sus muchos partidarios judíos, circunstancia que el político retribuyó defendiendo la causa de la libertad de inmigración frente a un mundo que no dejaba descender a los inmigrantes judíos de los barcos y como cuenta Miguel Feldman en el episodio del Conte Grande, nuestro país no fue la excepción.
En 1948 se recibe de contador y parte a Londres donde realizó un curso de pos-grado. Desde 1951 accede a la titularidad de la cátedra de economía.
En 1955 tendría como alumno al Senador Felipe Couriel. El destino quiso que su ex alumno fuera el principal disertante en el homenaje que le tributó el parlamento con motivo de su fallecimiento en 1997. En dicha cátedra tenía dos ayudantes, los contadores Mario Bucheli y Enrique Iglesias.
Wonsewer fue un formador de personas más que de economistas, dijo el legislador. La amistad del economista con el ex canciller merece un capítulo aparte al punto que en el momento de recibir el título de Doctor Honoris Causa en el año 2007, refirió a Wonsewer como el causante de su interés preferencial por la economía. Del recordado amigo, dijo, recibió la dimensión ética de la vida pública y su inalterable compromiso con el país y esta universidad. Y como si ello fuese poco, la riqueza de una entrañable y fraterna amistad.
Wonsewer fue decano de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración por dos períodos consecutivos entre 1960 y 1968. En 1966 elaboró un plan de estudios que diferenciaba la carrera de Administración de la de Economía. Integró la Comisión de Inversiones y Desarrollo Económico que produjo el primer diagnóstico integral y propuesta de soluciones para el Uruguay.
De propuestas de esta comisión nació el Banco Central del Uruguay en la Constitución de 1967. Su vocación socialista no lo hizo elegible para la dictadura, por ello se alejó de esa casa de estudios en 1974. La muerte lo alcanzó en 1997 presidiendo el Consejo Nacional de Innovación Ciencia y Tecnología. Por resolución del año 2006, la Junta Departamental de Montevideo designó con su nombre a la placita de Villa Muñoz, según propuesta de la comisión de nomeclatura presidida por el edil de la lista 99 mil Dari Mendiondo. Allí hay un busto que mira a donde estuvo una vez la Escuela Scholem Aleijem.
En la ceremonia de descubrimiento de su busto, además del Intendente, disertó el Cr. Enrique Iglesias, ex Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, quien vino especialmente para la ocasión. Recibió en vida el título de Doctor Honoris Causa por la facultad de CCEE en 1989 y por la Universidad de la República en 1994. El aula magna de su facultad lleva su nombre.I
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Como contrapartida, como señaló otro hijo de inmigrantes judíos, el Intendente Erlich, hablando en la inauguración del espacio público que lleva el nombre del economista, en la intersección de las calles Rivadavia, Constitución y Arenal Grande, emigró a un país donde la escuela pública estaba abierta para todos y había un barrio, Villa Muñoz, donde tenía sus referentes.
De joven abrazó el socialismo de Emilio Frugoni del cual fue uno de sus muchos partidarios judíos, circunstancia que el político retribuyó defendiendo la causa de la libertad de inmigración frente a un mundo que no dejaba descender a los inmigrantes judíos de los barcos y como cuenta Miguel Feldman en el episodio del Conte Grande, nuestro país no fue la excepción.
En 1948 se recibe de contador y parte a Londres donde realizó un curso de pos-grado. Desde 1951 accede a la titularidad de la cátedra de economía.
En 1955 tendría como alumno al Senador Felipe Couriel. El destino quiso que su ex alumno fuera el principal disertante en el homenaje que le tributó el parlamento con motivo de su fallecimiento en 1997. En dicha cátedra tenía dos ayudantes, los contadores Mario Bucheli y Enrique Iglesias.
Wonsewer fue un formador de personas más que de economistas, dijo el legislador. La amistad del economista con el ex canciller merece un capítulo aparte al punto que en el momento de recibir el título de Doctor Honoris Causa en el año 2007, refirió a Wonsewer como el causante de su interés preferencial por la economía. Del recordado amigo, dijo, recibió la dimensión ética de la vida pública y su inalterable compromiso con el país y esta universidad. Y como si ello fuese poco, la riqueza de una entrañable y fraterna amistad.
Wonsewer fue decano de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración por dos períodos consecutivos entre 1960 y 1968. En 1966 elaboró un plan de estudios que diferenciaba la carrera de Administración de la de Economía. Integró la Comisión de Inversiones y Desarrollo Económico que produjo el primer diagnóstico integral y propuesta de soluciones para el Uruguay.
De propuestas de esta comisión nació el Banco Central del Uruguay en la Constitución de 1967. Su vocación socialista no lo hizo elegible para la dictadura, por ello se alejó de esa casa de estudios en 1974. La muerte lo alcanzó en 1997 presidiendo el Consejo Nacional de Innovación Ciencia y Tecnología. Por resolución del año 2006, la Junta Departamental de Montevideo designó con su nombre a la placita de Villa Muñoz, según propuesta de la comisión de nomeclatura presidida por el edil de la lista 99 mil Dari Mendiondo. Allí hay un busto que mira a donde estuvo una vez la Escuela Scholem Aleijem.
En la ceremonia de descubrimiento de su busto, además del Intendente, disertó el Cr. Enrique Iglesias, ex Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, quien vino especialmente para la ocasión. Recibió en vida el título de Doctor Honoris Causa por la facultad de CCEE en 1989 y por la Universidad de la República en 1994. El aula magna de su facultad lleva su nombre.I
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